Podría
decir que no sé como he llegado a esto, pero la realidad es que lo
sé muy bien. Un anuncio, un simple anuncio de televisión ha hecho
que mi vida cambie. Aunque la realidad, es que en apariencia lo que
único que ha cambiado es un día de la semana, pero ese día o mejor
dicho esas tres horas de cada jueves, han cambiado mi vida, de una
forma que me asusta por momentos.
Hoy
es jueves y como cada jueves, de los últimos dos meses, me visto
para una mujer, me perfumo para una mujer, me maquillo para una mujer
y ahora que lo pienso, me río de mi misma, porque esa mujer para la
que yo me arreglo convirtiéndome casi en otra, no me ha visto la
cara, no ve la ropa interior que compro y uso solo para ella, no sabe
mi nombre, desconoce mi profesión, si estoy casada o soltera,
resumiendo, no conoce nada de mi pero si conoce lo mas intimo, mi
sabor y olor.
No
arriesgo a decir que más conoce de mi, pero si soy muy consciente de
lo que yo conozco de ella, se que su pelo es corto y oscuro, se que
sus ojos deben tener un color muy parecido a la miel, se lo suave
que es su piel, se que sus dedos son largos y finos y que sus uñas
son rectas y no largas. Si cierro los ojos, puede dibujar su figura
en el aire a la perfección, cada curva, cada lunar abultado e
incluso cada imperfección.
Estoy
terminando de arreglarme, ahora conduciré mi coche, hacia el mismo
hotel de cada jueves, subiré a la misma habitación y me fundiré en
un beso con ella con verdadera ansiedad.
El
tiempo que tardo en recorrer la ciudad hasta ese hotel, disfruto del
cosquilleo en mi estomago, han pasado dos meses y continuo sintiendo
los mismos nervios vertiginosos, a decir verdad, no son lo mismos que
las primeras veces. Mi cerebro en una extraña maniobra, ha alejado
de mis pensamientos el acto mezquino que le hago a Javi, acudiendo a
este hotel.
Es
curioso, como en este tiempo mi cerebro ha aprendido a no mezclaros,
a distinguirlos a la perfección, dios mio, hasta gimo diferente
cuando me toca uno o la otra.
Me
he ordenado una y otra vez, no volver a acudir a esta cita, pero, y
esto es paradójico, estas citas han mejorado mi matrimonio.
Desde
la primera cita con ella, sentí la necesidad de volver a cuidarme,
me apunte a un gimnasio, hice dieta y conseguí quitarme los kilitos
que me sobraban y a los que no prestaba mucha atención. Después
vino, el vestir mas provocativa, suelo usar traje de pantalón o
falda y chaqueta, por mi trabajo y tras él, siempre elegía ropa
cómoda. Pero ella cambio eso, sin hacer nada, pero redescubrió en
mi, las ganas de sentirme mas a gusto conmigo misma y porqué mentir,
también de gustar, ahora a dos sexos.
De
todo ello, Javi ha salido beneficiado y me encanta que el cambio que
he sufrido le guste y se sienta mimado, cuando ahora le sorprendo con
algún conjunto de lencería mas sensual de los habituales en mi.
Dios,
es de locos pero el que ella me haga sentir tan deseada, ha hecho que
quiera sentirme así siempre, y por suerte Javi, se ha acoplado muy
fácil hasta nueva yo. Jamás pensé que la infidelidad, avivaría
tanto mi matrimonio.
Pero
basta de hablar de él, estoy aquí, frente a recepción y otra
curiosidad más, el personal de recepción de este Hotel, son los
únicos que nos conocen. Ellos son los únicos que conocen, quien
cada jueves a las siete de la tarde, se encuentra en la habitación
126. Habitación sellada a toda luz y por consecuencia, en completa
oscuridad.
Por
eso ni yo se quien es ella, ni ella sabe quien soy yo.
Si le ah funcionada que siga dandose vuelo anonimamente!!!
ResponderEliminarCari.
pero que LEEN mis ojosssss QUE GOZADAAAAA
ResponderEliminarEHHHH?
ResponderEliminarSaja
Gozada? dandose vuelo, eh?...lo que?
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