Decir
que el niño guaperas, de nombre Tony, no era majo, sería mentir
descaradamente, porque el niño era majo de definición. Que debimos
caerle en gracia o que es así de generoso y hospitalario.
La
cosa es, que fuimos tras él, mientras nos hablaba de los años que
la familia llevaba dedicada a la pesca y como después, surgió la
idea del Restaurante. Lucía, le seguía la conversación mejor que
yo. Su ventaja, Trini. La niña guapa, a la que robe un beso. Se
notaba, que Lucía había pasado muchos veranos en el Hostal de su
Tía y en consecuencia, no le resultaba ajeno, nada de lo contado por
Tony.
Con
ellos hablando y yo asintiendo, me quedo tiempo libre y pude apreciar
el sonido del mar llegando nítido a la loma donde se ubica el
Restaurante.
Jajaja,
¿a quien pretendo engañar? Si Lucia es bonita de frente, su
retaguardia no se queda atrás y atrás como yo iba, pude observarla.
El mar y su sonido, pues...para otro momento.
Cruzamos
el comedor interior, con pocos comensales, todos guiris, que el
españolito tiene tendencia a comer mucho más tarde, bajamos unas
escaleras, pasillo, otras escaleras y llegamos a una especie de
garaje abierto.
"Que
culito tiene mi niña bonita". No, no es ninguna expresión de
tipa salida, de guarri, o sobre cargada de testosterona. Es la purita
verdad, la que mis ojos pudieron apreciar y ni se, como pude volver a
mirarla a los ojos.
Bajando
las últimas escaleras, llegó a nuestros oídos, la música que
sonaba en esa última planta, Marc Anthony y su dardo a Jenny: "Voy
a reír, voy a bailar Vivir mi vida lalalalá Voy a reír, voy a
gozar Vivir mi vida lalalalá"
Dardo
envenenado para la López y una punzada sagera de deseo para mi.
"Ay
niña, me vas a matar, si continuas moviéndote así"
Lucía
comenzó a bailar, la chica que sentada junto a un abuelillo limpiaba
mejillones, subió la música y Lucía, bailo más y más.
"Agüita,
niña"
Por
algo los gamberros nos sentábamos los últimos en el Colegio, al
igual en el cine, en el Bus y donde sea, porque atrás esta la
juerga, la diversión y las mejores vistas.
-
Hey, mira esto- dijo Tony moviendo grácil su cadera y en dos pasos,
Lucía lo seguía y de la mano, bailaban ante las risas de la chica y
abuelo "limpia mejillones"-Enteradilla, mueve ese culo- me
dijo Tony y quieto parado todo el mundo.
Soy
mala, malísima bailando. Un palo tieso imposible de doblar, vamos.
Me
quedé parada, mientras ellos bailaban mirándome, como mirándome
seguían los otros dos. Hay que fastidiarse, me tocaba bailar, aquí
no había barra donde apoyarse y una huida al baño, rompería la
simpatía creada.
La
chica, a simple vista, bajita, con gafitas y redondita, dejó de
mirarme para mirar a la pareja de improvisados bailarines.
"
Si, Jamia...lo hacen demasiado bien" Que carajo, soy un palo
seco, pero gracia y poca vergüenza tengo, así que, acelere.
-
Ven pa,ca niña, le vamos a enseñar a este par a moverse- le dije a
la chica. Y mare, otra vez la sensación de mis labios creciendo, mi
sonrisa ensanchándose y mi vello erizándose. Estaba clarito. A esa
tímida niña, esta motera quería robarle un beso. ¿Cual? Aquel que
quita inseguridad y da un empujoncito. Que la niña sera paraita, no
tendrá un cuerpo de modelo, pero tiene sonrisa limpia y sincera, que
vale millones.
-
Traslucida y cristalina, no tienes remedio tú.
Me
dijo Lucia y "Ay niña morena, no me susurres a la espalda, que
una es muy sensible".
-
Venga a bailar- el abuelo le dio el último empujoncito y la niña
quedó a un palmito de mi.
Tocaba
escuchar mis caderas crujir e intentar que algo bonito bailase mi
cuerpo. Todo, para que está otra niña, soltase su tierna vergüenza.
-
Jejeje, madre mía que locos- me dijo la cría, uniendo sus manos a
las mías.
Y
si, no es muy lógico, subir a tu moto a una desconocida, detenerte a
comer y acabar en un garaje que apesta a pescado bailando salsa, con
otra desconocida diferente.
-
Raro, no digo diferente, digo raro.
Como
no, mis pensamientos salieron en forma de canción y no se como, tras
unos pasos acabe bailando con Lucia, mi niña morena.
Y
una, es una enteradilla muy poco espabilada, pero mi cintura girando
entre sus manos, con su piel tocando la mía, fue clarividente para
mi.
La
malvada, había dejado de habitar y de existir en mi piel.
-
¿Estas bien?
-
Después de mucho. Estoy de putisima madre.
No
pude serle más sincera a Lucia, el descubrimiento me había dejado
ko por unos segundos, los que ella tardó en hacerme la pregunta, yo
responderle y que ella, me robase un beso.
"La
malvada por fin me dejó sentir. 13 de agosto del 2013".
......BESO CON FECHA INCLUIDA...LA MOTERA SIGUE..SIGUE...
ResponderEliminarGRACIAS........