Wilson S.L. 91

Anna agradeció que le avisaran que Maca y la niña iban a entrar a verla. Toda la tarde en el cumpleaños, sintiéndose mal desde ayer y ahora en un Hospital. Su aspecto físico, no era el que ella deseaba y como pudo, se peino y trató de que su rostro no se viera tan demacrado.

No estaba sola en la habitación, una joven enfermera revisaba los aparatos y el gotero, aunque a hurtadillas, no dejaba de estar pendiente de Anna. Conocía de sobra a la mujer que estaba recostada en esa cama. Había oído hablar mucho de la bodeguera y desde luego, no tenía pensado desaprovechar los minutos compartidos.

- Parecemos tontas. Estamos en una cama y la única preocupación sigue siendo que ellos nos vean guapas.

La enfermera con su conversación, hizo que Anna subiera las cejas y dejara su bolso caer al suelo. No le faltaba razón a la enfermera. Claro que, ella no podía conocer su verdadera situación.

An: En mi caso es ella. Además de ser ella, es Macarena Wilson y para más, nueve años menor que yo- agobiada por el obligado reposo en esa cama, hablo en confianza.

- Lo sé, en este pueblo es difícil no conoceros- las confianzas de la enfermera si bien no incomodaban a Anna si la extrañaban. Más, cuando la enfermera tomó asiento en la cama mirándola fijamente- No tiene que ser fácil, tanta mujer insinuándosele- los ojos de la mujer se entrecerraron y confianzuda como se mostraba, soltó el mechón de pelo colocado por Anna tras su oreja.

An: Puede que así sea, pero siempre es mi cama la que busca- contestó Anna a la defensiva.

- La entiendo perfectamente. Quien no lo haría en su lugar.

El piropo para nada velado de la enfermera no inmutó a Anna y si lo hizo, sólo fue por falta de costumbre. Su lado bollo continuaba muy escondido y ese tipo de piropos, sólo acostumbraba a recibirlos de hombres.

An: Ya, no me gusta que me toquen el pelo y no me gustan las trepas.

- Ya- la enfermera no parecía estar acostumbrada a perder e imitó a Anna, resarciéndose- soportas mejor los cuernos.

An: Jajaja, para ofender hay que poder, nena. No basta querer.

- No quería ofenderte. Hacemos una cosa- la enfermera dejó la cama, para sacar una pequeña libreta- Te dejo apuntado mi teléfono, tú te cuidas, tienes a tu niño y cuando quieras, me das un toque- sonriente y sobrada, dejó una pequeña nota sobre la mesita. Nota que Anna, ni se molestó en mirar.

An: Insistente por lo que veo- para sobrada ella. Anna no es de dejarse deslumbrar por un piropo y una insistente mirada. Lo único que le importa, es que la puerta será abierta por Maca en cualquier momento y no le apetece nada, estropear los días que llevan.

- Si me encapricho, mucho- haciendo verdad, la enfermera insiste y contempla encantada, como los ojos negros y profundos de Anna ruedan por sus palabras.

An: Pues tú capricho quiere recibir a su mujer sin ningún malentendido.

- Y yo la dejo hacerlo tranquila.

Un guiño de ojos como despedida y Anna que volvió a rodar sus ojos molesta. La enfermera salió de la habitación, cuando Adriana entraba corriendo a ella.

An: Cariño

Ad: Mamá

Abrazo entre madre e hija, mientras Maca mira la espalda de la enfermera que acaba de salir. Algo en su forma de mirarla le había alertado, pero la necesidad imperiosa de ver a Anna, hizo que pronto dejará de prestarle atención a la enfermera, para hacerlo a ellas y su abrazo.

Ad: Que susto nos has dado.

An: Estoy bien, sólo tengo que descansar- disfrutando del abrazo de su hija, respira de su aroma observando la quietud de Maca. Sus ojos suben por sus piernas, medio abiertas cual su costumbre, pasan por sus manos introducidas en los bolsillos de su pantalón para llegar a su rostro y sonreír, al ver dónde Macarena le mira, sin pestañear. Traer un camisón, fue todo un acierto. No hay nada más feo, que el que te dan en un Hospital- ¿Tan fea estoy?

M: Joder- Maca deja escapar un exabrupto, Anna la ha pillado de lleno, mirando su abultadísimo pecho.

Ad: No se dice joder. ¿A que no Mamá?

An: No, ¿te estás portando bien?

Ad: Si, pasa que Superman es un asco.

An: Adriana

Ad: Fooh ¿No se dice asco?

M: Bien...ehm...yo...ehm....bueno- balbucea Maca sin sentido alguno. A pesar de todo, Anna luce muy bonita y su embarazo no sólo revoluciona las hormonas de Anna, las suyas también.

An: Si se puede evitar mejor- Anna prefiere retomar la atención en su hija, la forma en que Maca continúa mirándola, es para olvidarse de todo y pedir cerrar la habitación. Pero entonces, un leve sonido le hace sonreír y lo hace más, al ser consciente que están las tres solas en esa habitación- ¿Lo oís?

Ad: ¿El que? Cuantos cables tienes- como buena niña, en cuanto su madre la suelta, aprovecha para explorar y los cables y tubos que lleva su madre, le parecen de lo más curioso.

An: ¿Maca?-Anna termina por llamar su atención. Maca parece de piedra, mirando el monitor por el que se escucha, el latido de Jaime.

M: Es...es...- el sonido del corazón de su hijo, aparta cualquier tentador pensamiento, para quedarse mirando el monitor emocionada en lo más profundo.

An: Jaime....- los ojos de Maca comienzan a brillar y hacen que Anna suspire, contagiándose de la emoción que reflejan- Ven

Ad: Ta chuli, esto

Mientras la niña sigue a lo suyo, Maca se acerca a la cama y toma la mano alzada  de Anna, alternando ahora la mirada, entre el monitor y la barriga cubierta por una sabana.

An: Me han dicho como provocar que se mueva. Mañana después del desayuno probamos para que lo sientas- susurra Anna a sólo unos milímetros del rostro de Maca, quien se agacha necesitando sentirla a ella y a Jaime.

M: Si

Ad: ¿Podemos oír el mío?

La niña pregunta y su lado explorador, hace que no se moleste al no recibir respuesta. Sus dos madres, no escuchan ni ven más allá, que el monitor y la proximidad de ambas. La mano de Maca se cuela por entre las sábanas y Anna retiene un leve gemido, al sentir la primera caricia. Lo que no puede evitar es que su respiración se acelere y  que deba tragar saliva, provocando que Maca se gire y sus rostros queden cara a cara y extremadamente cerca.

M: Anna

An: Maca

Ad: Adri jijiji Mama, ¿me peinas? Quiero estar guapa.

Adriana siempre tiene el don de la oportunidad y esta vez no iba a ser diferente. Su petición hace que Anna se extrañe y Maca busque esconderse al saber, para quien quiere estar guapa Adri.

An: ¿Y eso?

Ad: Jejeje, es tan guapa Mamá- Adri se sonroja y busca calmarse jugando con la mano de su madre.

An: ¿Quien?- pregunta Anna sonriendo pero los ojos esquivos de Maca, le hacen dejar de sonreír- No me lo puedo creer

M: Es...es...es la pareja de tú hermana- se encoge de hombros Maca y aprieta los labios intentando no reír. La cara de Anna lo dice todo y dios, que subidón le supone verla así de celosa-Y sabes que confió más en ella que en mi misma, Adri no se puede quedar aquí y...pues...pues eso.

Ad: Tan guapa que es.

An: Por favor

La interrupción de la niña, provoca que Maca mire a la niña y tras ello, sus ojos divisen una nota en la mesilla. Con disimulo y mientras Anna peina a la niña, coge la nota y disculpándose con ellas, sale un momento de la habitación en busca de Toncho.

M: Localízame a esta tía.

To: Claro. ¿Quieres algo en concreto?

M: No, sólo localízala, después me ocupó de ella.

To: Hecho

Puedes intentar cambiar tú destino y podrás conseguirlo o no. Pero de lo que nunca escaparas es de lo que eres. Y Maca, es Macarena Wilson y como tal se comporta.

Mientras tanto en la sala de espera, dos mujeres se miran a escondidas, subidas a una burra de la que ninguna, parece querer bajarse.

Mr: Voy a por un café

Es: Genial, así te miran unos pocos más, que no ha sido bastante con los que te han mirado aquí.

Fa: ¿No era que no eras celosa? Suerte que no te ha escuchado. ¿Te tengo que enseñar?

Es: ¿Me puedes dejar en paz?

Fa: Jajaja no, me lo pasó de muerte picándote.