jueves, 15 de agosto de 2013

Mi cincuenta cláusulas 27


El buen ambiente entre amigos de toda la vida se daba sin necesidad de forzar nada. El tema protagonista de la noche, era la inminente boda de Fátima y Cayetano. Boda para la que apenas faltaban días.
Sentada en un cómodo puff, Minerva olvidó su dolorido culo, pero algo había cambiado.
Teniendo a sus más allegados amigos en su terraza, no había necesidad de estar pegada a su móvil. No era una adicta a las redes sociales, sus amigos estaban con ella, los mensajes que podría recibir o bien eran de su madre, de su hermano o de algún amigo más lejano. Pero, y aún así, esta noche su móvil era un apéndice más de su cuerpo.
Fatima, enfrascada como estaba en contarles los últimos detalles para su enlace, no era consciente de como la mano de Minerva no terminaban en unas coquetas uñas adornadas con mariquitas y si, en un iPhone de funda lila.
A Marga le preocupaban más otras cuestiones que esa extensión del cuerpo de Minerva, aunque guardaban mucha relación.
- ¿Qué supiste más de Julia?- despistada como es, Marga sorprendió a Manu y Minerva. Marga había preguntado lo suficientemente bajo la pregunta, como para que el resto de chicos no la escuchara.
- Es...eh...pues- dudo Minerva. El sólo hecho de escuchar el nombre de esa mujer, le hacía sentirse volar en aeroplano. Poco que decir, esa mujer estuvo en mi casa y me llevó a la gloria, con tres caricias y dos mordidas. Demasiado, para soltarlo así sin más, mejor menguarlo un poquito- Me regaló fruta.
- ¿Fruta?- preguntó Marga, totalmente decepcionada. Esperaba horas de intenso y puro deseo, no recibir fruta. Estaba claro que el mundo estaba cambiando a nada bueno. Las grandes pasiones de antes se definían en películas como Nueve semanas y media y ahora toda la pasión imaginable, era la saga de Crepúsculo.
Enredada en sus cavilaciones, Marga no pudo observar el intenso interrogatorio visual, al que Minerva estaba siendo sometida por Manu.
- Oh, por favor- se rinde Minerva. A mantener la mirada Manu siempre le ganará, pero si además le une, desviaciones hacia el móvil, y le escenifica mordidas, no puede callar mas y acepta la derrota.
- ¡Lo sabía!. Por eso estás pegada al móvil.
La conclusión acertadísima de Manu, propicio que las tres buscasen intimidad en la cocina. En verdad, Marga las siguió por pura inercia.
- Tardas en contarnos- apremio Manu, antes de que nadie más se les uniese o acudiese a servirse más hielo.
- Buf
- ¿Buf? ¿Y que debe contarnos?
Manu la apremiaba y Marga no pillaba ni media. Pero Minerva necesito unos segundos. Cuando Julia se marchó de su ático su estado era completamente eufórico, si entonces le hubiesen preguntado por Julia lo hubiese soltado todo e incluso hubiese mostrado las pruebas del delito. Horas después, Julia esta guardada como un secreto; loco, ferviente, apasionado y como todo secreto, muy privado.
Pero las dos mujeres que tiene enfrente, son expertas en sacarle el secreto más íntimo. Mejor, resumir lo ocurrido sin presiones.
- Ya sabéis que pasó en Girona- Minerva hace una pausa obligada por Marga y su "dios Girona, eso fue salvaje, si"- después...pues...no se como pero empezamos a jugar con los correos.
- ¿Correos calientes? ¡Ay dios!
Acostumbradas a las interrupciones de Marga, Minerva continuo, mientras sus uñas, sufrían su nerviosismo. ¿Cómo resumir tanto en tan poco?
- Me regaló bananas y aquí, mejor no hagáis chistes. La cosa es, que me sube en segundos. Es oírla, es leerla, es la mera mención de su nombre y ardo.
- Joder, joder...joder- Marga no da para mas, Crepúsculo pierde adeptos y Nueve semanas y media, los gana.
Manu no puede más que reír, la fiebre de Minerva por esa mujer aumenta, pero todo intento de mantener una conversación seria al respecto, es abortada por Marga.
- Habrá más regalos, eso es segurísimo. Pero a lo importante, en la cama
- Luego decís de los tíos. Si vosotras estáis igual- la entrada en la cocina de Mauro calla a las tres, sólo que a dos de ellas, la interrupción les hace gracia y como de peques, se sonríen intentado no reír. Mauro ríe contagiado sin saber en verdad por qué y se cuelga de los hombros de Minerva- ¿Qué haces mañana?
- Pues...pues- sin saber que contestar, Minerva duda y trata de ganar tiempo. Al final no quedó nada claro con Julia. Ella hablaba de que el día sería muy largo, pero en ningún momento específico que lo pasasen juntas. Ahí estaba, sólo el pensar en esa posibilidad y Minerva arde- Aún no se.
- ¿Trabajas?
- No, eso el martes.
- Podrías acompañarme a por el traje.
- ¿Aún estas así?
Mauro contesta explicando su tardanza para elegir el traje con el que acudirá a la boda de Fátima y Cayetano, pero Minerva no puede escucharle y mucho menos prestarle atención. Su móvil ha sonado por Adele, y Adele en su móvil, sólo suena por una persona. Julia.
Como puede Minerva improvisa y los cuatro regresan a la terraza. Manu la cubre llevándose a Mauro por delante y a Minerva le falta tiempo para consultar el correo recibido.
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De Julia
Para Minerva
Asunto: ¿Reacciones?
Salga a su terraza y verá una reacción.
Pd. No se me pasan las ganas de usted, Minerva.
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- ¡La leche!- el esperadísimo correo de Julia, sube a más de cien mil pies a Minerva. Sus ojos se empapan de la posdata una y otra vez, parada en el gran ventanal que une su salón con la gran terraza. Ya no importa que Julia sea un secreto, no importa que Manu la interrogue, que Mauro se extrañe, ni que Fátima de repente este muy sería. Tiene correo de Julia, le escribe sobre no se que reacciones y lo más importante, Julia confiesa sus ganas.
- Wau, son una pasada.
Ajena a todo, menos al correo que relee, Minerva no escucha el ruido de cohetes y mucho menos los ve. Pequeño ruido de pólvora quemándose al inicio, suave despegue a continuación y allá en lo más alto, un fuerte ruido que anuncia un maravilloso espectáculo de colores.
- ¿Qué fiesta es hoy?
Los chicos en pie disfrutan del espectáculo pirotécnico, sin saber a que se debe y a Minerva se le detiene el corazón, cuando sus ojos topan con la amalgama de colores que muestra el cielo. Justo entonces, Adele vuelve a sonar mediante su móvil.
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De Julia
Para Min
Asunto: Usted es mucho más impresionante.
Nos conocemos, más de lo que creemos.
¿De copas pasará al local?
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Es el correo que Minerva contesta al segundo, con la emoción quemándola. Correo que inicia una cadena sucesiva.
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De Minerva
Para Julia
Asunto: Ha sido precioso.
Me está malcriando, señora Arango.
Pd. Aún en casa.
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De Julia
Para Min
Asunto: Aún despierta.
En treinta minutos, podría estar aquí. Yo también tengo copas y música.
Pd. Usted desea y yo la complazco.
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De Minerva
Para Julia
Asunto: Están todos aquí
Me encantaría, pero no encuentro excusa.
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De Julia
Para Min
Asunto: Usted deseó
En quince minutos, la recogerán.
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Es el último correo que Minerva lee, mordiéndose los labios. En quince minutos el coche de Julia estará en su casa para recogerla y ella tiene la terraza llena de sus amigos.
- Di que es tu madre, Min. No le des más vueltas, lo de los cohetes ha sido brutal. Que si no vas tú, puede que vaya yo.
- Jajaja dios Manu...es....es....ni se explicarlo.
- No pierdas el tiempo. ¿A caso no te vas a cambiar?



1 comentario:

  1. si por mi fuera, te obligaba ano parar de escribir todo el dia para saciarme y no tener este ansia q me apodera con tus historias

    massssssssssssssssss artistaza gracias

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