jueves, 3 de octubre de 2013

Acelera, un poco más...15


¡Fría! El agua estaba fría de congelarse. Pero ayudaba, ay mare si ayudaba. Que una es una tipa guay, que puede hacer top less al lado de la titi que le hace tilín y hasta tolon, sin comportarse como un macho cabrio. Pero leñe, hasta para la más sin sangre era demasiado.

Lucía se sacó la camiseta a medio metro de mi y de cara. ¿Para donde mirar? ¿A la gaviota? Pues no había, se ve que estaban en el puerto apurando los desperdicios de la lonja, porque yo me "jarte" a mirar para arriba y ni una paso.

Lenta es la niña mare, se la sacó demasiado lenta y yo busqué huida. Si, lo admito. Yo que necesito tener el cuerpo requemado para lanzarme al agua, no me lo pensé dos veces.

"Que peritas mas bonitas tiene, mare"

Ahí estamos, su pecho era demasiado bonito para mi y por mucho que lo intenté, acabe excitandome y echando a correr hacia el agua.

¡¡Fría!! Que rica, por favor. Que estuviese fría, calmo mi insolente deseo. La cosa ahora era, ¿me quedaba mirando hacia África o como todo el mundo me giraba hacia la orilla? Mi lado cotilla decidió, mire a la orilla, a su estrecha espalda en consecuencia y toma hostiazo que me lleve por cotilla.

Mi niña morenaconsultaba su móvil y no podía sorprenderme. La conocí como adictamovil y debía reconocerle el enorme esfuerzo hecho con su adicción. Porque muchas, habían sido las horas que llevaba sin consultarlo.

Yo decidí acelerar y yo decidí disfrutarlo. Pues pasaba mucho de que nada, me enturbiase. Que consultara el móvil lo que quisiera o necesitase. Yo mejor, daba unas brazadas antes de acabar saltándole un ojo a alguien por lo prominentes que mis pezones se mostraban.

Acabadas las brazadas, me quedé mirando a África y jejeje, mentiría si no digo, que pensé si sería capaz de llegar nadando, que si vería delfines en mi travesía, y hasta me imaginé a lo naufraga. Pasa cuando tienes tendencia a estar creando ensoñaciones constantemente.

No comencé mi travesía hacia África, pero si sentí un calambre que me recorrió todo el cuerpo. Porque si, no fue un escalofrío, fue un calambre igualito, a si hubiese conseguido llegar a África nadando. ¿El motivo? Mi niña morena había abandonado su móvil, para colgarse en su nuevo monito. O sea, en mi.

- Querida Tauro- me dijo encerrándome entre sus piernas. En teoría yo era el monito, pero la colgada como uno de ellos, era ella. Reí de buena gana, desde luego a Lucia, no le faltan las salidas- Si algo te preocupa, redacta un combativo manifiesto y hazlo llegar a Obama. Seguro que él lo estudia con pasión y pondrá todos los recursos de la primera potencia mundial al servicio de la resolución de tu problema. Menos gritar a los niños en la playa. Es obvio que no te obedecen y respetan. A la sombrillita y calladita, querida Tauro.

- Jajajaja, muy de Tauro, si.

- ¿Acerté?

- ¿Ah? Tú eres la pitonisa, tú sabrás.

- Mala eres, ¿no?

No, no era yo la mala. No era yo quien la abrazaba bajo el agua, ni la que acomodaba la barbilla en su hombro, como si fuésemos lo que no somos.

Pasa que yo estaba en la gloria y que no, que no me daba la gana comerme la cabeza. ¿Que ha visto el móvil? Pues muy bien. ¿Que tiene a alguien y con ese alguien ha hablado? Pues muy bien, no es a ese alguien a quien abrazaba ni mecía en el agua. Era a mi, toma ahí. Era momento, de empezar a vivir esto como un sueño. Un sueño donde me escapaba con una tía de aupa a pasarlo de muerte, un tiempo indefinido. Pues no, para mi que no suena genial, suena increíble.

La compensación a mi descomposición me puso de humor y si estoy de humor, canto. Y canto lo que me sale de adentro sin echarle más cuentas.

- Te voy a contar una historia, todo un cuento de hadas, bastaron dos copitas y una sola mirada.

- Deseo de escapada, se palpaba en el ambiente, pasábamos tres kilos del decir de la gente....- continuo la canción Lucía, robándome un poquito más de mi. Después hizo una pausa, tarareando el estribillo y tras ello, por primera vez, habló sin que yo lo propiciara- Estudie bellas artes, desde pequeña he dibujado, jugado con arcilla, he hecho enormes puzzles sólo para después colgarlos y todo ese tipo de cosas. Me licencie a la primera y fui Erasmus en Florencia. Donde viví un año al acabar la carrera. Después Madrid y unos meses en Nueva York. A mi vuelta, convencí a mis padres y me ayudaron a establecerme montando un estudio de arte. Estudio que me está llevando a la ruina y estudio que quiero cerrar, para probar suerte en Italia. Pero una cosa es querer y otra poder.

¡Guau! Lucía se explayo y aunque el resumen podía haber sido mayor, a mi me gustó y si. Sabía que a algo creativo debía dedicarse. Sus manos, fueron la primera pista, sus apreciaciones sobre el paisaje que se contemplaba en el restaurante la segunda, como jugó con la comida hasta armar una chulada de figura la tercera y la cuarta, fue poder verla contemplar la playa en el café. Gritaba la típica melancolía, que perfuma a todo bohemio.

Me tocaba hablar y puede que yo sea tauro, o sea, una acojonada de la vida, que teme cualquier movimiento de los hilos que mueven el destino, pero alentadora de aventureras, he sido siempre. ¿Chimpace adulto de compañera para correrías? Si, esa soy yo. Dígame.

- Estando yo, con la poseedora de la miel maldita.

- Zorra

- Esa misma, si. En una escapada que hicimos, pues no se si fue en un cartel de carretera o en el pueblo, no lo recuerdo. La cosa es, que vi que se practicaba parapente y daban los típicos cursillos. Quise sorprenderla y no le dije nada. Subí la moto hasta la loma donde estaba la escuela y a poco, ella ya estaba quejándose. Que si le daba miedo, que si no le apetecía, que si otro día y ese tipo de cosas. Pues bien, yo llevaba muchísimo tiempo queriendo hacerlo, pero no había podido ser. Entendí que ella es más tranquila, de paseos, dotarse al sol, buenos ratos de lectura, lo que mi madre viene a llamar; "parailla". Y no te mentiría, si te dijera que estuve a un tris, de hacerle caso y desistir de cumplir mi sueño. Pero no lo hice, la baje al pueblo y pese a su chantaje, lo hice, subí y me lancé. Cabrona, menos mal que no la consentí en todo, sino imagínate que plan. Con esto te quiero decir, hazlo. Si es tu sueño hazlo, quien te quiera lo entenderá, tarde más o tarde menos y sino, pues alguno deberás dejar en el camino.

Eah, me "espache" a gusto y hasta miedo me dio, de haberla aburrido, pero ¡Mare! Nadie que se aburra, te roba otro beso, ¿no?

- En eso estoy- me dijo liberándome de la prisión que habían formado sus piernas y brazos, para...

"Quiero todo el mundo. Que las nubes dejen de moverse, que la misma Tierra lo haga para que el Sol, se quede donde está, que la marea no suba y que la Luna se aguante y espere un poco más"

Mi niña morena había roto su dulce y sensual cárcel, para ahora aprisionarme de cara.

Y esto ya fue demasiado. Que una aguantó como una torera, sus senos presionando mi espalda, su pelvis el final de mi espalda y sus manos no se cansaron de dejarme caricias por brazos, cara y pelo. ¿Hasta donde más quería que aguantase? ¿No había sido bastante todo eso como para ahora tener sus pechos a la altura de mi boca?

"Ay mare, que diferente a cuando tuve a los de su prima"

- ¿Sabes una cosa?- me preguntó revolviendo mi deseo. Tanto, que mis manos pasaron de mis advertencias"quietas ahí, ni se os ocurra bajar" para hacerlo y fingiendo acomodarla, quedarse ancladas en sus cachetes. ¿Que me estaba preguntado? A saber- No suelo ser tan cariñosa, pero contigo es como si a cada rato, necesitara contacto.

Algo así dijo, no estaba yo en condiciones de grabar a fuego sus palabras. Lucía me rodeaba con sus piernas, Lucía acomodo sus codos en mis hombros, Lucía buscó mi cara y nooooooooooooo, lo que yo quería desde que la vi en el parking de Don Pascual, estaba a punto de ocurrir y no era yo, la "roba besos".

- Es una locura- susurró ancladita a mis ojos.

Y era mi sueño, y eran mis ganas y era mi infinito deseo por esa boca, la que me hizo aguantarle la mirada y dejar, que ella desuniera sus ojos de los míos, para mirar mis labios y regresar a mis ojos. Ojos que seguro le gritaban; "Hazlo, llévate este beso"

Porque cada beso es distinto aún dándoselo a la misma persona. Cada beso es como un arma capaz de alojar en sí, diferente munición. Tengo balas que cargan puro deseo, otras admiración infinita, cariño, anhelo, arrepentimiento, deseos, dulzura, pasión, amor y tantos más.

El beso que Lucía se llevó, iba cargadito de deseo y anhelo. Anhelo, de que siguieran sin despertarme de mi sueño y eso, que ya escuchaba los pasos de mi madre, subiendo las escaleras.

"Saladita y dulce, halle su boca; y salada y agria, quede tras probarla".
 
 
 
 
 
 
 

1 comentario:

  1. ........ Leer esta Historia...es como dejar que te acaricien el alma...y a la vez desees que lo hagan también con tu piel''''.....Esa ternura...esa ''forma de ser de esta ''''' Motera quitasentios'''' ''esos pensamientos suyos donde esa ternura se cruza continuamente con ese Deseo cada vez más grande de ''su Morena ojos miel''''...es....es.....lo que ya he dicho...y una autentica gozada leerla....

    .... GRACIAS....ESCRITORA...por ese ''salero''' al narrar...

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