martes, 29 de octubre de 2013

Acelera, un poco más...22


Disfrute de mi excitación viéndola bailar, me recree observando cada gesto que sus labios hacían al hablar, al fumar, al beber, lo hice por igual delineando con mis ojos las líneas de su cuerpo, por igual con sus coquetos y sensuales gestos con los ojos, con su forma de retarme alzando la cara, me perdí una y otra y otra vez, por su largo cuello y cuando las manos me dolían de tanto desearla, cuando mas mojada no podía estar, cuando los colmillos me crujían de pura necesidad, abandone la Jaima, para fumarme un cigarro sentada en un pedron que amenazaba con destrozarme el culo.

No repase mi día con ella, no me preocupe por todo aquello que estaba sintiendo en solo horas de conocerla, no hable en pensamientos con mi madre y tampoco la llame. Solo mire el mar, escuche su paranoico sonido, las voces de la Jaima, alguna que otra canción y la esperé. El pum, pum minimamente alterado de mi corazón, no podía equivocarse, podría haber puesto en marcha un ascensor en el beso mas loco que me había robado hasta ahora, pero sabía que Lucia vendría a buscarme. Bastaba esperarla y lo hice.

Mi espera obtuvo premio, no se cuanto tiempo después. Solo se, que Lucia llego a su estilo, sin ruido y sin sobresaltos. Escuche el rechineo de las piedras tras de mi, la escuche suspirar, seguro mirando el mar y a pesar del porculero empedrado, se sentó tras de mi, con un esmero increíble.

Su cercanía me hizo cerrar los ojos, intentando llenarme de ella. Y ella, apoyo su barbilla en mi hombro, se que sonriendo.

- Tienes mi tabaco- me dijo a voz baja y ninguna de las dos, volveríamos hablar en un tono más alto, lo que quedase de noche.

Abrí los ojos y sin contestarle, prendí un cigarro, pasándoselo. ¿Cómo podía ser todo tan natural entre nosotras? Tan solo conocía su nombre y unas cuantas apreciaciones, que aún, no había tenido tiempo de comprobar.

Natural era, que fumase acariciando mi frente desde atrás y natural era, que yo correspondiera acariciando una de sus pantorrillas.

No llevaría mas de medio cigarro, cuando la sentí moverse, improvisando un baile sobre piedras insufribles, al poco, si creía que la locura de deseo que sentía por ella, no podía ser aun mayor, me equivocaba, escucharla cantar como lo hizo, destrozo todos mis limites.

- Baby your fire is lighting me up. The way that you move…is reason enough. That I love to make love to you, baby…nara nana nara nanaaa, to you baby.

Desatada mi más absoluta locura por ella, me hubiese bastado un simple roce, para gemir pérdida por ella. Pero ella es Lucia, y Lucia…Lucia dejo de acariciar mi frente para cogerme de mi flequillo tirando de mi cabeza hacia atrás.

- Si ahora te encierro en un ascensor y lo detengo, ¿que harías?

- Robarte un beso.

Y como venia pasando hasta ahora, fue ella quien me lo robo. Mi sincera respuesta, fue hecha mirándola a los ojos, a sus sumamente expresivos ojos y ella contesto, mirándomelos por igual, para después mirar mi boca y entonces, besarme provocando que ambas, dejásemos de mirarnos.

Imposible detener el gemido que broto desde mis mismas entrañas e imposible fue, no atraerla hacia mí, y retenerla conmigo entre piernas y brazos.

No había un ápice de ansia en su forma de besarme, y sentirlo, me hizo crujir por dentro. Lucia, pareció haberlo entendido, de a poquito y a sorbitos, así nos bebimos la una a la otra, como trato de beberme la vida.

Su lengua acarició la mía, en suaves y breves caricias, sus manos sujetaron mi cara y dios, sentí que los ojos se me quedaban vaciitos por el inmenso placer que me daba. Con pausa y delineando mis labios, detuvo el beso, para labio a labio, matarme un poquito mas al decirme…

- No solo nunca me he subido a una moto con una desconocida, es que además, nunca he estado con una mujer y llegas tu y…uff motera.

Joder, su uff encendido fue tan gratificante, tan placentero y tan de Lucia, que fue como si me hubiese corrido, ahí mismito.

- Si- dije, o lo gemí o directamente lo jadee.

- Si- me contesto y tampoco se, cual su forma de hacerlo, solo se que la palma de su mano, dejo mi mejilla, para buscar mi nuca.

Labio a labio, nos mantuvimos mirándonos y dios, vi mi deseo reflejado en sus ojos y sentí sus dedos colándose entre mi pelo y una caricia mas o un beso mas o un Lucia mas, y sería capaz de vaciarme sin necesidad de mas.

Pero mi lado gamberro siempre gana, hasta en las peores plazas o mejores según se mire, por eso, en mitad de ese momentazo de extremo deseo, cante:

- Vuela esta canción, para ti Lucia

El castigo a mi gamberrada, fue un nuevo beso robado y un propósito.

- Vamonos de aquí ya, motera.

Y no, no me gustan que me metan prisa, pero esta vez, me levante más obediente que nunca antes en mi vida.

- Jajaja, eres un bicho, para esto no protestas.

“Ay marecita mía. Cuanta razón lleva, mi morena”.
 
 
 
 
 

3 comentarios:

  1. toma yaaaaaaaaaaaaaaaaa OLE OLE ole jjjejjejejjejeje sigueeeeeeeeeeeeeeeeeeeee ARTISTAZAAAAAA que GRANDE

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  2. mmmm...interesante.........suena a verdad........
    (expresiones.......)

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  3. .......SIN PALABRAS....PUEDES LLEGAR A DEJARNOS SIN PALABRAS..Y ESO ES DIFÍCIL EN MI...PERO LO HACES ESCRITORA...A LA JAIMA...A LA PLAYA...SENTADA...DE PIE...BAILANDO...BESÁNDOSE ..DE ESA FORMA..QUE..QUE...¡¡¡COMO SEA¡¡¡ HACES QUE PODAMOS VIAJAR POR ESE MUNDO DE LOS SENTIDOS CON ESTA MOTERA Y LA DUEÑA DE ESA CANCIÓN QUE ES PURO VENENO EN LA SANGRE....
    ¡¡¡ ME ENCANTO¡¡¡¡¡¡

    GRACIAS...........

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