Take a Chef 49

-Ujum...- girandose hacia Arel, Vera se recreó clavando los ojos en ella- Zo..rri..tas. A Mel siempre le chiflaron.

Lo dicho por Vera, no era más que llamarla zorra en toda la cara. Algo que Arel aguantó única y exclusivamente por Mel. Si la rubia no estuviese en esa cena, Arel podía haber discutido con Vera de zorra a zorra. Pero estando Mel a metros, prefirió tirar del sabio refranero español; no ofende quien quiere sino quien puede. Por eso siguió a sus labores sin poder evitar buscar con la mirada a Mel. No podía ser, Mel no podía haberla engañado de esa forma. Por pura ética y dado su comportamiento, debía entender que Mel no hubiera podido terminar aún con Tam, algo que por mucho que le jodiera, aguantaría si el premio final era Mel. Distinto era haber sido sólo su zorrita. Eso además de joder, dolía como sal en herida abierta. Lo sorprendente entre tanta emoción encontrada para Arel, fue poder sostener la presencia de Vera, como si nada y eso que la morena bebía de su copa más sobrada de lo normal en ella.

- Me has dejado muerta con Mel- apenada, Mirta bebía directamente de un trago su copa. Impensable para ella esa forma de actuar que Vera había dicho sobre Mel. Expresarlo fue su error. Mirta no estaba en los planes de Vera, pero dado el cariz que estaba tomando esa noche, no le importó llevársela por delante.

- Jajaja, porque vives enjaulada en tus mundos infantiles. La gente se conoce, se relacionan y follan. Preguntale sino a tu mujer sobre qué hace en sus escapadas a la montaña con su "amiguita" del sur- a matar soltó Vera sin variar su postura segura. Bebiendo de sorbo en sorbo, deleitandose con la música, como si no le importase nada su amiga. Toda una hija de puta a ojos de Arel, que en un balazo se había cargado a su amiga.

- ¿Qué..que estás insinuando?- temblando Mirta hasta buscó con la mirada ayuda en una desconocida como era Arel. No podía ser cierto lo que Vera insinuaba. Arel quiso interceder, pedirle que olvidase lo dicho por Vera o que al menos se calmase, pero Vera se le adelantó.

- No insinúo cielo. Tan sólo ve y pregunta- afirmó sonriendo contra su copa. La cara de Arel daba para reírse, la de Mirta aún daba más risa- Va..va, no soporto cuando puchereas. Esto es la vida, Mirta. Esto que ves- señalando los jardínes, le importó muy poco, el desamparo de Mirta- Tam babeando por una tía que se los mete cuando le da la gana, tu mujer aparentando ser la esposa perfecta y yo esperando que llegue mi cheque al portador para canjearlo. Basura, que no hace más que mentir y engañar- escupió con todo el veneno del mundo. Mirta no aguantó más y corrió a por su pareja. Cuando llegó hasta ella, calló a todo el mundo ante el bofetón cargado de dolor que le dio. Obvio, Mel enseguida apuró a Tam, y ambas corrieron tras Mirta que huía entre lágrimas. Mientras Arel a solas frente a Vera, no creía posible que ésta estuviese actuando así.

- Deja de beber- quitándole la copa, la Chef tuvo que aguantar la risotada de Vera.

- ¿Crees que estoy bebida?- perfectamente cuerda, Vera no perdía la sonrisa. Mirándola más pausadamente, Arel pudo comprobar que bebida no estaba, pero jodida a su forma, lo estaba bastante. De no ser por la llegada de Mel, con cara de pocos amigos, quizás la chef hubiese podido frenarla, pero con la llegada de la rubia, ya no hubo caso- Por fin las tres juntas- dijo Vera al verla. Mel nada sabía, apenas lo contado entre lloros por Mirta. 

- ¿Que cojones le has dicho a Mirta?- le espetó sin poder mirar a la Chef, desatando a Vera por completo. Tenerlas a las dos ahí mismo, le revolvía el estómago. Ambas fingían no conocerse, por favor..ni siquiera se miraban.

- A esto me refería antes, cariño- dijo para la Chef- Viene a mi escandalizada, como si fuera la hermanita pura e inmaculada. Le dije sólo la verdad- continuó para Mel, y por un momento, al mirarlas a las dos, se echó a reír- Jajaja, este momento me parece único. Veamos, yo me he acostado con la gabacha y contigo- señaló a Mel pasando de lejos de las reacciones de ambas, ya habría tiempo al terminar de disfrutarlas a placer- Y la gabacha se ha acostado contigo y conmigo. Si no me fallan las cuentas, sólo nos falta acostarnos las tres y...uhm, suena realmente apetecible- culminó y ahora sí, sirviéndose una nueva copa de vino, se plantó a disfrutar del daño causado- Auch...que no lo sabíais, lástima- prosiguió al verlas de piedra. Bien mirado, la gabacha parecía sobreponerse, no así Mel- De ser una película se vendría a llamar algo así como; entre zorras anda el juego- riéndose de ambas, hizo saltar a la Chef.

- Vera- llamándola pese a que el daño estaba más que hecho, Arel consiguió poco, mientras Mel no sentía la sangre recorrerle las venas. Lo que despertó en Vera una dualidad descomunal, por un lado la necesidad de restregarle en la cara que ésta vez ella se había adelantado y por otra, borrar de su cara el rostro de dolor producido por otra que no era ella. A malas, ganó la maldad. Aniquilarlo todo y a todos, desterrar de su vida años amando a alguien que no la merecía, amistades falsas y conocidos aún más falsos. El ave fénix, destruyendose así mismo.

- Ahora me mira consternada y hace apenas unos días, casi sin rozarla se corría para mi pidiendome más. Estos franceses, siempre tan ligeros- continuó hacía Mel, quebrandose por dentro. Vida, era sentirse romper ante el dolor manifiesto de la única mujer, a la que se había entregado por completo. 

- Eres una cerda- habló Mel con el aliento entrecortado. Sin saber ni como podía estar respirando, ni aguantando de pie. Si al menos Arel la hubiese callado, si le hubiese gritado que era mentira. Pero nada, Arel bajaba la cabeza confirmando lo dicho por Vera. Para colmo, no es que Vera se mostrase ofendida por su insulto, más bien parecía disfrutarlo- Por eso me buscaste, lo habías planeado todo- le gritó odiando todo lo que había sentido por esa mujer. Todos sus esfuerzos por mantener su amistad, todo lo vivido junto a alguien, que bebía de su copa sin importarle que su pareja bajo un foco de luz y ante el jardín callado por sus gritos, las miraba sin entender qué estaba pasando.

- Ahora sí que estamos todas, saluda cariño. Saluda a tú público.