El
gran portón de la Casona Paredes se abría, para dar paso al largo y
oscuro coche de Anna, conducido por su siempre fiel chófer, Pepe.
Hacia
apenas unas horas que había abandonado el Hospital y ya estaba
preparada para un largo día de duelo. Parapetada con una grandes
gafas de sol, con el pelo sujeto por un serio recogido y vestida con
traje oscuro de vestido y chaqueta, se giró en el asiento,
observando como dos chicos con apariencia matones cerraban de nuevo
el gran portón.
Pe:
Son dos de los chicos de la señora.
An:
Uhm- fue su breve contestación, volviendo a la correcta posición en
el asiento. Acudía a la casona para recoger a Adriana, pero los dos
chicos le recordaron sus planes y avivaron sus curiosidades, antes
inexistentes. Cuando Pepe detuvo el coche y le abrió la puerta. No
se lo pensó más y así preguntó- ¿Podrías llamarlos?
Pe:
¿A los chicos?- podían pasar años y años, trabajando para ella,
que esa mujer, siempre lograba sorprenderlo.
An:
Si, diles que se acerquen- exigió a Pepe arrugando sus gruesos
labios. Pepe no fue nada disimulado e imitando el clásico silbido de
la señora, llamó a los chicos, provocando el oculto ruede de ojos
en Anna. ¿Había necesidad?
Pe:
Eh...jejeje perdone es que
An:
Nada déjalo- viendo venir a los chicos la idea no le parecía tan
estupenda. Gritaban a lo lejos chicos del Satanás y le parecía
mentira, estar a punto de entablar una conversación con ellos.
A
pocos pasos de Anna, los chicos parecían discutir entre ellos y
antes de llegar, arreglaron sus trajes aparentemente nervosos.
-
Bue...buenos días, señora- el más mayor de ellos hablo dubitativo.
Si para Anna era extraño tratarse con ellos, para ellos el trato que
estaba a punto de producirse también lo era.
An:
Buenos días- contestó educada y sonriente. Queriendo no poderse
detalle se retiró las gafas y esperó a que ambos le prestasen
atención- ¿Cuál es su cometido?
La
pregunta de Anna hizo que los dos muchachos se mirasen entre sí, no
entendiendo a que se refería Anna.
Pe:
A ver si espabilamos, os están preguntando- la mirada de Anna sobre
surtió efecto y Pepe siempre presto, los apremio.
-
Ya...bueno, custodiamos la Casa, así lo pidió la señora.
An:
Obvio, pero me refería más en general.
-
Ah- el segundo muchacho con más desparpajo abrió su americana,
colocando las manos en su cinturón y Anna volvió a rodar los ojos.
Un uso muy inteligente de ellos, no podía hacer Maca- la señora
siempre nos manda labores de protección. Somos muy de perder los
nervios
-
Si, la coca nos dejó medio así. Y- pausa del otro muchacho, al
recibir una regañina visual por parte de Pepe- y somos buenos
en lo nuestro. Ella quiere que aquí no entre nadie y por mis cojones
que no entra nadie.
-
Perdónele, pero es que es un zopenco y no sabe más que soltar malas
palabras.
-
¿Eso quien lo dice?
-
Te lo dice la señora, a diario. No me jodas.
-
Ya estás picado, porque recurre más a ti que a mi.
An:
A ver- totalmente sorprendida por los modales de los chicos, decide
poner calma entre ellos. Aunque no lo consigue.
-
Estabas aquí solo. Pero en cuanto supo que su chavala dormiría
aquí, ¿a quien llamó? Te lo digo yo, al Franki, porque sabe que yo
con ella, con su chavala y su parienta voy a muerte.
-
Venga ya tío. Cuando te haya llevado a Galicia, hablamos.
El
parienta y el chavala usado por los chicos tenía a Anna
escandalizada y nuevamente Pepe se prestaba a intervenir.
Pe:
De eso discutís en el bar- calma a los chicos Pepe y al ver Anna
mirándolos sin reacción, prosigue ahora para ella- Los saca de la
calle y no dan pa más.
An:
¿A todos?- Anna no pudo evitar que un gallo se le escaparse de su
garganta. Años ajena a todo aquello que era Wilson y ahora es que
tomaba conciencia de que no tenía nada del glamour que cuentan las
novelas.
-
A mi si. Veinticinco años y quemado de la vida. Ahora míreme- el
muchacho mostraba el clásico traje Wilson, “somos una marca y así
se vende”- Pero hágalo, míreme. Y tenía que ver como están mis
tres chaveas.
An:
¿Tienes tres hijos?- veinticinco años, según él mismo quemado y
con tres hijos. El escándalo de Anna aumentaba, sin vistas a
aminorar.
-
Si, son mi orgullo. Al Colegio que van y todo. El más pequeño, se
deshace con la señora.
An:
Maca- el nombre de su mujer broto solo de sus labios. Tantas veces
escuchados chismes, sobre los usos y desusos de la señora en el
viejo gueto y era a estos críos a los que sacaba de allí.
-
La señora, claro.
An:
¿Tú también tienes hijos?
-
Uno más guapo que la guapura. Pasa que está en la trena con la
madre.
An:
Que está en...en- la pregunta a Anna se le atragantó, el muchacho
lo relataba como si nada y para ella era de autentico pavor.
-
En la cárcel, esta la señora metiéndomelo pa que lo tenga yo,
mientras ella sale. Me ha buscado una casita y todo, de lo mas
apañada.
Tanta
información de repente dejó a Anna sin aliento para investigar más
por ahora. La excusa de Estefa se removía en su interior, “Wilson
es mas que la madera”, sin duda la vida de estos chicos lo era.
¿Hasta que punto le resultaba ético? Todos camuflaban la palabra
cocaína bajo el de madera, pero todos sabían a que se referían.
Permitir que esa “mierda” pasee libre por las calles, incluso
introducirla, para que otros si dispongan de medios y vida. No tenia
tiempo para continuar discerniendo. Era el duelo del viejo zorro,
quería verlo en el ataúd, acompañar a la señora en el
recibimiento de todo aquel que hoy visitase la Mansión y sobre todo,
quería estar al lado de la mujer y mayor victima del difunto,
Macarena. Pero antes, estaba Adriana.
Se
despidió de los chicos al poco y entró en la Casona sin llamar.
Dejó el bolso en una de las mesas del recibidor y sonrió al
escucharla reír junto con Estefa. Suspiro dos veces, recargando
energías. Para su hija había muerto no un viejo zorro sino su
abuelo y como tal, había que darle la noticia.
Saludo
en alto avisando que había llegado y en nada, la niña estaba
corriendo hacia ella. Fue ver a su madre vestida de oscuro y Adriana
no necesito más. Lo había visto enfermo, había escuchado
conversaciones aquí y allí, unido a la forma en que su madre la
estaba mirando ahora mismo, le dio la información por anticipado.
Corrió mas, hasta llegar a donde su madre se agachaba para abrazarse
a ella, llorando.
Ad:
¿El abuelo ya se fue?
An:
Si
Ad:
¿Y Mami?
An:
Deseando verte y que la abraces.
Ad:
Mami siempre me dice que no la suelte y el abuelo me dijo lo mismo.
Sin él aquí, Mami solo nos tiene a nosotras....y...y.....y a
Martha.
An:
Por favor
Anna
no puede evitar la protesta al escuchar ese nombre y menos, cuando la
nombrada saluda a lo lejos con un guiño un tanto chulesco. En otras
rebatiría pero es hora de mimar a Adriana, de acompañarla en su
duelo y de vestirla, para acudir al duelo.
Minutos
mas tarde, cuando peina a la niña en la habitación que ocupase ella
por mucho tiempo, Estefa se sienta en la cama con ellas. Ambas
prosiguen, intentando que la niña entienda y le sea mas llevadera la
muerte de su abuelo, pero en una de esas, la Anna combativa regresa.
An:
Estefania
Es:
¿Si?
An:
¿Tu de quien eres cosita?
Es:
¿Yo? Jejejeje, ay Anna pero
An:
Dímelo y recuerda que estoy embarazada con todo lo que ello implica.
Anna
utiliza todas las armas habidas y por haber, para coquetear a su
hermana y que en la extraña competencia de quien es la dueña de la
cosita, sea ella la vencedora. Claro que, no cuenta con la oportuna
pregunta de su propia hija interrumpiéndolas.
Ad:
¿Le gustare en vestido a Martha?
An:
Por favor
Es:
Oye enana, ya te estas pasando.
jaja me encanto este capitulo,sinceramente Adri es un caso,bien que Maca le de trabajo a chicos que tienen su vida arruinada por la coca,y Anna ya se entero de todo(o casi todo)de lo que Maca hace
ResponderEliminarSaludos.
De trolls y brujas a Principes y hadas...
ResponderEliminarNo me asombra que salga a reduccuir lo buena gente, lo caricativa y demas virtudes de Super Maca las cuales siempre que curioso jejeje tuvo ocultas de su mujer eso a decir verdad no me asombra... Lo que realmente si me asombra es que ya se estabam tardando los personajes en aparecer y en explotar esas cualidades y Esther la fin se diera cuenta.
De cuentos oscuros a cuentos de colores.
Toca esperar el tributo de Esther a recuperar Wilson, recuperar el Satanas y hasta recuperar la comarca.
Gracias gemo que te puedo decir de la narrativa ...genial como siempre.
Cari.
JAJAJAJAJA muy bueno ... enana q la tia se nos empaca
ResponderEliminarLo dicho..Esta niña promete..Martha esperate unos años que esta niña es una mezcla de Anna y Maca y sera una bomba de relojeria cuando tenga 18 años..
ResponderEliminarEstefa no te conviene...si hasta tiene celos de una niña..sera posible..jajajaja
Buen trocito Diosa-Gemo..Adriana de dulce
DIVINA-WILSON
jjejejejejejjejejejjejejejejej SE SALE A LO BESTIAAAAAAA
ResponderEliminarartisstaza GRACIAS
Creo que lo que pasa con Esther es muy comun sucede a la mayoría de nosotros. Cuando estamos cegados por la ira, vemos el otro lleno de vicios y defectos... lo mismo sucede cuando amamos, nos ciega el amor, todo es hermoso y perfecto ...queremos dá tudo de corpo e alma, sem dá importância as consequencias....
ResponderEliminarmi gemo...gracias
beijos