Ésta
morena mare, puede derretir al más pintado. Botellita en mano,
dejó las copas en la mesa, con ese aire que gasta, que a mi me
nubla. Se sentó a mi lado sonriendo, sonriendo sirvió el vino,
sonriendo me entregó mi copa y sonriendo, brindó conmigo.
El
resultado de tanta sonrisa, fue que yo me quedase con mi copa en
alto, imitando su sonrisa como pava y mirándola como abducida.
Obvio, la morena paso a sonreír divertida y me dijo- Motera, se te
acaba el tiempo- consiguiendo que yo espabilase o por lo menos
hiciese el intento.
Pero
es que es tan bonita, mare. Que necesite un esfuerzo sobre humano,
para dejar de mirarla a ella y mirar al frente, buscando como
sorprenderla.
Quería
que le forjara una vida, lo mismo que ella hiciera hace un rato. Yo
escritora ávida de aventuras, ella....ella es bonita, pero bonita.
Así
no iba bien, no había progresos y ella esperaba, y al final, de
tanto esperar, me tiro de un mechón de mi pelo.
-
Motera
-
Morena
-
Jajaja, ¿tan difícil te resulta?
Me
preguntó jugando con mi mechón y...y...pues yo que se. Si pensar no
es lo mío, mejor improvisar.
-
A ver, esto no es lo mío te aviso- le avise y- Auch, no seas
malvada- tiro del mismo mechón y acabe por cogerle la mano. Me flipa
su tono de piel y sus dedos son largos y finos- Ya voy- pedí tregua.
Si me era difícil a secas, con su mano tomada sin que ella hiciera
ningún intento porque la soltara, era mucho peor- Tus dedos y manos
son....o no son, vamos que obrera, ni nada que se haga con los dedos
haces.
-
Jajajaja
Mare
de dios, sufriendo ante las tres cruces un jueves santo. Hasta que no
la vi reír a pleno pulmón, no caí en lo que por mi boca había
soltado. Lo peor, por esa risa, se soltó de mi mano. "Mal,
Valeria, muy mal vas".
-
Eres un caso, lo tuve claro en cuanto te vi. Y te equivocas, con mis
dedos se hacer muchísimas cosas y algunas, se me dan de miedo.
Ole,
ole y olé. Si en ese momento, fuese presidenta en una plaza de
toros, sin duda, daría las dos orejas, el rabo y el toro quedaría
indultado. No se puede ser más chulaza, que ella. Imposible.
Babeando
me dejó y la condenada, lo festejó bebiendo un sorbito de vino.
Pero como se perder, porque para todo hay que tener clase, respondí:
-
No lo dudo, pero yo trataba de improvisarte una vida no real. Puestos
a ello, pues....has sido una aventurera toda la vida, pero jamás has
ejercido como tal. Solo ahora, que te has visto abocada a serlo toda
lo que te queda de vida, has decidido mandarlo todo a la mierda. Por
eso me elegiste, huyes y crees que podrás hacerlo por siempre.
Confías en que en esta pequeña huida, encontrarás la fuerza, para
cambiar tu vida de una manera radical. Que lo consigas o no, esta por
ver. Que yo te deseo la mejor de las suertes, es un hecho.
¡Bocazas!
Es lo que soy y seré el resto de mi vida. Deje que mi pensamiento
saliese libre, queriendo responder a mi chulaza, pero el efecto de
mis palabras fue demasiado doloroso. Lucía se quedó quieta, no
había sonrisa, ni rastro de ella quedaba. Lo peor, el silencio. El
silencio, que abrió la silla y se sentó entre nosotras. ¿Le sirvo
vino o lo mando a pasear?
Ni
una, ni otra, la morena no es ninguna niñata, que se quede noqueada,
ella siempre reacciona y eso empieza a gustarme, muy mucho.
-
¿Crees que mi huida a lomos de tú caballo tiene plazo?
-
Naa, ¿para que sirve medir el tiempo?
-
Para nada....- Lucia hizo una pausa y yo volví a respirar, su
sonrisa regresaba- Te gusto el símil del caballo. Es increíble, lo
traslucida que puedes llegar a ser y ¿sabes? Deberías tener cuidado
con eso.
Yo
si, puedo llegar a ser una niñata que se queda noqueada, pero
también una suertuda, porque justo ahí, llegó el camarero.
-
Les traigo las cartas.
Típico
de esta zona. El chaval, de unos veintialgo años, denotaba cierto
aire hippie, pantalón corto, gracioso delantal, barba de días y
pelo a melena, de castaño a rubio, por el desgaste del sol. Una
guapura de niño, para cualquier hetero. ¡Un momento! ¿Qué era
Lucía?
-
Me apetece pescado
La
oí hablar con él y clave mi vista en ella. No lo miraba, consultaba
la carta y así, nada podía yo avanzar en mi improvisada
investigación sexual.
-
Fresco, lo que tengáis de hoy fresco- dije y ambos me miraron. Si
nada podía investigar, mejor centrarme en que comiésemos bien- pero
no fresco, de era fresco antes de ayer y no lo colocamos, llegan
estas dos pavas y se lo meto. Que no, que de pescado se y entiendo.
-
Jajajaja- río Lucía y lo hice yo por inercia. ¿Qué había soltado
mi bocaza?- ¿Te quedo claro o te da una clase?
-
Me ha dejado loco.
-
Es una enteradilla, se la ve de lejos.
Eh....¿los
dos se guaseaban de mi? Me da que si, porque Lucía aún riendo, me
dio un toque con su pierna y mare...que no me había dado cuenta yo
de lo cerquita que estábamos sentadas. Enteradilla puede, espabilada
no tanto.
-
Lo pesca la familia. Si no tenéis prisa, os enseño lo fresco que es
y esta. Esto ultimo es para la enteradilla.
-
Esa soy yo, creo- dije siguiendo la guasa, por que...si acelero, lo
disfruto.
-
No lo creas y espabila, nos vamos de tourne o de pesca, no se bien-
me dijo Lucía tomando mis manos para levantarme y oye, que poco me
gusta que me metan prisa. El vino se calentara, eso es un hecho.
-
Voy- le dije, ralentizando mis movimientos.
-
Venga- contestó tirando más de mi.
-
Que ya voy- renegué.
-
Vamos motera- renegó.
-
Ay- me queje levantándome. Flojilla soy, mare.
-
Jajajaja. Motera....eres un caso.
Mareeeeeee,
empieza a tomar la costumbre de tocarme y mareeee, hasta que no tope
con su cara, face to face, que no me di cuenta.
¿Enteradilla
o espabilada? Esta clara la respuesta.
.......Muy clara la respuesta...si o no??
ResponderEliminarMe encanta esta Motera que sabe sacar en cada cosa que dice una sonrisa..¡¡¡ me encanta¡¡¡
GRACIAS.......