Mi cincuenta cláusulas 14

Cesada la caricia, bomba soltada y f18 que abre vuelo desapareciendo del estudio. Todo avión deja estela a su paso y Julia no iba a ser diferente.

Su estela quedó en forma de ácido aroma y fuerte pisada.

- Wau- reacciona Minerva, antes de que el estudio vuelva a llenarse con el personal que antes lo ocupara.

- ¿Qué pasó?- Nico fue de las primeras en regresar y por la forma impetuosa de hacerlo, estaba claro para Minerva que el interrogatorio, no había hecho más que empezar.

- Oh no- evasiva respuesta de Minerva. Ya es bastante seguir en pie y respirando con normalidad, como para aceptar interrogatorios incansables voluntariamente.

- ¿Oh no? ¿La sesión no termino, la modelo no está y tu me dices oh no?- a Nico, la aparente pachorra en la que Minerva esta sumida, la deja alucinada.

- ¿Tú dirías que soy contestona?

Nico, con el nerviosismo de montar un reportaje con apenas unas cuentas por la ausencia repentina de la modelo, no se molesto en contestarla. Pero Minerva es un alma inquieta y además, un pelín cansina, cuando algo quiere saber. Por suerte, todavía llegaba al café con sus amigas.

Primero protestas de Fatima, por la urgencia de la reunión entre amigas ,el despiste de Marga, que ella en ningún momento entendió que hubiese esa urgencia, las risas de Manuela, por la cara de frustración de la futura novia, Fatima, al abandonar su sesión de belleza pre boda para asistir a ese café urgente. Y segundo, la cara de sorpresa de las tres, cuando Minerva les relata a quien fotografió y lo que es mas importante, con quien intercambio excitantes amenazas.

- La leche, que pequeño es el mundo- Manuela alucina por la casualidad de que ambas se volvieran a encontrar y de esa manera.

- Madre mía, que excitante ¿y dices que te toqueteo?- Marga se engancha al momentazo sexual vivido, según su propia conjetura y pide a todos los santos, que a ella le toque un malote f18, a poder ser de mas de metro ochenta y ancha espalda.

- Menuda estirada- Fatima lo tiene claro. No le cayo desde un principio y las familiaridades tomadas con el cuerpo de Minerva, le dan la razón.

- Jejeje- y Minerva, deja caer la frente en la mesa riendo. Solo recordar su sesión con Julia, le hace sonreír boba y un tanto pillina. Ha repasado mil veces su sesión con Julia y a cada recuerdo, mas ganas de seguir coincidiendo con esa mujer, siente- Y se llevo mis fotos- las informa y nada mas decirlo, una excitante sensación la recorre. ¿Qué hará esa mujer con sus fotos?

- ¿Qué fotos?- preguntan al unísono y Minerva aprovecha, para regodearse recordando su escena con esa mujer. Las ganas de mas Julia aumentan y no parece, que Minerva intente frenar ese aumento.

- Julia Arango- interviene Fatima, prefiriendo googlear a la estirada mujer, que ver la cara de asombro y sonrisilla traviesa de sus dos amigas, mientras Minerva les cuenta- se hizo así misma, bla, bla, bla, multimillonaria excéntrica que dicen forma parte del Club Bilderberg- informa frunciendo el ceño, no le encaja esa mujer formando parte de tan conservador Club y la noticia, le hace apuntarse mentalmente, averiguar mas de Julia.

- Dios mío, es para morir de excitación- apostilla Marga, entusiasmando se por momentos- dicen que ese Club dirige el mundo, ni políticos ni altas sociedades. Mi padre estuvo moviendo hilos para que lo invitasen cuando vinieron a España, pero finalmente no lo consiguió.

Marga inicia una nueva tanda de opinión al respecto de cada una de las amigas. Pero Minerva se queda con el dato aportado por Fatima, club conservador. No le pareció Julia una mujer conservadora, no debería serlo quien sin ningún reparo y sin apenas haber conservado entre ellas, te amenaza con morderte los labios hasta hacerte sangrar para después intercambiar fluidos. Lo único conservador que puede apreciar en su encuentro es la subida de su escote.

- Joder- exclama dejando calladas a sus amigas por el exabrupto soltado, pero pronto se recuperan y vuelven a la discusión, al observar como Minerva esta en su mundo.

Lo hizo, primero delineo la linea de su escote y después lo alzo, cubriéndolo un poco mas. Oh si, eso es conservador. También lo fue, su forma de vestir cuando la vio en el despacho de la jefa de prensa, un soso y serio traje de ejecutiva, apenas un botón abierto de la camisa.

No cuadraba, aunque las exigencias con la que hablo por teléfono o con las que trataba a su mulata ayudante, bien podría serlo.

“Donde yo muerdo, nadie mas lo hace”, advertencia lanzada el ultimo amanecer en Las Bahamas y no estaba fulminando a Manuela, por babearle el muslo, sino por estar pegada a ella.

¿Era Julia Arango una posesiva? ¿No tenia bastante con ser tan sumamente marimandona?

Pena de preguntas sin respuesta, la f18 mas espectacular de la historia, se limitaba a amenazar pero, ¿cuándo podría volver a verla?

La siguiente llamada, que Minerva recibe en su iPhone, le da la respuesta.

- Mañana debes llevarle las fotos a Julia Arango

Nico fue quien la informo, con mucha apatía, Julia había solicitado ver las fotos antes de la realización del reportaje y curiosamente, solicitaba que fuese la propia fotógrafa quien se las mostrase.

- Te ahorro preguntas, ella no viene, vas tu y me dice Karina, que ojito porque nos jugamos mucho con esta mujer. Nada de quedarte atontada, nada de promesas imposibles, sonrisa, amabilidad y si wana.

- Soy fotógrafa, no la chica de los recados.

- Si, wana

- ¿Nico?

- Así me llaman y mi madre odia que lo hagan, si. Ah, una ultima advertencia, esa mujer odia la impuntualidad. No hace falta que te diga lo que hará contigo Karina, si llegas tarde a esa cita.

Sensación vertiginosa que siente Minerva, una vez se despide de Nico y cuelga el teléfono. Volverá a ver a Julia Arango y será mañana mismo.

- ¿Chicas que me pongo?