El
entusiasmo que Julia mostraba por esa cena, finalmente propició que
Minerva usara su especial “globito”, para elegir un vestido con
el que acudir a dicha cena. Facilidades que ofrece el poder, en
apenas media hora el vestido estaba perfectamente dispuesto sobre la
cama para ella.
Mirándolo
Minerva negó con la cabeza varias veces, tantas discusiones con su
padre, sobre ostentaciones como ésta y ahora era ella, las que las
hacia. Paradojas del destino, no escupas para arriba, porque corres
el riesgo de que tu propia saliva se acabe estampando en tu cara.
Si
tan importante era esa cena para Julia, bien valía renegar de sus
creencias y tratar que ese vestido le quedara espectacular. En ello
volcó sus siguientes minutos, cabello, maquillaje y finalmente,
contemplarse totalmente preparada frente al espejo.
Haciéndolo
sintió un pellizco en el estomago. El vestido con escote palabra de
honor, largo y con caída vaporosa, no se ceñía, en consecuencia,
sobre su cuerpo y regañándose así misma, por lo que estaba
haciendo, se giro frente al espejo, comprobando que el vestido no
mostraba nada, que pudiera molestar a Julia.
¿Estaba
cediendo en demasía a sus caprichos? La contestación de Minerva era
negativa, no es que ella fuese de estilo de ropa provocativa, más
bien se definía como “bohemic chic” en teoría la ropa no
debería ser un punto de discusión entre ambas. Pequeñas trampas
que realiza nuestra mente. Porque Minerva, puede negarlo, pero lo
hace, cede engatusada por una mujer, que parece puede conseguir de
ella lo que quiera.
Más,
cuando esa mujer entra en la habitación ataviada con un Japsuit
negro de Valentino, con escote en pico por delante y por detrás. Un
conjunto de una sola pieza, con pantalones de ancha caída, que
ensalzan aun más, la altura de Julia.
Minerva
se reconoce boba mirándola, y no puede creer que Julia se queje de
que la miran a ella, cuando cualquiera con un mínimo sentido de la
belleza y feminidad, no podría apartar los ojos de ella.
Y
como curiosos son los tempos del amor, Julia observándola con el
vestido elegido, bien podría decir lo mismo. Pero entre “me miras
y te miro”, ninguna habla, hasta que es Minerva, la que ruborizada
por la profunda mirada de Julia clavada en ella, termina por hacerlo.
-
¿Crees de verdad que necesito personal shopper?- pregunta Minerva,
sin saber muy bien hacia donde mirar. Julia se aproxima, una pared
frena sus pasos hacia atrás y no parece que vaya a obtener
contestación- El día que me respondas a la primera sufriré un
shock.
Julia
solo sonríe por sus palabras y continúa su avance. A Minerva la
detuvo una pared, a Julia lo hará la propia Minerva.
Calor,
para Minerva la cercanía de Julia, siempre le resultara caliente.
Será su forma de mirarla, la de posarse sobre ella con esmero o la
forma, apenas imperceptible de acariciarla. Aunque debe reconocer que
ese silencio, unido a lo anterior, sexualmente la enciende al
momento.
-
Estas espectacularmente bella.
Poco
importa el tiempo ocupado en maquillarse, si tras sus palabras, Julia
delinea con sus gruesos labios su rostro. Ya no es solo calor, Julia
ahora también quema. Queman esos labios improvisando caricias por su
rostro, queman las caricias de las manos de Julia por sus brazos y
quema el suave aliente de Julia recorriendo su rostro. Mirarla de
frente y perderse en sus grises ojos profundamente posesivos, no
quema, directamente le hace arder y si Minerva arde frente a ella, de
su garganta brota un sincero gemido.
Gemido,
que emite calor, quema y hace arder a Julia, como antes lo esta
Minerva, pero hay una cena a la que acudir y la sonrisa traviesa de
Julia, le confirma a Minerva sus intenciones.
-
Oh no, no me tengas así toda la noche- rogó Minerva amarrándose a
sus brazos y los ojos grises de Julia chispeando, le dieron la
contestación. Julia estaba inventando un nuevo juego, quizás, el
del deseo progresivo.
-
Ahora no solo es que siempre sienta deseos de ti, es que además,
empieza a gustarme especialmente, desearte todo el tiempo.
Punto
para Minerva y nuevo lanzamiento desde una especial catapulta, la
boca de Julia, incluyendo el labio partido, que Minerva besa
absorbiéndolo.
-
Creo que eso me gusta, señora Arango.
Ser
plenamente consciente de lo mucho que esa mujer la desea, no solo
propicia que la princesa que Minerva lleva en su interior suba a
miles de pies o a veces cambie y lo haga a lomos de un bonito caballo
blanco que hasta pasta en un bellísimo prado verde, también le
ocasiona, sentir una seguridad aplastante al salir de la casa a su
lado y por igual le ocurre, cuando sube al coche con Julia abriéndole
la puerta.
Pero,
y a pesar de que a cenas como la que se va a celebrar esa noche, esta
acostumbrada, hacerlo al lado de tan poderosa mujer, disminuye su
seguridad. Y lo hace mas, cuando la propia Julia le advierte, de
cuantas personas se acercaran a ellas, por puro peloteo.
-
Serás la novedad, desde Victoria nadie me ha acompañado a este tipo
de eventos, supongo que esto unido a nuestra palpable diferencia de
edad, será el cotilleo de la noche. Espero que no te lleguen a
incomodar y que si lo hacen, me lo digas al momento.
La
seriedad empleada por Julia, provocaron en Minerva, ganas de quitarle
hierro. La diferencia de edad no era tanta como para ser el principal
tema de conversación entre corrillos, puede que lo fuese mas, por
volver a acudir acompañada. Y aunque Minerva trata de sujetar a su
princesa interior, queriendo que no subiera más pies, lo cierto es
que no lo consigue. Su princesa esta encantada de vivir casi
constantemente a cien mil pies del suelo.
Apenas
llegaron al gran jardín, donde se reunían aquellos que acudían a
la cena benéfica, Minerva pudo comprobar que Julia no se equivoca en
lo más mínimo. Las mirabas más directas de unos y las de reojo de
otros, lo confirmaron. Es noche, las protagonistas de conversaciones
a media voz, serían ellas.
No
acostumbrada a ser el centro de atención, los nervios acudieron a su
estomago, pero pronto, resurgió la Minerva simpática y desinhiba de
siempre. Entre las personas que le iban siendo presentadas encontró
a dos jóvenes, de edad aproximada a la suya con las que enseguida
congenio, mientras Julia se revolvía con gente más de su edad,
seguro hablando de negocios.
Simpáticas
y de agradable conversación, entre las tres pronto surgieron las
bromas y risas. Era fácil, estando rodeadas de multimillonarios que
usan su poder y dinero, para reunirse en una cena de este tipo y
pujar, vacilando sobre ese poder.
-
¿Qué se subasta?- pregunto Minerva, sonriendo de lejos a la mirada
mas seria de Julia sobre ella.
-
Suele decidirse al final de la velada. En teoría la puja es solo una
parodia por las cenas similares que se celebran en Estados Unidos.
Aquí el grosor importante de dinero se consigue con la entrada
pagada. No se, cuando se habrá pagado este año, se encargo Jesús.
Jesús,
primera sorpresa que se llevaba Minerva. El tal Jesús, marido de
Adela, podía sacarle a ésta más de quince años, por igual ocurría
entre Constanza, la otra joven y su pareja Alberto. Estaba claro, que
la diferencia de edad entre ella y Julia, no podía llamar tanto la
atención, si en esta cena, las grandes diferencias de edad entre
parejas, era algo habitual.
La
siguiente sorpresa, fue la expectación creada en el jardín por la
llegada de una mujer. Espectacular a ojos de Minerva y a juzgar por
como la miraban todos, a ojos de esos mismos.
-
¿Quién es?- pregunto impactada por como todo el jardín parecía
querer saludar a la mujer, que sonreía sabiéndose ser el centro de
todas las miradas.
-
¿Bromeas?- replico Adela, era imposible que no la conociera si había
acudido a la cena de la mano de Julia Arango.
-
No, no tengo idea de quien pueda ser.
-
Es Victoria Davo
Conocido
su nombre, Minerva volvió a buscarla con la mirada encontrándola
junto a Julia, quien la saludaba con extrema confianza.
-
Es íntima de Julia, por eso me extraño no la conocieras.
Victoria
Davo, intima y dueña de la mitad del vestidor de Julia. Por fin,
llegaba el momento de conocerla.
só espero que não machuquem ou humilhem minerva pq ela não merece e espero que minerva chame atençaõ de muita gente e que desperte os celos em julia
ResponderEliminar.......''''La Diosa de Fuego''''....sigue pisando fuerte...sigue cortando el camino de Minerva en todo su hacer...en como ''saberla llevar''''...Pero lo lograra siempre??....Toda mujer fuerte...puede tener un punto débil ....vendrá de la mano de Minerva..
ResponderEliminarGRACIAS .....ESCRITORA...por ¡¡¡tanto¡¡¡
isso to desejando que julia apaixone ate as tranças por minerva e que minerva seja um pouco dificil pra cada vez julia queria mais esta com ela
ResponderEliminarbrigoninha
Que mujer esta Julia...sensual..elegante..detallista y llena de detalles...
ResponderEliminarMe gustara ver como reacciona cuando se de cuenta que se esta enamorando de la dulce Minerva...
¿Lo asimilara..lo admitira o luchara para no perder su autonomia ?...
Espero impaciente....
Me encanto este trocito escritora...espero el proximo avidamente niña...
Divina-Wilson