martes, 30 de diciembre de 2014

Bajo tu muérdago 4




- Ja...que graciosa, ¿sabes que? Tengo unos clientes a los que atender, si no te importa- dispuesta a marcharse sin saber ni donde del cabreo que llevaba encima Mamen fue a dar un paso pero la mujer la retuvo cogiéndola de la muñeca para acabar acercándola a ella de nuevo.
- Antes cumplamos con la tradición- vuelta a empezar, pegada a ella de más, la morena volvió a indicarle el hijo de la gran....madre tierra del muérdago que continuaba sobre sus cabezas- No es a mi, a quien le encantan estas cosas..¿uhm?
Dios mio de mi vida contemplando lo que ha hecho su Iglesia, pensó Mamen sufriendo el castigo verdaderamente insoportable de la morena y el puñetero muérdago. Estaba claro que la morena, no la pillaba. Vamos, que no estaba cogiéndole las ganas de provocarla buscando una nochevieja especial y que definitivamente no se daba cuenta que ella era mujer de mandar y muy poco de obedecer. Muy bien, la morena quería beso y ella quería que le subiera la cremallera. No había por qué alargarlo más.
- Venga, bésame de una puñeterisima vez- le exigió Mamen claramente cansada y algo molesta. Pero nada, que la morena seguía sin entenderla o peor, comenzaba a vacilarla porque ni un dedo movió.
- ¿Sabes que es una de las tradiciones que se sigue en todo el globo terráqueo?- sin variar la postura, bien apoyadita en la pared, como si tuviese todo el tiempo del mundo para contemplar el mejor atardecer del mundo, la morena quiso saber, so pena de los nervios de Mamen.
- Madre mía, lo que sé... es la tirria que les estoy cogiendo- musitó Mamen tirándose del vestido. Era eso, o enseñarla  a besar bajo el muérdago según la bendita tradición. Lo peor para Mamen, era volver a comprobar que cuánto más discutía con esa mujer más le gustaba. 
- Según la tradición- siguió la morena y ésta vez, si que se movió consiguiendo que el pasillo a Mamen se le antojase super estrecho. Normal, si en un paso dado por la morena la tenía a tan sólo medio más...de agarrarla por el jersey y que fuese lo que el muérdago quisiese- Después del beso hay que arrancar uno de sus frutos- concluyó acercándose del todo y a pesar del coraje, Mamen  contuvo el aliento, no sin antes tirarle un dardito.
- Aja...muy interesante- fingió aburrimiento queriendo herirla, pero ni modo. La morena a sus ojos parecía pasar de lo que ella le dijese para comenzar a dibujarle una caricia por la mejilla. Que ganas sintió entonces, de lamerse los labios de puro gusto. Por favor, era perfecto. El puñetero muérdago sobre sus cabezas y ellas dos en un estrecho pasillo. ¿Que narices esperaba para besarla y como no notaba esa cosa circulando entre ambas?
- Como no me gustan las tradiciones, empezaré a variar ésta- la morena continuó haciéndola retener el aliento y con él un exabrupto. Cansina estaba con las tradiciones y muérdagos, pero que deliciosamente deslizaba el dedo por su mejilla- No cogeré un fruto, a cambio de besarte en distinto lugar cada vez que estemos bajo uno- terminó y Mamen ni cuenta se dió, de que ante las palabras y suave caricia de la morena, había cerrado los ojos y así los mantenía.
- Bien..vale, como quieras- le dijo y fue al escucharse y notar como la estaba agarrando del jersey que los abrió sorprendiéndose con ella misma y sus reacciones impulsivas para con esa mujer- De todas maneras pienso quitarlos todos- quiso así quitarle el brillo divertido que veía en sus ojos y tuvo que morderse los labios sin remedio, al sentirla aproximarse y cambiar la caricia que le estaba dando con el dedo, por su cálido aliento. De partida lo sintió en su oreja, de ahí a su mejilla y entonces lo sintió precipitarse hasta su clavícula. Para cuando llegó ahí, sus ojos volvían a estar cerrados cómo se cerraban sus dedos en el jersey de la morena que terminaba el recorrido dejándole un suave y enervante beso. Joder. El beso recibido había estado a punto de hacerla jadear, por lo suave, caliente e insinuante. Si la morena besaba así, ella podía ceder un poco como terminó haciendo- Bu...bueno, quizás deje alguno, por aquello de mantener la tradición- le dijo con evidente seriedad soltandola con disimulo y amó directamente sin desvíos, la media sonrisa que brotó en los labios de la morena.
- Bien- le dijo la mujer girándola con delicado cuidado. Vale, pensó Mamen. Ya era bastante que le encantase su rollo solitario y medio hostil, como también que físicamente mantuviera esa postura chulesca que a ella le provocaba morder, que ahora también debía sumarle estar pendiente de los detalles, como era no olvidarse de su cremallera. Así Mamen se dejó girar, mientras la morena le arreglaba el vestido- Seguro tus huéspedes esperan impacientes en el salón a que llegues y la última noche del año comience- con la cremallera subida, la morena no esperó que Mamen se girase para comenzar a marcharse dejándola noqueada. 
O sea...¿en verdad no pensaba celebrar Noche Vieja? Era la última noche del año, la había besado y se iba por el pasillo como si nada.
- Espera- no de quedarse sin respuestas, Mamen reaccionó rápido- ¿No bajarás a cenar?- le preguntó temiendo que su respuesta fuese negativa. Acelerada de sólo pensarlo la vió girarse y tuvo que sonreír como lo hacía ella.
- Tengo por costumbre cenar sea la noche que sea- encogiéndose de hombros, sin darle ninguna importancia le contestó la morena y ahora si que se marchó dejando a Mamen desinflandose de a poco.
Había temido mucho que la desilusionara diciendole que no acudiría, pero no había sido así y por donde mismo se marchaba la morena, aparecía su cuñada ya magníficamente embellecida para la ocasión. Obvio, Mirta fue cruzarse con la morena y mirar a Mamen absolutamente divertida. Pero se mantuvo callada entre miradas cómplices de ambas, hasta que llegó a la sonriente Mamen.
- Jajaja, suelta por esa boca..mala pécora- la apremió consciente del aire cargado que se respiraba en ese pasillo y Mamen sonrió cubriéndose el rostro. Era nochevieja, segundo año en el refugio que le había costado conseguir mucho más allá del dinero, tenía a su hermano junto a su mujer ahí, y tenía una ilusión especial para esa noche, daba para descubrirse el rostro feliz, como hizo.
- Tiene un polvazo de morirte- confesó a su cuñada, sincera a rabiar y ahora fueron las risas de las dos las que llenaron el pasillo.
- Yuju....es la última noche del año.




2 comentarios:

  1. No sé si soy yo o es la letra tan grande, pero se lee fatal...Qué ha pasado aquí?. la historia como todas las tuyas de diez. Gracias

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  2. .....SE GUSTAN...SE BUSCAN...
    Y LA ESPERA...LA ESPERA ...ESA QUE SE PROLONGA YA PARA SU GUSTO DEMASIADO NO HACE MÁS...NO HACE MÁS QUE AUMENTAR LAS GANAS...EL JUEGO VA HACIA EL FUEGO...SIN REMEDIO...Y GUSTA¡¡¡
    MUCHO MUERDAGO DEBE QUEDAR...MUCHO MÁS PARA MORDER LA BOCA DE QUIEN SE DESEAN YA ¡¡TANTO¡¡¡..
    ESCRITORA....A PESAR Y ES VERDAD DE ESTAS FECHAS DONDE ES MÁS DIFÍCIL LLEGAR ...PARA DARTE LAS GRACIAS UNA Y OTRA VEZ POR AQUELLO QUE SIN PARAR NOS REGALAS...ES IMPOSIBLE NO LLEGAR....LEERTE..Y HACERLO...SI¡¡..IMPOSIBLE¡¡¡

    GRACIAS.....POR ¡¡¡¡TANTO¡¡¡¡ SI¡¡¡

    CELESTE-NEGRO

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