miércoles, 24 de julio de 2013

Wilson S.L. 87


Un partido de fútbol con padres, madres y los niños, le había hecho disfrutar tanto como a Adriana. Madre e hija compartieron risas, golpes y abrazos victoriosos y había sido Adriana, quien le había llevado al marco de fotografía, que sentada en el coche de Anna, contempla Maca embelesada.

Ad: Le duelen los pies, pero como es una princesita no lo dice.

Esas habían sido las palabras de su hija, tras acabar el partido y reunirse con el resto. Le basto mirar a Anna, para saber que su hija no se equivocaba. Serían los pies, la cintura o lo que fuese, pero a pesar de estar guapísima, el rostro de Anna denotaba cansancio.

Ad: En el coche tiene unas manoletinas, ¿se las traigo?

Rechazó el ofrecimiento de Adriana, instándola a seguir compartiendo juegos con sus amigos. Le apetecía ser ella, la que está noche, la mimase.

Camino del coche, recordó el saludo que entre ambas se había dado apenas unas horas antes. Anna lucía espectacular con un vestido recto color claro. Sencillo y elegante, que resaltaba su barriga. Cuanta razón tenía la anciana, los embarazos en Anna realzaban su belleza.

Cautivada por ella, por cómo lucía, por las estúpidas e infantiles mariposas en su estómago, por lo íntima que había sido su última conversación y porque en definitiva, era Anna quien caminaba hacia ella, apenas reaccionó y Anna ya estaba a un sólo paso de ella.

An: Ya pensé que no venías

M: Fue un asco. Después te cuento.

An: Si, primero.....Hola

Un sólo saludo, una sola sonrisa y los pulsos no se le pararon como canta la copla, se le aceleraron demostrándole que estaban más vivos y fuertes que nunca. Ese coqueto hola de Anna y esa sonrisa, la tele transportaron de golpe a un viejo nogal al que ella durante muchas tardes acudió nerviosa y ansiosa por pasar un rato con la creída Paredes. La misma a la que asaltaba a preguntas nada más verla llegar, intentando aplacar nervios y la misma que siempre le respondía, como el día de hoy.

Respondió al saludo con una sonrisa y tras ella, susurro un hola que obtuvo como premio, la excitante subida de ojos de Anna. Tocaba acompañar el saludo, de alguna demostración cariñosa y ambas debieron pensar lo mismo.

"Te besó en esta mejilla o aquella, me lío y te lías, te sonríes y me sonrió". Al final, un beso leve y accidental en los labios,  que hace suspirar a ambas, mientras algunos las miran, sonriendo por los nervios mostrados.

Después conversaciones en conjunto o por separado, pero a cada instante a cada segundo; ambas buscándose. ¿Era necesario haber tenido que pasar todo lo pasado para buscarse por primera vez así? Puede que no, pero en ellas así se dio.

"Tú me miras y yo te miro, tú me ofreces una bebida y yo algo de picar, tú me sonríes y yo no dejo de hacerlo".

Gestos y detalles, que hacen que el hilo invisible que las une, no se tense, sino que se moldea, según bailan sus extremos.

Ahora, sentada en el coche que utiliza Anna, con las manoletinas aún lado y un marco entre sus piernas, Macarena vuelve a buscarla y la halla. A esa distancia, puede imaginar que Anna la observa extrañada y seguro que no sabe, que se adelantó al regalo.

Cualquiera que conozca a Anna, sabe de lo extremadamente detallista que es. El marco estaba guardado en su cajita de cartón, a falta de envolver con un bonito papel, quizás algún lacito, o quizás el papel llevaría alguna letra imitando algún juego. Quien sabe, la curiosidad de Maca por todo aquello que lleve la marca Anna, le hace violar cualquier principio o intimidad.

La sorpresa al abrir la cajita fue mayúscula y lo primero que sus ojos vieron, fue un nombre enunciado dos fotografías entrelazadas; Jaime. A la derecha la última ecografía del futuro dueño de ese nombre y a la izquierda, Anna. Anna y su tentadora y hermosa barriga.

Se empapó lo que quiso de ambas fotos unidas, con esfuerzo volvió a guardar el marco en su caja y aprovechando un descuido de Anna, volvió a dejarlo tal cual lo había encontrado en el maletero.

No le hacía falta ninguna indicación para saber que el marco era un regalo y que además era un regalo para ella. ¿Como narices había vivido antes sin disfrutar de esos detalles? Quien sabe, es una de las tantas preguntas que quizás, nunca hallen respuesta. ¿Las necesita? No, si la dueña de esos detalles ahora se los ofrece, si además esa dueña la espera como ahora sonriendo y menos, cuando sus mejillas ya no crujen por falta de entrenamiento a la hora de sonreír.

An: ¿No me habrás cotilleado el maletero?- pregunta Anna y sonríen aún más en su interior. Maca olvida, que Adriana es una copia de ella misma, y lo que podría desconocer de ella, lo ha aprendido a través de su hija. Su forma de mirar al suelo ante la pregunta realizada, ya le ha dado una respuesta.

M: No, ¿debía?

An: Uhm...no, no debías.

M: Déjame que te los cambie- se escabulle Macarena, de la observación de Anna, reteniendo las ganas de reír y sobre todo de pedir la fotografía de la izquierda al completo.

Un corto paseo hasta el banco más próximo y comienza el velado examen. "Te pillo mirándome y ambas sonreímos, ¿hablas tú o lo hago yo? Error, lo hicimos a la vez".

An: Perdón

M: Nada

Disculpas sonrientes, que para eso las mejillas ya se han acostumbrado, cogerse de la mano para que Anna se siente, es una mujer embarazada a la que le gusta fustigarse con altos tacones y arrodillarse frente a ella, dispuesta a cambiarle los zapatos. "Si te miro ahora, no habrá secretos"

An: Parecemos crías.

M: Es bonita la sensación.

An: Uhm...no me vayas a decir tan bonita como yo, que se me puede adelantar el parto.

Un chascarrillo, es lo único que se le ocurre a Anna. Maca está a sus pies cambiándole los zapatos. No está embarazada de ocho meses, por lo tanto aún la barriga no le imposibilita hacerlo ella misma. No ha pedido las manoletinas, las trajo ella sorprendiéndola. Y ahora retira el zapato de alto tacón, con extrema suavidad. Un chascarrillo, es lo único que se le ocurre, para que su derretimiento por eso gesto, no sea cristalino.

M: Nunca te han gustado los detalles o demostraciones empalagosas, ¿verdad?

An: No, prefiero detalles como el que estás teniendo ahora mismo. Natural y nada recargado.

M: Ah, significa que no puedo acariciarte el pie y subir de a poco por tu pierna y

An: Y prefiero- interrumpe Anna justo a tiempo, de que la mano de Maca, comience el ascenso anunciado- me cuentes que tal la reunión.

M: Un asco- se queja Maca sentándose junto a ella- Necesito financiación y el mundo legal es una putada. A mi forma, no tendría problemas.

An: Tú forma- murmura Anna, sin ninguna intención, pero Maca se tensa, malentendiendo su murmuración. Anna no tarda en apreciar el malentendido, pero no le da tiempo a hacerse entender, Maca ya está de pie.

M: Lo estoy intentando.

An: Lo sé, ¿quién te ha dicho nada?

M: Y soy capaz de conseguirlo

An: Me parece genial, ¿qué quieres que te diga?

M: No se, puede que un poco de apoyo de tu parte no vendría mal.

An: Maca, no empecemos. Me he apartado justo para que hagas y deshagas a tu antojo.

Ahora es Anna, quien también se incorpora. "Si tú te picas, yo no me quedo atrás"

M: ¿Pensando en ti o en mi?

An: En ambas. Míranos, por favor. ¿Cuánto hemos tardado en discutir?

M: Tú culpa, te cuento algo y ya estás juzgándome.

An: No subas la voz

M: Lo hago si quiero

An: Maca

Dos intercambios de frases subidas de tono y el hilo deja de bailar, se tensa atrayéndolas. Y si las atrae, los brazos de Maca por inercia agarran a Anna y Anna, se deja agarrar.

Pero en el "yo te sujeto y tú me dejas", repetido durante tanto tiempo, algo ha cambiado y no han sido, las ganas inmensas de poseerse.

M: Cuando te pones así, me haces perder los nervios.

La sujeción no es necesaria e inconscientemente Maca lo sabe. Por eso sus manos dejan de apretar, para ceñirse suave sobre la piel que tocan.

An: Porque no me das tiempo a explicarme. Te subes como la espuma.

Con los brazos, suavemente liberados, las manos de Anna ganan libertad y si la ganan, la disfrutan pegándose al torso de Maca.

M: Y la única forma que encuentro de callarte es

Ad: Mami, comienza otro partido. Vamos

La interrupción de Adriana, comienza a ser un estigma entre ellas y resignadas, ambas frentes se buscan, necesitando de un contacto.

M: Le voy a poner un cascabel, te aviso.

An: Jajaja

M: Y quiero la foto entera.

An: Estoy desnuda

Ad: Mami, vamos

M: Por eso mismo.

An: Creí que habías dejado el sexo.

M: El sexo si. Las ganas de hacerte el amor, imposible dejarlas.



 
 
 
 



4 comentarios:

  1. Estas dos necesitan estar a solas urgentemente, jeje. Me encanta ese tira y afloja que llevan ambas, porque en el amor, no todo es darse la razón o no discutir...creo que también son necesarios esos rifi-rafes para darle chispilla a la relación, dentro de unos límites, claro.
    No me canso de este fic Gemo...Siempre quedo con ganas de más trocitos.
    Gracias
    L.a.c.e.r

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  2. Estas chicas tienen mucha tension sexual,necesitan sacarla,me encanta tu fic,fabuloso
    Saludos

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  3. ........ ESA COMPLICIDAD ENTRE LAS DOS..ES...ES...LO QUE ELLAS SON ''GENIO Y TERNURA'' A PARTES IGUALES¡¡¡
    ME ENCANTA EL TROZO GEMO..ESTAN DISPUESTAS A TODO Y ESO ESO...SE NOTA...

    GRACIAS......

    CELESTE-NEGRO.

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  4. MUDA SIN PALABRAS.... QUIERO MÁSSSSSSSSSSS

    SE SALE ÉSTA COSA Q PRODUCES....

    ARTISSTAZAAAAAAAAA

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