MI cincuenta cláusulas 32

Ni siquiera sabía por donde empezar. Todas conocían con más o menos detalles, como estaba siendo su relación con Julia y el pensar justo en eso, intentando descifrar para si misma, que clase de relación existía entre ambas, si es que existía, le hizo confesarse sincera.

- Me he enamorado de una tía a la que no conozco de nada, en cuatro encuentros- confesó para ellas y más para sí misma. La proclamación le inquietaba. Enamorada de alguien, que tras una noche increíble, desaparece por no consentirle.

- Obvio, la tipa ha tocado todos tus puntos débiles. La mujer que llega, te envuelve, te das y que después, te estallara contra la verdadera realidad- a estas alturas a Fátima no le quedaba duda. No le gusto Julia en las Bahamas y esas formas de aparecer y desaparecer a su antojo, le daban la razón.

Minerva se dispuso a debatirla y fue entonces que se dio cuenta de algo más. No sólo se había enamorado cual adolescente de esa mujer, las críticas hacia su persona le dolían y dejaban a un margen, sus diferencias con ella.

- Sólo discutimos y..- pausa obligada de Minerva. Es incapaz de criticar a Julia, pese a ser sus amigas las que están escuchándola- supongo que es normal. Sus horarios son difíciles de seguir. Ayer usaba el de Tokio.

- Eh...- balbuceo Marga sorprendida como estaba el resto. Pero Minerva no estaba dispuesta a iniciar una conversación sobre virtudes y defectos de Julia.

- Y sólo me está demostrando lo que ya imaginaba. Es bastante cabezota- otra pausa de Minerva, con el primer libro de la saga Cincuenta sombras de Grey en sus manos, la sinopsis del libro le hace mirar a Marga pensativa. John, el tipo que la acompañó a las Bahamas y quien estaría orgulloso porque Julia invitará a una chica a casa. ¿Terapeuta? ¿Traumas del pasado? Dios, era una locura. Hasta ahora Julia, no le había hablado de ningún acuerdo o contrato, como anunciaba el libro y ella no era ninguna cándida virgen sin idea de sexo. Aunque, avioneta tenía y su estilo de vida era de muy alto nivel. Madre mía, ¿estaba comparando a Julia con un personaje de libro?- La portada es muy sexy- terminó por decir Minerva. El tema Julia, sin que Adele cantase, estaba siendo agotador, mejor apartarlo y descubrir más de la trama de ese libro.

- La portada no se, pero esta mucho mejor la trilogía española Pídeme lo que quieras- prosiguió Fátima. Ahora era ella, la que sorprendía al resto- Soy humana, ¿eh? Después de todo, todo el mundo habla de éstos libros y el punto voyeur de esta trilogía tiene su aquel.

- Jajaja, ¿lo harías? ¿Te lo montarías con Caye mientras otros miran?- le preguntó Manuela divertida. Entendía como nadie a Minerva y el interrogatorio ya vendría después y a solas.

- Quien sabe...no como algo premeditado pero, debe ser excitante.

Nuevo debate abierto. Suele pasar entre amigas y con unos cafés de por medio. De un tema se pasa a otro y vuelta a empezar. Minerva continúa ojeando los libros, ahora mas relajada y Marga le muestra en Internet la otra trilogía. Pero Minerva ya ha elegido la trilogía que prefiere. Chico multimillonario, posesivo y controlador que conquista a inocente joven, introduciendola en técnicas sexuales prohibidas. Sería absolutamente bestial, probar alguna de ellas con Julia.

- ¿Alguna vez os han dirigido?- preguntó Minerva, interrumpiendo en la conversación sobre el vouyerismo.

- No y lo espero con ansia. Que no se muy bien a que te refieres, pero suena excitante- dijo Marga, provocando la risa de todas- Jajaja, acabaré gritando; quiero algo brutal...por favor.

Nuevo ataque de risa de todas. Marga puede meter la pata, puede ser un poco confusa y resultar un pelín cansina, pero sus salidas son únicas.

- ¿Vosotras me entendisteis?- preguntó Minerva a las otras dos y por la cara de ambas, imagino la respuesta.

- Por supuesto, y mi respuesta es si, pero no- dijo Manu en total confianza.

- ¿Con quien fue?- preguntó Marga, mordiendo exageradamente una dulce pasta.

- Nacho, digamos que le gustaba verme hacérmelo, pero no...no recuerdo que me dirigiera. Ahora que lo pienso hubiese estado bien.

- ¿Bien? Yo diría genial- aseveró Fátima, soltándose. Todo lo que tuviera que ver con Cayetano, salía libre, diferente a otra época.

- Oy oy oy...cuenta, cuenta- Marga la apremia devorando pastas. Triste consuelo, para quien parece nacida sólo para saber por otras lo que quiere conocer por ella misma.

- Jajaja. Es todo tan diferente con Caye.

Aunque quiere y el buen humor ha regresado, Minerva no puede dejar de escuchar a Fátima contando las directrices dadas por Cayetano e imaginarse a la vez, ser ella la que obedeciera esas u otras directrices de parte de Julia. Lo que le hace murmurar alto e inconscientemente el nombre de Julia repetidamente.

- Min, si es que a veces eres de una parado. Te ha jodido algo de lo que te ha hecho, coge el móvil y díselo. No hay más-Manu no se aguantó más. Estaba claro que algo había pasado y por la continua atención de Min en el móvil, no pareciera que se fuese a resolver rápido.

- Que se fastidie- dijo Fátima, uniéndose a la petición de Manuela.

- De paso la invitas a un café, es hora de que la conozcamos- culminó la cadena Marga. Esa mujer era un misterio y los misterios, deben ser investigados.

La idea de Manuela, avalada por el resto de sus amigas, fue suficiente para Minerva. Bastaba coger aire, pensar en que decirle y acabar tecleando:

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De Minerva

Para Julia

Asunto: Una disculpa a tiempo...

Adelante mi vuelo a Menorca y me regalaron unos libros para el viaje. Chico multimillonario, posesivo y hermético, conquista a chica ingenua. Muy manida la trama, pero con un punto sexy. ¿No te parece?

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Sin pensarlo envío y ahora, disponía de una nueva excusa, para estar más pendiente del móvil y de Julia.

Una hora más tarde, la contestación de ese correo llegaba en forma de regalo. Un kit de la Trilogía de Las cincuenta sombras de Grey. Grilletes de sujeción a la cama, un antifaz, un pequeño látigo y unas palas. Todo acompañado por lo más ansiado para Minerva, una pequeña nota de Julia.

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Una disculpa a destiempo y un descubrimiento. No me gusta que me priven de ti, Minerva.