lunes, 28 de octubre de 2013

Mi cincuenta cláusulas 47


No hubo un sí como respuesta a Minerva, Julia directamente la agarró y con fuerza la hizo pegar a la pared. Minerva no se asustó por los modos, pero si lo hizo por el estado en que parecía estar sumida Julia.


Su respiración estaba claramente alterada y su rostro pálido, como nunca lo había visto. Con sumo cariño fue ella quien le agarró el rostro tratando de que sus ojos sólo la enfocaran a ella y no dio tiempo a más, Julia la besaba más allá del apremio.

Minerva siguió el beso, sin dejarse llevar, a cada tanto abría los ojos intentando adivinar, que hacía de vuelta y que le ocurría. Pero las manos de Julia, no se conformaron con agarrar, pronto buscaron traspasar sus ropas.

Con sus grandes manos agarrándole fuerte las cachas, Minerva hizo un esfuerzo para no exigirle detenerse sin más. Colocó las manos encima de las que apretaban su culo en el modo Julia más posesiva y contra su boca, hablo- Sush, ya...me tienes aquí, ¿si? Ya cariño, afloja un poco me haces daño- calmándola de la única forma que sabia. Sus ojos acompañaron sus cariñosas palabras y en los de Julia, vio el progreso, sintió como sus manos aflojaban y como Julia fundía los labios en los suyos, suspirando alto. Tan alto, que fue Minerva la que busco que como siempre la subiera a su cintura, para después abrazarse a su cuello, mordiéndose los labios, por el intenso momento.

- Minerva- dijo Julia, temblando ligeramente. Cinco horas y volvía a tenerla en sus brazos. De pronto la música no hacía ecos en su cabeza y el mareo cesaba de a poco. Ni ella ni Minerva, fueron consciente de cuanto duro el cerrado abrazo. La poderosa mujer, se guareció en su cuello y cada caricia de Minerva, era un suspiro medio tembloroso.

- Ahora entiendo porque tienes avioneta, te la pasas cruzando el cielo, a tu aire- busco así Minerva su sonrisa, pero Julia no daba por concluido el férreo abrazo y sus amigos ya se acercaban a ellas, extrañados por la larga ausencia de Min- Tenia muchas ganas de que te conocieran y por suerte están mis más allegados, los saludamos y nos vamos a mi casa, ¿quieres?

Su pregunta como tantas veces no tuvo contestación y cuando, no sin esfuerzo, consiguió que saliese de su cuello y volviese a mirarla, Julia sólo pronunció de nuevo su nombre, haciéndola sonreír. Tan grande, tan fuerte, tan poderosa y ahora se mostraba tan vulnerable, que hasta provocó que Minerva deseara teletransportarse con ellas, sin presentaciones, coches ni nada. Ellas dos, como princesa y reina, atravesando las calles, para llegar rápido a su castillo, y esconderse en él, para amarse como y cuanto quisieran.

Pero la realidad era otra, sus amigos llegaban hasta ellas, lo hacía Marga sonriendo encantada por poder saludar de una vez a la poderosa y lujuriosa Julia, lo hacía Fátima examinando el abrazo que costaba deshacer, lo hacía Mauro totalmente sorprendido y Manu, sonriendo sólo levemente.

Todos saludaron a Julia, con singular simpatía, incluidos Mauro y Fátima. El primero sin reponerse de la sorpresa de la aparente relación que unía a ambas y Fátima pese a sus reparos con esa mujer.

Fue apenas unos saludos cordiales y fue Minerva, con su mano sujetada por la de Julia, la que se despidió excusándose en un supuesto cansancio de Julia.

Obvio, los amigos quedaron comentando la novedad de la noche.

Marga continuaba en su defensa de un amor que llega y arrasa con lo que ha podido ser tu vida. Mauro, y sus celos de amigo protector, no hizo más que buscar defectos en Julia y el cambio de tercio de la noche, lo produjeron Manu y Fátima.

La última aprovechó los escasos minutos compartidos de Julia, para cuestionarse si realmente la había juzgado precipitadamente por sus prejuicios y quien comenzaba a tenerlos era Manu.

Nada amante de las parejas posesivas, había observado cada gesto de Julia, y era muy evidente, que para esa mujer, el adjetivo posesiva, empezaba a quedarsele corto. No dejo de sujetar a Min, ni cuando saludaba y eran evidentes sus pocas ganas e ilusión de conocerlos y si, de marcharse.

En el coche conducido por Lola, Minerva disfruto como nunca antes, de la Julia más inquieta que había conocido. Con las manos unidas, Julia esquivaba su mirada y para Minerva era tan tierno verla así, que dejo las bromas para apoyarse en su hombro y así llegar a su casa.

En el ascensor, volvieron las ganas de espiarla en directo y en el, Julia no tenía donde esconderse.

- Ha sido muy bonito, que vinieses. Aunque algo de celos haya- sentenció Minerva, una vez el ascensor llegaba a su ático. Entonces si, desunió sus manos y dejo a Julia parada, asimilando su pillada.

Para muchas cosas o detalles, fue noche de estreno. Por primera vez, Minerva le dejaba ver lo mucho que iba conociéndola a pesar de su hermetismo y por primera vez, Julia no disimulaba ni fingía. simplemente se limito a seguirla, con las manos introducidas en los bolsillos. Parecía, que tras puerta del ático, quedaba la poderosa mujer y dentro, la cortada. Aunque ambas, compartían silencio.

El silencio Arango, es como lo bautizo Minerva, tras dejarla preparándose algo en la cocina, mientras ella se daba una ducha rápida, para después ponerse cómoda y sorprenderla, abrazándola por detrás.

Julia se irguió, ante el imprevisto abrazo y olvidándose de su cena, bajo la cabeza mirando las manos entrelazadas de Minerva en su cintura.

- ¿Y? ¿Cómo es que Julia Arango sabe cocinar?

- Oh...ahora es cuando si o si, debo contestar.

- Jajaja, si quieres una sorpresa que prepare en cierto cuarto rojo de revelado, mas te vale.
 
 
 
 
 
 

5 comentarios:

  1. massssssssssssssssssssssssssss gemo pq vc demorou muitooooooooooooooooooooo

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  2. amo cada clausula é perfeito julia, mas um por favor doida pra julia mandar victoria a merta e começar a viver e feliz com minerva, julia tem um problema e finge ser dura e forte mas cerio que é só alto defesa e n gosto dessa victoria

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  3. Mi Gemo, no es que eres una persona obvia, está lejos de ser.. Pero, el encuentro entre ellas fue exactamente como me imaginaba, la reacción de ambos es compatible con la evolución los personajes ... Fuerte, excitante, suave, dulce...momento perfecto!
    beijos

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  4. ....''' Ni yo me reconozco''' debe pensar esa Julia poderosa..fuerte...dura..altiva...hasta ahora....hasta que ese sentimiento llamado Amor...llego de la mano de Minerva...entonces...todo cambio...y es que todo lo puede cambiar...sin duda es así...si¡¡¡¡
    ¡¡¡Soberbios¡¡¡¡ Escritora son cada uno de los encuentros de estas dos mujeres...lo son¡¡¡

    GRACIAS...........

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  5. DASS tanto, me emociona tanto leerte, que no se que decirte

    lo de tus minerva y julia, me dejan muda tengo el corazón a mil
    GRACIASSS DE VERDAD ARTISSTAZA

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