Al aire ¿libre?

Que mañanita de comedura de tarro, he pasado. Me pasa por ser una mente pensante como pocas, para algunas cosas, las menos importantes, y no ser nada pensante para otras, las mas importantes.

Todo comenzó, cuando cargadita iba para la playa. Porque si, llevar un perro a la playa es como llevar niños. Pelotas, agua, bebedero, toallitas (juas), palos y piedras (seeh burrica como la dueña). A esto hay que sumarle, nuestras cosas, protectores, revistas, toallas, en fin. No se como, todo le cabe en una mochila, ojo a la unidad métrica citada.

Mochila que yo cargo, que a dama no me gana nadie, durante unos cinco kilómetros, así como para estirar. Pues bien, paseito playero y como hoy la posidonia se había comido media playa, tuvimos que andar mas y dábamos por hecho, que tendríamos que ir a la zona "guay" de la playa.

¿Qué que es la zona guay? Es la zona donde los, no se como definirlos, ¿amantes del sexo libre? toman el sol y eligen presas.

Ya iba yo renegando, porque en la zona costera donde vivo, eso del sexo libre esta ocupando todas las playas, pero haciéndole caso a su- Tu con no mirar, ya tienes-. Si claro, parece fácil. Resulta que vas por un senderito, observando y fotografiando a los flamencos de las salinas, cuando ¡zaca!, me encuentro cuatro piernas haciendo malabarismos extraños, y ¡cuidado! soy yo, la que se medio avergüenza y sujeto a Xena, que ella en cuanto ve jolgorio quiere participar.

Diréis, ¿se detuvieron?, ¿se cubrieron?, ¿se avergonzaron?, y yo os contestaré- Nain- siguieron a lo suyo, porque según voy aprendiendo, les mola que los mires. O sea, que te detengas a su lado y contemples sus jueguecitos.

Jejeje, naa. No mire, cochinotas, seguí mi sendero, y aquí vino mi primera comedura de cabeza. Soy una tipa que se asusta de poco, pero esos dos chicos maduros y sus cuatro piernas, me hicieron murmurar- ¿Y si llevo niños?- preocupándome a continuación, porque una tipa liberal como yo, debería poder sacar una defensa al comportamiento de esta gente. Cosa que no he conseguido.

Mas adelantes, vimos a mas, que a esto si nos hemos acostumbrado. Suelen desnudarse fingiendo ser nudistas, escondidos entre dunas y pasean, pasean sin sentido alguno, después con varios sendas atravesadas, te das cuenta o crees, que pasean para otros que están en plan cazador de liebres, parapetados en otra duna con prismáticos y churra al aire.

¿Qué que hacen con la churra? No lo se, mi pareja me dijo- Tu con ni mirar- y eso hice juas.

Eso si, significo, que yo no he visto a ningún cazador con la churra al aire libre, si no es para hacer pis en un arbusto. Que también, pobre arbusto ¿no?

A lo que iba, que me lío. ¿Cómo la churra? Gemo por dios, deja la churra quieta. Apañada soy, todo me lo digo yo misma. Vale si, menos el- tu con no mirar- jejeje.

Cuando conseguimos llegar a la playa, vale. Acepto que acelere el paso, pese a sus miles- Cari, ¿vas apagar un fuego?- porque yo no reniego de lo que soy, y celosa lo soy un rato largo y claro, si eres celosa, como que un muestrario de churras no te gusta que este viendo, ¿ O esto es solo cosa mía?

Es igual, llegamos si. Dios, como mola, quitarte la mochila porta kilos a lo bestia, y sentarte a fumarte un pity en paz. Bueno, eso lo haces cuando lo has dispuesto todo, y si, pasa por ser dama, una penilla con lo macarra que yo he sido, pss.

Con ellas en el agua, y yo montando todo un iglú en el desierto, pude espanzurrarme en el pañuelo. Ni cigarro ni nada, espanzurrada allí sin desnudarme si quiera. Cerré los ojos y cuando los abrí, ¿que tenia al ladito?

Una churra, ¿que como era? Ay dios, - Tu con no mirar- y no mire. Cerré otra vez los ojos, pensando- Oyes, que lo mismo estoy en una feria de esas de despedida de soltera, y en verdad es una cadena de water- pero no. Era una churra y su dueño, mirándome.

A dios gracias, que mi cara de mala hostia, sale en el diccionario, y ni mijita palabra tuve que decirle al tipo para que se fuera.

La cosa es, que cuando mire a un lado y a otro, estaba rodeada de churras y manzanitas a diferentes tamaños y madurez.

Jajaja, ¿donde narices estaba? Y aquí, vino otra comedura, alguien como yo que se confiesa bisexual, debería estar como en el paraíso, pero no. Jolines, no me sentí así y ver a una abuela en bikini del decathlon en medio de todos ellos, fue peor. Tuve ganas de levantarme, ir por ella y decirle- Ya esta, que se han desmelenado, pero tu como dice mi cari, con no mirar-. Pero claro, yo le tengo fe ciega a mi pareja, pero la abuela no la conoce de nada, ay dios que dilema.

Para detener el pedazo rollo que estoy soltando diré, para mi el nudismo siempre ha sido como su propio lema, natural. Pero, ciertos comportamientos, hacen que no lo vea tan natural.

¿Me hago mayor? ¿En verdad soy una carca? ¿Por la libertad todo vale? ¿?