Wilson S.L. 114

El tiempo dejó de existir, para Estefa. Se quedó detenido en la imagen de Martha arrodillada al lado del cuerpo inerte de Daniel.

No fue consciente de como Maca la sacó de esa calle, tampoco de como los chicos de Wilson, reconstruyeron la escena aprovechando el accidente y tampoco de como Faus la cogió en brazos y así la introdujo en el coche, sacándola de allí.

Necesitó minutos, muchos de ese tiempo, para ser consciente de que fumaba nerviosa en el parking de un Hospital y de que la cabeza, le dolía como si hubiesen estado atornillándosela.

Dentro de ese Hospital, Macarena y Martha ultimaban los detalles para llevarse el cuerpo de Daniel y darle santa sepultura, a petición de Martha.

La misma Martha que se mantenía en completo silencio, de nada sirvieron las palabras cariñosas usadas por Maca o los gemelos, la rubia mujer parecía con la boca sellada y en esas Maca sabía que no servía de nada insistir.

Una vez todo quedó cerrado en el Hospital, un regalo por aquí, otro por allí y regalazo especial al conductor del coche por su acierto de esa tarde, Macarena se ofreció a llevarla a casa, pero la rubia rechazo la propuesta, pidiendo soledad. Concedida, fue Toncho quien la llevó a la casa donde vivió antes de hacerlo junto a Estefa.

Fa: Estefa esta ahí fuera, ¿le aviso?- preguntó Faus cuando el y Maca se quedaron a solas.

M: No, me la llevaré yo- Maca torció los labios y sonrío, identificando el gesto con el que siempre realizaba Anna- Soy pésima consolando y más pésima intentando dar ánimos, ¿que cojones le digo yo ahora a la mocosa?

Fa: No se, ¿que Martha necesita tiempo?

M: ¿Para que?

Fa: Joder Maca, no se... es lo que siempre se dice.

M: Jajaja, tienes tan poca idea como yo.

Sin saber muy bien que decirle, Maca terminó por buscar a Estefa en el parking, a pesar de que ya era noche, la frente de Estefa de lejos, ya se veía bastante mal, de cerca, la inflamación era considerable. Cuando llegó a su altura, le fue imposible no acariciarle el pelo, mientras Estefa bajaba la cabeza.

M: Te podrían haber mirado la frente. Tienes un buen golpe.

Es: Se ha ido, ¿verdad?

M: Los tienes bien puestos- sin aún haber decidido como animarla, atajo por lo que realmente sentía. Admiración por cómo Estefa había aguantado estoica, las amenazas del tipo- No llegaste ni a temblar.

Es: Vale, esta claro que se ha ido.

Todo lo valiente, todo lo estoica, ahora quedaba atrás y reteniendo las lágrimas se dejaba abrazar por Maca.

M: Yo si que temblé, ¿te imaginas que hubiese hecho tú hermana conmigo si te ocurre algo?

Es: ¿Esta bien?- daba igual que Maca tratara de distraerla, para Estefa sólo existía una mujer ocupandola por entero.

M: No, pero lo estará.

Es: Lo eligió a él, en mi cara Maca.

M: Fue al contrario. Yéndose con él te estaba eligiendo a ti. Pero tienes un hostiazo en la cabeza, y estas enamorada de una tía retorcida. En esto último tengo experiencia.

Es: Jejeje Anna, pobre.

M: Y ahora sólo necesita encajar todo y no debe ser fácil hacerlo frente a ti. Ella tiene recursos y tú y yo, tenemos una copa esperándonos.

Es: La que te está esperando es Anna, la retorcida.

M:  Jajaja naa, las retorcidas se entienden entre ellas. ¿Te achucho más? ¿Eh?

Es: Jajaja, no te pega nada esto.

M: No te creas, ¿eh? Siempre te he querido abrazar, eres algo así como la hermanita pequeña que te sigue a todos sitios, que quiere fumar porque tú fumas, lo mismo con beber, mujeres, madera, colombianos, ¿sigo?

Apenas una hora más tarde, Martha sale de la ducha sin todavía haber recuperado la conciencia, después de todo lo vivido.

Irónica sonrió mirándose en el espejo. La vida no había sido muy agradable con ella y la pequeña tregua ofrecida de la mano de Estefa quizás, no pudiera ser eterna.

Dani aparece y ella tiene que descubrir que está vivo, justo cuando éste apunta con un arma a Estefa.

Estefa, Estefa y Estefa. Único pensamiento cuando su conciencia regresa y dos toques suenan en la puerta.

Mr: Voy

Dualidad, sonreír por dentro deseando que sea Estefa, abrazarse a ella y que mañana el sol salga por donde le de la gana salir y nueva mirada triste ante el espejo. Que poco, siente, le puede ofrecer.

Pero no es Estefa, quien está esperando a que le abran la puerta. Es la mayor de las Paredes, botella de vino en mano.

Con sólo una toalla cubriendo su desnudez, Martha abrió reconociéndose nerviosa.

An: Lo sé- dijo con cierto toque cómico- soy la última a la que esperabas tras tu puerta. Pero querida, no me gusta beber sola.

Mr: Ya- contestó mordiéndose el labio. La Anna divertida, tenía su punto y ella tampoco quería beber sola.

An: Eso si, vístete por favor.

Mr: Eres de las pocas personas que me han pedido tal cosa.

An: Querida, para todo hay que tener clase y clase a mi me sobra.

Mr: Aja- rodó los ojos, cuando Anna paso entró a la casa guiñándole un ojo coqueta. Desde luego a Anna nunca le faltó abuela, pero desde que todo estuviese marchando como la seda en su alcoba, aún la necesitaba menos. Martha suponía, mucha culpa de ello la tendría Maca y su eterna devoción por la mujer que se colaba en su casa y con suma feminidad, se quitaba los zapatos para acomodarse en el sofá- Ponte cómoda- murmuró negando con la cabeza. A continuación cerró la puerta con la idea de ponerse una cómoda camiseta, pero la voz de Anna, le hizo dejar la idea y quedarse parada.

An: La vida es una cabrona. Le gusta jugar con nosotros y ha habido ocasiones en mi vida, hasta que le he puesto cara y la he visto reír a plena carcajada frente a mi-en una catarsis improvisada, hablaba al aire o a Martha no sabía bien, mientras servía dos copas de su vino- Pruébalo tu primero, es cortesía- le indicó una vez se percató de la quietud de Martha. Sin esperar que lo hiciera y totalmente relajada, prosiguió- Me enamoré de una niñata, hija del mayor cerdo que he conocido en mi vida y ambos representaban aquello de lo que siempre estuve en contra- pausa que realiza cuando Martha llega hasta ella y prueba el vino- buenísimo debe estar, es mío.

Mr: Tanta pedantería le puede restar sabor.

An: Uhm...a nada que yo haga le falta sabor- nuevo guiño que provoca la primera sonrisa de Martha- querida- y remata con un apelativo que hace que las dos rían por igual. Punto conseguido, la rubia mujer de cuerpo demasiado apetecible, se sienta frente a ella y como ella, degusta el vino- Ahora esa cabrona que es la vida, seguro pelirroja y de blanca sonrisa, me estará mirando y riéndose sin parar de mi. He acabado enamorada hasta la cal de mis huesos de esa niñata y dirijo aquello que tanto odie.

Mr: Aja, hasta putas tienes, es para reírse, no se lo tomes en cuenta- el relax comienza a llamarla y prácticamente relajada, se recuesta en el sofá como lo esta Anna. Una cara a cara curioso y poco previsible, pero a ambas relaja y a ambas les viene bien.

An: Me espantó saberme lesbiana y por despecho, venganza y un montón de sentimientos absurdos, me case con su hermano.

Mr: Gran parte del amor, lleva esa absurdez.

An: Y se rió en mi cara a base de bien. Hombre más pésimo en la cama no creo que exista.

Mr: Jajaja ¿tanto?

An: Tantisimo diría. No conseguí nada con ese matrimonio que no fuese romperme por dentro y puedo ser hoy muy feliz, pero hay heridas que no curan nunca, sólo puedes aprender a vivir con ellas. Yo sola la lancé en brazos de lo que tanto odiaba, drogas, mujeres y cuanto más la apartaba de mi, más me odiaba a mi misma, con lo cual

Mr: La vida, no paraba de reírse de ti.

An: Exacto y ahora no es que haya aprendido la lección y sea una mujer menos vengativa y orgullosa, no. Más bien es, que me he dado cuenta que lo inevitable se llama así, porque simplemente lo es. Me es inevitable quererla y querer ser su mayor centro de atención. Quiero que siga buscando mi cama con desesperación, que si le apetece bailar sea conmigo, lo mismo si es llorar o reír, ¿y sabes? La vida...la vida que se ría de mi cuanto quiera y le de la gana. A ese punto debes llegar con tú vida.

Mr: Ya...

An: ¿Qué has pasado por lo peor que puede pasar una mujer? Pues si, pero saliste con heridas que quizás nunca cicatricen, pero seguiste adelante, lograste forjarte otra vida y a pesar de los errores ..ejem...llamémosle Valeria por poner un ejemplo, la mocosa de mi hermana te adora y la vida podrá reírse de ti resucitando muertos, pero ella seguro te está esperando hecha un ovillo en la cama. Pues eso..que se ría cuanto quiera, al final a quien quieres te quiere, no creo haya mayor ni mejor premio que ese...- pausa para elevar las cejas chistosa y comprobar que los ánimos de Martha, se equilibran.

Mr: Querida- equilibrada y recuperando el humor, completa la frase de Anna, riendo.

An: Jajaja y que conste, que no me hace la menor gracia, que mi abrazo no sea el que primero que necesite esa mocosa...Una copa más y  me voy a por mi niñata a la que llaman señora y me río un buen rato de la vida...tú sabrás, si te escondes de su risa o le respondes por igual, riéndote en su cara.