Capítulo
4
Sentada
en la butaca y sin todavía creer que hubiese aceptado viajar en la
avioneta de Julia, Minerva consultaba su ipad, creyéndose sin
compañía. De la saga de Grey a la de Pídeme, pasando por mas de
cien libros con la misma temática. Chico multimillonario conquista a
joven de clase obrera y la introduce en juegos sexuales conocidos
como prohibidos.
Según
se suceden las paginas, una la lleva a otra, primero libros, después
kits, foros y al final, queda atrapada por paginas webs que ofrecen
un material mucho mas profesional. Bastantes páginas atrás quedan
los cursis y simples kists de Cincuenta Sombras.
El
interés por lo que esta viendo, hacen que Minerva mantenga su labio
mojado todo el tiempo, que su espalda se encorve buscando pegarse a
la pantalla y su rostro se sonroje, no por lo que en si, ve en esas
paginas, si no por su inquieta mente, que se adelanta y se ve así
misma, vestida con alguna que otra prenda que muestra esas paginas.
Los
clikeos se suceden como cadena de búsqueda, cuando algo le gusta o
le resulta de interés, lo señala como favorito en una carpeta
creada hace minutos, bajo el nombre: Regalitos Julia. Paginas de
venta y por último, hacer una pausa, retreparse en la butaca
cruzándose de piernas. Si cierra los ojos las imágenes vistas se
pasean como una reproducción multimedia en su cabeza- Sería la
leche- es su pensamiento mas repetido. Su mente ha vuelto adelantarse
y las imágenes vistas, son protagonizadas por ellas dos- Pero, no
tengo la menor idea- se engaña Minerva. Algo de idea tiene, lo tiene
todo aquel, que practica sexo en un juego de poder.
Minerva
es cándida, Minerva es dulce, pero sobre todo es pasional. El
desconocimiento no es un problema e internet, está ahí, siempre
presto a mostrar y enseñar. Siguiente búsqueda tecleada por
Minerva: Diferentes clases de sado.
La
gran cantidad de resultados mostrados le hacen soltar una pequeña
carcajada- Si que ha ayudado Grey, si que si- montones de chicas que
parecen tener inquietudes muy parecidas a las suyas. Minerva no se ve
de rodillas y llevada por una cuerda, como si fuese un perro, pero si
se ve atada e incluso amordazada, si es Julia, quien la castiga- Uff-
nombrarla e imaginarla vestida de ésta o aquella manera, con dildo o
sin él, con látigo o pala, empieza hacer mella en ella, en forma de
ardiente deseo.
Sería
muy excitante y placentero, estar a su entera disposición, ofrecerle
su cuerpo y dejar que ella, provocase placer con algún que otro
juguetito. Nueva punzada de deseo, si lo piensa, sus mordiscos serian
los latigazos y las posturas que le hace tomar, serían las
sujeciones-¿Sado suave?-nueva búsqueda que anula la anterior.
Consejos
que se suceden, pacto entre los parteners, dejar claros los limites,
no sobrepasarlos, productos bondages. Bolas de acero- Oh no, prefiero
silicona- látigos, plumas, sujeciones- Madre mía, mejor me refresco
un poco-.
Con
esa intención, la de relajarse, Minerva suspende su ipad y aún
creyéndose sola se incorpora de la butaca, cuando una risa exagerada
la deja parada en el sitio. Una de las clones de Julia, descorre las
cortinas de la cabina y ambas quedan mirándose.
-
¿Necesita algo señorita?- pregunta la clon, que no es otra, que una
de las secretarias personales de Julia, Verónica. Aquella que fue su
guía en la rápida visita al despacho de Julia. La rubia mujer
sonríe, en apariencia disfrutando del impacto logrado. La señorita
Minerva, no esperaba encontrársela ahí.
-
No, estoy perfectamente- responde Minerva, girándose para acudir al
aseo. Pero la sonrisa sobrada de la secretaria, el velado reto que
había en sus ojos, le hacen girarse de nuevo hacia ella y pedir lo
primero que se le ocurre- O en verdad si, en adelante, prefiero me
llame por mi nombre. Es bonito, mitológico y me encanta- primer
órdago conseguido. Verónica mantiene su estúpida sonrisa, pero
inconscientemente de yergue más- y después me gustaría tomar un
botellón de agua, ni fría, ni caliente, ya sabe en su punto exacto
y puede que…bueno, después decido que mas tomar- segundo órdago y
Minerva se gira, susurrando un gracias. Victoriosa avanza por el
pasillo del avión, creyendo dejar atrás, a una secretaria
tocada y hundida.
-
En ese caso, cuando se decida, presione el botón del
servicio….Minerva-la pausa entre la frase y su nombre, realizada
por Verónica, provocan que Minerva abra la boca sorprendida.
Verónica no parece de dejarse ganar facilito y aún no concluyó-
¿Ha manejado alguna vez una avioneta?
-
No- es la contestación seca de Minerva. Ahora no hay sorpresa, hay
curiosidad y es una curiosidad, que puede empezar a molestarla.
-
Yo estoy recibiendo hoy mis primeras clases- prosigue Verónica,
disfrutando de la tensión que la espalda de Minerva, deja ver. Y
sonrisa ancha, cuando ésta se gira dándole el frente.
-
Muy interesante, Verónica. Pero necesito ir al baño.
-
Claro, disculpe, yo vuelvo allí dentro, es donde esta lo bueno.
Como
una declaración tras la victoria, Verónica se marcha ahondando en
ella y Minerva se va al aseo, murmurando contra ella y sus clones.
Cuando el espejo refleja su imagen, Minerva se observa detenidamente.
Ese espejo le grita niñita de papa- Jajaja, lo prefiero a puton de
segunda- rebate Minerva a un coqueto espejo, que poco y nada, tiene
que ver.
Nerviosa
e inquieta, por la subversiva Verónica, Minerva no cae y ni siquiera
piensa, en el real motivo por el que esa mujer, vuela en la avioneta
con ella- Pilota, que ella esta pilotando. Como me estrelle, la mato
jajaja. Ni se que pienso, ains- poco acostumbrada a los duelos,
prefiere reír y olvidarse de Verónica. Retocando su maquillaje, tras
refrescar su rostro, sonríe mirando a la niña de papa que tiene en
frente y lo hace más, cuando recuerda frases dichas por Julia- Mi
dulce niña- y solo es recordarlo, y el placer golpea como lo hacía
aquel cartero, dos veces. La primera por la forma en que Julia le
suele hablar y la segunda, porque las paginas de internet visitadas,
le dan para imaginarse a ella misma, como dulce niña siendo
castigada.
Disfrutando
del incesante cosquilleo en su estomago, de la espesa humedad en su
entrepierna y de la sonrojes propia que provoca el deseo, sale del
aseo, dispuesta a continuar aumentando sus conocimientos. ¿Ama o
sumisa? La respuesta a tal pregunta básica en cualquier cuestionario
de iniciación la tiene muy clara, sumisa con Julia.
Y
aunque la tiene muy clara, cuando sale del aseo y camina por el
pasillo, una espalda ancha y unos brazos largos y fuertes, le dan la
absoluta afirmación- Si es para ese cuerpo, soy la numero uno de las
sumisas-.
El
deseo reina en su cuerpo y Minerva, tarda en reaccionar. Julia esta
sentada en su butaca, con uno de los libros en sus grandes manos-
¿Julia?- y ahora que reacciona, pregunta en alto no creyéndoselo.
-
Minerva- contesta Julia sin girarse, la portada del libro atrae su
atención, aunque Minerva lo desconozca.
-
No me dijiste que ibas a venir- protesta medio infantil de Minerva,
avanzando despacio hacia ella. En teoría debería estar enfadada, no
han solucionado nada. Pero verla ahí, tenerla a tan solo dos pasos
es demasiado para ella.
-
No me preguntaste- sonríe Julia, sintiendo su acercamiento, un paso
y el real motivo de su vuelo a Menorca, será un hecho.
-
No sueles responderme- susurra Minerva llegando hasta ella. Su sola
presencia altera su ritmo cardiaco y deseosa como está, un tono mas
alto en su voz, evidenciaría que su enfado se esfumo y solo quiere
una cosa, Julia.
-
Prueba esta vez- respuesta en susurro por susurro, los ojos de Julia
dejan de observar la portada del libro para fijarlos en Minerva. Y
Minerva, suspira veladamente, esos ojos están consiguiendo tener
demasiado poder en ella. En ella y en su deseo.
-
¿Qué haces aquí?- pregunta Minerva como puede. Julia se ha
incorporado y sus calientes manos, se han posado en su cintura.
Apenas un roce y Minerva, comienza arder.
-
Disculparme- responde Julia, recortando la distancia entre ellas. Sus
grandes manos, pronto encierran la cintura de Minerva y su nariz, en
seguida busca empaparse del dulce aroma; a Minerva.
-
Julia- el deseo comienza hablar y el cuerpo de Minerva, fluye hacia
el estado gelatinoso. Julia ha conseguido envolverla en dos
movimientos. Se esta tan bien ahí dentro y es tan sumamente
excitante, acariciar su torso.
-
Siempre tengo deseos de ti, Minerva.
Ufff..que mujer Julia..
ResponderEliminarMinerva..tu unica salida es que la gran Julia se
enamore de ti y se rinda si no...lo tienes crudo niña..muy crudo..cualquiera se rendiria ante la clase y el poderio de Julia...
Me encanta el relato Gemo....
Divina-Wilson
Minerva sin duda esta dispuesto a probar los juegos peligrosos...Pero, creo que tiene un grave problema... eyaculación precoz femninina...vamos...Julia recién llegó y la pobre ya esta de bragas mojadas...jajajaja...así de fácil....
ResponderEliminargracias....gemo
besos
madremiaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!! no se ni q decirte
ResponderEliminarARTISTAZAAAAAAAA
GRACIASS
... Si el DESEO comienza a hablar...si reina en Minerva en cada paso estudiado por Julia ...maestra absoluta de la seducción....si luego le dice '' siempre tengo deseos de ti'' y salen de esos labios...que seguro invitan al pecado..si pasa eso...Minerva estas perdida...pero..que manera más..más..más de ''perderse'''..siii
ResponderEliminarEscritora....sigo diciendo que esa forma tuya de escribir también invita a seguir deseando leer más y más.
GRACIAS.......
Celeste-Negro