Un
partido de fútbol con padres, madres y los niños, le había hecho
disfrutar tanto como a Adriana. Madre e hija compartieron risas,
golpes y abrazos victoriosos y había sido Adriana, quien le había
llevado al marco de fotografía, que sentada en el coche de Anna,
contempla Maca embelesada.
Ad:
Le duelen los pies, pero como es una princesita no lo dice.
Esas
habían sido las palabras de su hija, tras acabar el partido y
reunirse con el resto. Le basto mirar a Anna, para saber que su hija
no se equivocaba. Serían los pies, la cintura o lo que fuese, pero a
pesar de estar guapísima, el rostro de Anna denotaba cansancio.
Ad:
En el coche tiene unas manoletinas, ¿se las traigo?
Rechazó
el ofrecimiento de Adriana, instándola a seguir compartiendo juegos
con sus amigos. Le apetecía ser ella, la que está noche, la mimase.
Camino
del coche, recordó el saludo que entre ambas se había dado apenas
unas horas antes. Anna lucía espectacular con un vestido recto color
claro. Sencillo y elegante, que resaltaba su barriga. Cuanta razón
tenía la anciana, los embarazos en Anna realzaban su belleza.
Cautivada
por ella, por cómo lucía, por las estúpidas e infantiles mariposas
en su estómago, por lo íntima que había sido su última
conversación y porque en definitiva, era Anna quien caminaba hacia
ella, apenas reaccionó y Anna ya estaba a un sólo paso de ella.
An:
Ya pensé que no venías
M:
Fue un asco. Después te cuento.
An:
Si, primero.....Hola
Un
sólo saludo, una sola sonrisa y los pulsos no se le pararon como
canta la copla, se le aceleraron demostrándole que estaban más
vivos y fuertes que nunca. Ese coqueto hola de Anna y esa sonrisa, la
tele transportaron de golpe a un viejo nogal al que ella durante
muchas tardes acudió nerviosa y ansiosa por pasar un rato con la
creída Paredes. La misma a la que asaltaba a preguntas nada más
verla llegar, intentando aplacar nervios y la misma que siempre le
respondía, como el día de hoy.
Respondió
al saludo con una sonrisa y tras ella, susurro un hola que obtuvo
como premio, la excitante subida de ojos de Anna. Tocaba acompañar
el saludo, de alguna demostración cariñosa y ambas debieron pensar
lo mismo.
"Te
besó en esta mejilla o aquella, me lío y te lías, te sonríes y me
sonrió". Al final, un beso leve y accidental en los labios, que
hace suspirar a ambas, mientras algunos las miran, sonriendo por los
nervios mostrados.
Después
conversaciones en conjunto o por separado, pero a cada instante a
cada segundo; ambas buscándose. ¿Era necesario haber tenido que
pasar todo lo pasado para buscarse por primera vez así? Puede que
no, pero en ellas así se dio.
"Tú
me miras y yo te miro, tú me ofreces una bebida y yo algo de picar,
tú me sonríes y yo no dejo de hacerlo".
Gestos
y detalles, que hacen que el hilo invisible que las une, no se tense,
sino que se moldea, según bailan sus extremos.
Ahora,
sentada en el coche que utiliza Anna, con las manoletinas aún lado y
un marco entre sus piernas, Macarena vuelve a buscarla y la halla. A
esa distancia, puede imaginar que Anna la observa extrañada y seguro
que no sabe, que se adelantó al regalo.
Cualquiera
que conozca a Anna, sabe de lo extremadamente detallista que es. El
marco estaba guardado en su cajita de cartón, a falta de envolver
con un bonito papel, quizás algún lacito, o quizás el papel
llevaría alguna letra imitando algún juego. Quien sabe, la
curiosidad de Maca por todo aquello que lleve la marca Anna, le hace
violar cualquier principio o intimidad.
La
sorpresa al abrir la cajita fue mayúscula y lo primero que sus ojos
vieron, fue un nombre enunciado dos fotografías entrelazadas; Jaime.
A la derecha la última ecografía del futuro dueño de ese nombre y
a la izquierda, Anna. Anna y su tentadora y hermosa barriga.
Se
empapó lo que quiso de ambas fotos unidas, con esfuerzo volvió a
guardar el marco en su caja y aprovechando un descuido de Anna,
volvió a dejarlo tal cual lo había encontrado en el maletero.
No
le hacía falta ninguna indicación para saber que el marco era un
regalo y que además era un regalo para ella. ¿Como narices había
vivido antes sin disfrutar de esos detalles? Quien sabe, es una de
las tantas preguntas que quizás, nunca hallen respuesta. ¿Las
necesita? No, si la dueña de esos detalles ahora se los ofrece, si
además esa dueña la espera como ahora sonriendo y menos, cuando sus
mejillas ya no crujen por falta de entrenamiento a la hora de
sonreír.
An:
¿No me habrás cotilleado el maletero?- pregunta Anna y sonríen aún
más en su interior. Maca olvida, que Adriana es una copia de ella
misma, y lo que podría desconocer de ella, lo ha aprendido a través
de su hija. Su forma de mirar al suelo ante la pregunta realizada, ya
le ha dado una respuesta.
M:
No, ¿debía?
An:
Uhm...no, no debías.
M:
Déjame que te los cambie- se escabulle Macarena, de la observación
de Anna, reteniendo las ganas de reír y sobre todo de pedir la
fotografía de la izquierda al completo.
Un
corto paseo hasta el banco más próximo y comienza el velado examen.
"Te pillo mirándome y ambas sonreímos, ¿hablas tú o lo hago
yo? Error, lo hicimos a la vez".
An:
Perdón
M:
Nada
Disculpas
sonrientes, que para eso las mejillas ya se han acostumbrado, cogerse
de la mano para que Anna se siente, es una mujer embarazada a la que
le gusta fustigarse con altos tacones y arrodillarse frente a ella,
dispuesta a cambiarle los zapatos. "Si te miro ahora, no habrá
secretos"
An:
Parecemos crías.
M:
Es bonita la sensación.
An:
Uhm...no me vayas a decir tan bonita como yo, que se me puede
adelantar el parto.
Un
chascarrillo, es lo único que se le ocurre a Anna. Maca está a sus
pies cambiándole los zapatos. No está embarazada de ocho meses, por
lo tanto aún la barriga no le imposibilita hacerlo ella misma. No ha
pedido las manoletinas, las trajo ella sorprendiéndola. Y ahora
retira el zapato de alto tacón, con extrema suavidad. Un
chascarrillo, es lo único que se le ocurre, para que su
derretimiento por eso gesto, no sea cristalino.
M:
Nunca te han gustado los detalles o demostraciones empalagosas,
¿verdad?
An:
No, prefiero detalles como el que estás teniendo ahora mismo.
Natural y nada recargado.
M:
Ah, significa que no puedo acariciarte el pie y subir de a poco por
tu pierna y
An:
Y prefiero- interrumpe Anna justo a tiempo, de que la mano de Maca,
comience el ascenso anunciado- me cuentes que tal la reunión.
M:
Un asco- se queja Maca sentándose junto a ella- Necesito financiación
y el mundo legal es una putada. A mi forma, no tendría problemas.
An:
Tú forma- murmura Anna, sin ninguna intención, pero Maca se tensa,
malentendiendo su murmuración. Anna no tarda en apreciar el
malentendido, pero no le da tiempo a hacerse entender, Maca ya está
de pie.
M:
Lo estoy intentando.
An:
Lo sé, ¿quién te ha dicho nada?
M:
Y soy capaz de conseguirlo
An:
Me parece genial, ¿qué quieres que te diga?
M:
No se, puede que un poco de apoyo de tu parte no vendría mal.
An:
Maca, no empecemos. Me he apartado justo para que hagas y deshagas a
tu antojo.
Ahora
es Anna, quien también se incorpora. "Si tú te picas, yo no me
quedo atrás"
M:
¿Pensando en ti o en mi?
An:
En ambas. Míranos, por favor. ¿Cuánto hemos tardado en discutir?
M:
Tú culpa, te cuento algo y ya estás juzgándome.
An:
No subas la voz
M:
Lo hago si quiero
An:
Maca
Dos
intercambios de frases subidas de tono y el hilo deja de bailar, se
tensa atrayéndolas. Y si las atrae, los brazos de Maca por inercia
agarran a Anna y Anna, se deja agarrar.
Pero
en el "yo te sujeto y tú me dejas", repetido durante tanto
tiempo, algo ha cambiado y no han sido, las ganas inmensas de
poseerse.
M:
Cuando te pones así, me haces perder los nervios.
La
sujeción no es necesaria e inconscientemente Maca lo sabe. Por eso
sus manos dejan de apretar, para ceñirse suave sobre la piel que
tocan.
An:
Porque no me das tiempo a explicarme. Te subes como la espuma.
Con
los brazos, suavemente liberados, las manos de Anna ganan libertad y
si la ganan, la disfrutan pegándose al torso de Maca.
M:
Y la única forma que encuentro de callarte es
Ad:
Mami, comienza otro partido. Vamos
La
interrupción de Adriana, comienza a ser un estigma entre ellas y
resignadas, ambas frentes se buscan, necesitando de un contacto.
M:
Le voy a poner un cascabel, te aviso.
An:
Jajaja
M:
Y quiero la foto entera.
An:
Estoy desnuda
Ad:
Mami, vamos
M:
Por eso mismo.
An:
Creí que habías dejado el sexo.
Estas dos necesitan estar a solas urgentemente, jeje. Me encanta ese tira y afloja que llevan ambas, porque en el amor, no todo es darse la razón o no discutir...creo que también son necesarios esos rifi-rafes para darle chispilla a la relación, dentro de unos límites, claro.
ResponderEliminarNo me canso de este fic Gemo...Siempre quedo con ganas de más trocitos.
Gracias
L.a.c.e.r
Estas chicas tienen mucha tension sexual,necesitan sacarla,me encanta tu fic,fabuloso
ResponderEliminarSaludos
........ ESA COMPLICIDAD ENTRE LAS DOS..ES...ES...LO QUE ELLAS SON ''GENIO Y TERNURA'' A PARTES IGUALES¡¡¡
ResponderEliminarME ENCANTA EL TROZO GEMO..ESTAN DISPUESTAS A TODO Y ESO ESO...SE NOTA...
GRACIAS......
CELESTE-NEGRO.
MUDA SIN PALABRAS.... QUIERO MÁSSSSSSSSSSS
ResponderEliminarSE SALE ÉSTA COSA Q PRODUCES....
ARTISSTAZAAAAAAAAA