Wilson S.L. 103

A altas horas de la noche, pocos quedaban velando al difunto. Lo hacían las viudas del pueblo, siempre prestas a rezar por un alma que abandona este mundo y lo hacían los más allegados. Familiares como tíos o primos, que durante años habían vivido de Wilson S L.

Anna se retiró temprano instada por todos, debía guardar reposo y mañana aún quedaba el sepelio.

Los hermanos Wilson apenas cruzaron unas palabras y ahora, en el silencio de quienes aprovechan para una cabecita o de otros que buscan lugares íntimos para hablar, Maca sube a la que fuese su habitación y tras comprobar que Anna y Adri duermen, se queda en pie, mirando por la ventana.

No conoce otra vida, es la tercera generación que se dedica a la entrada de "madera" y la cuarta que introduce ilegalidad. Wilson SL fue iniciado por su tatarabuelo y en aquellas, Wilson manejaba el contrabando de alcohol.

El planteamiento del mal que esa "madera" puede ocasionar en el consumidor final, es algo que no se da. Sean ellos o sean otros, la "madera" entra y el precio que se paga por ella, es el verdadero motor que hace girar las economías.

Lo hubiese iniciado Anna o no, Macarena sabe que tarde o temprano hubiera tenido que regresar y no sólo, porque ese sea su mundo, más bien porque los hilos que mueven todo el entramado, la hubiesen obligado. Es demasiado lo que sabe.

An: De esta forma, somos nosotras las que decidimos y somos nosotras, las que planeamos el cómo y el cuándo.

La voz baja de Anna a su espalda, le hizo sonreír. Sus pensamientos parecían cristalinos para Anna. Pero era media noche, estaba cansada, quedaba un largo día por pasar mañana y lo único que en ese momento le apetecía, era llevar a cabo un contrato.

M: Creo, que la gente en un momento así, se abraza. Avanzas hacia mi, yo me hago la tipa dura y tú me abrazas.

An: Jajaja, ¿no me digas?- pregunta riendo antes de terminar la pregunta, sus brazos se acoplan a la cintura de Maca, todo lo que su embarazo le permite.

M: Si, estúpidas manías. Pero oye, si ellos lo hacen, ¿por qué nosotras no?

An: ¿Lo incluirás en la modificación del contrato?

M: No lo dude, creída Paredes.

An: Vale, te abrazo así un poco y, ¿no me preguntas que hable con Victorio?

M: Espera

An: Jajaja vas a despertar a Adri.

M: Se está bien así, de ahí el espera.

An: Pues esperamos un poco.

Y lo hacen, Anna continúa en su espalda abrazándola y buscando comodidad, apoya su barbilla en el hombro de Maca, mirando la noche como ella. Minutos de silencio, del bonito, del que no duele, ni separa, sino que une más allá.

Pero a Maca hay algo que aún se le escapa y prefiere dejarlo solucionado ahora, que ambas tienen intimidad.

M: ¿Por qué Wilson antes no y ahora si?

An: Uhm- sin romper la postura que las une, hace una pausa ordenando ideas- porque antes te fue impuesto, se te manipuló para ello, no para dirigirlo sino para ser su sombra- a esas alturas no hacía falta nombrarlo, para que ambas supieran a quien se refería Anna, el difunto- porque llegó a maltratarte, porque no tuvo escrúpulos en darte esa mierda y porque casi consigue convertirte en su prolongación, entre otras muchas cosas. Ahora, Wilson puede ser en verdad un negocio familiar. No habrá secretos y si en algún momento, necesitamos marcharnos, les será más difícil fastidiarle los planes a dos que a una sola- termina su conclusión Anna, y ambas por unos segundos, contemplan la inconsciente caricia de Anna en la cicatriz del dedo cortado a Maca.

M: El punto es- la caricia le provoca otra sonrisa y aprovecha la unión de sus manos para cerrar aún más el abrazo. Es tan sumamente relajante, que la complicidad brota sola- que no me convence para nada exponerte.

An: Lo estoy de igual forma, Maca- sus planes están muy definidos. Maca iniciará la recuperación y su traidor cuñado tendrá lo que siempre quiso, ocuparse de la madera.

Nuevo cómodo silencio, fuera el velatorio continúa, seguro Isabel y Valeria, continúan en su divertido tira y afloja, Martha y Estefa, estarán descansando en una de las habitaciones para invitados y ellas, ellas están abrazadas y el hilo que siempre las unió, ahora no lo mueven celos, rencores, ni retorcidas intenciones, lo mueven ellas y lo que sienten.

M: ¿Sabes que me dijo la estúpida enfermera?- rompe el abrazo para girarse y apoyarse en la ventana, ventajas de mover ese hilo como uno quiere. Ahora me abrazas y al poco lo hago yo.

An: ¿Qué enfermera?- sonríe dejándose atrapar por ella y cogiendo las manos de Maca, las deja apoyadas en su barriga. Jaime continúa ahí y también quiere su dosis.

M: Una, me dijo; repite muchas veces mi mujer, a ver si así, logras creértelo- la estúpida enfermera también le provoca una sonrisa, esta es irónica. En otro tiempo, su reacción hubiese sido más violenta y en verdad, el resultado sería el mismo, ¿para que usarla entonces? Para nada, si la celada, te hace alzar el rostro hacia ella y te peina acariciándote.

An: ¿Te hace falta repetírtelo?

M: No, en verdad lo que me hace falta es sentirlo.

An: Y así llegamos al punto cinco.

M: Es el seis.

An: ¿Y cuál es el cinco?

M: Jajajaja, el más difícil, minimizar nuestros malos genios.

An: Admite apartados, artículos y hasta puntos.

M: ¿Y eso?

La cercanía se acorta y Anna apura el contestar todo lo que puede. Sus ojos negros se clavan en los marrones que la miran sin parpadear. Gloriosos segundos excitantes, se puede mirar con amor y pasión a la vez. No hay porqué prescindir de uno de ellos.

An: Me pone muchísimo retarte- susurra Anna a tan sólo milímetros de su boca y después toca reír, Maca se desapoya de golpe y ambas quedan cara a cara. Amor, pasión, complicidad y es hora de sumarle, una pizca de buen humor.

M: Punto cinco, ser pareja como dicen, en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad, en

An: ¿No era el seis?- sus manos buscan el apoyo en los hombros de Maca, olvidando todo salvo el jugar con ella. Amor, pasión, una pizca de buen humor y otra de chispa picante.

M: He dicho cinco. Dejamos el genio como está.

An: Estoy embarazada, de por si mis hormonas están alocadas y son muchas las ganas que tengo de ti. No me discutas.

M: Anna- pronuncia su nombre y hasta las pupilas se le dilatan de puro deseo.

An: ¿Uhm?

M: Yo pienso  igual.

An: Jajaja.

Y carcajada de ambas antes de besarse. La fórmula esta lograda;  amor, pasión, complicidad, una pizca de buen humor, otra de chispa picante y deseo. Lo siguiente, es ponerla en práctica como lo acaban de hacer.

An: Me encanta cuando me nombras.

M: Anna

An: Maca....está la niña.

M: Joder

Ad: No se dice, Joder.