Libertad para los presos, parecía gritar Marina, parada frente al gran escritorio que la separaba a ella y a Inés, de la jueza que oficiaría su enlace matrimonial. Después de tanto reposo, haber salido de la casa sin la preocupación de todos sobre si, sonreía pletórica sin ningún tipo de nervios. El documento que iba a firmar, no le daba más veracidad a sus sentimientos y sus deseos de compartir la vida con Inés. Pero ahí estaba junto a ella y si miraba a los costados de ambas tenía a su madre, Inés a su Tía y tras ellas, familiares, amigos, compañeros de la facultad y del partido, colegas, personal del 112 y un largo etcétera.
- Joder- había musitado Lucía deteniendo su paso para girarse hacía ella con mala cara. Normal también que ella la mirase sin entender ni media- La jueza que os caso es Marisa.
¿Marisa?
¿Quien era Marisa y por qué debía importarle? Ella solo quería
entrar ahí, cumplir con los cinco minutos de rigor y disfrutaaaar,
todo lo que pudiera dadas sus circunstancias. Pero nada, su madre
insistía en Marisa como un problema.
-
Vale...verano del 2002, ¿recuerdas a Iker? Pues Marisa era ELLA.
WTF!-
fue su pensamiento nada más unió cabos con la información dada por
su madre. Marisa, la jueza que ahora las miraba con cara de pocos
amigos, era la mujer del tío que se pasó con su madre todo aquel
verano, en según él, una tregua en su matrimonio. La misma mujer
que los había pillado cenando juntos y menos mal, que sólo fue
cenando...conociendo a su madre como ella la conocía.
-
Ay Mamá por favor, ni se acordará de ti. Hace mil años de aquello-
había tratado de quitarle hierro, dejando a un lado a la mujer
Sanchez que era. Pero claro, lo había hecho ella, no su madre.
-
Como la muy pava os arruine esto, se entera.
La
seriedad con que lo dijo su madre, ciertamente le hizo tragar saliva,
pero entonces Susana empujó a Inés parada queriendo escuchar algo
de lo que ellas hablaban sin lograrlo.
-
Jijiji siiii, así la espero en el altar...mola.
Vale,
la gracieta de Inés a ella le hizo reír enamorada, pero a la jueza
no le hizo tanta gracia.
-
No se en que se parece esto a una Iglesia.
Ahora
la que tragó saliva fue Inés y ay dios, su madre enseguida saltó.
-
Cierto...a este sitio le falta luz.
Valeee,
ya era bastante que denigrara el lugar catalogándolo
despectivamente, para que además su madre le añadiera lo de la luz,
como dardito. Dardito al que la jueza respondió.
-
Y desde luego virgen no tiene, más bien lo contrario.
Fuck...la
cosa se ponía bastante tensa entre su madre y la jueza, pero que
tranquila se lo estaba tomando ella. Pues eso debe ser, sentirse
feliz. Volverse una pasota que se deja achuchar por su todavía
prometida, mientras su madre le plantaba cara a la que le iba a
casar.
-
Jajaja, culpable me declaro y dejame recordarte que como jueza
deberías saber que la alevosía es una agravente, que en mi caso
está más que demostrada. En otras pues...sólo lo que pueden.
Valeeee,
que ella estuviese en su propia nube de felicidad, no era como
parecer ajena al dardo directo en toda la boca que su madre acababa
de enviarle a Marisa mientras Inés...
-
Jajaja, cariño que no estamos solas
Mientras
Inés le metía mano como si estuviesen en la cola del cine y no en
su boda. Para su tranquilidad, Susana carraspeo dos veces. Que suerte
tenerla cerca cómo contraposición a su madre.
- Creo que no estamos aquí para juzgar a nadie. Señoría cuando guste podemos empezar.
- Creo que no estamos aquí para juzgar a nadie. Señoría cuando guste podemos empezar.
Que
alivio fue que Susana interviniese. Tras sus palabras las dos
gallitos midieron su fuerza visualmente hasta que la jueza varió su
mirada a Susana y después, a los asistentes en general.
-
Jijiji...así se las liga, es una fiera. Casi como yo.
Lo
susurrado por Inés en clara alusión a su Tía le hizo reír de
nuevo y tener que interrumpir esa risa después, por la mirada de la
tal Marisa que empezaba a caerle muy gorda. Pero joder, Inés tenía
razón porque los ojitos de la pava de vez en cuando se le escapaban
hacia Susana.
-
Jijji...es el aire ese que tiene entre malafollá y resabía, ¿o k
ase?- insistía Inés en hacerle reír y así difícil mantenerse
seria.
-
Jajajja, cállate que nos regaña.
No,
todavía no las iba a regañar, faltaba que el teléfono de Inés
comenzará a sonar y con cara de niña buena pidiera poder atender la
llamada.
-
Será un minuto es que verá hemos tenido que organi
-
Atienda o se le irá el minuto.
Valeeeee,
a Inés ni tocarla o se llevaba las de su madre más las de ella.
Pues bien, venía más demora para una boda hecha a las prisas. El
restaurante que les hacía el favor solicitaba saber el número final
de asistentes y ahí... Volvió a echar una manita Susana.
-
No se preocupe, esto lo arreglo en cinco- pidió Susana a Marisa,
para a continuación dar dos fuertes palmadas que dejaron calladas a
la sala- Vais a alinearos según los bancos y os enumerareis de
izquierda a derecha. Si yo soy el uno
-
Yo soy el dos- la ayudó Inés y ella, mientras tanto se lo pasó
pipa mirando las caras de todo el personal. Pues si, a Susana se le
notaba la profesión y obedientes, los asistentes comenzaron a
numerarse como hacían los que no habían entrado ordenados por el
primo Agustín. Cachondeo hubo, pero al final la cuenta salió medio
que y Susana redondeo el humor de la jueza.
-
Nos encantaría que si puede, tome algo con nosotros- le dijo con la
habitual sequedad que tantos triunfos le había dado, mientras Lucía
se tragaba un ja bien gordo.
-
Quizás- le contestó la jueza a Susana y Lucía no se tragó más
nada.
-
Que pena, madre mía- con toda la ironía del mundo se lo dijo bien
directa y con toda la pillería del mundo pasó a mirarse las uñas-
Una uña que se me puede romper- sonriéndose por el evidente enfado
de la mujer, Lucía no pudo recrearse mucho más al escucharse hablar
a Inés con el restaurante.
-
Pues en total, viniendo la jueza...seremos 310, jolines- se quedó
loca echando cuentas rápido la piloto, pasando así a mirar un
poquito acojonada a Marina- ¿No habíamos invitado a 250?
Desde
luego que ellas solo mandaron 250 invitaciones pero estaba claro que
se había superado la cifra, vete tú a saber porqué. Y es que,
ninguna sabía que había que contar con la banda de música del
pueblo y algún invitado por la cara. Pues a Marina, todo siguió
dándole igual, para sorpresa de Inés. Estaba claro que para ella,
que la felicidad que sentía, estaba segregandole alguna hormana con
resultados parecidos a los estupefacientes. Ok, parecía que la
ceremonia por fin comenzaría pero que nada que ver, de pronto se
escuchó un ruido similar a una bofetada bien dada y listo,
todos miraron a la fuente del ruido que era Laura y si, todos dieron
por hecho según se tocaba la cara Xavier, que había sido una
bofetada muy bien dada. La cosa era saber porqué y que la jueza no
se enterase.
-
Jijij lo lleva loco- le musitó Inés a Marina y ésta la miró con
claros signos de callate que estamos en un juzgado y le acaba de
cruzar la cara- Petardos están tirando...que están felices de que
nos casemos- salió con lo primero que pilló y siguió pareciendo
que por fin la boda empezaría pero entonces los tacones de Laura
resonaron hasta llegar junto a Lucía y Marina.
-
Negarme que no está super follable con ese traje gris y pajarita-
les dijo nada más llegar hasta ellas y las risas pasaron de ella
misma, a Lucía, Marina e Inés, aunque no sabía muy bien porqué.
Vale e iban unos cuantos, ahora sí empezaría o no, habría que
esperar que Karla se posicionase junto a su Tía e Inés.
-
Joder...es tan guapo que a veces me da miedo de que se me rompa- ella
también llegó halagando a su pareja y así...
-
Aja, supongo que el suyo también será follable.. -musitó con toda
la intención la jueza y menos mal que pasó de la risita de Marina
para continuar- Ahora bien, ¿puedo empezar?
Y
si, pudo dar comienzo con la ceremonia y Marina dejo de atender a
todo aquello que no estuviese en los ojos de Inés. Ojos donde como
en película, se vió riendo en el pequeño despacho del centro de
emergencias por las ocurrencias de la piloto, o sus largos desvelos
donde trataba de entender la necesidad cada vez mayor de ésta, el
funeral de su madre y la primera vez que la vió, para después verse
corriendo por la plaza de Pedraza tirando de ella y como ahora,
contemplarse en esos ojos sonriendo como si la felicidad pudiera
guardarse en ellos. Normal entonces, que no pudiera atender a las
palabras clásicas y tan repetidas de la jueza y que fuese Inés
quien la sorprendiera al finalizar las mismas con un sentido beso que
la sala aplaudió. Y también normal, que correspondiendo al beso
entre sonrisas, no pudiera ver como su madre la miraba recreándose
en la felicidad que las dos transmitían para después, en un acto
totalmente inconsciente, buscase los ojos de Susana, como si al
mirarse en ellos, la dicha contemplada pudiera ser mayor. Pero, que
la inconsciencia la llevase a unos ojos, con tales pretensiones
enfadó a Lucía consigo misma. Por suerte no tuvo tiempo de
recrearse en ese enfado, llegó el momento de firmar y tras ello, la
hora de salir de esa sala con Susana esperándola para salir con
ella.
-
¿Estás bien?- la pregunta de Susana no es que la sorprendiera. Para
cualquiera sería evidente su cambio, pero en esos momentos, todavía
sin lograr entenderse, prefirió mentir.
-
Si, no te preocupes- contestó dejándole una caricia en la mejilla,
que Susana supo entender, al verla salir sin ella.
Tontería
entonces, esperar que se subiese en el coche con ella, como tampoco
lo esperó Xavier de Laura. Con las novias llevadas por Nacho y
Karla, las amigas de siempre se buscaron y acabaron esperando coche
juntas.
-
He entrado en bucle con él, de pronto quiero comérmelo, como de
pronto cualquier cosa me enfada- lo dicho por Laura, relajó un tanto
a Lucía, dejando que fuese Fatima, la madre de Laura, quien le
contestara.
-
No veo el problema, eso alarga la pasión quieras o no- dijo Fatima,
sin sorprender a su hija, que le cuco un ojo, totalmente de acuerdo
con ella.
-
Por favor- no pudo callarse más Lucía- Alargará la pasión, pero
debe estresar muchísimo- terminó de decir sin caer, en que hablaba
con dos de las personas que más podían conocerla.
-
Sin duda- concuerdo con ella Fatima, sonriendo para Laura, venía
estocada para Lucía- Pero debe hacerlo mucho más, cargarte algo tan
especial por puro capricho- acertó de lleno Fátima, no gustosa de
hacerlo. Pero no había de otra. Lucía pasó a mirarla con los ojos
entrecerrados preguntándose en que momento había sido tan
transparente y Laura, corrió a posicionarse a su lado.
-
Yo puedo entenderlo. Es como si, sin tu esperarlo te regalasen una
casa hermosa. De primeras te encanta, no la esperabas y eso hace que
la veas ideal para ti. Pero después, comienzas a verle fallos o
detalles que no te gustan. Lo mejor en ese caso, es detener las obras
si las hay o directamente derribar aquello que no te gusta...estoy
segura que entonces, con la casa rehecha podrás disfrutarla a todo
confort- les dijo casi sin respirar y al verlas mirarla sorprendidas
concluyó a su forma- Cuando me pongo seria enamoro, lo se.
Que
sus amigas la conocieran tanto, no podía en verdad sorprenderla y
así, la auténtica sorpresa para Lucía, por lo que demostraba
conocerla Susana, vino de mano de ésta cuando se sentaron en el
restaurante.
-
Es el día de las chicas, que lo disfruten y disfrutemos...yo esta
noche regresaré a Torrejon y tendrás el espacio que necesitas.
Pues
bien, había conseguido lo que Laura, bautizaría como derribo, ahora
había que digerir que derribar ese muro significaba no tener a
Susana. La celebración continuó como se podía esperar; alegría.
Siendo gente joven y dispuesta a la fiesta, las chicas disfrutaron
del buen humor de los asistentes, de los bailes, besos y risas, sin
que ninguna de ellas olvidase el especial estado de Marina. Por eso a
mitad de la noche, ésta tomó asiento junto a la gran chimenea del
establecimiento sin que le faltase escoltas. Laura, Lucía, Karla y
Esther, siendo ésta una de las invitadas que más llamaban la
atención. Todo mujeres, que copa de vino en mano frente a una
chimenea, aprovecharon para "rajar" de todo en general. De
un tema a otro, entre risas, que las llevó a terminar hablando de
intimidades de alcoba.
-
Vale...- intervino Laura con alguna copita de más- ninguna de
nosotras es heterosexual cien por cien, y de entre todas ganan las
que habiendo sido hetero a lo grande ahora estáis con mujer. Yo me
pregunto ¿en verdad no echáis de menos un pene?
-
No- fue la respuesta rotunda de las tres eludidas, Marina, su madre y
la presidenta. Ellas completamente seguras de su respuesta y Karla,
un poquito ofendida.
-
¿Lo extrañaste estando conmigo?- no pudo quedarse sin preguntarle y
la sonrisa que presidió el rostro de Laura, de lo más pillina, le
dió la respuesta- Jajaja, que tonta eres.
-
Yo especificaría, no echas de menos un pene, pero un poco si la
simpleza del hombre- siguió Esther, consiguiendo el aplauso de
todas, hasta que Lucía bajó los humos feministas.
-
Lo cual puede ser virtud o defecto, su nula respuesta ante un
problema sentimental, no ayuda a extrañarlos- sus propias palabras
dichas sin ninguna intención le hicieron sentir un pellizco en el
estómago y rápido buscó con la mirada a Susana, encontrándola
charlando con la jueza. Susana si tenía respuestas y sobre todo, si
sabía adivinarla.
-
Estamos generalizando- dijo Karla- no todos son así.
-
El tuyo no vale, es una creación de dos mujeres- le contestó Laura
y vuelta a las risas para continuar en el terreno de las intimidades.
Llegadas
a éste punto, Marina comenzó a sentirse cansada y como había hecho
su madre, buscó con la mirada a Inés hallándola en el mitad del
salón siendo alzada por sus primos. A pesar de la risa que le dio al
verla así, no pudo evitar sentir cierta nostalgia. En el juzgado
ningún pájaro había hecho acto de presencia, tampoco en el camino
hasta el restaurante y hasta ahora, que ni un triste murciélago las
había acompañado. Pensando en lo tontos que podían ser sus propios
pensamientos no fue consciente del revuelo que se armó en el salón
al sentir aterrizar un helicóptero del 112. Lógico, pronto Inés
salió pensando dando por hecho que sería Oscar, mientras la mitad
del gran salón se extrañaban e incluso preocupaban y ella, ella se
emocionó y fue peor, cuando karla se abrazó a ella, diciéndole:
-
Pájaro real o de acero, pero siempre cerca de nosotras y ahora de ti
y este amor de bebe.
A
pesar de la emoción y de querer que Inés disfrutase con su gente,
Marina no pensó en alargar más la noche, pero se le adelantó
Susana, quien primero se despidió de sus acompañantes y después de
ella.
-
No tardes mucho en venir y ten cuidado- le dijo sin unirla a su
madre. Susana tenía el suficiente peso en casa por si sola y por la
unión con Inés para pensar en esos momentos en otra cosa, aunque la
actitud de su madre, diera para ello.
-
Quien debe cuidarse eres tú- la rebatió Susana y cuando se
abrazaron, Marina sintió distinto su abrazo y sería por lo
emocionada que estaba o porque en verdad, Susana se mostraba así,
que le pareció alicaída- Mejor me voy ya- terminó de despedirse
Susana y se quedó parada frente a Lucía sin saber que haría ésta
y respiró una mijita cuando Lucía se incorporó y comenzó a
caminar junto a ella. El silencio de Lucía, comprensible o no, la
resquebrajo sin olvidarse de ser ella misma y seguir poniéndoselo
bien fácil- Hay una canción que dice...dejemos que las noches te
hablen de segundas partes o despedida. Creo que es muy
-
¿Es la misma que le has recitado a ella?- con no muy buenos modos,
la interrumpió Lucía, e incluso señaló a Marisa, la jueza
de la ceremonia. Maldiciéndose por comportarse así, aunque a la
vez, deseando que Susana le contestara con alguna de las suyas. Y tal
cual la estaba mirando, no estaba lejos de conseguirlo.
-
No, se corre demasiado deprisa y eso no me- esta vez no la
interrumpió Lucía ni la bofetada que de ella esperaba. Lo hizo ella
misma y Lucía se limitó a morderse la lengua. Así, a ella no le
quedaron más ganas de seguir con un absurdo que aún queriendo, no
llegaba a entender- Pues eso, que las noches te digan- sin más se
marchó haciendo de tripas corazón al ser acompañada por sus
sobrinas, después el puño de su moto, sabría de la vuelta que
había dado su día y de quizás, dar con una explicación a la
actitud de Lucía.
-
Lo has hecho, madre mía- las palabras de Laura, despertaron a Lucía
que se había quedado petrificada viendo a la piloto partir- ¿Para
que me haces caso?
-
No has sido tu, cielo- corrió a calmarla y lo consiguiera o no,
quien quedó sin calma fue ella.
Mientras,
Inés regresaba de despedir a su Tía y con ella, daba la celebración
por concluida. Marina ciertamente se veía cansada y no podían
arriesgar lo más mínimo. Pajarito, aún debía soportar unas
semanas más dentro de su Mamá.
-
Jajaja, ni te creas que nos vamos sin bailar- a pesar del cansancio,
Marina no se olvidó de la especial noche que era para ambas.
-
Jijiji, ¿la que ensayamos?- se envalentono de más la piloto y no,
por rumbas no es que Marina estuviese pensando en bailar.
-
Jajaja, no...o sea, no.
Tarde
se negó Marina teniendo a Nacho cerca con su guitarra y mal que
bien, bailaron una rumba pausada, cerrando la noche para ellas.
Porque algunas otras, no la terminaron ahí.
Fantástico el trocito, pero que desasosiego me llevan la parejita independiente pero con ganas de depender la una de la otra, Lucía se acaba de columpiar, su cabeza le dice una cosa y su corazón otro, así que ya pude salir corriendo detrás de Susana y terminar la noche en un hotel cerca de Torrejón (y tu Gemo cuéntanoslo, si cuela, claro), que valla tela como se han quedado las dos, queriendo lo mismo y tan difícil de ponerlo en palabras. Que me enrollo
ResponderEliminarBueno ya las tenemos casadas, ahora a esperar tranquilitas a pajarito, y mientras a disfrutar de cómo se desarrollan las demás parejitas.
Y la presidenta dando la puntilla
Mil gracias.
A.
Menuda paciencia la de Susana. Ademas creo que ha estado intachable en cada momento. Ha concedido tiempos a la doctora, la ha dejado a su aire y sin pedir ni una sola explicación. Lucía sin embargo, sigue buscando una respuesta que ya parece mas que clara. Que afronte lo que para ella es nuevo y está si entiendo por la piloto, que la busque a Torrejón y se arriesgue.
ResponderEliminarMarina e Ines son la imagen de la felicidad y a mi me encanta.
Deseando leer la continuación...no nos falles mañana Gemo, aunque si prefieres adelantarnos el trozo a hoy, yo no me quejo, jeje.
Mucjas gracias
PD. Aunque no he posteado me encantó el mini que pusiste ayer en el foro maca esther
L.a.c.e.r
..... Y HUBO BODA¡¡¡ A SU ESTILO¡¡¡ PERO HUBO BODA..JIJIJIJI..Y PARECE QUE FINAL FELIZ PARA UNA MARINA...QUE...QUE TENÍA LAS MISMAS INDECISIONES QUE AHORA REPITE LA MADRE....DOS DOC EN APUROS PARECEN...PERO LUCIA PUEDE TENERLO MÁS FACÍL ....SOLO TIENE QUE VER LA FELICIDAD DIBUJADA EN LA HIJA PARA CORRER....SIN PARAR ....TRAS QUIEN PUEDE DIBUJARLE LA SUYA...IR A BUSCAR AQUELLOS BESOS QUE DESEAS SIN IMPORTAR COMO Y CUANTO CUESTE...MERECE LA PENA¡¡¡¡¡ LUCIA CORRE Y NO TE PARES..
ResponderEliminarY ESA RUMBA...JIJIJIIJI PARA DESPEDIR A LAS RECIEN CASADAS¡¡¡ ESTUVO DE ESCANDALO ESCRITORA¡¡..
ME SIGUE ENCANTANDO¡¡¡¡ NO TIENES LIMITE TÚ...LLEGAR A LEERTE...ES GARANTIA DE SONRISAS...
GRACIAS.......POR ¡¡¡TANTO¡¡¡
Enhorabuena a las contrayentes¡¡¡¡ Me ha encantando esta boda diferente donde Marina se ve en los ojos de Inés.
ResponderEliminarMe declaro fan incondicional de Susana como muchas más, es una señora y como tal se ha comportado con Lucía. Veremos lo que tarda esta en reaccionar no vaya a ser tarde.
Gracias por tanto como nos regalas.
Un saludo. Genu.
fico tristeeeeeeeeeeeeeeee demais quando não temos trocito
ResponderEliminarbrigoninha
Como dicen por ahi una boda..diferente..jajaaja...pero todos encantadores y
ResponderEliminarcada uno con lo suyo..una boda unica estilo Gran Gemo...UNICA...
A ver si casadas se apacigua todo un poquito..aunque falta el nacimiento del niño.que sera mas estresante creo yo..jaajaj....Muy bien Gemo0...
Divina-Wilson
ayyyyyyyyy ARTISSTAZAAAAAAAAA!!!!!!!!
ResponderEliminaresto es lo MÁS!!!!!!!!! cada día, espero con más ansia, saber de todas ellas!!!!!!!!!!!!!!
no hay palabras a TANTO como regalas!!!!!!!!!!
GRACIASSSSSSSSS de corazón
cade você gemo
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