Cago
en la madre que quiso bajar pa,bajo cuando lo que quería era subir
pa,rriba. Me he pasado el desvío, he tenido que pillar otro y el
resultado es; que me como todo el atasco.
Tiene
pinta de accidente. Normal, si le da a la peña la manía de ir
chupando culo, pues en cuanto hay un frenazo, ¡zaca!, golpe y ahora
retención de la leche.
¿Y
quien tiene todita la culpa? ¿No del golpe sino de que yo me
equivocase? La morena "sombreritos"
Jejeje,
si es que no lo puedo evitar. Me ves así de primeras y seguro que
piensas; "date, que mala hostia debe gastar" pero luego soy
un cachito pan. Pasa que, si en mitad de una puerta, entre el, entras
tu o salgo yo, me encuentro una niña, morena ella con sombrerito
pijin, gafas y vacilándome, pues mal empezamos. Porque las ganas de
jugar me pueden y si me pueden, me pongo a jugar.
Ella
un paso a la derecha, yo uno a la izquierda. Ella que suspiro, yo que
sonrío. Paso de ella, ahora a la izquierda, paso mío a la derecha y
¡tirititi! Volvimos a casi chocar. La tenía enfrentito mía y suspiró.
Se cansa pronto mi sombreritos, es algo que aprecie fácil con su
protesta.
-
¿Me dejaras pasar?
"¿Me
enseñas tus ojos?", no me llegó la caradura lo suficiente para
preguntárselo, pero ganitas no me faltaron. Es muy mediterránea
sombreritos. Pómulos marcados, amplia mandíbula y labios gordotes.
Sería y estirada, una sobradilla acostumbrada a que le cedan el
paso. Pasa que, dio conmigo en vez de con la clásica "les"
caballerosa.
"Miércoles,
malditos roedores" Este tipo de opiniones sobre las lesbianas
con pluma, tampoco le molaban nada. ¡Oyes! Cada vez, salen más cosas
negativas, al final, la mía madre tendrá razón, lo que mal
empieza, mal acaba.
Pues
según esa teoría, a "sombreritos", es mejor ir
olvidándola.
Porque
ante su pregunta, cadera a un lado, retirar gafas con sumo
sex-appeal, quedarme prendada de sus negros ojos, denotar hastío,
quedarme enganchada de toda su carita "mala hostia", bufar
por la nariz, quedarme enganchada de su mano jugando con las gafas,
ojos en blanco, y espabilar yo. No fue muy buen comienzo. Menos, si
le contesté:
-
Para entrar, primero hay que salir, morena.
No
debió gustarle el morena, porque abrió su pierna hacia la derecha,
formando el ángulo de la feminidad y se cruzó de brazos. Venía
réplica, pero viniendo de una cara tan bonita, poco o nada me iba a
molestar. "Nací en el mediterráneoooooo" Cara más
bonita, mare.
-
Yo entraba antes que tu salieras, motera.
Jajajaja,
con auténtica maldad pronunció el motera. Una cosa ni medio normal.
No sólo era una cara bonita, también era una malaje a la que le
gusta jugar. Lo vi, en la pequeña sonrisa que broto de sus labios,
cuando a mi se me desencajo la mandíbula. "No seas mala mujer
conmigo, niña. Que vengo de mucho sufrir"
Y
más aún, cuando se agachó un poquito, que una es de estatura
bajita y sombreritos me saca un palmo, y me susurró:
-
Donde las dan, las toman.
No
pude más que hacer, lo que en mi es innato. Canturrearle, mientras
le cedía el paso.
-
Vuela esta canción para ti, Lucía, la más bella historia de amor
que tuve y tendré.
Y
el motivo de que le eche la culpa, de estar atravesando dos carriles
de retención, fue su contestación a mi cansineo por Serrat.
-
Pesada
Otro
susurro e iban dos. ¡Ay niña!, ¡mala eres conmigo!
Porque
fue un susurro de los que paran pulsos, de los que te hacen olvidar
nombre, fecha y lugar de nacimiento. Porque lo hizo cerquita, porque
pude olerla y porque, sobre todas las cosas; me despertó al
bebecito. Ese que estaba dormido, cansadito de tanto llorar. ¿Que
daría yo, por robarte un beso?
No
hubo más, yo volví a mi moto, a mis ansias de libertad y a
equivocarme de desvío.
Por
eso estoy ahora aquí parada, entre dos carriles, esperando que un de
los dos coches que tengo delante, tengan un poco de consideración y
me dejen pasar por medio. ¡Tiritirititi!
Oído
cocina, despejado para mi. Embrague, pisada, primera metida y en
marcha. Un kilómetro de gloria y estoy igual, atascada entre dos.
-
Motera, creí que tú lo tendrías más fácil.
La
conductora con más arte de mi historia, llamaba mi atención y
mareeeeee, la niña del sombrerito estaba sentada a su lado.
¡Tirititi!
Juro que desde este momento, adoro los atascos que te detienen al
ladito de un coche, cargadito de niñas con arte.
ayyyyyy sigueeeeeeee
ResponderEliminarartistazaaaaaaaa GRACIAS