La reconozco, porque sí, hice trampa y en uno de esos ratos en los que la dejé sin fuerzas la vi con la luz de mi móvil. Y ahora está aquí, con su marido? No lo sé, pero verla a plena luz me quita el aliento... y mientras me acerco solo puedo pensar en los malditos tres pies del gato...
Ya me lo decía mi madre... niña, deja de ser tan curiosa que la curiosidad mató al gato.. mentira, al gato se lo robaron pero esa es otra historia. Mi curiosidad, esa que que no me deja estarme quieta ni un momento, que a todo le tengo que buscar el cómo y por qué (el qué, cuándo y dónde, también, para que engañarnos) esa misma que me llevó a ese sitio de internet donde no se me había perdido nada...pero donde encontré algo que no esperaba.
¿Por qué continúo con esto? Por qué tuve que meterme en esto cuando no tenía ninguna necesidad de hacerlo? soy una mujer independiente, con un muy buen trabajo, con la vida resuelta, y con la posibilidad de salir y ligar siempre que me apetezca, así que tan mal no puedo estar, no?
Pero aquí estoy, en esta oscura habitación de hotel, esperando a quién no buscaba. Lo que en un principio fue curiosidad y deseo, ese que parece que no deja de meterme en líos, como cuando la niñera me encontró jugando a médico y paciente con mi prima en el baño de la casa... ese que no se quedó en la edad del pavo, sino que con lo años parece incrementarse, el mismo que me tiene acelerada sin saber qué esperar.
Mentira, después de tantos encuentros, ya se qué espero, la espero a ella, espero su olor, ese que no me abandona en los seis días que no la veo; me espera su piel, esa que ya dibujo de memoria; me espera su sabor, el mismo que no logro olvidar, aunque ya no lo intento. Porque ya me he rendido a la evidencia, la que me dice que estoy condenada a ser su cita de los jueves y de los días que ella quiera, pero que por la marca que he sentido en su dedo anular, mucho más que estas tres horas, un día a la semana sé que no me podrá dar.
En cualquier momento llegará, no sé si lo hará con vestido o con falda, porque sé que no lo hará con pantalón, hace tiempo que no viene con ellos y a mi me encanta que sea así, me encanta subir la tela por sus piernas y deslizar mis manos bajo la falda, ella lo sabe, y es por eso que ya no los usa. Al igual que sabe que me pierden sus conjuntos de encaje, que aunque no los puedo ver, no puedo saber su color, si sé como se sienten, como se pegan a su cuerpo, como cubren lo que yo quiero al descubierto, lo que quiero para mi...

Estaba deseando saber qué sentía esta otra parte implicada en la historia.
ResponderEliminarUyyyyy acá hay amor.
ResponderEliminarSaja
Mmmm interesante, muy interesante. ¿Para cuando más?
ResponderEliminarR.
Esperando con ganas otro encuentro, lo dejaste interesantísimo
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