lunes, 23 de septiembre de 2013

Acelera, un poco más...12


Decir que el niño guaperas, de nombre Tony, no era majo, sería mentir descaradamente, porque el niño era majo de definición. Que debimos caerle en gracia o que es así de generoso y hospitalario.


La cosa es, que fuimos tras él, mientras nos hablaba de los años que la familia llevaba dedicada a la pesca y como después, surgió la idea del Restaurante. Lucía, le seguía la conversación mejor que yo. Su ventaja, Trini. La niña guapa, a la que robe un beso. Se notaba, que Lucía había pasado muchos veranos en el Hostal de su Tía y en consecuencia, no le resultaba ajeno, nada de lo contado por Tony.

Con ellos hablando y yo asintiendo, me quedo tiempo libre y pude apreciar el sonido del mar llegando nítido a la loma donde se ubica el Restaurante.

Jajaja, ¿a quien pretendo engañar? Si Lucia es bonita de frente, su retaguardia no se queda atrás y atrás como yo iba, pude observarla. El mar y su sonido, pues...para otro momento.

Cruzamos el comedor interior, con pocos comensales, todos guiris, que el españolito tiene tendencia a comer mucho más tarde, bajamos unas escaleras, pasillo, otras escaleras y llegamos a una especie de garaje abierto.

"Que culito tiene mi niña bonita". No, no es ninguna expresión de tipa salida, de guarri, o sobre cargada de testosterona. Es la purita verdad, la que mis ojos pudieron apreciar y ni se, como pude volver a mirarla a los ojos.

Bajando las últimas escaleras, llegó a nuestros oídos, la música que sonaba en esa última planta, Marc Anthony y su dardo a Jenny: "Voy a reír, voy a bailar Vivir mi vida lalalalá Voy a reír, voy a gozar Vivir mi vida lalalalá"

Dardo envenenado para la López y una punzada sagera de deseo para mi.

"Ay niña, me vas a matar, si continuas moviéndote así"

Lucía comenzó a bailar, la chica que sentada junto a un abuelillo limpiaba mejillones, subió la música y Lucía, bailo más y más.

"Agüita, niña"

Por algo los gamberros nos sentábamos los últimos en el Colegio, al igual en el cine, en el Bus y donde sea, porque atrás esta la juerga, la diversión y las mejores vistas.

- Hey, mira esto- dijo Tony moviendo grácil su cadera y en dos pasos, Lucía lo seguía y de la mano, bailaban ante las risas de la chica y abuelo "limpia mejillones"-Enteradilla, mueve ese culo- me dijo Tony y quieto parado todo el mundo.

Soy mala, malísima bailando. Un palo tieso imposible de doblar, vamos.

Me quedé parada, mientras ellos bailaban mirándome, como mirándome seguían los otros dos. Hay que fastidiarse, me tocaba bailar, aquí no había barra donde apoyarse y una huida al baño, rompería la simpatía creada.

La chica, a simple vista, bajita, con gafitas y redondita, dejó de mirarme para mirar a la pareja de improvisados bailarines.

" Si, Jamia...lo hacen demasiado bien" Que carajo, soy un palo seco, pero gracia y poca vergüenza tengo, así que, acelere.

- Ven pa,ca niña, le vamos a enseñar a este par a moverse- le dije a la chica. Y mare, otra vez la sensación de mis labios creciendo, mi sonrisa ensanchándose y mi vello erizándose. Estaba clarito. A esa tímida niña, esta motera quería robarle un beso. ¿Cual? Aquel que quita inseguridad y da un empujoncito. Que la niña sera paraita, no tendrá un cuerpo de modelo, pero tiene sonrisa limpia y sincera, que vale millones.

- Traslucida y cristalina, no tienes remedio tú.

Me dijo Lucia y "Ay niña morena, no me susurres a la espalda, que una es muy sensible".

- Venga a bailar- el abuelo le dio el último empujoncito y la niña quedó a un palmito de mi.

Tocaba escuchar mis caderas crujir e intentar que algo bonito bailase mi cuerpo. Todo, para que está otra niña, soltase su tierna vergüenza.

- Jejeje, madre mía que locos- me dijo la cría, uniendo sus manos a las mías.

Y si, no es muy lógico, subir a tu moto a una desconocida, detenerte a comer y acabar en un garaje que apesta a pescado bailando salsa, con otra desconocida diferente.

- Raro, no digo diferente, digo raro.

Como no, mis pensamientos salieron en forma de canción y no se como, tras unos pasos acabe bailando con Lucia, mi niña morena.

Y una, es una enteradilla muy poco espabilada, pero mi cintura girando entre sus manos, con su piel tocando la mía, fue clarividente para mi.

La malvada, había dejado de habitar y de existir en mi piel.

- ¿Estas bien?

- Después de mucho. Estoy de putisima madre.

No pude serle más sincera a Lucia, el descubrimiento me había dejado ko por unos segundos, los que ella tardó en hacerme la pregunta, yo responderle y que ella, me robase un beso.

"La malvada por fin me dejó sentir. 13 de agosto del 2013".






1 comentario:

  1. ......BESO CON FECHA INCLUIDA...LA MOTERA SIGUE..SIGUE...

    GRACIAS........

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