Wilson S.L. 74

Los zapatos italianos, resonaban por el parque, a paso lento, queriendo hacerse notar. Fácil para Macarena identificarlos, sin necesidad de mirar a quien se acercaba hasta ellos, cosa que no podía hacer. Uno de sus ojos estaba completamente cerrado y por el otro apenas tenia un hilo de visión. Gloriosa coca, que le permitía mantenerse consciente.

Apenas vio un destello de uno de los zapatos, confirmo sus sospechas. Negros, con la punta en blanco, brillantes y con unos centímetros de tacón, clásicos de la mafia italiana. Solo había un imbécil en su territorio que gustara de vestir como aquellos narcos, Montero. La arpía envidiosa a la que su hermano la había vendido.

Mo: Jajaja, la gran hija de puta aguanta como una bellaca- ríe Montero y tirando del cabello desordenado y manchado de Macarena, le levanta cabeza, comprobando la gran obra de los rusos- Señora, mis respetos- la suelta tras lo dicho y la cabeza bascula por propia inercia y sin fuerza que la haga retener hacia el suelo- Jajaja, tan fácil que se dio, Señora. Esperaba mucho mas de Wilson y he de decir, que tu puta tenia razón....por cierto, mis condolencias por ella. Una lastima, una mujer muy bonita, pero los vicios, ay los vicios Macarena, te llevan a la ruina, pobre muchacha. Según me dijeron, su cuerpo solo aguanto apenas unas horas sin descomponerse.

M: Miriam- solloza, atada de pies y manos. Le es imposible, no sentir pena por la forma en que murió Miriam y porque después de todo, sus últimos años estuvieron vinculados a ella.

Mo ¿Lo ves? Te volviste una blandita, pero no creo que fuese por la puta yonky, pobre enamorada e ingenua, después de todo, ella creía que íbamos a por la misma que provoca que estés blandita ¿Es rojo o es rubí? No se me dan bien los colores

M: Hijo puta- balbucea escupiendo sangre y ahora si levanta la cabeza, para ver la pantalla, por la que se ve a Anna- tócala y te juro que

Mo: Jajaja, ¿amenazas? Mírate Señora, poco miedo das ahora mismo. Yo si puedo amenazarte, mas vale que tus chicos cumplan lo pactado y no intenten nada, o jajaja, la puta de rojo no morirá tan fácil. Ey, no me mires así. ¿Cuántas no ha regalado así tu padre a sus chicos? Yo haré lo mismo, que la gocen los muchachos y cuando este bien abierta y desgarrada será mi turno. No es por nada, es que la tengo muy gorda y me da que ella, a tal cosa no esta acostumbrada. Gime de rabia Macarena, eso es.....la señora esta sufriendo....es una sorpresa que te aguanten los dientes, claro que jajaja, yo con el sello me conformo. ¿Me lo das? Jajaja, ah no, que te lo cortaron. ¿Quieres verlo?- terminado su monologo, saca de su americana con delicadeza un pañuelo, el cual abre sonriendo y acaba mostrándoselo a Macarena.

M: Vete a la mierda- la imagen de su propio dedo, incluido el sello Wilson con él, no le produce nada. Lo único que la mantiene con fuerza, es creer a Adri a salvo, y luchar por mantenerse en pie por Anna.

Mo: Me apetece un cigarrillo, ¿podrás fumar? El golpe que tienes en las costillas, se esta poniendo muy negro, no se. Mejor no- sentencia y se sienta en una silla frente a ella. Han sido muy larga la espera para verse en ese momento, disfrutando del fracaso de Wilson y no va a desaprovecharlo- Vamos a charlar un poco. He de reconocerle a tu padre, que hizo buena elección, ¿sabes que confiaba mas en ti que en tu hermano mayor? Supongo que los huevos que le echaste en Colombia le hicieron dudar, pero fíjate, después de todo, tu hora llego y te hiciste con el poder. Nunca he cortado un dedo- cambia el hilo de la conversación cuando se dispone a guardar de nuevo el pañuelo en su americana- Podría igualarte la mano, en consideración contigo. Pero, no. No es mi estilo, solo quería el sello y estos rusos no se miden jajaja ¿Cuántos cortaste en Colombia? Jajaja, me contaron que en el primero vomitaste y tu padre enfureció. ¿De verdad te hizo tragar tu vomito o es leyenda? Como sea- no espera contestación y se cruza de piernas, disfrutando del espectáculo. Macarena ha vuelto a bajar la cabeza y nada queda de la señora- ¿Qué hacemos ahora Macarena? ¿Uhm? Cuando estos tengan su coca y yo Wilson, ¿qué hago contigo?- hace una pausa y se agacha, para comprobar que Macarena continua respirando y escuchándolo- ¿Me lo dices?

M: Lo que quieras

Mo: Ey no, derrumbada no te quiero, así pierde gracia. Deberías ser una heroína y decirme aquello de, haz conmigo lo que quieras pero a ella déjala jajaja romántico he sido siempre. Déjame decirte, que ha sido una gata. Nada fácil contenerla, según me contaron. ¿Y ahora aquí entre amigos? ¿Dónde esta tu hija? El ruso echaba fuego, porque a los suyos se le escapara.

Prosigue Montero incansable, pero Macarena deja de escucharlo tras esa ultima frase dicha. La frase de la esperanza necesaria para Maca. La justa para no ceder a la inconsciencia que provoca el dolor, los golpes y las heridas. Confirma lo que creía desde un principio. Su niña huyo, por eso el ruso solo pudo chantajearla con Anna y su padre.

Un hilo de esperanza, que le hace rezar a lo que no cree, pidiendo que la niña se acordara del bunker. Fino, como fino es el hilo, por el que vuelve a mirar a la pantalla, donde ve poco mas que un bulto, encogido en una esquina.

“Anna”

Lamenta toda ella, divisándola en esa oscura y fría esquina. Y el hilo de la esperanza continua igual de fino, pero el de coraje y ganas de luchar aumenta, con esa visión.

Mo: Uhm, me aburriste. Creí serias mas divertida, aunque obviamente, nunca has sido una tía divertida, mas bien todo lo contrario- prosigue Montero, levantándose de la silla. En pie, mira la obra de los rusos y decide que es la hora de marcharse- Hubo algo que siempre fuiste, y es señora. Jamás, has fallado a nuestros pactos. Yo me considero un caballero y si todo sale, según lo pactado, podrás ver morir al bastardo de tu padre y tendrás de vuelta a la puta de rojo. En caso contrario, ya sabes que vendrá- decidido a marcharse avanza hacia la salida, pero el silencio de Macarena, termina por hacerle volverse malhumorado- Un gracias no hubiese estado mal, pero jajaja, en verdad, deseo que todo salga bien y veros en la ruina. Jajaja, pena de Wilson ¿no crees? ¿Qué harás entonces? ¿Qué harás sin un puto duro?....no me contestes y recuerda, poner a trabajar a tu mujer para ti, es comer pan de chocho, ¿para eso quedaras Macarena Wilson?