jueves, 24 de octubre de 2013

Desvíos "Escondidas" 4


El resultado de la novatada del nuevo Agente a instruir, había sido una ducha larga, muy larga. Podía recurrir a mil y un trucos para aliviar el olor a descomposición, podían pasar años en el Cuerpo y podía hacerse la inmune delante de los novatos, pero esa pestilencia, continuaba siendo retenida por sus fosas nasales durante horas.

Quizás fue el sitio donde se dio la segunda ducha, quizás los días sin verla o puede que fuese todo unido, pero el olor a cadáver en descomposición paso a un segundo plano. Primaba el vestirse cómoda, unos jeans desgastados, camiseta y pies libres de calzado. Era relajante caminar descalza por la moqueta de esa casa.

Después, consultar la hora una y otra vez, mientras disponía una coqueta mesa. Esther llegaría cansada, nada mejor que una buena cena, encargada por supuestisimo, dos copas de vinos y por fin descansar, enjaulada por unas kilométricas piernas.

El timbre de la casa anunciando la llegada de la cena coincidió en el tiempo, con un nuevo correo recibido. Es el restaurante de confianza, donde encargan siempre que acuden a ese rinconcito, perdido en la sierra de Madrid. Pueden esperar unos segundos, los que tarda ella, en leer el siguiente correo.

Devorer72: “Dame un minuto de ti y quizás sea suficiente”. Realmente necesito que me hagas descansar. ¿Podrás?

Sonreír olvidando cadáveres, días de ausencia, adolescentes, niños y exparejas, todo queda fuera de esa puerta, donde espera ser recogida una cena, y contestar el correo recibido de la siguiente forma.

Macarenawf78: “Dame algo de ti y algo llévate de mi”. Yo creo que si. La cena llego, solo faltas tu.

Aun no suenan en el salón la recopilación preferida de boleros de la Presidenta, la televisión esta prendida y siendo la hora que es, cuando la Inspectora da paso a su cena, los informativos, como llevan haciendo los últimos tres días, comienzan con la noticia de las inundaciones.

El muchacho que trae la cena, ya es de confianza, por eso deja que disponga la cena en la mesa y aprovecha para abrir un botellín de cerveza, mirando la televisión. El río, los ciudadanos, algún camión de la Unidad de Emergencias y por fin al final, la Presidenta en imagen.

Observando más allá de lo que el locutor dice o la propia Esther habla, la Inspectora se centra en sus facciones, investigando en ellas, leyendo más allá, pero el muchacho termina de disponer la cena y a su lado, mira la televisión como ella.

- Es para flipar con lo alta que es- le dice el muchacho apoyándose junto a ella y la Inspectora lo mira, no entendiendo. Demasiado absorta como estaba en la imagen de Esther, no da para mas- En MercaMadrid, coincidí con ella- prosigue el muchacho y ahora la hace reír por la forma de decirlo- Vamos que ella iba ahí como hacen los politicuchos

- Políticos

- Como sea, iba saludando y tal y tía, me toco a mi de frente, que yo paso tela de esa panda de chorizos.

- Hay que joderse- murmura molesta, pero entiende que el chaval habla relajado y que la imagen de los políticos últimamente no hay quien la pueda lavar. Pero joderle le jode y es imposible que la sonrisa no se le borre- ¿Y?

- Pues que me tendió la mano y pregunto que que tal estaba y aquí, no solo lo flipe por su altura, es imponente esa mujer. Te mira así como que te quiere escuchar. Supongo que será buena actriz.

- Si te preguntó es porque en verdad quería tu opinión, no por agradar.

- Ja, me los conoceré yo.

- Já, dime cuento es.

- Oye, pero no te piques, ni que te tocara algo.

Para que contestarle, era ella la que siempre recibía la cena, el chaval no tenia, ni podía saber, para quien era esa cena, aparte de para ella misma.

Pero jodia y dolía. Sus propias carnes pagaban las largas horas y días, que Esther dedicaba a eso de ser politicucho, noches enteras de llamadas, visitas, actos, discursos, premios, tragedias y aun así, velar por la mejor atención al ciudadano. Y llega uno de esos politicuchos, se lo lleva de gratis y caen todos en el mismo saco.

Malhumorada por estar malhumorándose, una vez despidió al chaval, consultó su móvil por aviso de mensaje recibido y ahí estaba. Su espadachín fiel, quitando los malos rollos de golpe y con un solo mensaje.

WtsERi: Feilla, no te me entusiasmes que he visto en las noticias a tu morlaca y pobesilla, tie cara cansailla….illa….illa….Jopetas…petas….petas.., tengo eco..eco…eco.

La autora del mensaje a kilómetros de ese escondite, se ríe ella sola, mirando su curradísimo mensaje, cuando la voz del hijo mayor de Esther, le anuncia su esperadísima llegada.

- Por fin, llego Raquel- le anuncia Fernando entusiasmado. Con Raquel ahí, pueden empezar a preparar la fiesta que piensan y quieren dar con sus amiguetes.

- Ay….ay….ay- suspira la rizos mas flipada del cuerpo nacional de policía y pese a que Fer ya se ha reído, ella continúa cual cansina es- ay…ay…ay

- Jajaja, flipada eres. ¿Qué pasa?

- Que tengo eco..eco...eco- continua con su gracia y ambos se ríen de buen rollo. Pero entonces, por la puerta del salón aparece una castaña, con traje de ejecutiva, tirando de una troiller, y a Eri se le pasa cualquier eco- Chati

- ¡Cary!- exclama Raquel dejando su troiller para avanzar rápido hacia ella a puntito del puchero.

- A mi no me hagas mas esto, Chati- dice Eri abriendo sus brazos para recibir a una Raquel que histrioniza sus movimientos. Tantos días sin ella, le hacen exagerar hasta que tres días después, sus cuerpos vuelven a conectar- Chati de mis entretelas.

- Cari de mis entrañas, ¿Qué te he echado de menos?

Ante tales demostraciones efectivas, Fer prefiere huir, no sea que su adolescencia se vea salpicada por cantidades ingentes de azúcar. mientras ellas se enredan en un largo beso. Pero Eri no solo es una anti disturbios con una loca cabeza, ella es torera. Y el maestro torero, siempre esta al quite y preparado. Por eso en cuanto se percata de la no presencia de Fernando en ese salón, acorrala a su morlaca preferida.

- ¡Ay Eri!, que han sido muchos días- su morlaca preferida de nombre Raquel, se queja por purito vicio, porque su queja es verbal contradiciendo a todo su cuerpo. El que se deja subir al recibidor y coge al vuelo una de las piezas orientales de Esther. Pieza que pronto olvida, es mucho mas entretenido agarrar la camiseta de Eri como si le fuese la vida en ello.

- Es un tentadero nada mas- avisa Eri, faltita de aire. Sus besos, su agarre, los días, las ganas y las ansias que provocan las ultimas, no le dan para pensar mas que en colar las manos por debajo de la falda y gemir, al volver a sentir esa ardiente piel- Un probar a ver como esta la vaquilla de brava.

- Jajaja, y que esto me siga excitando es para....para......ay dios....¿como esta la vaquilla?

- De arte, la vaquilla esta para indultarla.

Papeles distribuidos, toca besarse y acariciarse, pero no están solas en la plaza y su publico, adolescente en fase protesta constante, se queja.

- Que asquito de adultos, o están discutiendo o haciendo eso- dice Sara a su hermano en su regreso escandalizado del salón.

- Jajaja, pues dejalas. Sube a ver a Pedro, tengo a Papa venga a llamarme.

- Puff, yo paso de movidas. Si lo vas a enfadar, le dices que salí.
 
 
 
 
 
 
 
 






4 comentarios:

  1. ammmmmmmooooooooooooooooooooooooooooooooooo demais essas duas se amammmmmmmmmmm muito lindo maca sentindo ruim por falarem mal de ester isso é amorrrrrrrrrrrrrr de verdade, a espera do encontro desejado pelas duas

    ResponderEliminar
  2. .......'''dame un minuto de ti...y quizás....quizás sea suficiente''''....eso es decir a cosas bien¡¡¡¡ como me gusta la ''complicidad'' de esta Presidenta y su Poli..¡¡¡ como ...como¡¡¡....Es ¡¡tanto¡¡ lo que me gusta esta Historia ...que Escritora...no se como expresarlo ya¡¡...si te digo esto....

    GRACIAS.................

    Celeste-Negro

    ResponderEliminar
  3. Devorer72: “Dame un minuto de ti y quizás sea suficiente”. Realmente necesito que me hagas descansar. ¿Podrás?..

    ¿Se puede pedir algo sin decirlo claramente y con muchisima clase?
    Se puede...pedazo de mujer Esther....me encanta....

    Divina-Wilson

    ResponderEliminar
  4. “Dame un minuto de ti y quizás sea suficiente”. De acuerdo con mi dos bellas damas... me gusta la ''complicidad'' pedazo de mujer Esther

    Cari.

    ResponderEliminar