Wilson S.L. 104

Sentada en la cama y aún sin poder creerse haber dormido en esa Mansión, Martha observa a Estefa vistiéndose. Caprichoso destino, la vida la vuelve a poner en el mismo sitio. Otra vez pareja de alguien a quien no le importa jugarse el tipo.

Claro que, esta vez cambian muchas cosas. La primera, no es ninguna adolescente que se deje guiar a ojos cerrados, la segunda está vez ella también formará parte y tercera, tiene la confianza que da tener a Anna en Wilson, dos espadachines para la loquilla que la mira alzando ambas cejas chistosa.

Es: ¿En que piensas tan callada?- vestida de riguroso luto, termina de guardar su pistola, cubriéndola por la americana.

Mr: Mm...nada en particular- sacada de sus pensamientos, se incorpora de la cama, para arreglar el traje de Estefa. A un paso de ella, no puede evitar besarla y quedarse callada mirándola.

Es: Pues...ni idea tienes de lo sexy que se te ve cuando te quedas así- Estefa tarda en hablar, pasarán días regalando gominolas, su lengua conoce cada pliegue y desnivel de su piel, sus manos pueden dibujar un mapa exacto de todo su cuerpo y siempre le faltaran piedras en su ventana para llamar su atención, pero tenerla a un sólo paso y que la mire, como sólo Martha lo hace, le sigue paralizando el alma.

Mr: ¿Sexy?- pregunta en un susurro y otro beso se le escapa.

Es: Eh...eres...eres muy atrayente. Pero no sólo porque seas guapísima, hay algo en tu imagen que atrapa. Por eso siempre tengo que aguantar que todo el mundo te mire.

Mr: Poco exagerada eres.

Es: Jejeje, ni cuenta te das. Eso también lo noto, estas tan acostumbrada, que no lo percibes. Jejeje Martha- ríe Estefa por los continuos besos que Martha le regala y ambas terminan por abrazarse. El día será duro y ambas lo saben.

Mr: Repiteme que tendrás mucho cuidado.

Es: Lo tendré.

Esa mañana, Estefa no es la única que enfunda su arma ocultándola. Maca y todos sus chicos la imitan. Rodeada de ellos, espera en la puerta de la Mansión a que los coches estén preparados para iniciar la marcha fúnebre que les conducirá primero a la Iglesia del pueblo y después al Cementerio.

Roberto ha observado todos sus movimientos desde la ventana y aprovecha que Maca se queda sola por unos momentos para salir a su encuentro.

Ro: Imagino lo que planeas y bueno, me gustaría contases conmigo.

M: Contigo cuento, pero para mantenerte como familia que yo si te considero. Para nada más.

Ro: Te he pedido perdón de todas las formas posibles.

M: Jajaja, me la bufan tus disculpas. Pusiste en riesgo a mi hija y a mi mujer. ¿Crees que vale con un perdón?

An: Valdrá si acepta nuestras condiciones- interrumpe Anna y a pesar de la clara advertencia visual a Maca, obtiene pronta contestación.

M: Anna, no me jodas.

An: No lo hago. Van a sacar a vuestro padre y mi hija lo está pasando mal. Os olvidáis los dos de vuestras diferencias ahora y como dos hermanos que sois acompañáis a vuestro Padre en el cortejo. Sobre Wilson ya hablaremos cuando proceda que no es, en estos momentos.

Sentencia Anna y ambos hermanos callan obedeciendola. Roberto se marcha junto a Pilar, dispuesto a ocupar el tercer coche del cortejo fúnebre y Maca aguanta la mirada a Anna, para terminar sonriendo de lado y susurrarle muy cerquita:

M: Me vuelves loca así.

An: Y lo que te queda.

Y no es un beso lo que Anna recibe, tampoco un dulce pico o kiss, recibo un electrificante muerdo que le hace bombear sangre a miles de litros por segundo. Mataría o haría cualquier pacto con el diablo, para que la desbordante pasión que las une se mantenga por siempre.

A Maca la sangre no le circula más lenta, su puta diosa puede convertirse hoy en su mejor amuleto. Por eso nuevo muerdo que se transforma en beso sonriente y cuando logran separarse, ir a por Adriana para ocupar el segundo coche del cortejo.

Antes de subirse en él, Macarena busca con la mirada a Estefa, Toncho y Faus, recibiendo la confirmación que buscaba. Todo ésta preparado. Un pelín inquieta gira el sello Wilson colocado en su dedo anular.

An: ¿Vamos?

M: Si.

A metros del coche donde ellas viajan, Isabel y Valeria continúan eternizando su flirteo. Así llevan toda la noche y no parece, que el día vaya a ponerle freno.

Is: Eres la única que no va de negro.

V: ¿Sabes quien instauró en España el luto? Juana la Loca

Is: Jajaja pues...pues....

V: Ni una palabra digas o no hay cena.

Entre risas ellas también suben a su coche y el cortejo inicia su marcha.

A las doce y cinco de la mañana, Francisco Wilson recibe sepelio y Montero Júnior es secuestrado bajo la permisividad de su padre. La señora, esta a un sólo paso, de recuperar lo que fue suyo.