jueves, 3 de octubre de 2013

Mi cincuenta cláusulas 39


El entusiasmo que Julia mostraba por esa cena, finalmente propició que Minerva usara su especial “globito”, para elegir un vestido con el que acudir a dicha cena. Facilidades que ofrece el poder, en apenas media hora el vestido estaba perfectamente dispuesto sobre la cama para ella.

Mirándolo Minerva negó con la cabeza varias veces, tantas discusiones con su padre, sobre ostentaciones como ésta y ahora era ella, las que las hacia. Paradojas del destino, no escupas para arriba, porque corres el riesgo de que tu propia saliva se acabe estampando en tu cara.

Si tan importante era esa cena para Julia, bien valía renegar de sus creencias y tratar que ese vestido le quedara espectacular. En ello volcó sus siguientes minutos, cabello, maquillaje y finalmente, contemplarse totalmente preparada frente al espejo.

Haciéndolo sintió un pellizco en el estomago. El vestido con escote palabra de honor, largo y con caída vaporosa, no se ceñía, en consecuencia, sobre su cuerpo y regañándose así misma, por lo que estaba haciendo, se giro frente al espejo, comprobando que el vestido no mostraba nada, que pudiera molestar a Julia.

¿Estaba cediendo en demasía a sus caprichos? La contestación de Minerva era negativa, no es que ella fuese de estilo de ropa provocativa, más bien se definía como “bohemic chic” en teoría la ropa no debería ser un punto de discusión entre ambas. Pequeñas trampas que realiza nuestra mente. Porque Minerva, puede negarlo, pero lo hace, cede engatusada por una mujer, que parece puede conseguir de ella lo que quiera.

Más, cuando esa mujer entra en la habitación ataviada con un Japsuit negro de Valentino, con escote en pico por delante y por detrás. Un conjunto de una sola pieza, con pantalones de ancha caída, que ensalzan aun más, la altura de Julia.

Minerva se reconoce boba mirándola, y no puede creer que Julia se queje de que la miran a ella, cuando cualquiera con un mínimo sentido de la belleza y feminidad, no podría apartar los ojos de ella.

Y como curiosos son los tempos del amor, Julia observándola con el vestido elegido, bien podría decir lo mismo. Pero entre “me miras y te miro”, ninguna habla, hasta que es Minerva, la que ruborizada por la profunda mirada de Julia clavada en ella, termina por hacerlo.

- ¿Crees de verdad que necesito personal shopper?- pregunta Minerva, sin saber muy bien hacia donde mirar. Julia se aproxima, una pared frena sus pasos hacia atrás y no parece que vaya a obtener contestación- El día que me respondas a la primera sufriré un shock.

Julia solo sonríe por sus palabras y continúa su avance. A Minerva la detuvo una pared, a Julia lo hará la propia Minerva.

Calor, para Minerva la cercanía de Julia, siempre le resultara caliente. Será su forma de mirarla, la de posarse sobre ella con esmero o la forma, apenas imperceptible de acariciarla. Aunque debe reconocer que ese silencio, unido a lo anterior, sexualmente la enciende al momento.

- Estas espectacularmente bella.

Poco importa el tiempo ocupado en maquillarse, si tras sus palabras, Julia delinea con sus gruesos labios su rostro. Ya no es solo calor, Julia ahora también quema. Queman esos labios improvisando caricias por su rostro, queman las caricias de las manos de Julia por sus brazos y quema el suave aliente de Julia recorriendo su rostro. Mirarla de frente y perderse en sus grises ojos profundamente posesivos, no quema, directamente le hace arder y si Minerva arde frente a ella, de su garganta brota un sincero gemido.

Gemido, que emite calor, quema y hace arder a Julia, como antes lo esta Minerva, pero hay una cena a la que acudir y la sonrisa traviesa de Julia, le confirma a Minerva sus intenciones.

- Oh no, no me tengas así toda la noche- rogó Minerva amarrándose a sus brazos y los ojos grises de Julia chispeando, le dieron la contestación. Julia estaba inventando un nuevo juego, quizás, el del deseo progresivo.

- Ahora no solo es que siempre sienta deseos de ti, es que además, empieza a gustarme especialmente, desearte todo el tiempo.

Punto para Minerva y nuevo lanzamiento desde una especial catapulta, la boca de Julia, incluyendo el labio partido, que Minerva besa absorbiéndolo.

- Creo que eso me gusta, señora Arango.

Ser plenamente consciente de lo mucho que esa mujer la desea, no solo propicia que la princesa que Minerva lleva en su interior suba a miles de pies o a veces cambie y lo haga a lomos de un bonito caballo blanco que hasta pasta en un bellísimo prado verde, también le ocasiona, sentir una seguridad aplastante al salir de la casa a su lado y por igual le ocurre, cuando sube al coche con Julia abriéndole la puerta.

Pero, y a pesar de que a cenas como la que se va a celebrar esa noche, esta acostumbrada, hacerlo al lado de tan poderosa mujer, disminuye su seguridad. Y lo hace mas, cuando la propia Julia le advierte, de cuantas personas se acercaran a ellas, por puro peloteo.

- Serás la novedad, desde Victoria nadie me ha acompañado a este tipo de eventos, supongo que esto unido a nuestra palpable diferencia de edad, será el cotilleo de la noche. Espero que no te lleguen a incomodar y que si lo hacen, me lo digas al momento.

La seriedad empleada por Julia, provocaron en Minerva, ganas de quitarle hierro. La diferencia de edad no era tanta como para ser el principal tema de conversación entre corrillos, puede que lo fuese mas, por volver a acudir acompañada. Y aunque Minerva trata de sujetar a su princesa interior, queriendo que no subiera más pies, lo cierto es que no lo consigue. Su princesa esta encantada de vivir casi constantemente a cien mil pies del suelo.

Apenas llegaron al gran jardín, donde se reunían aquellos que acudían a la cena benéfica, Minerva pudo comprobar que Julia no se equivoca en lo más mínimo. Las mirabas más directas de unos y las de reojo de otros, lo confirmaron. Es noche, las protagonistas de conversaciones a media voz, serían ellas.

No acostumbrada a ser el centro de atención, los nervios acudieron a su estomago, pero pronto, resurgió la Minerva simpática y desinhiba de siempre. Entre las personas que le iban siendo presentadas encontró a dos jóvenes, de edad aproximada a la suya con las que enseguida congenio, mientras Julia se revolvía con gente más de su edad, seguro hablando de negocios.

Simpáticas y de agradable conversación, entre las tres pronto surgieron las bromas y risas. Era fácil, estando rodeadas de multimillonarios que usan su poder y dinero, para reunirse en una cena de este tipo y pujar, vacilando sobre ese poder.

- ¿Qué se subasta?- pregunto Minerva, sonriendo de lejos a la mirada mas seria de Julia sobre ella.

- Suele decidirse al final de la velada. En teoría la puja es solo una parodia por las cenas similares que se celebran en Estados Unidos. Aquí el grosor importante de dinero se consigue con la entrada pagada. No se, cuando se habrá pagado este año, se encargo Jesús.

Jesús, primera sorpresa que se llevaba Minerva. El tal Jesús, marido de Adela, podía sacarle a ésta más de quince años, por igual ocurría entre Constanza, la otra joven y su pareja Alberto. Estaba claro, que la diferencia de edad entre ella y Julia, no podía llamar tanto la atención, si en esta cena, las grandes diferencias de edad entre parejas, era algo habitual.

La siguiente sorpresa, fue la expectación creada en el jardín por la llegada de una mujer. Espectacular a ojos de Minerva y a juzgar por como la miraban todos, a ojos de esos mismos.

- ¿Quién es?- pregunto impactada por como todo el jardín parecía querer saludar a la mujer, que sonreía sabiéndose ser el centro de todas las miradas.

- ¿Bromeas?- replico Adela, era imposible que no la conociera si había acudido a la cena de la mano de Julia Arango.

- No, no tengo idea de quien pueda ser.

- Es Victoria Davo

Conocido su nombre, Minerva volvió a buscarla con la mirada encontrándola junto a Julia, quien la saludaba con extrema confianza.

- Es íntima de Julia, por eso me extraño no la conocieras.

Victoria Davo, intima y dueña de la mitad del vestidor de Julia. Por fin, llegaba el momento de conocerla.
 
 
 
 
 

4 comentarios:

  1. só espero que não machuquem ou humilhem minerva pq ela não merece e espero que minerva chame atençaõ de muita gente e que desperte os celos em julia

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  2. .......''''La Diosa de Fuego''''....sigue pisando fuerte...sigue cortando el camino de Minerva en todo su hacer...en como ''saberla llevar''''...Pero lo lograra siempre??....Toda mujer fuerte...puede tener un punto débil ....vendrá de la mano de Minerva..

    GRACIAS .....ESCRITORA...por ¡¡¡tanto¡¡¡

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  3. isso to desejando que julia apaixone ate as tranças por minerva e que minerva seja um pouco dificil pra cada vez julia queria mais esta com ela
    brigoninha

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  4. Que mujer esta Julia...sensual..elegante..detallista y llena de detalles...
    Me gustara ver como reacciona cuando se de cuenta que se esta enamorando de la dulce Minerva...
    ¿Lo asimilara..lo admitira o luchara para no perder su autonomia ?...
    Espero impaciente....

    Me encanto este trocito escritora...espero el proximo avidamente niña...

    Divina-Wilson

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