Mi instante...

Que poca consideración se nos tiene a los pringados de agosto. Si, a esa escasa población que en un país como España, tienen y deben currar en este mes. Que nadie nos echa cuentas, vaya. Mientras ellos pasean con sus coches descapotables, con ropas ligeras propias del verano, los otros..los pringaos, conducimos agobiaos, con prisas y maldiciendo al verano, los turistas y el playeo. Odiando tener que trabajar en un mes mas propio del ocio que del sacrificio, y sin engañarnos, queriendo ser el que conduce tranquilo con destino a una cevecita bien fresca frente al mar. 

Dicen que la vida puede cambiar en solo un momento, un instante...un segundo. A veces para bien y otras para todo lo contrario y hoy, me ocurrió a mí. Había maldecido la retención del trafico, había odiado tener que ir a currar cuando mi cuerpo exhausto por noches calurosas de poco sueño, me pedía mas descanso, había dado mil vueltas para encontrar aparcamiento y quemada, había llegado a mi curro.

 ¿Mi momento? ¿Mi instante? ¿Mi segundo? Una foto..tú.

No miento si digo que al recibirla, olvide las molestosas gotas de sudor que caían por mi espalda, me olvide de tener cuidado al coger el vaso de cafe recien servido, de saludar a algún compañero y hasta de mi clave de acceso para entrar a mi pequeña sala de torturas: mi oficina. Me olvide del calor, de la gente, del curro..de todo, quedando prendada ante la imagen que llenaba mis ojos.

El kafta blanco contrarrestaba con tu bikini negro y tu piel deliciosamente canela. El contraste era extraño, raro y a la par...excitante. Tras de ti una piscina, algo de césped y agosto. Un agosto contigo y tu sombrero.

No se cuanto tiempo te contemple en esa foto, ni siquiera sé  si te contesté algo. Sólo sé, que cerré los ojos, al ruido, a los teléfonos, a todo. Y llegó mi instante, ese que lo cambia todo..y que a mi, me mando a esa piscina, que pisé ese césped y que parada frente a ti...te sonreí. Sin moverme del sitio ni cambiar de espacio, me cambié de acera, para dejar de ser una pringada currita de agosto y convertirme en una veraneante más con piscina privada.

Joder, también podría recordar que hay miradas que matan..de deseo. así te encontré mirando. Me esperabas y apuesto, que lo tenías preparado. Porque posaste como modelo para  etiquetar como #summerlove# Ardí sin darme cuenta, sin ser consciente...deseando desesperadamente llegar a tu boca. Pero..miré tras de tí, cual ilusa que aun ciega espera poder ver. 

Quizás solo fue buscar aire y disimular, que mis prisas por beber de tu boca no eran tantas, no eran todas. Me sirvió de poco, porque nada vi tras de ti y el temor de que tanto postureo te cansase, me hizo a  llegar a ti. Al final, nunca se me dio bien mentir y las ganas por ti eran demasiadas para fingirlas.

Un momento, un instante, un segundo que todo lo cambia, y en tu boca...que siempre encuentro algo distinto que me seduce y me atrapa. Mis manos corrieron a amarrarte a mi, como si fueses a desaparecer del cuento. Tus labios sellados a los míos, se dieron a derretirme en un deseo que me arrastró a sacarte la parte del bikini en una maniobra que si ahora quisiera repetir sería imposible. No corrieron mejor suerte ni las braguitas, ni el kafatn, pero no...el sombrero te lo deje puesto. Te quise mía con él. 

Chorradas de verano o mías propias... pero en mi obsesión por avanzar hacia la piscina enredada a tu boca y tu piel, lo sujete mientras alguna sonrisa canalla se te escapaba. Lo sabías, lo habías planeado y tes gustabas en tu recreación.

La entrada en la piscina, con el agua haciéndonos resbalar piel a piel, fue un punto de locura insoportable. No pude degustarte visualmente al apoyarte en los escalones con tu sombrero como única prenda, porque desesperada por recorrerte por entero me lance a por ti. A por ti y cada milímetro de tu piel.

A saber cuanto tiempo navegue por tu cuerpo e imagino que tu sombrero quedo naufragando por la  piscina.

En cuanto a mi..creo que me vieron currando en un caluroso y sofocante día de agosto.