Wilson S.L. 108

Cuan diferente y distinto estaba siendo su llegada a la Bodega. Mismo rictus serio de siempre, mismas caras que le muestran respeto a su paso, pero lo distinto, lo diferente, es que ahora en cada muestra de respeto, comienza a no haber miedo y ese comienzo le provoca una sonrisa.

Escoltada como siempre, por sus inseparables gemelos, la señora camina por los pasillos del edificio central de la bodega. A su estilo, su americana se abre a cada paso, manos en los bolsillos y larga zancada.

Una de las secretarias de Anna abre el camino, que los lleva a una sala, donde le esperan dos de sus abogados. Saludos cordiales, despedir por un largo rato a los gemelos y esperar mirando por la ventana a que llegue la otra parte.

An: Buenos días.

Apenas unos minutos mas tarde la voz de Anna a su espalda le hace sonreír y morderse el labio. La mañana puede ser divertida. Con aparente calma y lentitud, se gira hacia ella y espera que los abogados la saluden y lo hagan entre ellos.

M: Buenos días- responde ahora si al saludo de Anna y ambas se estrechan la mano. Mano que Maca no suelta. Anna sonríe como en los mejores tiempos, altanera y gallarda- No cumplió con la puntualidad prometida.

An: Me entretuvieron de buena mañana- los intentos por desunir sus manos le hacen entrecerrar  sus oscuros ojos. La señora despertó juguetona y si hay que jugar, se juega- ¿Me devuelve mi mano?

M: Ahora mismo- fácil, le resulta tirar de la mano que agarra y provocar el impacto de ambos cuerpos. Anna ríe y los cuatro abogados se miran entre si, preparados para la firma de un contrato en cuanto sus clientas dejen el descarado tonteo- Despertó muy hermosa.

An: Con simples halagos no conseguirá que varíe ni una coma, de ese contra- sus palabras y sonrisa son cortadas por un beso que la pega mas a Maca- Uhm, aun no firme ese punto.

M: Por eso aprovecho, no vaya a ser que al final no lo firme.

An: Jajaja. Creo que mejor empezamos.

Un nuevo beso le impide empezar como era su intención. Pero finalmente ambas se separan y ocupan su sitio en la mesa de junta. Una en frente de la otra, flanqueadas por sus respectivos abogados. A Macarena la situación la mantiene con sonrisa en los labios. Anna en cambio, es más guerrera y aprovecha la seriedad de los abogados, para mantener un tira y afloja visual, excitante.

M: Cuando quieran, pueden proceder.

Macarena da la orden y entre los abogados se miran, disponiendo quien será la parte que de lectura al contrato redactado por ambos despachos. Macarena aprovecha esos instantes para apoyar sus codos en la mesa y mantener la mirada a Anna y ésta se limita a mantenérsela. El brillo del cabello de Macarena esta recuperado, el aumento de peso es evidente y su rutina de ejercicios físicos también. A ojos de Anna, Macarena luce como nunca y después de años mirándola a escondidas, por fin puede hacerlo sin reservas y como les gusta, retándose por puro placer.

Finalmente es uno de los abogados de Maca el que toma la palabra, aunque ninguna le preste mucha atención.

Explicación de la sociedad que queda formada, partes que la forman, reparto de acciones y la parte que mas les hace sonreír por dentro. El establecimiento de las bases de la sociedad privada. Resumen por puntos de lo que para el resto es un matrimonio al uso. Relación cerrada de a dos, incluyendo actividad sexual. Llegados a estos puntos, las risas en Maca son constantes y cada carcajada suya, provoca que Anna ruede sus ojos.

Eso ellas, para los abogados, los puntos tratados les hacen mirarse a hurtadillas. Años de formación, la dureza de mantener sus despachos y todo, para llegar a un contrato que en ciertos puntos, puede parecer chistoso.

Maca pronto se aburre, del solo tira y afloja visual. Ante ella está la Anna que siempre se llevo toda su atención. Al juego de miradas y de sonrisas, se unen su piernas buscando las semejantes y maldice, que la mesa sea tan ancha. Si no fuese así, sus manos estarían acariciando los deseados muslos de Anna. Es fácil, cerrar los ojos un segundo e imaginarse su tacto. Suaves y firmes. El solo hecho de imaginárselo, le hace expulsar aire por la nariz, la excitación subió y Anna lo lee en sus ojos.

- La señora Paredes, se reserva el derecho a indemnización en caso de infidelidad manifiesta de la señora Wilson. La indemnización a recibir, será el resultado de la siguiente formula,

M: ¿Qué?

An: Te salió horroroso el gritito.

M: Este punto no lo habíamos hablado.

An: No hacia falta.

M: ¿Cómo que no? ¿Cuánta pasta sería?

- Eh…iba a decir la formula.

M: Pasta, dime pasta.

Recuperada de la sorpresa inicial, Macarena se incorpora, provocando que los abogados ahora se miren entre si atemorizados. ¿La señora se enfado? La respuesta a la pregunta formulada es no. La señora solo se excito aun más. Anna de a poco le daba lo que quería, chutes de adrenalina que la mantienen viva.

- Por año, pues…hablaríamos de más de diez millones- es la temerosa respuesta de uno de sus abogados, que pronto corrige uno de los de Anna.

- Por año, eso debe quedar claro.

Pero ninguna los escucha, Maca esta a una mirada de dar un salto y deslizarse por la mesa.

M: Jajaja, eres una cabrona.

An: Bien lo sabes tú, cariño.

Y lo da, da el salto, ante la mirada incrédula de los cuatro abogados, se desliza por la mesa, y la misma mirada prosigue, y termina por aterrizar al ladito de Anna. Los abogados dejan de mirar, es la hora de decidir si continuar allí, mirando la mesa o salir y dejarlas besarse en privado.

Porque para cuando vuelven a mirarse, decidiendo que hacer, ambas están en pie y Anna sujeta el rostro de Maca contra si, unidas por un beso que aumenta presiones sanguíneas a la par.

An: Cabrona- encendida, Anna ignora a los abogados y su única intención es quitarle la americana a Maca- uhm- y gemir, cuando esta a un paso de arrancarle la camisa- .¿Si?

M: Si- una sola mirada a los abogados, y estos se marchan rápido. La señora dispone y ellos obedecen, incluidos los de Anna. Las manos de ésta sobre su torso empiezan a quemar y un nuevo beso, indica que no hay marcha atrás.

An: Solo aseguro mi pobre corazón.

M: Anna…así no me mido.

An: No lo hagas…como dice la canción, enrédate conmigo y rómpeme el vestido, ¿si?