Una
espectacular noche y un despertar decepcionante y sumaba otro más. A
nadie junto a ella en la cama encontró Minerva. Otra gran noche
junto a Julia y otro despertar sin ella. Empezaba a ser algo
cotidiano entre ellas y no fue el hecho de no hallarla junto a ella
en la cama, lo que decepcionó a Minerva.
Lo
aceptó, entendiendo que esa mujer, sólo dormía lo justo y
necesario, el resto era trabajar y trabajar.
Bailoteo
en la cama, como siempre que despertaba feliz, aspiro el aroma a
Julia que su almohada aún desprendía y la abrazo sonriendo.
Sonrisa
que le duraría, el despertar, la ducha, vestirse, maquillarse,
preparar su bolso para la sesión de fotos y asomarse al gran balcón.
Amante
como su padre de Menorca, abrió las cortinas y salió al balcón,
deseando empaparse de brisa marinera mezclada con el olor a césped
recién cortado. Apreciar la hermosa vista del mar y jurar en arameo,
cuando las hermosas vistas, fueron manchadas, por la inoportuna
Veronica, secretaria personal.
Julia
y ella, desayunaban a unos metros de ese balcón. Julia lo hacía
absorta mirando la pantalla de un ordenador portátil y Veronica lo
hacía, mirando a Julia.
-
Pesadez de mujer- se quejó Minerva, aún parada en ese balcón.
Casualidad
o no, fue quejarse y esa odiosa mujer, fijó la vista en ella, con su
estúpida sonrisa en la cara. El reto entre ambas duró segundos, los
suficientes para que Minerva espiase su vestimenta. Un veraniego
vestido, con demasiado escote. ¿Así vestía para trabajar? ¿Dónde
había quedado el traje de la Sociedad de Julia?
Sin
ganas de que nada le enturbiara el día, decidió quedarse con lo
vivido en esa cama horas antes y salir al encuentro de ambas.
Como
presumía, Veronica continuaba sonriendo y hasta que ella no habló,
Julia no se percató de su presencia.
-
Ay...no mande preparar su desayuno, no sabía si estaba aquí,
Minerva.
La
estúpida y engreída secretaria, cruzó sus piernas, mostrando sus
nulas intenciones de hacerle el desayuno agradable. Pero bastó una
mirada, la de Julia, para que Minerva olvidase a Veronica y sus
puyas.
-
Buenos días, amaneció más hermosa aún, Minerva- dijo Julia, tras
unos interminables segundos mirándola para Minerva.
-
Porque dormí genial, Julia- contestó Minerva a unos pasos de la
mesa, donde ambas desayunaban. En short cortos color rosa pálido y
camisa ancha transparente de mangas largas, conjuntado con un
sombrero muy Ibicenco. Si bien no esperaba desayunar a solas, si
deseaba un saludo más personal e íntimo del dado.
Otros
segundos interminables. Julia apoyó la barbilla en su mano y la miró
y miró. A Minerva los nervios por tanto silencio, miradas y
estúpidas sonrisas, comenzaban a amenazarla con hacerse notar.
Pero
entonces Julia se incorporó y comenzó a caminar hacia ella,
mientras la secretaria personal, intentaba otra técnica de
distracción.
-
Si quieres ordeno su desayuno- se ofreció Veronica y sonrió
Minerva. Intercambios de sonrisas, que se produjo ante la
contestación de Julia.
-
Del desayuno de la señorita Minerva me ocupo yo misma.
No
despertar junto a ella, restaba un punto, verla desayunar con esa
mujer, restaba dos o incluso tres, verla sonreír caminando hacia
ella, sumaban más de veinte.
Esa
poderosa mujer, podía tener los horarios más locos del mundo, ser
una lunática, un poco controladora e incluso, ser borde y arisca.
Pero la sonrisa que ahora mismo le regalaba, transportaba a Minerva
al más allá. Donde sólo existía esa mujer y esa sonrisa.
Alzaba
por sus brazos, regreso a la casa y ahí estaba. La hermosa sonrisa
de Julia, se transformaba de a poco en las que más le gustaba, la de
la Julia juguetona.
-
Puedes comer arroz y pollo, noche y día, y pasarte horas en el
gimnasio, pero pesar peso y tú espalda acabará diciéndotelo-
advirtió Minerva, acariciando el casi partido labio inferior de
Julia con sus dedos. Dedos que fueron mordidos para después, dejar
que sus pies pisaran suelo de nuevo.
-
Uhm...¿debo entender que no quieres desayunar pollo con arroz?
-
Desde luego que no. Sería incapaz de digerir algo así tan temprano.
-
Uhm...
-
Jajaja deja de decir Uhm...John ahora te aconsejaría que me beses.
Se suele hacer entre- Minerva calló al darse cuenta, de como iba a
continuar su frase. Porque en verdad, ¿que eran? Aún entre sus
brazos, no supo como continuar y la princesa, que en su interior sube
a miles de pies, espero jugando con un mechón de su cabello, una
bestial subida de boca de Julia.
Pero
Julia no continuó su frase y la decepción, comenzaba a llamar a la
puerta de la princesa. Julia calló, Julia dejó de abrazar su
cintura, Julia fue hacia la cafetera y Julia prosiguió callada.
Pérdida
por su reacción, Minerva fue tras ella y trató de acercarse a lo
que le hubiese molestado.
-
Quizás no debí mencionar a John. Sólo fue en broma, Julia-
Silencio, el silencio al que Minerva, empezaba a poner nombre, el de
la Julia hermética- ¿Julia?- preguntó a su espalda, y la respuesta
fue la misma. Silencio- ¿Me puedes decir que hice?-acabó estallando
sin entender nada.
-
¿Quieres saberlo?- ahora si, Julia se giraba, en apariencia molesta
y preguntando.
-
Julia por favor. Si te pregunto es obvio que sí- le confirmó, sin
saber, que la decepción no sólo había llamado a su puerta, sino
que ya se hallaba con ellas en la cocina.
-
Bien, seamos sinceras. Eso también me lo aconsejaría John. No me
gusta la camisa que llevas, muestra tu ropa interior y me importa muy
poco, si esa ropa interior es o no es, para lucir debajo de esa
camisa. No hablaré de lo cortos que me parecen tus shorts y tampoco,
de que aún no sepas definir qué somos. A las dos estoy invitada
para un almuerzo en un barco, quiero que me acompañes y espero que
para entonces, hayas elegido mejor tu ropa. Con pulsar aquí- en
completa tensión, Julia dejó de mirar a Minerva, para mirar el
pequeño globo terráqueo, que emergía de la encimera- tendrás a la
mejor personal shopper de Madrid a tu disposición. Me conoce de hace
años, ella sabrá que aconsejarte, Minerva.
Decepción,
definido como pesar causado por un desengaño. Para Minerva no hubo
subida brutal a miles de pie de altura, no hubo beso y regreso el
silencio de Julia. Desengaño, que le haría necesitar de mil
esfuerzos, para concentrarse en su trabajo y tomar una decisión. No
acudiría al almuerzo junto a Julia.
---
De
Minerva
Para
Julia
Asunto:
No soy cualquier niñata
No
ha sido mi culpa, no estar cien por cien en mi trabajo, por lo que la
sesión continuará unas horas más. No es mi culpa, que tu te
empeñes una y otra vez, en no avisarme de cómo o cuándo, quieres
que te acompañe y si es mi culpa, que no tolere ciertas cosas. Mi
ropa la decido yo.
Lo
siento, pero no te acompañare a ese almuerzo.
Isso minerva já é hora de tomar as redias e não obedecer a julia em tudo faça ela querer ir atrás mesmo que vc esteja doida para estar com ela, distancie dela rapido e seja forte porque essas mulheres como julia gosta de brincar com os sentimentos e querer mandar sempre
ResponderEliminar¡ a ver si te queda claro,julia!.
ResponderEliminarGolpe directo...decepción ...de una y de la otra...Esa Julia fuerte...segura...autoritaria ...acostumbrada siempre a hacer sus santa voluntad....eso si...eso lo acompaña siempre con la sensualidad más..más..todo..Porque todo lo domina..o no¡¡...aunque ha querido disfrazarlo de indiferencia....en nada le gusto que Minerva no supiese que es para ella...y eso...eso hace que pueda estar ya sintiendo el muerdo de algo que no quiere sentir..pero que no puede evitar...Minerva una vez más ''intentara'' revelarse...pero sera eso...un intento si no me equivoco..solo eso...
ResponderEliminarY a mi....esta Julia me sigue encantando...sii
GRACIAS......
Divina-Wilson
ResponderEliminarCierto Celeste...aunque Julia aguanta bien el tipo..va sintiendo cosas y
creo que aun no lo asimila..ella tan controladora de todo se ablanda muchas veces y muestra un poquito de debilidad en sus actitud..
Digamos que ahora va dando algun bandazo que otro...
me encantara leer cuando admita que se enamoro de Minerva..
Creo que no va a ser facil para ella admitir ese sentimiento...
¿No crees Celeste?......
Gracias Gemo..un relato lleno de sensualidad y sentimientos...
Se me olvido....
ResponderEliminarJulia una mujer impresionante...
Yo tambien estoy enamorada de ella...jajajajja
Divina-Wilson
madre miaaaaaaaaaa
ResponderEliminaresta increibleeee artisstazaaaaaaaa
madre miaaaaaaaaaa
ResponderEliminaresta increibleeee artisstazaaaaaaaa
Ya veremos lo que le dura la rebeldía a Minerva,...lo que tarde Julia en imponer su santa voluntad...joder! que coraje me dan a mi los/as mandones/as!!!...sensual?! lo que es ....es una siesa! jeje!..ahora que Mnerva la va a poner en su sitio...o por lo menos lo va a intentar....di le deja jajaja!
ResponderEliminarBesos y gracias
espera...que?!!...se ha borrado el comentario?!...joe! seguro que ha sido Julia...que mal me cae la joia!...dale caña Minerva
ResponderEliminarBesos y gracias