martes, 1 de octubre de 2013

Mi cincuenta cláusulas 38




Se dejo arrastrar por Julia, como siempre que se transformaba en la Julia más juguetona y apenas hablaron durante el camino.

Julia trasteaba uno de sus múltiples “cacharrillos” tecnológicos a la par que sonreía, como una cría que planea una travesura. Minerva solo podía mirarla a hurtadillas sin saber ni adivinar donde iban. Disfrutándolo pero sin dejar de pensar en la posesión que cada vez más demostraba Julia. Posesión que creía poder manejar, aunque todo quedo atrás, cuando a lo lejos, distinguió el Parque de Atracciones.

- Jajaja, no me lo puedo creer- exclamo Minerva ahora si, adivinando las intenciones de Julia.

- Los miedos hay que vencerlos- contesto a su exclamación Julia y por primera vez, lo hacia dejando un beso sin mas pretensión que el afecto en la mejilla de Minerva.

- No, no creas que porque te pongas cariñosa, vas a conseguir que me suba en una- la advertencia de Minerva, provocaba que Julia alzase una ceja. Oh si, si esa mujer quería que subiese, subiría. Pero, aun no se lo pondría tan fácil.

- Si te digo que subas, ten por seguro que es porque no te puede pasar nada, Minerva- Julia regresaba a trastear su “cacharrillo” y Minerva dudaba. ¿Qué habría hecho Julia?

- Vale, has cerrado el Parque para nosotras y apuesto lo que sea, que has hecho que revisen la montaña rusa.

- Jajaja- Julia reía a gusto y llegando, dejaba su especial “cacharrillo” para mostrárselo a Minerva-Aquí, tengo un mundo para ti.

Y a Minerva no le daba tiempo a contestar nada. Julia la besaba con apremio para después, salir del coche y arrastrarla con ella, hasta la montaña rusa. Nada mas llegar a ella, Minerva comprobó lo que ya sabia, apenas había tres o cuatro operarios y se movían inquietos, quizás temerosos.

- ¿Todo listo caballeros?- les pregunto Julia en una nueva transformación. Regresaba la Julia “ordeno y obtengo” Pero Minerva ya había ascendido a cien miel pies, con el ofrecimiento anterior de Julia- Tengo un mundo para ti- desde luego esa mujer, no era la típica de grandes declaraciones y Minerva comenzaba a entender, que a Julia hay que leerla entre líneas, es ahí donde mas habla y si lo que habla va a ser parecido a lo dicho, estaba muy dispuesta a leer.

Por supuesto, para eso, Julia debía darle tiempo, y ahora no parecía dispuesta a ello. De una patada tiro el cartel donde se podía leer- Si no esta seguro…- y sonrió a Minerva, pidiendo disculpas por el gesto.

- Les he pagado lo suficientemente bien, para que lo reparen- dijo Julia al verla totalmente sorprendida- ¿Estas lista?

¿Servia contestarle no? No, porque sus brazos ya alzaban a Minerva, dispuesta a introducirla en el primer coche.

- Julia

- Jajaja, será divertido señorita Minerva, solo confíe en mí.

- ¿Le dijiste igual a Verónica?

Minerva lanzo la pregunta sin pensarlo y los brazos de Julia, que aun la sostenían, se cernieron más sobre ella, sus ojos pasaron de divertidos a serios y Minerva no pudo mas que morderse el labio, por su mala pata. Los celos no eligen, ni como, ni cuando. E igual le ocurre a sus labios, nunca saben cuando Julia los atacara mordiéndolos, con verdadero apremio, como ahora ocurriese.

- Yo nada le he ofrecido a Verónica y ahora a disfrutar.

Otra vez lanzada a miles de pies como si fuese una catapulta, tan alto, que la montaña rusa comenzó rodar, y Minerva solo pudo pronunciar el nombre de la dueña, de su particular catapulta.

Obvio, no fue Minerva quien mas disfruto del viaje en montaña rusa, aterrada se sujeto como pudo y el mejor de los agarres, lo encontró en las manos de Julia. Quien si, reía y gritaba, entusiasmada. ¿Cómo era posible esa transformación?

Preguntas que continuaban acumulándose para Minerva y que no obtenían fácil respuesta. Julia en Menorca, no parecía dispuesta a perder el tiempo y esa noche, según le anunció, sería importante.

En casa de Julia, Minerva dudo en como ir vestida. Pensando en su breve instancia en la Isla, no pensó en tener que acudir a una cena benéfica y una cosa, era haber perdonado el ataque de celos sobre su vestimenta y otra, aceptar que ningún Personal Shopper eligiese que llevaría o no. Al final, termino por lo más fácil. Si bien Julia era bastante más alta que ella, seguro en su armario habría algo que ella pudiera usar.

Nuevamente dudando se coló en su vestidor, mientras Julia terminaba de ducharse. ¿Qué llevaría Julia?El vestidor estaba claramente dividido, y su incursión en él, ya no solo le propiciaba un cosquilleo en su estomago por el atrevimiento, ahora también se unían unas mariposas mas nerviosas e inquietantes.

La parte de la derecha, era claramente de Julia, todo trajes estilo ejecutiva, con pantalón o falda, algún vestido de cóctel, sobrio como era su estilo y alguno largo. Pero, ¿de quien era el lado izquierdo? El estilo cambiaba por completo. Podría decir, que era ropa de corte mas atrevido y algunos de los vestidos, eran de verdadero vértigo. No, desde luego no podía ser de Julia. El estilo de Julia era absolutamente femenino, pero sofisticado. Sabía manejar como nadie, su lado androgino y la parte izquierda era mucho más “lady like”.

Poco mas iba a averiguar introducida en ese vestidor, mejor preguntar directa y cruzar los dedos, a la espera de que Julia respondiese. Salio de él y a pocos metros se introdujo en el baño, la espalda de Julia recibiéndola desnuda, era sumamente impactante. Musculada y con gotas recorriéndola como ella comenzaba a desear hacer. Imposible no hacer, lo que Julia sin girarse, le prohibía.

- No te los muerdas.

- No tengo vestido y sin tu permiso me colé en tu vestidor, donde no encontré nada apropiado para mi y no quiero usar tu globito ni el lado izquierdo del probador, que claramente no es tuyo. ¿Qué hacemos?

- Buscar una solución y no, no puedes usarlo, la dueña de esa parte del vestidor lleva desde anoche queriendo conocerte.

¿Qué no se los mordiera?Después de la información recibida casi a disparos, Minerva los mordió y con rabia. Lo sabía, esa ropa no era de Julia, era de otra. ¿Pero que otra?

- No, no vengas a agarrarme como siempre…..Juliaaaaa

Tarde, como siempre las respuestas eran escuetas y los brazos de Julia, fuertes y seguros.

 
 
 
 
 

3 comentarios:

  1. Nada que decir excepto que me sigue pareciendo excitante la relacion que tienen estas dos..
    Y aunque ahora Minerva por lo que siente por Julia se deja llevar..(quien no ufff)..veremos si sigue todo tan bonito...algo..algo tiene que pasar..esperemos...

    Gemo me repito niña..pero que le voy a hacer..ya me da igual..jajaja

    Elegancia y poderio en tu pluma niña.ya quisieran muchas
    consagradas escribir asi...

    Divina-Wilson

    ResponderEliminar
  2. adorooooooooooooooooooooooooooooooooooooo mais please esta historia em amo de verdade essas duas são o maximo e me parece que julia não só esta gostando de minerva como com minerva ela parece que estar começando a ser ela mesmo
    brigoninha

    ResponderEliminar
  3. totalmente enganchada a ésta vorágine de TODO esto que provoca leer esta incrible historia

    GRACIAS artisstaza

    ResponderEliminar