sábado, 19 de octubre de 2013

Madrina 3


La niña del pico, novillera deseando tener picador, echo una última mirada a las mozas que caminaban derechas al cason principal del Cortijo y como buena torera, bajo la cabeza santiguándose.

Duros serían los meses que le esperaban en ese Cortijo, mucho entrenamiento, mucho toreo de salón, mucha tienta y mucha capea, pero ni una mujer. Era para santiguarse y rezar, lo era.

- Mi virgencita, aquí está esta pobre criatura que sueña con ser torero. Guiame y protege mis pasos. Amén.- terminaba de rezar y al levantar la cabeza, los ojos emocionados de Manolo la miraban por el retrovisor- No, por favor...no...sin mariconadas ¿eh? Que soy muy chica y me da por llorar.

- Jajaja. Niña mira que Cortijo, algún día, tendrás uno igual- la animaba el apoderado, pero la niña fruncía su ceño. El coche no iba camino al cason principal como las mozas, sino que seguía de frente, caminito a una casona un poquito más chiquita, menos cuidada y con varios mozos en la puerta.

- ¿Manolo que haces? Que te has pasado el Cortijo- protestaba Candela, mirando la gran casona.

- Esa es la casona de la dueña del Cortijo, ahí no se va para nada.

- Aju Maestro, todo es prohibirme cosas, así es un rollo.

- Toros, tú a los toros nada más- contestaba el Apoderado y bien podía haber rezando el también. Porque la estancia en ese Cortijo con esa niña, fácil no será.

Manolo miraba a una y al otro, y viendo la cara penilla que se le quedaba a la novillera, decidió intervenir sin ningún acierto.

- Dicen las malas lenguas sin na mejor que hacer, que la dueña del Cortijo, tiene unos ojos capaces de hacer perder el sentio a los hombres.

- Pues entonces a ella si la puedo mirar, que yo soy novillero con picador y mujer.

- Jajajaja, Maestro nadie dijo que fuera tarea fácil- se excusaba Manolo. Animar a la niña puede traer salidas como la recibida.

- A callarse ya. Vamos a ponernos serios, aquellos mozos que ves en la puerta del Cortijillo, son como tú. Criaturas con el veneno de los toros corriendole por las venas. Si un toro te arrastra, uno de esos te sacará el bicho de encima, si consigue pincharte, otro tapara tu herida y algún familiar de esos niños, seguro consuela a tu madre en las largas horas de enfermería. Así que los respetas como si ahora mismo, te dijera son tus hermanos.

- Snif...- se emocionaba la niña tras las palabras de su apoderado y rápido lo hacía saber- Cuando quiere Maestro, habla usted de una manera, que a mi me...me...mejor se lo canto

- No...no...déjalo, te hemos entendido niña- cortaba Manolo el carraspeo de la niña para echarse a cantar. Pintaba el día bueno y no era cuestión de estropearlo, nada más llegar.

Pero cuando la niña se arranca ya no hay marcha atrás.

-Cuatro puntales sostienen la catedral del toreo, cuatro torres andaluzas esculpidas por el genio: Juan Belmonte, Joselito, Rafael Gallo hechicero, y un Manuel, Manuel Rodríguez "Manolete", ¡qué tore...- el coche llegaba, la niña dejaba de cantar e imposible le era no mirar el tordo caballo que raudo pasaba por delante de ellos.

Manolo miró al apoderado, el apoderado a la niña y ésta, esta miraba al caballo y a la espalda de quien lo montaba a galope.

- ¿Era mi madrina?- preguntó Candela perdiendo de vista el caballo y su jinete.

- ¿Que te he dicho de las mujeres?- y se enfadó su apoderado. Mujer era quien montaba ese caballo y si al bueno del apoderado no le fallaba la vista, era ella, la dueña del Cortijo.

- Oju un montón de cosas maestro, pero sobre todo que no las mire.

- Jajaja, hemos llegado- intervino Manolo deteniendo el coche- Aquí niña, empiezas a ganarte tu gloria.
 
 
 



1 comentario:

  1. ...... Esta Niña los picos..esta novillero...robara más de un corazón...seguro¡¡¡...Como me gusta la frescura en esta Historia...como esos diálogos Tan...Tan...Tan tiernos...bonito todo..''como una noche de Luna llena.¡¡...lo es¡¡¡¡¡¡

    GRACIAS..........
    Celeste-Negro

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