Emergencias 158

Y, con chapas o sin ellas, al final las dos parejitas se encaminaron al mismo destino.....

Cerca del Refugio y en primer lugar, las Sánchez-Merino nacidas en democracia.

Realmente era una pasada de lugar por donde iban adentrándose, pura naturaleza muy ibérica. Una frondosa dehesa salpiqueada por pequeñas lagunas. El sitio ideal para ponerse intensa o curiosa.

- Pues me está encantando. ¿Y dices que fue Maca?- quiso saber Marina. El sitio era una delicia y viéndolo, del Refugio podía esperar lo mejor.

- La fumetas, seeh- contestó Inés imitando a la escaladora. En teoría en máximo dos kilómetros llegarían a la entrada. Había tiempo para intentar saciar la curiosidad de Marina.

- Ah...bueno a ellas les deben gustar estas cosas. ¿Y dices que la dueña es lesbiana?- prosiguió a las preguntitas Marina.

- Jijiji si. Es del equipo y- en este punto Inés recordó perfectisimamente que no estaba pasándose fotos de la dueña con Maca y si, contestando a Marina. Cuidaito con su lengua debía tener.

- ¿Y?- lista como el hambre a Marina no le pasó por alto su stop a destiempo.

- Jiji pues eso. Que es lesbianilla, pescadera, bollera, una desviá más y que le quiten lo bailao- tiró de humor Inés sudando tinta. Marina pondría el grito en el cielo de enterarse que había estado cotilleando de la dueña con Maca la fumetas, con Maca la presi y porque no conocía más Macas, sumándole el primo Agustín. Y dicho y hecho.

- Ehm- a entrecejo pensante, Marina comenzó a darle golpecitos en la mano de la piloto que descansaba en el cambio de marchas- ¿Como sabes tanto de ella?- directa preguntó Marina y nooooo

- Jiji si solo se eso...y si luego resulta que tiene las tetas grandes es casualidad- soltó como ella misma temía de si y así pues pasaron a su clásico tiqui-taca.

- Inés, me parece fatal. No podéis hacer eso con la gente. ¿Te las pasó la fumetas?

- Buenooo..tú no deberías llamarla fumetas, eso la menoscaba.

- Inés 

- Sólo fue u...do...vale, fueron algunas fotos de esa muchacha.

- Ja...solo fotos, si sabes que es lesbiana y hasta con quién estará.

- Pues...jijiji es que eso da para una historia.

- Muy bien, dame el móvil.

- Jiji no, no. Eso es íntimo.

- Inés 

- Vale...pero no me las borre...- tuvo que callarse Inés porque en el toma y daca, se habían adentrado en el camino al refugio y un pedazo de Tía con un pedazo de...se llevaba toda la atención de Marina.

- Ahora entiendo yo, tanto cotilleo- musitó Marina dispuesta a salir del coche. 

Dos mujeres potentes frente a frente. Tentadero de fuerzas, seguridad, lucha visual de dos titanes que se miden y prueban. ¿Realidad o mito? Puede que solo sea un estereotipo más de los creados por el patriarcado que durante tantos siglos nos ha regido. Pero lo cierto, es que Marina y la dueña del Refugio en la distancia parecían medirse. Distinto era Inés. Ante ella Marina, increíblemente guapa con un vestido primaveral, y la dueña del Refugio de nombre Mamen, con jeans desgastados, camiseta de tirantes, bandolera miltibricolage y si, dos tetas dignas de fotografiar y compartir con sus amigos. Para la piloto no había tensiones de poder femenino y si, muchas ganas de conocer el Refugio.

- Jijiji Hola, pareces salida de un programa de Energy- dijo avanzando hacia la mujer y por igual hizo Marina. La lucha había cesado en cuánto la mujer las había sonreído de lo más encantadora.

- Jajajaja casi..supongo que sois Marina e Inés- la saludó la dueña.

- Inés y Marina- la rectificó Inés y ahora si, las tres se saludaron amablemente.

- No me gusta empezar resgitrandoos y todo eso, prefiero enseñaros en primer lugar el que será vuestro hogar estos días. Seguidme- la dueña comenzó a guiarlas hacia dentro del Refugio y tras ella, Inés que mantenía una sonrisa de lo más tonta que bien podría provocar los celos-genio de Marina. Pero estaban ahí para disfrutar y la médico prefirió la coña.

- Tú móvil queda requisado desde este mismo momento- conociendo a Inés y su enganche a wasap, le requisó el móvil por toda la cara aprovechando que Inés no era nada dada a llamar la atención.

- Que noooo- a voz baja y disimulando ante Mamen, Inés se negó curiosamente entregándoselo ya.

- Eso es...ya no hay tetitas que compartir- victoriosa se guardó el móvil de Inés. Pero eso tetitas usado...

- ¿Tetitas?- escandalizada por reducir de esa manera el pechazo de Mamen, Inés levantó la voz una mijita ganando la dura mirada de Marina y la interrogante de Mamen- No que...¿hay telitas?

- Jajajaa- se vió obligada a reír Marina y sería que Mamen parecía una tía de lo más enrollada que prefirió ser sincera a su manera- Ni caso..es muy tontita- la justificó a su forma y no, por ahí no pasaba Inés.

- Más bien habrá telazas- a doler tiró Inés.

- Inés- ganando la regañina de Marina.

Asco de móviles tuvo que pensar Inés. En el bolso de Marina podía escuchar como sus amigos la mensajeaban incansables, seguro queriendo saber; si habían llegado, como era el Refugio, que tal la dueña y que tal sus tetas. Pero ella no lo tenía a mano y culpaba a todos los móviles con cámara fotográfica de la historia, por hacerla olvidarse de llevar una cámara de verdad. 

Con móvil, sin él, con tetazas o tetitas, lo cierto era que el Refugio era auténtica pasada y la pequeña suite aún más. Asi normal que Inés pasase de otras tetas que no fueran las de Marina, pasa que ésta....

- Que fuerte. Pues es una tía de lo más maja. ¿Que sabías de su pareja?- a solas en la suite, a Marina le comía la curiosidad.

- Poco..que se conocieron ésta Navidad y que vive lejos de aquí- a solas a Inés le comían las ganas de arrancarle el vestido a la médico.

- Uhm...tiene que ser difícil- proseguía a lo suyo Marina.

- Seeh...muy dificil- insistía en subirle el vestido Inés.

- Jajaja Inés- no se dejaba Marina. 

- Ufff pero que difícil- la empujaba a la cama Inés.

- Jajaja y dale...- reía gustosa Marina.

- Pero tela de difícil- aterrizaba sobre ella Inés y que si un enredado, que si fuera vestido, que si manos y besos buscando, hallando y...so pena de Marina encontrando demasiado rápido.

- Inés...esto empieza a ser ya preocupante- se quejaba la médico y la otra que sonreía sonrojada dispuesta a hacerla entender que unas dos horas con ella en el coche llevando ese vestido calentaba demasiado sus motores y de ahí que el aterrizaje fuese tan precipitado. Pero a eso iba cuando ambas se quedaban calladas al escuchar una puerta cerrarse, unos zapatos cayendo al suelo y...¿gemidos?- Eh

- Jijiji... Otros que llegan con urgencia.

Otros u otras. Mientras que Inés se prestó a escuchar entre risas de lo más tontas, Marina se escandalizaba. Primero por el ruido de la pareja que fuese y segundo por Inés. Que iba a saber ella, que más tarde se escandalizaría aún más.