lunes, 23 de septiembre de 2013

Wilson S.L. 109


Los días fueron transcurriendo, sin que ninguna de las chicas Wilson se diese cuenta. Como bien quiso Anna, cada cual tenía un papel a desarrollar establecido.
La señora el propio de cabeza del clan, sumado a retomar las relaciones con los rusos y la entrada de madera servida por Montoya. Apenas unos meses, y dos entregas habían sido realizadas con absoluto éxito. Anna continuaba con sus bodegas, en apariencia al margen de Wilson, pero como en política o casas reales, detrás de un buen jefe hay una gran mujer. Estefa finalmente no acepto, la supervisión de la red de negocios y si, todo lo referente a personal a contratar. Ahora era ella, quien visitaba el gueto. Y Martha, supervisó todas las reformas realizadas en la Ganadería para convertirlo en el mayor complejo de la comarca.

La única que continuaba al margen, o casi, era Valeria, quien mudaba su tiempo entre Galicia, la Comarca y sus estancias en el Tibet.

Consolidada la nueva relación Maca y Anna, el parto fue en el agua con la entera participación de Maca y un bonito bebe de tez morena, fue llamado Jaime Wilson Paredes. Consolidada y reforzada como estaba  la de Martha y Estefa, para ellas la única novedad, fue el comienzo de su convivencia en la antigua casona Paredes. Ni que decir, que la Jefa de aduanas y la “hierbas” iniciaron una chispeante relación, que evolucionaba y cambiaba, conforme lo hacían los chacras de la Paredes.

Todo en orden y en aparente calma. Así, hasta la tercera entrega de la que Macarena regresaba. Larga fiesta la noche anterior, para que sus chicos festejaran y ahora de vuelta a casa, con inmensas ganas de ver a sus hijos y a su mayor chute de adrenalina. Dejado el alcohol, la coca y otras mujeres, Anna se había erigido como su mayor adicción. El fuerte carácter de la bodeguera, le permitía encenderse a la mínima, discutir, buscarse y acabar enredadas entre sabanas. No hace falta coca, cuando el ritmo de tu corazón es alterado por tu racial mujer.

Saludo rápido al personal que se cruzaba entrando a su casa. A esas horas, los niños dormirían y Anna, o estaría en las bodegas o montando a caballo.

No se equivoco, Adriana dormía en su habitación y el sueño, por la postura sumamente relajada, iba para largo. Diferente fue Jaime, el inquieto bebe ya había escuchado sus pasos entrando a la habitación de su hermana, y sujetado por los barrotes de su cuna, la esperaba en pie balbuceando.

M: ¿Qué haces despierto bichin?

J: Uh…a..a…uh…uh.

M: Mami, es Mami, tienes que decirlo antes que decir Mama, ¿si? ¿Lo harás? Naa…estas muerto de sueño. Ven aquí- muertecito de sueño el nene alza sus bracitos y Maca evita que caiga a la cuna, faltándole el equilibrio- Que bien hueles, Jaime.

J: Uh…uh….

Mr: Ay niña, ya estas aquí. ¿Y que hace este bandido despierto?

M: Recibir a su Ma…miii

Mr: Por mas que lo intentes dirá Mama, primero porque es mas fácil y segundo, porque esta perdiito por su mama.

J: A…a….mamma....aoo

Mr: ¿Ves? Caballo, que a su mama le gustan los caballos. Anna salio a montar, muy temprano.

M: Duermo a mi bichin y la busco.

Bastó que se tomase el biberón que traía María, para que Jaime, se quedara dormido en minutos.

Dejándolo de nuevo en su cuna, se quedó mirándolo otros tantos minutos, relajándose. Cada entrega alteraba su cuerpo y mente tanto, que después necesitaba relajación extra.

Pero la relajación necesaria para intentar dormir no llegaba y Anna tampoco. Miró entonces por la ventana y en la puerta aún seguían Faus y Risto. Estaba claro, que Risto no se daba por vencido ante el no, en teoría definitivo de Faus.

Mejor bajar, y dar un pequeño paseo por las caballerizas.

Cuando salió de la Mansión, tanto Faus como Risto guardaron silencio y Maca apenas saludo. Por las puertas de la caballeriza aparecía Anna, frenaba su caballo al verla y giraba, volviendo a marcharse a galope.

M: Jajaja, es una cabrona.

Fa: Y a ti te gusta, muy poco que así sea, ya jajaja.

M: Me sube a lo máximo. En fin, darme el coche. Me toca meterme mi chute preferido.

Pidió la señora y si la señora pide, ellos obedecen y se bajan del jeep saltando, para que ahora sea ella, la que de un salto, tras quitarse la americana, se suba al coche.

Sonriendo, porque a lo lejos ve como Anna ralentizo al caballo. Mismo juego de otras veces. El gato quiere al ratón y el ratón, se deja querer.

Ri: Joder- protesta Risto, cuando el jeep sale pisando raíles y el polvo escupido por las ruedas los envuelve.

Fa: Eso es lo que yo quiero y tú jamás, podrás dármelo.

Hasta aquí llega Faus, quien se marcha, viendo como el coche de Macarena prosigue dejando atrás nubes de polvo.

Y esas mismas nubes, son las que hacen reír a Anna antes de iniciar un nuevo galope. El gato entró al trapo y al ratón le toca correr.

Sincronizada a la perfección con su negro caballo andaluz, decide introducirse camino al río, complicándole el seguimiento al Jeep. Pero son muchas las ganas de jugar del gato y sin temor, la sigue pese a la estrechez que suponen los altos pinos.

M: Anna

E imposible es no nombrarla,cuando sus juegos la encienden sin vuelta atrás. Cada vez que la agilidad del caballo le dan ventaja, lo frena para mirarla retándola con esos profundos ojos negros.

An: ¿Que pasó?- pregunta alzando la voz y después va una carcajada. La señora empieza a desesperarse y exagera los gestos para subirse las mangas de la camisa- Te doy hasta el río.

M: ¿Que pasa si pierdo?

An: Uhm....puede que esta noche unas cadenas lleven tu nombre.

M: Joder, no se si dejarme ganar.

An: ¿Dejarte? Cariño a ésto, siempre te he ganado- sentencia Anna espoleando a su caballo y ahora si, la carrera se vuelve frenética. Lo mismo que la sangre de ambas. Sube la adrenalina, sube el ritmo cardíaco y sube la excitación.

Pero un árbol, un choque y por segundos todo desciende para las dos. Macarena porque ha estrellado el coche contra un pino y Anna, porque el golpe la asusta, olvidando la excitante carrera. Pero pronto ambas se reponen. Maca sale del coche sin problemas y Anna dirige su caballo hacia la perdedora.

An: Ese Jeep es mío- altanera como es, no se corta en vacilar a la señora. Estos retos, le excitan tanto como el gato y el ratón.

M: Admite apartados- sonríe la señora sujetando las riendas del caballo.

An: Has perdido.

M: Si, ¿no es genial?

An: Lo va a ser. Sube.

Ha perdido y no le queda de otra que obedecer. Dispuesta a saltar sobre el caballo, la mano de Anna la detiene, mientras el caballo se mueve ansioso.

M: Anna, ya me has encendido- dice completamente sincera. Por ella, se montaría al caballo y pararía en cualquier sitio que les garantizara intimidad. Pero Anna no tiene las mismas intenciones, aunque si, los mismos deseos.

An: Lo sé. Sube delante- ahora no hay carcajada, ni siquiera sonrisa. El deseo en Anna se muestra serio y desafiante.

M: No estarás pensando en...

An: Ujum...me encanta este caballo y...¿Uhm?

M: Joder.

An: Pues eso- con las ideas claras y el deseo disparado ofrece su brazo para que Maca suba delante suya y de cara.

M: Esto va a estar bien.

An: Realmente bien.

Mismos juegos en otros tiempos. Una forma de alterar la aparente clama. Chutes que buscan mantenerse vivas, en ese su peculiar mundo.

Pero, cuando te dedicas a lo que te dedicas y eres lo que eres, la calma sólo es aparente y una llamada de teléfono, te recuerda quien eres y a que te dedicas.
 
 
 
 
 

4 comentarios:

  1. massssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss

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  2. Más está interesante aver que pasa con esa llamada

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  3. ....'''chutes que permiten mantenerse ''vivas '' en ese ''peculiar mundo suyo'''....eso es...es lo que han con seguido....quizás con mucho esfuerzo...pero es ''su mundo conseguido''......veamos esa aparente calma si lo es...

    GRACIAS........

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  4. ayyyyyyyyyyyy esque no se ni que decirte ARTISSTAZAAAAAA

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