jueves, 5 de marzo de 2015

Take a Chef 5

Había exagerado bastante Mel con la llegada de Vera. Como si no la conociera desde la guardería. Vera apenas llegó a la mesa, la saludó con dos besos y con la excusa de estar trabajando se marchó con los dos caballeros con los que había llegado. Ese punto le hizo gracia, los dos hombres a todas luces ciudadanos del este, la seguían nublados como si Vera fuese su guía espiritual. Otros dos tontos con los bolsillos llenos de euros que iban a ser desplomados por Vera.
Pero todo no era positivo o puede que si lo fuese. Vera no había saludado a Arel, ni una triste palabra le había dicho. Muy de Vera caminar por el mundo arrastrando su pesado y alto ego. Pues mejor que hubiese sido así. A Mel cada vez le iba apeteciendo menos que nadie de su entorno conociera a Arel. Era como querer mantenerla limpia de todo lo añejo que llevaba consigo. 
- Y esa es Vera, quien completa junto a Nuria el triángulo de amigas que somos desde pequeñas y tu reserva del sábado. Esto último te lo cuento en la calle, me apatece un cigarrito- le dijo a Arel prácticamente levantada de la silla dispuesta a marcharse. Su pronta predisposición para marcharse y el cambio en sus maneras, dejó a Arel un tanto parada. Bueno, ya lo dijo Carl Jung, cuando dos personas entran en contacto, sucede como cuando dos sustancias químicas lo hacen, si hay alguna reacción ambas se transforman. Puede que Mel a solas tuviese una cara y que tuviese otra bien distinta al estar con su gente. Sea como fuere, Mel y su sonrisa, continuaban teniendo la chispa suficiente para seguirla allá donde quisiese. Por eso Arel se levantó tras ella y tuvo que aligerar para abrirle la puerta y que Mel pasase primero. Pero al ir a cerrarla, la Chef sintió sobre su espalda una mirada y antes de cerrar la puerta tras su paso, miró al fondo de la cafetería. Allí donde unos ojos oscuros e impertérritos la miraban fijamente. 
- Vera- de inmediato el nombre de la dueña de esos ojos se coló en la Chef, desconcertándola. Fuera de la cafetería, pronto se olvidó de esos ojos. Normal que lo hiciera, si Mel tomaba aire como si estuviese en las divinas alturas.
- Uhm....a veces odio Madrid y otras al contrario lo amo como algo único- alzaba la voz Mel y lo hacía girando sobre sí con los brazos abiertos. Esa imagen medio aniñada y rebelde, cautivó a Arel que con timidez se acercó a ella, sintiéndose incapaz de romper su aura- Te voy a decir una cosa- deteniéndose le dijo Mel y Arel comenzó a perderse en cada uno de sus gestos. Era increíble la capacidad de Mel de abstraerla en ella. En como sacaba el paquete de tabaco y en como se pretendía un cigarro, con gestos tan sumamente graciles y femeninos- Puede que te diga varias o puede que directamente enlacen unas con otras. La cosa es- tomó aire asfixiada por sus propias ganas de hablar y sincerarse con la mujer que la miraba como hipnotizada- Nena así no mires o todo lo que te diga será para nada- la pilló y la chef se sonrojó disimulandolo como pudo guardando las manos en los bolsillos y mirando para cualquier sitio. Tontería, en cuánto Mel le sonrió volvió a perderse en ella. A bebersela sin darse cuenta alimentándose de toda ella. Otra vez. Mel ajena a lo que provocaba, volvió a lo suyo- Bien. Soy Mel, tengo 32 años,  trabajo para el Ayuntamiento de Madrid y quiero redirigir mi mundo- comenzó a relatarle sin dejar de mover el cigarro para un lado y para otro. También se ahuecaba el pelo cada tanto- Ahí entras tú- señaló a la chef y ésta alzó las cejas esperando cualquier cosa- He sido un poquito cerda contigo y debo reconocer que me acerqué a tí porque estas buenísima y eras la forma de demostrarme que podía ser fiel. Requisito indispensable para que Tam vuelva conmigo. Quiero ser la mujer que ella espera que sea, quiero formar una familia y dejar, de andar tonteando como si continuase en los 20 años- lo dijo con toda la seguridad del mundo, a pesar de que sus movimientos seguían siendo un tanto o un mucho histrionicos. Algo que para Arel, no estaba pasando desapercibido- Ehm... me faltó una cosa. Al ver llegar a Vera me dí cuenta que no te quiero como una tentación en mi vida, pero que tampoco te quiero compartir- confesó haciendo sonreír a la chef. Solo alguien como Mel podía gozar de ese desparpajo diciendo verdades-Aja...soy tela de egoísta en este punto, pero así soy yo, y esto que vez- se señaló para que no le quedasen dudas a Arel- es autenticidad y cariño...no se vende. Se tiene o no se tiene- terminó sin saber si esperar un adiós de Arel o qué. Pero lo que obtuvo fue mucho mejor y una total sorpresa. Arel se terminó de acercar a ella y con una timidez que dolía, se abrazó a ella sin decir nada- Respira, no dejes de respirar- tuvo que pedirse Mel al sentirla pegada a ella. No había nada sexual y había un mucho de algo que ella no llegó a entender.
- No se los días que llevaba sin sentir uno de estos. Puede que desde el chester contigo- sin todavía soltarse le dijo Arel y ahora si que Mel dejó de respirar. 
¿Que porquería de persona podía no haber reparado en Arel? Llevaban compartido una cena y media tarde, y ella solo se había fijado en lo buena que estaba daba igual con que y en lo extremadamente sensual que podía ser hablando de cocina. Pero no se había parado ni un momento en saber de ella, en porqué estaba en España, en porqué tenía su piel estigmatizada con tatuajes que seguro significaban algo o en porqué no disfrutaba con asiduidad del más gratificante contacto entre dos personas, el abrazo. 
- Para eso llegué a tu vida, para que lo tengas cuando quieras- le dijo con el corazón en la boca y adoró a muerte, la sonrisa con la que Arel la soltó- Ha llegado el momento de hablar de ti- la advirtió y como venía pasándoles, con toda la naturalidad del mundo, comenzaron a caminar abrazadas sin necesidad de saber a donde. Pero Mel había tocado en hueso duro queriendo hablar de la Chef.
- Creí que el amor era ciego, no que te volviese ciega- esquivó hablar de sí. Demasiado aburrido teniendo al lado a Mel. Y además, uno de los temas tratados por Mel en su monólogo improvisado en una calle x de Madrid, le atraía y mucho.
- Jajaja, no me sirve como excusa- enseguida Mel pilló por donde iba y rió sin reparos. Tan fácil que era hablar con Arel de cualquier cosa y ¡ops! Vale que a Arel no le gustase hablar de sí misma pero acababa de hacerlo y ella iba a tirar del hilo- Espera, ¿no crees en la monogamia?- deteniéndose se hizo la escandalizada y prosiguió a las bromas- Que se puede esperar de una francesa.


6 comentarios:

  1. Estas dos son la leche juntas! Me gusta mucho el fic!!!!
    Gracias por el trocito.
    L.a.c.e.r

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  2. Como hoy estoy espesa para dejar comentarios, solo diré, que Me Gusta la frescura con que hablan estos personajes.

    Gracias,

    A.

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  3. Gracias gracias y mil veces graciassssssss
    No me salen las palabras artistazaaaaaa

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. Me gustan estas dos y pinta linda la historia.
    Saludines
    Pd.El finde me pongo al día con emergencias

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  6. ......CELOSA DE SU INTIMIDAD....AUNQUE BUSCASE EN UNA DESCONOCIDA....VACIAR MUCHO DE ESA VIDA....EXTRÑA¿??? DE ESPERAS?...FUESE LO QUE FUESE....ES CELOSA DE ESA VIDA Y DE QUIEN QUIERE DENTRO DE ELLA....ESA ES MEL...VEAMOS SI PUEDE CONTROLAR AQUELLO QUE QUIERE..
    '''QUERER DISTINTO''' O HACERLO COMO TODOS Y NI SABERLO....LA CHEF MUCHO DBERA DECIR TAMBIÉN....

    GRACIAS.....POR ¡¡TANTO¡¡

    CELESTE-NEGRO

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