¡Pero,
pero que co... ovarios más grandes tiene esta mujer! Aparece después
de diez días sin haber dado señales de vida y llega sin avisar y
espera que yo este dispuesta y disponible para ella? Que estoy a su
completa disposición las 24 horas lo siete días de la semana? Pues
se va a enterar!
¿Quiere
quedarse? ¿Qué quiere pasar tiempo conmigo? Vamos a ver si sigue
queriéndolo después de la que invite a cenar con mis amigos. Porque
aunque haya quedado con la amiga de ¿Susana?, no es que fuera una
cita para las dos solas, y ahora no voy a cancelar mis planes solo
porque ella aparezca sin más, mi mundo no gira en torno a Daniela,
no, que quede claro!
"¿Que
te odian?" -¿Pero que historias se monta esta mujer?-
"Eso
he dicho, sé perfectamente lo que piensan de mi. Y tú quieres que
vaya donde sea que vayáis y me presente con un 'hola soy la hija de
puta que se encuentra con Miranda, parece que hace fresco, ¿no?'
"Si
es como te ves, ¿por qué no?"
Ya
me ha tocado lo que no tengo y hasta aquí podíamos llegar. Lo peor
de todo es que cuanto más se cabrea, más discutimos y más caliente
me pone, increíble, ¡soy una salida!
Já,
¿se cree que puede venir a mi casa y armarme una escenita y luego irse
dando un portazo? Pues está muy equivocada.
"¡Daniela!"
-le grito mientras salgo de mi piso y alcanzo a ver como la puerta de
las escaleras se cierran de golpe trás ella, ¡que no ha podido ni
esperar al ascensor!
"¡Daniela
para!" -¿Quién podría pensar que podía bajar por las escaleras
tan rápido y sin tropezar? Aunque no es más rápida que yo, claro.
"Dejáme!"
-Me grita mientras lucha por escapar de mis brazos que la aprisionan
contra la pared del descansillo de la escalera. Mentalmente doy
gracias por la vagancia de la gente que prefiere usar el ascensor
antes que las escaleras, porque vaya numerito estamos montando.
Y
mientras lucha para liberarse de mi, provoca que nuestros cuerpos
rocen y choquen acelerando aun más nuestra respiración y sin poder
ni querer evitarlo mi boca se apodera de la suya. Pronto sus manos
dejan de empujarme para hacer todo lo contrario, tanto que estoy
segura que ni el aire puede correr entre nuestros cuerpos.
"Aush."
-Me quejo cuando muerde mi labio con saña.
"Y
más que te debería doler." -Dice con las pupilas inyectadas de
pasión e ira, y vuelve a atacar mi boca mientras nuestras manos
recorren el cuerpo ajeno sin descanso.
Con
la excitación y adrenalina al límite, levanto sus caderas para que
automáticamente ella enrosque sus piernas en mi cintura,
sosteniéndola entre la pared y mi cuerpo.
Mordiendo
su cuello, me las arreglo para con una mano bajar la parte superior
de su vestido veraniego, dejando al descubierto su sujetador que ni
me molesto en mirar más de unos segundos, porque rápidamente lo
subo lo suficiente para que mi boca pueda atrapar su pecho entre
mordiscos y chupetones descuidados.
Con
mis manos ahora libres subo su vestido, que ahora queda enrollado en
su cintura y no pierdo el tiempo en intentar bajar sus bragas, con un
tirón el sonido de la tela desgarrada se hace eco en la escalera,
donde compite con el sonido de nuestra respiración entrecortada y
los gemidos que suben de tono.
La
palma de mi mano se roza contra ella, mientras mis dedos golpean sin
descanso ese punto suave y redondeado rodeado de paredes firmes,
calientes y húmedas que se contraen contra mis dedos, ese que la
hace sujetarse fuertemente contra mi cuello, con su boca en mi oído,
escuchando perfectamente cada suplica que pronuncia y que yo no tardo
en complacer.
"Miranda,
por favor... Agh... Miranda!"
Sin
dejar de repetir mi nombre como si fuera un mantra, así se corre
entre mis dedos, y yo siento como una ola de placer invade mi cuerpo,
y me aprieto contra el suyo mientras el orgasmo inesperado me
atraviesa con el eco de mi nombre pronunciado por los labios de
Daniela.
Después
de unos segundos o minutos, no sé el tiempo que llevamos
sostiendonos en brazos de la otra para no caer irremediablemente al
suelo, el mundo que parece se había detenido en el momento que
nuestros labios chocaron, vuelve a girar y recuerdo donde estamos, en
mitad del descansillo de las escaleras de mi edificio.
Poco
a poco nos despegamos, Daniela arregla su vestido, y yo recojo sus
bragas, o lo que quedan de ellas, que han caído al suelo cuando Dani
ha bajado las piernas de mis caderas. Con ellas en mi bolsillo agarro
su mano y tiro de ella para subir las escaleras.
"Ahora
vamos a hablar."
Uff! Me dejaste sin aliento... Enhorabuena, escritora!
ResponderEliminar;) flechazo1958
necesito quiero MASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
ResponderEliminarNO LAS PUEDO QUERER MÁSSSSSS
ARTISSSTAZAAAAAAAA graciasssssssssssssss
Ey....este trozo pertenece a Udont....jejeje los honores calentitos a ella. Y soy Gemo jajaja okis? Besetes
ResponderEliminarJejejej eso si que es establecer prioridades,primero lo primero y después se habla,ja,ja.
ResponderEliminarGenial "Sombra"
Saja
Genial!!! Deseando que Daniela le explique su nueva situación y verlas juntas!!
ResponderEliminarGracias
L.a.c.e.r
....... ESE ORDEN DE PRIORIDADES ESTUVO AL ESTILO DE ELLAS MISMAS...LAS UNIÓ EL ''DESEO''' Y LAS ATRAPO EL AMOR..GENIAL Y MUY MUY REAL....
ResponderEliminarGRACIAS
CELESTE-NEGRO.