viernes, 16 de agosto de 2013

Wilson S.L. 97


A media mañana, otro gran portón se abría para Anna. Ahora el de mansión Wilson y esta vez, no viajaba sola. Su hija le mantenía la mano agarrada, mientras miraba curiosa por la ventanilla.
El recuerdo de sus planes para esas tierras, hizo que Anna sonriese,  mostrándolos a su hija.
An: Esa parte de la finca- señaló a lo lejos, llamando la atención de Adriana- quiero que sea para uva moscatel.
Ad: No sirve.
La contestación de Adriana, pese a su voz y carita triste, la lleno de orgullo.
An: Ujum, servirá. Sólo hay que recuperarla.
Ad: Son años, Mamá.
An: Aja. Para los frutos de las primeras cepas, unos veinte años.
Ad: ¿Ya habré crecido?
An: Si, ya lo habrás hecho.
Hace apenas unos meses, Anna habría aprovechado la ocasión, para llevarse a la niña a su terreno, separándola de que llevase el sello Wilson. Ahora, a sólo horas de enterrar al viejo zorro, Anna toma de conciencia de como sus prioridades van cambiando según lo hacen sus circunstancias.
Wilson esta pasando de ser una autentica aberración para ella, a convertirse en un negocio.
Negocio de la mujer que ve en la entrada de la vivienda, de riguroso luto, seguro saludando a conocidos que acuden a dar sus condolencias y velar el cuerpo del difunto. La señora, aquella que fue manipulada y maltratada por su padre, aquella que heredó Wilson demostrando su valía ante el viejo zorro y Montoya, aquella que fue traicionada por su propio hermano y aquella, a la que piensa devolver lo que era suyo, Wilson SL, Macarena.
La misma que sonríe abriéndoles la puerta del coche. Un tímido saludo a Anna, ayudanda a salir del coche, un suave beso dejado en su mejilla y una niña, que se abalanza sobre ella.
Ad: Mami
M: Ven aquí
Niña y madre se abrazan, y Anna queda a un paso atrás mirándolas. El beso dejado por Maca en su mejilla, aun parece cosquillearle. Por algo, la naturalidad siempre gusta y que fácil, puede ser acostumbrarse a ella. Pensando en ella, entra en la gran Mansión y se detiene cuando al poco Maca regresa sin la niña.
M: Estaban todos deseando mimarla- explica Maca avanzando hacia ella, sin saber que los latidos de dos corazones se aceleran, a cada centímetro de distancia que sus pasos reducen- No deberías estar aquí. El médico dijo reposo absoluto- centrada en su salud y la del niño, Maca no es consciente del estado en el que poco a poco se sumerge Anna. Maca avanza hacia ella, no hay ni un ápice de rencor en sus ojos, estos no están dilatados y se cabello, comienza a recobrar el brillo que antes de la coca tenía- Que no es querer discutir, es simplemente que no haces caso, vas a tu aire.
An: ¿Vas a besarme?
M: Eh- la pregunta de Anna la coge por sorpresa y se detiene a tan sólo un paso, de la mujer a la que si, iba a besar- Pues...si...la respuesta es si. ¿Por?- su pausada respuesta, le da el tiempo que necesita. Ahora si observa a Anna y ve su paralización. Puede que Anna tanta naturalidad la sobrecoja e incluso la sorprenda. Pero no ha conseguido llegar hasta este punto, para dar un paso atrás- Espera
An: Ay Maca, no empieces con los espera.
M: No, sólo que...nos quedamos en el punto tres- el nerviosismo de Anna ante el paso que termina por acercarlas, supone un subidón para Maca. La mujer controladora y altanera, cede terreno y es hora de apropiárselo.
An: Si
M: Punto uno, nada de relaciones abiertas, punto dos nada de espías, punto tres otro tipo de club y llegamos al punto cuatro.
An: Maca- los avances de Maca sobre Anna, hacen que está haya ido dando pasos atrás, hasta topar con la barrera que le supone su propio coche.
Todo baja la furtiva mirada de Pepe, su conductor y de María.
Pe: Ahora es, cuando se lanzan como lobas una contra la otra.
Ma: Que esta el difunto, ahí mismo. No creo yo.
Pe: En peores plazas, las han liado estas dos.
Ma: Jajaja, ains...me acuerdo yo las primeras veces. Que te encontrabas ropa interior en cualquier sitio.
Pe: Sush, calla que no oigo.
Ma: Serás cotilla.
An: ¿Y el punto cuatro es?- acorralada entre Maca y el coche, decide sobreponerse a la emoción de vivir aquello, que parecía impensable entre ellas. El sano y dulce coqueteo.
M: Podré besarte cuando quiera- decidida a todo, sus manos se apoyan en el coche. La racial Anna, queda entre ellas y sin escapatoria. Es una gozada empaparse de su aroma de a poco, sin prisas, malos modos, ansias ni nada, que lo precipite. Para Maca es como si los saltos al vacío, se hubiesen transformado. Ahora no salta a ojos cerrados, ahora sus ojos están abiertos y su cuerpo planea disfrutando de la caída.
An: Admite discusión- fiel así misma, no desaprovecha la ocasión. El tira y afloja propio de este matrimonio, es como la pizca de sal necesaria en toda ensalada. A Anna esa pizquita le da vida y por la cara que pone Maca, tampoco a ella le desagrada- No vas a estar todo el día como una lapita.
M: Jajaja, pero a ver- encantada con el tira y afloja, pretende en su particular juego, separarse un poco de Anna, pero la mano de esta atrapando su camisa, pronto lo impide.
An: A ver nada. Por ejemplo, necesito mi espacio.
M: Jums
An: No me gusta eso de un besazo en cualquier sít
Y hasta ahí puede hablar Anna, sus labios son atrapados por Maca en un beso que les hace cerrar los ojos y suspirar, reteniéndose ambas.
Desde fuera el beso entre ambas se ve como es, un beso cargado de pasión contenida.
Pe: ¿Qué te decía yo?
Ma: Madre mía, pero que siguen llegando visitas. Estas niñas, ains.
Conscientes de las especiales circunstancias, ambas sujetan sus instintos y un fuerte suspiro conjunto detiene el beso. Pero sólo el beso, sus cuerpos parecen negarse a soltarse, las sonrisas prosiguen y  el ronroneo, también.
An: De este tipo de beso, puedes cuando quieras- dice Anna, buscando una distracción para sus manos. Esas que sueñan con arrancar una camisa pero que ahora, la planchan arreglándola.
M: Lo extraño, es que Adriana no nos haya interrumpido.
Ad: Mami
An: Ahí la tienes. No lo está pasando bien. ¿Y tú?
M: Bueno, era un hijo de puta...pero era mi padre.
An: ¿Entramos?
M: Si, estaban preguntando por ti.
Finalmente se separan, lo que les hace poner cómicas muecas. Adriana llega hasta ellas y Maca la sostiene en brazos. Con ella en brazos, Maca acompaña a Anna colocando una mano en su cintura y las tres, se introducen en la Mansión.
Pe: Pues
Ma: Ha sido
Pe: ¿Raro?
Ma: Si...ains...pero que bonito.



4 comentarios:

  1. jejejeje....también estoy de acuerdo.....que BONITOOOOO!!!!!

    gracias

    beijos

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  2. Por fin se tratan como una familia,asi es como se debe comenzar.
    Saludos

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  3. ayyyy que emoción
    no me pueden gustar máss de verdad

    GRACIAS ARTISTAZAAAAAAA

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  4. Las cosas entre ambas parecen estar cada vez más claras... me encanta la forma en la que están llevando la relación.
    Con ganas de más trocitos.
    Gracias.
    L.a.c.e.r

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