martes, 8 de octubre de 2013

Mi cincuenta cláusulas 40


Dos horas más tarde, el alterado aliento de Minerva choca contra un cristal, armando curiosas formas por el vaho que produce y de sus ojos caen tímidas lágrimas, mientras el cuerpo de Julia, la aprisiona más y más, sobre el cristal.

- Lo siento- susurra Julia cerrando con fuerza el abrazo sobre ella y Minerva se deja vencer sobre el cristal, sin importarle su estado medio desnudo.

- No lo hagas, no lo sientas.

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Cuando Victoria Davo, llego al jardín, todas las miradas se clavaron en ella. En especial la de Minerva. Observo con cierto pinchazo de celos el saludo entre esa mujer y Julia, y espero a que Julia la mirase pidiendo su acercamiento. Pero no ocurrió, ambas mujeres se mantuvieron hablando con demasiada intimidad un tiempo indefinido para Minerva y fue, Constanza y Adela, las que consiguieron que dejase de hacerse daño observándolas.

Instada por ellas, acudieron a por una nueva copa de champagne y tanto Adela como Constanza, terminaron por presentarle a sus respectivos. Mayores y muy agradables, ambos caballeros, la introdujeron en su grupo de conocidos y pronto Minerva, entablo conversación. Poco o nada, tenia que ver con esa gente. Todos gente de negocios, más propios de sus padres que de ella misma.

Pero le fue imposible, no seguir a hurtadillas los pasos que Julia daba. Al poco Julia departía con dos caballeros, cuando hasta ella, llegaba la gran protagonista de la noche, Victoria Davo.

A simple vista, Minerva pudo observar como a pesar de lo mucho, que esa mujer se cuidara, su edad era evidente. Mayor que Julia e imperdonable sería, no concederle lo que era; absolutamente llamativa. De gestos cuidados, largo cabello claro, de altura aproximada a la de Julia y cuerpo de infarto. Toda una mujer, que por momentos, a Minerva le hacia parecer una cría a su lado.

Espero armándose de coraje, a que esa mujer llegase hasta ella, y lo hizo sonriendo como lo hacia la propia mujer. El grupo con el que departía, saludo a Victoria y esta les contesto desplegando todos sus encantos, hasta que se giro hacia ella, posando una mano en su antebrazo.

- Por fin te puedo saludar. Imagino sabes quien soy. Julia es una pésima relaciones públicas, ni siquiera nos ha presentado.

Tenerla cerca, a solo un paso, con su mano tocándole el antebrazo y sonriéndola, hizo que Minerva suspirara con disimulo. Otra de las mujeres Arango, con estupida sonrisa.

- Un gusto, Victoria.

- El gusto es mío, Minerva. Tenia verdaderas ganas de conocerte. No te diré que Julia me ha hablado mucho de ti, pero si lo suficiente. Ya sabrás lo especialita que es.

No fue el único dardo lanzado por Victoria. En la breve conversación que tuvieron, Victoria se mostró muy interesada en dejar constancia de lo mucho que conocía a Julia y lo poco que la conocía Minerva.

Julia antisocial, Julia hermética, Julia especial, Julia, Julia y Julia. Nada nuevo para Minerva, en apenas días conocía aquello de lo que Victoria, se vanagloriaba hablando, y para ello no necesitaba compartir su vestidor, como ella.

Al poco Julia llegaba hasta ellas y no era a Minerva, a quien cogía por la cintura. Era a Victoria y era Victoria, quien contestaba al gesto, con un beso al borde de la comisura de los gruesos labios de Julia.

Nuevo suspiro de Minerva que comenzaba a preguntarse, que demonios hacia en esa cena y en compañía de esas dos mujeres.

- Es tan guapa como dijiste y me encanta, el toque aniñado que tiene.

Golpe bajo de Victoria, que Julia no amortiguo, se limito a sonreír, mientras en el jardín se anunciaba el comienzo de la cena.

Minerva en un golpe de autoridad, se alejo de las dos mujeres y se despidió amable del grupo con el que compartiera su segunda copa de champagne. No acostumbrada a tomar alcohol sin haber picado nada, cuando se giró en busca de su mesa, dio un ligero traspié y fueron los brazos de Julia, los que evitaron fuese a mas.

Ninguna dijo nada y Minerva se limito a dejarse llevar por Julia hasta la mesa, donde sus nombres anunciaban sus respectivos asientos, en frente, la estupenda Victoria y su inagotable sonrisa.

- Ya me dirás el chiste- le susurró Julia abriendo la silla para que Minerva tomase asiento y Minerva esperó, no entendiéndola- con ese grupito. Se te veía muy contenta.

- Julia, solo conversábamos.

- Julia tomad asiento, están los caballeros esperando

Victoria rompió el intercambio entre ambas y Minerva se dejo caer en la silla. Lo que menos necesitaba esa noche, era a la Julia posesiva y por primera vez agradeció, que esa mujer estuviese sentada a la misma mesa que ellas.

Julia guardo silencio para terminar obedeciendo a Victoria, quien a ojos de Minerva parecía regañarla. Y fue Victoria, quien nuevamente los dirigía como títeres, fue ella la primera en sacar conversación entre los comensales, mientras Julia se mostraba evasiva. Aunque lo hacia solo en apariencia, porque bajo la mesa, con su mano busco la pierna de Minerva.

- No se te ocurra.

Y le importo muy poco, la petición a baja voz de Minerva. Su mano consiguió subir el vestido, su mano acaricio piel y su mano intento que las piernas de Minerva se abriesen sin conseguirlo.

A perro flaco, todo son pulgas. Y la pulga principal esa noche para Minerva era Victoria, quien no fue muy acertada, con uno de sus temas de conversación.

- Adoro la fotografía, me parece apasionante el trabajo de fotógrafas como Annie Leibovitz. de hecho será Premio Príncipe de Asturias de comunicación este año. ¿Conoces su trabajo Minerva?

- Es un mito para Minerva- fue Julia quien contestó, aliviando sobremanera a Minerva. Por fin una tregua entre ambas, aunque la mano de Julia continuaba firme entre sus piernas.

- ¿Tu trabajo es parecido al suyo o como?

- Me dedico a la moda, estoy en Vanity Fair.

- Vaya- contesto uno de los caballeros sentados junto a ellas- que penoso trabajo, ver hermosas mujeres y fotografiarlas jajaja

- Tonchu, siempre pensando en lo mismo- intervino Victoria, ante la sonrojez de Minerva y la extrema seriedad de Julia.

- En lo único, querida.

Risas de toda la mesa, menos de dos de sus comensales. La mano de Julia, se aferra mas aun sobre la pierna de Minerva, y ésta no puede mas que morderse los labios, aguantando el dolor.

- Julia, por favor.

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4 comentarios:

  1. eu fiquei meio perdida gemo mas um por favor e não gosto que fiquem humilnhando minha minerva não que minerva da o troco e rapido sai fora de julia pra q essa corra atras sempre

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  2. massssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssgemo

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  3. Julia, es toda una amalgama de detalles, y su posesión comienza a ser preocupante. Me encanta. Besos Jayssel

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  4. ....intento de ''tocada y hundida'' para Minerva de Victiria....y no conseguido...Y furia contenida de La Diosa de Fuego...tensión que se palpa...el baile de los sentíos comienza su danza...que se ve...no serla suave....nada suave...

    GRACIAS................

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