martes, 2 de septiembre de 2014

112- Emergencias 51


Tras el Congreso y una noche de dormir que bien les hacía falta, en Pedraza Laura les mostraba su coche, con el que irían a Suances. Y lo hizo a su forma, apoyada en el como si Marylin hubiese veraneado en Ibiza. Vestido veraniego de corte imperio, con altas cuñas y sombrero de paja de anchas alas. Cualquiera se quedaría prendado de su espectacular figura apoyada en ese coche, pero ni Inés, ni Karla lo hacían, para ellas era más espectacular el "cochecito" de Laura. Un Beetle descapotable azul pálido que ganaba en atenciones a su dueña.

- No es que sea hetero, es que además quiero serlo- musitó cruzándose de brazos molesta. Un tío la habría mirado y dos, la hubiesen babeado en una estúpida competición de machitos. En cambio las hermanas, ni la miraban, menos mimaban y de babear ni hablamos.

- Mira esto, Inés- le dijo Karla a su hermana sin reprimir las ganas de subirse al monisimo coche. Obvio, Laura creyó que por fin se estaban fijando en ella- Es una cosita super guapa- prosiguió halagando al coche y confundiendo a Laura.

- Menos mal- se atuso la melena la halagada erroneamente Laura, bajo su sombrero. Aún podía ser un poquito lesbiana, todo fuese que Karla continuase piropeándola.

- ¿Automático? Vaya mierda- la protesta de Karla, claramente desilusionada por la carencia de marchas en el coche, devolvió a Laura al piso más heterosexual de su historia.

- Vamos ya...encima critícamelo- se molestó Laura y lo participó enérgicamente. Al escucharla Inés trago saliva de manera automática como el funcionamiento del coche. Estaba claro que ambas amigas, Laura y Marina, compartían la misma velocidad de crucero. Karla en cambio, sonrió pestañeando a Laura. Más valiente que su hermana sin duda y con arte de sobra para torear a la joven doctora.

- Pero si es tan bonito como tú- corrió a darle sus mimos Karla- Lo que ocurre es que no me gustan los automáticos.

- Ayyy, ¿como de bonito me dices que es?- se le olvido la pequeña afrenta, enseguida a Laura que se subió junto a Karla, a escucharla bien cerca decirle cuanto de bonito era su coche. Mientras Inés alucinaba por el nuevo cambio de humor.

Ni tan fácil que resultaba Laura en manos de su hermana, distinta a la pequeña fiera que salía de su casa, empujando una maleta que a Inés, se le antojó más allá de dimensional.

- He estado pensando y ahora que mantengo una relación lesbica, he llegado a la conclusión que debo aceptar la pérdida de ciertos  privilegios antiquísimos como son los caballerescos- le dijo Marina, dejando la tridimensional maleta digna de viajar al fin del mundo más que a Suances, bien cerquita de Inés- He de entender y entiendo, que siendo dos mujeres como somos, debo hacerme cargo de mis maletas con el importante inciso, de que siendo así, yo saco mi maleta de casa y tú la cargas en el maletero. No me mires así, cariño...hay un dicho que dice...las medias para las mujeres, pues a medias vamos con esto- terminó risueña apoyándose en el torso de Inés y al hacerlo- Además..tu eres la más alta y fuerte- coqueteo sin olvidarse de doblar la pierna. Una tontería de gesto que contenía un mundo de feminidad y si era así...

- Jijiji- conseguía que Inés se derritiese antes de besarla para subir la maleta al coche. Claro que, Inés se encontró con que el peso de la maleta era proporcional a su tamaño- Madre de dios...¿que llevas aquí?- le preguntó asegurándose de soltar la maleta o parecería un ataque de lumbalgia inminente.

- A ver..¿a que tu en eso no echaste la plancha del pelo?- rebatió Marina señalando el bolso de Inés, un viejo petate militar, que según su grosor no llevaría más que un par de mudas de ropa.

- Ehm..pues no- se encogió de hombros Inés. Iban a Suances, cuatro días, sol, playa y lluvia, que no podía olvidar iban al norte. ¿Plancha de pelo? Obviamente, no.

- Y seguro que tampoco, la plancha de viaje- prosiguió Marina pellizcándose el labio. La forma en que Inés arrugaba el ceño pensativa, daba para besarla aunque se estuviese quejando de su maleta. Tras lo dicho, Inés volvió a arrugar el ceño pensativa, y así le fue imposible no seguir besándola.

- ¿Los padres de Laura no tienen plancha en casa?- preguntó extrañada Inés antes de que su boca fuese sellada de nuevo por la de Marina.

- Uhm...- disfrutó del beso Marina, sin saber ya ni de que hablaban- que se yo, cielo- le dijo antes de enredarse lengua a lengua.

Dos de ellas en el coche, regalándose buenos despertares y las otras labio a labio en la acera, lógico que la vecina de Marina pasando por esa misma acera, se sorprendiese y estuviese a punto de santiguarse. La hija de la doctora, ya había sido presa fácil de las habladurías por sus varoniles visitas, que ahora además, se estuviese comiendo la boca con una rubia mujer, era para pasar rápido por su lado enfilada hacia el pequeño kiosko de la plaza. Allí donde contaría las nuevas andanzas de Marina.

- Buenos días...ejem- al pasar cerca de las chicas saludo con evidente sarcasmo, provocando la risa de Marina contra la boca de Inés.

- Buenos no, buenísimos señora Concha- le contestó con Inés escondiéndose en su cuello. Esa parte de Marina, tan descarada y pasota que le hacía no guardar reparos en público, podía con ella. Resguardada en su abrazo, Marina no se olvido de su primer viaje juntas, el que debían emprender una vez Inés cargase su maleta-  Venga cariño, demuéstrame que fuerte eres- la soltó divertida dando por hecho, que hombre o mujer, son iguales a la hora de demostrar atributos a sus parejas. Inés cedió y nuevamente temió una lumbalgia. La maleta pesaba toneladas y un tío deteniendo el coche en su paralelo sin dejar de tocar la bocina, le hizo soltarla.

- Algún payaso, veras- se dijo girándose dispuesta a encarar al payaso de turno, pero se encontró con un tipo de lo más risueño que gentil, salió del coche derechito a la maleta. Que narices, lesbiana pero mujer al fin y al cabo, que el machito fuera el que se jodiera la espalda, como lo mando el mismo Adán y su costilla. Marina no pudo evitar sonreírse, Nacho introducía su maleta e Inés, lo miraba dubitativa. Para ella era simplemente genial, que por fin coincidieran.

- Retira la alerta, cielo...es Nacho- la informó acercándose a los dos y tras dejar una caricia en Inés. La misma que arqueo las cejas, observando al tal Nacho. Un guaperas, con una sonrisa demasiado bonita y casi infantil. Sonriéndole así, le ponía difícil querer petarle el culo con su helicóptero.

- Joder...mujeres territoriales, no...que me enamoro fuerte- dijo Nacho mirando de arriba a abajo a la piloto. La que lo había recibido casi asesinándole y así, para Inés fue imposible no sonreirle. El tipo se mostraba calco de las chicas y Marina lo estaba besando con verdadero cariño- Una pena que no pueda prestaros mi maletero, yo tengo que trabajar. Soy Nacho- se presentó querendon sin olvidarse de Laura y su negativa a que las acompañará- Y siento haber nacido con un Nachete, pss- prosiguió para Laura, quien enseguida salió del coche dispuesta a besarlo. Ninguna culpa tenía él del revuelto que tenía en su interior, mientras Karla se quedó sonriendo en el coche.

Sonrisa que Inés vio, como lo hizo Marina antes de volver su vista a Inés, interrogándola.

Ellas saludando para despedirse de Nacho, y Lucía repiqueando sus largas uñas en la mesa de su consulta. La poca cobertura que allí tenía, no le estaba dejando encontrar la canción que quería. La misma que había escuchado de camino al centro médico haciendo que se acordase de Susana. Aún tuvo que repiquear un poco más, hasta que por fin, encontró en youtbe la canción acompañada por su letra.

- Perfecto- musitó al conseguirlo y dejo de repiquear para compartir el enlace por WA con Susana, escribiéndole: Buenos días, acompañemos la mañana con un poquito de música.
 
 Sonriendo encantada con los jueguecitos que se traía con Susana, comprobó que ésta lo había recibido y móvil en el bolsillo de su blanca bata, se marchó al baño. Donde, estando lavándose las manos, minutos más tarde, recibía la contestación de Susana.

Mensaje de Susana a Lucia: ¿En serio? ¿Alejandro Sanz?

- Jajaja, eres tan previsible a veces, cielo- se congratuló tras leer a Susana sonriéndose en el espejo. Estaba siendo ciertamente adictivo provocar a la piloto, de agrio carácter. Dispuesta a seguir jugando, se apoyo en el lavabo, sin mucha prisa por volver a su consulta, escribiendo: Ujum...no me considero tan provecta como tu. Pero si lo prefieres, te envío algo de Los Panchos- Jajaja- su propia contestación le hizo reír y tuvo que carraspear, un colega entraba al baño en ese momento- Hola- lo saludo cantarina sin fijarse en quien seria, más pendiente del móvil que de otra cosa. Le apetecía jugar con ella, y apostó fuerte, llevada por su excelente humor esa mañana volvió a escribirle: Acabo de ver a una Doctora con bata blanca- envío mordiéndose el labio. La doctora era ella misma y nada, apenas segundos, tardó Susana en contestarle con: Seguro está buenísima. Apuesto lo que sea, a que si.

El lenguaje a veces tan clarividente de Susana, despertaba su interés, sin engañarse. Llegaba a resultarle excitante y así, le contestaba: Uhm...ciertamente lo está. Incluso diría que perfecta, para cumplir fantasías, pero...

A conciencia dejo el mensaje sin acabar, queriendo alguna piedra que entorpeciera el camino, de su ya de por sí peligroso, juego. Y le hubiese gustado seguir escribiéndole, pero el colega que había entrado al baño sin ella hacerle más caso que el saludo educador estaba parado en su frente, a una distancia demasiado próxima para ser un colega de profesión, sin más. Despacio, subió la mirada desde su móvil, pasando por unos prietos muslos, una abultada entrepierna, fuerte torso y juvenil rostro.  El de su interrupción y el que le hizo, guardar el móvil para saludarlo

- Hola, cariño..¿tienes prácticas hoy aquí?- lo saludó besando sus mejillas, con la mano estrategicamente situada en el vientre del joven doctor. El que encantado con el suave roce de sus mejillas y de la mano de Lucía posada en su vientre, sonrió acortando la distancia entre ambos.

- Si y nada más llegar pregunte por la doctora Sánchez y me indicaron que estaba aquí- crecido por el recibimiento de Lucía, se pegó a ella, asegurando su cadera contra él. La decisión mostrada hizo sonreírse a Lucia. Críos que lo creen saber todo. Simples juguetes con los que divertirse un rato. El pero, era que ella disfrutaba del juguete cómo ella quisiese, no al revés. Por eso se  desapoyo del lavabo empujándolo suavemente.

- Uhm...Estas muy guapo, pero tengo que seguir trabajando- lo aludo no guardándose ni un ápice de arrasadora sensualidad femenina. Con un dedo, dibujo una caricia en su marcada mandíbula, mientras su otra mano se precipitada en una inquietante caricia hasta rozar minimamenre la entrepierna vigorosa del joven- Esperame a la salida y vemos...si almorzamos juntos o no- le susurró dejándolo parado frente al espejo, sufriendo la ausencia de su cuerpo y formas. Y no se fue sin más, se aseguró de deleitarse con la mirada ansiosa en deseo del joven. Abrió la puerta, se giró a mirarlo y  lo vio y sintió, rendido ante ella. Después fue fácil cerrar la puerta tras de sí y caminar bien orgullosa hasta su consulta. Allí donde no dejo de sonreír con cierta malicia, sin olvidarse de Susana. Sentada, volvió a sacar su móvil y en él, leyó la contestación de ésta: Efímera, la belleza también es efímera, como lo son fantasías que se regeneran constantemente- Aja cielo...así es, pero mientras dura, no sabes como lo disfruto- musitó nada molesta con las palabras de Susana, a quien si escribió: Efímero es el tiempo que se me escapa entre paciente y paciente. Escucha la canción, habla de una mujer con cicatrices y ten cuidado si vuelas. Un beso, cielo.

Efímera la belleza, el tiempo e incluso un viaje de kilómetros en coche si lo haces con buena compañía. Las cuatro recorrieron los primeros kilómetros conversando de esto y aquello, entre risas y canciones. Siendo el coche de Laura, era ella quien conducía y a su lado iba Karla. Pero los kilómetros fueron pasando y lo que en principio eran coloquios de cuatro, fueron reduciéndose a parejas, para terminar con Karla durmiendo, Laura conduciendo y la parejita de atrás, tonteándose.

- Tengo pregunta- dijo en un momento dado Inés al oído de Marina, regresando a su habitual juego para conocer cada cosa de la otra. Marina apoyada en ella, se giró lo justo para mirarla y el brillo travieso en sus ojos, le hizo reír.

- Jajaja, ¿y por que lo dices con misterio?- le preguntó y la seriedad cálida que ahora mostró Inés, le hizo pellizcarse el labio, adivinándola. El misterio, llevaba "algo" de lujurioso, como la misma Inés le contestó.

- Porque es caliente- empujó levemente con su frente el rostro de Marina, para volver a buscar su oreja- ¿Que has llegado a hacer en un coche?- nada más preguntarle, Marina volvió a mirarla, mojandose los labios. Brutal, como enseguida mirándose se entendían.

- Contigo nada aún- se agarro a su nuca Marina e Inés, tomó el bolso de Marina posicionándolo como debía, para que ni Karla, ni en teoría Laura, pudieran ver a donde dirigía su mano, esquivando el vestido de Marina. La tibieza con la que fue encontrándose en el camino hasta sus braguitas, estuvo a punto de hacerla gemir. Marina notó su tensión y con cuidado, se retrepo más en ella, aceptando su mano - No se porque me da, que eso está a punto de cambiar- habló perdiéndose en sus ojos, pero Inés volvió a buscar su oreja.

- Si- prácticamente gimió en su oído. Imposible detener sus ganas de tocarla, habiendo sentido toda su tibieza esperándola. Para las chicas, sería un nuevo beso entre ambas, para ellas era mucho más, y así se lo hizo saber Inés a Marina- Quiero sentirte en mis brazos, como cuando te corres para mi- le dijo y a Marina no le sonó a petición, más bien era una orden en toda regla. La única pega que encontró, fue no poder dárselo mirándola directa a los ojos- Sush...tienes que disimular un poco- ahora si le pidió Inés. Sus dedos habían atravesado el fino algodón que los separaba del sexo de Marina y ésta reprimió como pudo el gustazo sentido y lo que le quedaba. Sin olvidar cubrirse, los dedos de Inés comenzaron a mojarse en Marina creyendo no ser vistas por nadie.
Pero no era así, Laura había visto su tonteo inicial y ahora, las contemplaba agarrando fuerte el volante. La imagen de ambas, los sigilosos movimientos sincronizados, los intentos de Marina por ahogar su gusto en la boca de Inés, y los muerdos de ésta en el hombro de Marina, ante la imposibilidad de no tocarle el pecho cómo quería, la excito de una forma tan bestia y tan animal, que trató de no mirarlas más. Pero ya era tarde, consciente de lo que hacían ahí mismo, viéndolas por tiempos, excitada como no recordaba y con Karla a su lado, con los labios invitándola al beso que atrás compartían, no pudo más que apretar los muslos, equivocándose. Así lo único que consiguió fue más excitación. Necesitaba tocarse, o se asfixiaría estrellando el coche. Lo intento rozando sus muslos, moviéndose con disimulo sobre el asiento, pero parecía que alguien estuviese riéndose de ella, por su descaro al mirarlas. Estaba pagando con deseo funesto, su atrevimiento y dios...lo vio, vio a Marina empujando sus caderas contra los dedos de Inés. ¿Cuantos serían? ¿Con cuantos se la estaría follando? De nuevo se equivoco, lo hizo al contemplar su íntima unión y lo hizo al mirar a Karla, quien ya no dormía y si, la miraba con la boca a medio abrir.

Vale, la mano de su amiga, porque eso era, su amiga en quien no debía pagar sus revoluciones hormonales, ni sus ansias por descubrir o vivir, la misma que le cortó la respiración, llegando con la mano a su sexo hirviendo.

- Karla- la nombró al sentirla presionando su sexo- Joder...me muero- le dijo sin saber si se moría de la vergüenza o del placer. Karla esquivo su vestido y se colo tan rápido entre sus piernas, que ella necesito pagar su locura marcando sus uñas en el muslo de Karla, quien se había pegado a ella, intentando que atrás nada viesen.

- Mira la carretera, Laura...no dejes de mirarla, no pasa nada...soy yo.

Y ella fue la que hundió los dedos en Laura. No era tan diferente a hacérselo a sí misma y lo disfrutó sin reservas ni reparos, pero Laura iba tan encendida y era tan consciente de quien era la dueña de los dedos que se movían tan rico en ella, que el órgasmo le llegó enseguida y Karla tuvo que callarla como pudo.... besándola.

- Laura el cocheeeeeeeee- el grito histérico de Marina, las despegó y a dios gracias, lo hizo a tiempo de que Laura rectificara la trayectoria del coche, consiguiendo detenerlo metros más adelante en el arcén de la autovía con las cuatro con el corazón en la boca por el tremendo susto.

- Pa,habernos matao- musitó Karla y al poco, las cuatro estallaron entre risas. Mejor reír, ya habría tiempo de pensar en lo ocurrido y antes que eso, en volver a mirarse como si nada hubiese pasado.
 
 
 

4 comentarios:

  1. De locura, pero genial. jajajaja

    Gracias.

    A.

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  2. Laura, karla, marina, lucia... En heterolandia se quedan sin población!!!

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  3. .....LOCURA...AL ESTADO MÁS PURO...LOCURA...DE LA QUE TE DEJA SIN ALIENTO...ASÍ COMIENZA UN VIAJE QUE MÁS QUE LLEVARLAS AL NORTE...FRIO...LAS LLEVA A LUGARES DONDE SE PUEDE ARDER..Y NO POR EL SOL..NO¡¡...LOCURA¡¡¡...LLEVADA AL LIMITE..ESE COCHE NO ENTIENDE DE MARCHAR...NO LO HACE...ACELERA SOLO...LO HACE¡¡..FUEGO..EN EL INTERIOR ..FUEGO....NO DOS...SI NO CUATRO MUJERES AL BORDE...DEL..DEL...INFARTO...DESEOS QUE SE CUMPLEN...PASIONES QUE ESCONDIDAS LO SON MÁS...UN VIAJE HACIA LA PERDICIÓN...ENTREGANDOSE A ESA MISMA...LOCURA...
    SENSUALIDAD DERROCHADA POR ESAS MADURAS QUE QUIEREN JUGAR A QUEMARSE...Y VAN CAMINO DE ELLO...LOCURA TAMBIÉN...

    TODO....LO PONES TODO...ESCRITORA...SIN FALTARTE NADA..ENVUELVES CON ESA MISMA LOCURA CON CADA LETRA..CON CADA HILO ...PARA SEGUIR ENVOLVIENDO...SACANDO A CADA PERSONAJE....DA IGUAL YA CUAL DE ELLOS SEA...PARA SACAR DIGO ...HASTA LA ULTIMA GOTA ...EL ULTIMO GEMIDO...LA CARICIA QUE ESPERA PARA CALMAR ESOS CORAZONES QUE SABES DESBOCAR...PARA APACIGUAR LOS FUEGOS CON QUE LAS HACES CONSUMIRSE...TODO...LO PONES TODO...ES IMPOSIBLE ENTONCES...IMPOSIBLE..NO REPETIRSE CONTIGO...LO ES...Y DE NUEVO DECIRTE ¡¡ÚNICA¡¡¡....PORQUE EN VERDAD LO ERES...LO DEMUESTRAS EN CADA TROZO....TODAS TUS HISTORIAS LLEVAN ESA ''PIZCA'' DE LOCURA QUE TU SABES DARLE...EN ESTA...LA DISTE A ''PUÑAOS'''...LA DERROCHAS...INCREIBLE ESA MANERA TUYA DE HACER QUE LEERTE SEA UN PLACER...DANDO SIEMPRE ESE TORBELLINO DE SENSACIONES...ESE QUE HACE QUE SIEMPRE SE QUIERA MÁS...TE ENTREGAS EN CADA LETRA..EN CADA MOMENTO...Y ESO...ESO...SOLO LO CONSIGUEN HACERLO...LOS GRANDES...TÚ...LO ESTAS SIENDO....Y APASIONARSE CON TODO AQUELLO QUE HACES...ES FÁCIL...MUY FÁCIL....

    GRACIAS....POR ¡¡TANTO¡¡¡

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  4. No va a quedar una hetero ni por casualidad ,je,je
    Buenísima la historia

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