martes, 17 de marzo de 2015

Emergencias 140


Dos acontecimientos a celebrar pasaron a ocupar los días de todos, con diferente importancia. La entrada de Ito a la guardería y la inauguración del helipuerto. Estaba claro que no siendo millonarias, sacar el proyecto de formar a pilotos, a Susana le iba a costar más de un riñón y la única forma que  encontraron para financiarlo, fue alquilar la avioneta con piloto, a las empresas de aventuras de Segovia y alrededores. Paracaidismo, escalada y descensos, entre otras actividades.
Gracias  a la publicidad incansable que Karla hizo tirando de redes sociales, pronto contaron con una buena cartera de clientes, que esperaban la inauguración oficial para comenzar a contar con ellas. Por eso las tres Merino echaban todas las horas posibles acomodando el viejo hangar y la que sería la oficina de recepción. Nada mejor para decorarla, que todos los premios y objetos de colección que la familia había acumulado de aviación desde Roberto. Sacar todas esas cosas era recordar anécdotas sin parar, pero eso no quitaba que Karla se muriera por saber cual había sido la reacción de Marina tras el temido rescate protagonizado por Inés.
- Tanto hacerte caquita y al final Marina se lo tomó de lo más normal- le dijo a su hermana, queriendo cotillear y echar unas risas. Vale, que Inés tragase saliva y después sonriese entre dientes, ya tuvo su gracia- Jajaja, ¿ves? Te dije que era puro paripe, seguro que se la lió bien gorda- se congratuló de cara a su Tía y mientras ellas reían, Inés recordaba la noche vivida tras su llegada a casa.
Después de que Ito hiciese la trastada de hacerles pis encima, ella se pudo duchar mientras Marina se encargaba del nene. Todo demasiado normal, para ser Marina quien era. Tanta normalidad, a Inés la tenía como a pie de pista esperando que los cazas arrancasen motores y despegasen. Así mismo estaba, expectante y con el cuerpo medio encogido para cuando el brutal golpe que se escuharía al romper la barrera del sonido, fuese a destrozar sus oídos de un momento a otro. 
Con la misma rutina que cada noche se metieron en la cama, los mimos habituales, esperar que Marina se girase y acoplarse a su cuerpo en una perfecta cucharita. La pena fue no poder disfrutarla como cada noche, porque el dichoso mikoyan no despegaba. Así, estuvo venga a moverse inquieta y a suspirar como gato encerrado hasta que siiiiii, por fin Marina era Marina Sánchez.
- Lo estoy intentado, ¿sabes? Llevo todo el día y noche, convenciéndome de que no es sólo tu trabajo es que además te encanta y no tengo ningún derecho a montarte nada- le dijo Marina rompiendo la cucharilla y así pues Inés...
- Ay siiiii, si que lo tienes- la animó convencida de que sería mucho mejor que lo hiciera. Que estallase, que le gritase o lo que fuese, pero que no se quedase como un mueble al que nada le importa. Su sinceridad descuadró a Marina, que girándose de nuevo se le quedó mirando- Jijiji- dejando a Inés un pelín acojonaita.
- ¿Me estás diciendo que quieres que te la monte?- quiso asegurarse Marina tras la risita nerviosa de Inés y ésta que tragó saliva. Querer no quería, pero podía ser necesario para de una vez volver a estar normal entre ellas.
- A ver- dijo Inés tratando de ordenar ideas, pero los ojos acusadores de Marina sobre ella, no le ayudaban a aclararse.
- Eso, a ver- incorporándose Marina retó a Inés a que se decidiera. Las ganas de gritarle por el miedo pasado no es que le faltasen a la médico e Inés pasó a no saber porque buena caquita, tenían que llegar al límite para volver a empezar.
- Pues...a ver- repitió la piloto, con las palabras a decir atragantaitas en la garganta y así pues..si, a ver.
- A ver..dime- insistió Marina, que en otras hubiese detectado al momento que estaba pelin atascaitas, pero no fue así.
- Voy- decidida sonó Inés pero era solo un espejismo- Vamos a ver- volvió a lo mismo y suficiente fue para la poca paciencia de Marina.
- Siii..veamoslo ya- cansada la animó Marina creyendo ver la luz blanca al final del pasillo, pero ni de coña.
- No si..a ver- pérdida continuó Inés y así pues claro, se acabó la paciencia Sánchez.
- Inés joder ya- protestó Marina pero algo, puede que la misma ilógica situación comenzó a hacerle gracia o puede que fuera ver a Inés sin saber por donde le venían.
- Si es que joder, me miras así y no puedo- se defendió la piloto. A esas alturas ni idea tenía la pobre de porqué discutían y menos, que debía decir para volver al punto cero; curachilla + te quiero= lindos sueños.
- Genial..hemos pasado del a ver al joder. Todo un logro- se guaseó del asunto Marina y le bastó una sonisita para que Inés se descojonase.
- Jijijiji ayyy- escondida con la almohada a la piloto le dio la risa y eso era ponérselo muy fácil a Marina.
- No te reirás tanto cuando empieces a trabajar en Carrefour- le dijo la médico e ipso facto, la almohada voló al suelo y con ella la risa.
- ¿Queeeeeeee?- escandalizada a Inés le salió un gallito y no necesitó de más para ver a sus corazoncitos vestidos con el uniforme del Carrefour.
- Lo que has oído, monisima de cajera que estarás- sentenció Marina y hoy contándoselo a Karla y Susana, podía reírse pero bien acojonaita que estuvo al verse por pocas de monísima cajera. Un trabajo como otro cualquiera pero es que ella...
- Jjijiji yo de cajera, ¿está loca o k ase?
Vale, ella de cachondeo, Susana en sus cosas y Karla, que arrugaba los labios señal inequívoca de que algo le pasaba.
- Me parece a mi, que la noche fue movidita para todas. Nacho quiere ser más hombre- les dijo y se preparó la mano para dar una buena colleja a la que se riera, pero por extraño que pareciera, las dos la escucharon sin risitas.
Como no recordarse llegando molida a casa con el ánimo justo de ducharse y pillar la cama con la intención de destrozarla, y encontrarse con que Nacho no la acompañaba en sus inmediatos planes.
- Venga, date una ducha y a la cama- le había dicho Nacho y ya de por sí, el tono empleado le hizo chirrear los dientes, pero fue peor, cuando recibió una cachetada de lo más machista en el culo. Y no fue lo único, porque impávida lo vio marcharse a la cocina y volver con una cerveza en la mano. Eso ya fue bastante, para querer saber que le estaba pasando.
- ¿Vas a beber ahora?- le preguntó totalmente incrédula y más que lo estuvo ante la contestación que iba a recibir. 
- Si...voy a tomarme unas cuantas viendo porno- fue la contestación de Nacho y OMG.
Hasta Susana pasó a prestarles atención e Inés prometió ocuparse de su colega y dejar las bromas sobre su poca varonilidad. Mentira, porque a las primeras de cambio....
El siguiente acontecimiento era la entrada a la guardería de Ito y Marina, sin dejar la lucha de tres padres oficiales para su hijo, quiso que a la entrevista con la directora del centro infantil fuesen los tres. Esos días además, planeaban una salida de fiesta separados. Marina, Lucía, Fátima, Laura y Karla, saldrían por un lado y el resto por el otro, pero....



3 comentarios:

  1. Menudos momentos nos regalas de Marina e Inés. Esta pareja se conoce y entiende a la perfección, jejeje. Me ha encantado la forma en la que la médico acaba estallando sin querer.
    Y Nacho a lo macho alfa. ¿Beber cerveza y ver porno?, menudo hombretón, jajaja.
    Esa salida seguro que traerá cola...
    Muchas gracias por el trozo.
    PD. Deseando saber de Susana y Lucía.
    L.a.c.e.r

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  2. Ayyyyyyyyyyy leer emergencias es llegar a CASA
    Graciassss artiiistaza

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  3. ......GRACIAS.....ESCRITORA...SIEMPRE

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