Tras
el Congreso y una noche de dormir que bien les hacía falta, en
Pedraza Laura les mostraba su coche, con el que irían a Suances. Y
lo hizo a su forma, apoyada en el como si Marylin hubiese veraneado
en Ibiza. Vestido veraniego de corte imperio, con altas cuñas y
sombrero de paja de anchas alas. Cualquiera se quedaría prendado de
su espectacular figura apoyada en ese coche, pero ni Inés, ni Karla
lo hacían, para ellas era más espectacular el "cochecito"
de Laura. Un Beetle descapotable azul pálido que ganaba en
atenciones a su dueña.
-
No es que sea hetero, es que además quiero serlo- musitó cruzándose
de brazos molesta. Un tío la habría mirado y dos, la hubiesen
babeado en una estúpida competición de machitos. En cambio las
hermanas, ni la miraban, menos mimaban y de babear ni hablamos.
-
Mira esto, Inés- le dijo Karla a su hermana sin reprimir las ganas
de subirse al monisimo coche. Obvio, Laura creyó que por fin se
estaban fijando en ella- Es una cosita super guapa- prosiguió
halagando al coche y confundiendo a Laura.
-
Menos mal- se atuso la melena la halagada erroneamente Laura, bajo su
sombrero. Aún podía ser un poquito lesbiana, todo fuese que Karla
continuase piropeándola.
-
¿Automático? Vaya mierda- la protesta de Karla, claramente
desilusionada por la carencia de marchas en el coche, devolvió a
Laura al piso más heterosexual de su historia.
-
Vamos ya...encima critícamelo- se molestó Laura y lo participó
enérgicamente. Al escucharla Inés trago saliva de manera automática
como el funcionamiento del coche. Estaba claro que ambas amigas,
Laura y Marina, compartían la misma velocidad de crucero. Karla en
cambio, sonrió pestañeando a Laura. Más valiente que su hermana
sin duda y con arte de sobra para torear a la joven doctora.
-
Pero si es tan bonito como tú- corrió a darle sus mimos Karla- Lo
que ocurre es que no me gustan los automáticos.
-
Ayyy, ¿como de bonito me dices que es?- se le olvido la pequeña
afrenta, enseguida a Laura que se subió junto a Karla, a escucharla
bien cerca decirle cuanto de bonito era su coche. Mientras Inés
alucinaba por el nuevo cambio de humor.
Ni
tan fácil que resultaba Laura en manos de su hermana, distinta a la
pequeña fiera que salía de su casa, empujando una maleta que a
Inés, se le antojó más allá de dimensional.
-
He estado pensando y ahora que mantengo una relación lesbica, he
llegado a la conclusión que debo aceptar la pérdida de ciertos
privilegios antiquísimos como son los caballerescos- le dijo Marina,
dejando la tridimensional maleta digna de viajar al fin del mundo más
que a Suances, bien cerquita de Inés- He de entender y entiendo, que
siendo dos mujeres como somos, debo hacerme cargo de mis maletas con
el importante inciso, de que siendo así, yo saco mi maleta de casa y
tú la cargas en el maletero. No me mires así, cariño...hay un
dicho que dice...las medias para las mujeres, pues a medias vamos con
esto- terminó risueña apoyándose en el torso de Inés y al
hacerlo- Además..tu eres la más alta y fuerte- coqueteo sin
olvidarse de doblar la pierna. Una tontería de gesto que contenía
un mundo de feminidad y si era así...
-
Jijiji- conseguía que Inés se derritiese antes de besarla para
subir la maleta al coche. Claro que, Inés se encontró con que el
peso de la maleta era proporcional a su tamaño- Madre de dios...¿que
llevas aquí?- le preguntó asegurándose de soltar la maleta o
parecería un ataque de lumbalgia inminente.
-
A ver..¿a que tu en eso no echaste la plancha del pelo?- rebatió
Marina señalando el bolso de Inés, un viejo petate militar, que
según su grosor no llevaría más que un par de mudas de ropa.
-
Ehm..pues no- se encogió de hombros Inés. Iban a Suances, cuatro
días, sol, playa y lluvia, que no podía olvidar iban al norte.
¿Plancha de pelo? Obviamente, no.
-
Y seguro que tampoco, la plancha de viaje- prosiguió Marina
pellizcándose el labio. La forma en que Inés arrugaba el ceño
pensativa, daba para besarla aunque se estuviese quejando de su
maleta. Tras lo dicho, Inés volvió a arrugar el ceño pensativa, y
así le fue imposible no seguir besándola.
-
¿Los padres de Laura no tienen plancha en casa?- preguntó extrañada
Inés antes de que su boca fuese sellada de nuevo por la de Marina.
-
Uhm...- disfrutó del beso Marina, sin saber ya ni de que hablaban-
que se yo, cielo- le dijo antes de enredarse lengua a lengua.
Dos
de ellas en el coche, regalándose buenos despertares y las otras
labio a labio en la acera, lógico que la vecina de Marina pasando
por esa misma acera, se sorprendiese y estuviese a punto de
santiguarse. La hija de la doctora, ya había sido presa fácil de
las habladurías por sus varoniles visitas, que ahora además, se
estuviese comiendo la boca con una rubia mujer, era para pasar rápido
por su lado enfilada hacia el pequeño kiosko de la plaza. Allí
donde contaría las nuevas andanzas de Marina.
-
Buenos días...ejem- al pasar cerca de las chicas saludo con evidente
sarcasmo, provocando la risa de Marina contra la boca de Inés.
-
Buenos no, buenísimos señora Concha- le contestó con Inés
escondiéndose en su cuello. Esa parte de Marina, tan descarada y
pasota que le hacía no guardar reparos en público, podía con ella.
Resguardada en su abrazo, Marina no se olvido de su primer viaje
juntas, el que debían emprender una vez Inés cargase su maleta-
Venga cariño, demuéstrame que fuerte eres- la soltó divertida
dando por hecho, que hombre o mujer, son iguales a la hora de
demostrar atributos a sus parejas. Inés cedió y nuevamente temió
una lumbalgia. La maleta pesaba toneladas y un tío deteniendo el
coche en su paralelo sin dejar de tocar la bocina, le hizo soltarla.
-
Algún payaso, veras- se dijo girándose dispuesta a encarar al
payaso de turno, pero se encontró con un tipo de lo más risueño
que gentil, salió del coche derechito a la maleta. Que narices,
lesbiana pero mujer al fin y al cabo, que el machito fuera el que se
jodiera la espalda, como lo mando el mismo Adán y su costilla.
Marina no pudo evitar sonreírse, Nacho introducía su maleta e Inés,
lo miraba dubitativa. Para ella era simplemente genial, que por fin
coincidieran.
-
Retira la alerta, cielo...es Nacho- la informó acercándose a los
dos y tras dejar una caricia en Inés. La misma que arqueo las cejas,
observando al tal Nacho. Un guaperas, con una sonrisa demasiado
bonita y casi infantil. Sonriéndole así, le ponía difícil querer
petarle el culo con su helicóptero.
-
Joder...mujeres territoriales, no...que me enamoro fuerte- dijo Nacho
mirando de arriba a abajo a la piloto. La que lo había recibido casi
asesinándole y así, para Inés fue imposible no sonreirle. El tipo
se mostraba calco de las chicas y Marina lo estaba besando con
verdadero cariño- Una pena que no pueda prestaros mi maletero, yo
tengo que trabajar. Soy Nacho- se presentó querendon sin olvidarse
de Laura y su negativa a que las acompañará- Y siento haber nacido
con un Nachete, pss- prosiguió para Laura, quien enseguida salió
del coche dispuesta a besarlo. Ninguna culpa tenía él del revuelto
que tenía en su interior, mientras Karla se quedó sonriendo en el
coche.
Sonrisa
que Inés vio, como lo hizo Marina antes de volver su vista a Inés,
interrogándola.
Ellas
saludando para despedirse de Nacho, y Lucía repiqueando sus largas
uñas en la mesa de su consulta. La poca cobertura que allí tenía,
no le estaba dejando encontrar la canción que quería. La misma que
había escuchado de camino al centro médico haciendo que se acordase
de Susana. Aún tuvo que repiquear un poco más, hasta que por fin,
encontró en youtbe la canción acompañada por su letra.
-
Perfecto- musitó al conseguirlo y dejo de repiquear para compartir
el enlace por WA con Susana, escribiéndole: Buenos días,
acompañemos la mañana con un poquito de música.
Sonriendo encantada con los jueguecitos que se
traía con Susana, comprobó que ésta lo había recibido y móvil en
el bolsillo de su blanca bata, se marchó al baño. Donde, estando
lavándose las manos, minutos más tarde, recibía la contestación
de Susana.
Mensaje
de Susana a Lucia: ¿En serio? ¿Alejandro Sanz?
-
Jajaja, eres tan previsible a veces, cielo- se congratuló tras leer
a Susana sonriéndose en el espejo. Estaba siendo ciertamente
adictivo provocar a la piloto, de agrio carácter. Dispuesta a seguir
jugando, se apoyo en el lavabo, sin mucha prisa por volver a su
consulta, escribiendo: Ujum...no me considero tan provecta como tu.
Pero si lo prefieres, te envío algo de Los Panchos- Jajaja- su
propia contestación le hizo reír y tuvo que carraspear, un colega
entraba al baño en ese momento- Hola- lo saludo cantarina sin
fijarse en quien seria, más pendiente del móvil que de otra cosa.
Le apetecía jugar con ella, y apostó fuerte, llevada por su
excelente humor esa mañana volvió a escribirle: Acabo de ver a una
Doctora con bata blanca- envío mordiéndose el labio. La doctora era
ella misma y nada, apenas segundos, tardó Susana en contestarle con:
Seguro está buenísima. Apuesto lo que sea, a que si.
El
lenguaje a veces tan clarividente de Susana, despertaba su interés,
sin engañarse. Llegaba a resultarle excitante y así, le contestaba:
Uhm...ciertamente lo está. Incluso diría que perfecta, para cumplir
fantasías, pero...
A
conciencia dejo el mensaje sin acabar, queriendo alguna piedra que
entorpeciera el camino, de su ya de por sí peligroso, juego. Y le
hubiese gustado seguir escribiéndole, pero el colega que había
entrado al baño sin ella hacerle más caso que el saludo educador
estaba parado en su frente, a una distancia demasiado próxima para
ser un colega de profesión, sin más. Despacio, subió la mirada
desde su móvil, pasando por unos prietos muslos, una abultada
entrepierna, fuerte torso y juvenil rostro. El de su
interrupción y el que le hizo, guardar el móvil para saludarlo
-
Hola, cariño..¿tienes prácticas hoy aquí?- lo saludó besando sus
mejillas, con la mano estrategicamente situada en el vientre del
joven doctor. El que encantado con el suave roce de sus mejillas y de
la mano de Lucía posada en su vientre, sonrió acortando la
distancia entre ambos.
-
Si y nada más llegar pregunte por la doctora Sánchez y me indicaron
que estaba aquí- crecido por el recibimiento de Lucía, se pegó a
ella, asegurando su cadera contra él. La decisión mostrada hizo
sonreírse a Lucia. Críos que lo creen saber todo. Simples juguetes
con los que divertirse un rato. El pero, era que ella disfrutaba del
juguete cómo ella quisiese, no al revés. Por eso se desapoyo
del lavabo empujándolo suavemente.
-
Uhm...Estas muy guapo, pero tengo que seguir trabajando- lo aludo no
guardándose ni un ápice de arrasadora sensualidad femenina. Con un
dedo, dibujo una caricia en su marcada mandíbula, mientras su otra
mano se precipitada en una inquietante caricia hasta rozar
minimamenre la entrepierna vigorosa del joven- Esperame a la salida y
vemos...si almorzamos juntos o no- le susurró dejándolo parado
frente al espejo, sufriendo la ausencia de su cuerpo y formas. Y no
se fue sin más, se aseguró de deleitarse con la mirada ansiosa en
deseo del joven. Abrió la puerta, se giró a mirarlo y lo vio
y sintió, rendido ante ella. Después fue fácil cerrar la puerta
tras de sí y caminar bien orgullosa hasta su consulta. Allí donde
no dejo de sonreír con cierta malicia, sin olvidarse de Susana.
Sentada, volvió a sacar su móvil y en él, leyó la contestación
de ésta: Efímera, la belleza también es efímera, como lo son
fantasías que se regeneran constantemente- Aja cielo...así es, pero
mientras dura, no sabes como lo disfruto- musitó nada molesta con
las palabras de Susana, a quien si escribió: Efímero es el tiempo
que se me escapa entre paciente y paciente. Escucha la canción,
habla de una mujer con cicatrices y ten cuidado si vuelas. Un beso,
cielo.
Efímera
la belleza, el tiempo e incluso un viaje de kilómetros en coche si
lo haces con buena compañía. Las cuatro recorrieron los primeros
kilómetros conversando de esto y aquello, entre risas y canciones.
Siendo el coche de Laura, era ella quien conducía y a su lado iba
Karla. Pero los kilómetros fueron pasando y lo que en principio eran
coloquios de cuatro, fueron reduciéndose a parejas, para terminar
con Karla durmiendo, Laura conduciendo y la parejita de atrás,
tonteándose.
-
Tengo pregunta- dijo en un momento dado Inés al oído de Marina,
regresando a su habitual juego para conocer cada cosa de la otra.
Marina apoyada en ella, se giró lo justo para mirarla y el brillo
travieso en sus ojos, le hizo reír.
-
Jajaja, ¿y por que lo dices con misterio?- le preguntó y la
seriedad cálida que ahora mostró Inés, le hizo pellizcarse el
labio, adivinándola. El misterio, llevaba "algo" de
lujurioso, como la misma Inés le contestó.
-
Porque es caliente- empujó levemente con su frente el rostro de
Marina, para volver a buscar su oreja- ¿Que has llegado a hacer en
un coche?- nada más preguntarle, Marina volvió a mirarla, mojandose
los labios. Brutal, como enseguida mirándose se entendían.
-
Contigo nada aún- se agarro a su nuca Marina e Inés, tomó el bolso
de Marina posicionándolo como debía, para que ni Karla, ni en
teoría Laura, pudieran ver a donde dirigía su mano, esquivando el
vestido de Marina. La tibieza con la que fue encontrándose en el
camino hasta sus braguitas, estuvo a punto de hacerla gemir. Marina
notó su tensión y con cuidado, se retrepo más en ella, aceptando
su mano - No se porque me da, que eso está a punto de cambiar- habló
perdiéndose en sus ojos, pero Inés volvió a buscar su oreja.
-
Si- prácticamente gimió en su oído. Imposible detener sus ganas de
tocarla, habiendo sentido toda su tibieza esperándola. Para las
chicas, sería un nuevo beso entre ambas, para ellas era mucho más,
y así se lo hizo saber Inés a Marina- Quiero sentirte en mis
brazos, como cuando te corres para mi- le dijo y a Marina no le sonó
a petición, más bien era una orden en toda regla. La única pega
que encontró, fue no poder dárselo mirándola directa a los ojos-
Sush...tienes que disimular un poco- ahora si le pidió Inés. Sus
dedos habían atravesado el fino algodón que los separaba del sexo
de Marina y ésta reprimió como pudo el gustazo sentido y lo que le
quedaba. Sin olvidar cubrirse, los dedos de Inés comenzaron a
mojarse en Marina creyendo no ser vistas por nadie.
Pero no era así,
Laura había visto su tonteo inicial y ahora, las contemplaba
agarrando fuerte el volante. La imagen de ambas, los sigilosos
movimientos sincronizados, los intentos de Marina por ahogar su gusto
en la boca de Inés, y los muerdos de ésta en el hombro de Marina,
ante la imposibilidad de no tocarle el pecho cómo quería, la excito
de una forma tan bestia y tan animal, que trató de no mirarlas más.
Pero ya era tarde, consciente de lo que hacían ahí mismo, viéndolas
por tiempos, excitada como no recordaba y con Karla a su lado, con
los labios invitándola al beso que atrás compartían, no pudo más
que apretar los muslos, equivocándose. Así lo único que consiguió
fue más excitación. Necesitaba tocarse, o se asfixiaría
estrellando el coche. Lo intento rozando sus muslos, moviéndose con
disimulo sobre el asiento, pero parecía que alguien estuviese
riéndose de ella, por su descaro al mirarlas. Estaba pagando con
deseo funesto, su atrevimiento y dios...lo vio, vio a Marina
empujando sus caderas contra los dedos de Inés. ¿Cuantos serían?
¿Con cuantos se la estaría follando? De nuevo se equivoco, lo hizo
al contemplar su íntima unión y lo hizo al mirar a Karla, quien ya
no dormía y si, la miraba con la boca a medio abrir.
Vale,
la mano de su amiga, porque eso era, su amiga en quien no debía
pagar sus revoluciones hormonales, ni sus ansias por descubrir o
vivir, la misma que le cortó la respiración, llegando con la mano a
su sexo hirviendo.
-
Karla- la nombró al sentirla presionando su sexo- Joder...me muero-
le dijo sin saber si se moría de la vergüenza o del placer. Karla
esquivo su vestido y se colo tan rápido entre sus piernas, que ella
necesito pagar su locura marcando sus uñas en el muslo de Karla,
quien se había pegado a ella, intentando que atrás nada viesen.
-
Mira la carretera, Laura...no dejes de mirarla, no pasa nada...soy
yo.
Y
ella fue la que hundió los dedos en Laura. No era tan diferente a
hacérselo a sí misma y lo disfrutó sin reservas ni reparos, pero
Laura iba tan encendida y era tan consciente de quien era la dueña
de los dedos que se movían tan rico en ella, que el órgasmo le
llegó enseguida y Karla tuvo que callarla como pudo.... besándola.
-
Laura el cocheeeeeeeee- el grito histérico de Marina, las despegó y
a dios gracias, lo hizo a tiempo de que Laura rectificara la
trayectoria del coche, consiguiendo detenerlo metros más adelante en
el arcén de la autovía con las cuatro con el corazón en la boca
por el tremendo susto.
-
Pa,habernos matao- musitó Karla y al poco, las cuatro estallaron
entre risas. Mejor reír, ya habría tiempo de pensar en lo ocurrido
y antes que eso, en volver a mirarse como si nada hubiese pasado.
De locura, pero genial. jajajaja
ResponderEliminarGracias.
A.
Laura, karla, marina, lucia... En heterolandia se quedan sin población!!!
ResponderEliminar.....LOCURA...AL ESTADO MÁS PURO...LOCURA...DE LA QUE TE DEJA SIN ALIENTO...ASÍ COMIENZA UN VIAJE QUE MÁS QUE LLEVARLAS AL NORTE...FRIO...LAS LLEVA A LUGARES DONDE SE PUEDE ARDER..Y NO POR EL SOL..NO¡¡...LOCURA¡¡¡...LLEVADA AL LIMITE..ESE COCHE NO ENTIENDE DE MARCHAR...NO LO HACE...ACELERA SOLO...LO HACE¡¡..FUEGO..EN EL INTERIOR ..FUEGO....NO DOS...SI NO CUATRO MUJERES AL BORDE...DEL..DEL...INFARTO...DESEOS QUE SE CUMPLEN...PASIONES QUE ESCONDIDAS LO SON MÁS...UN VIAJE HACIA LA PERDICIÓN...ENTREGANDOSE A ESA MISMA...LOCURA...
ResponderEliminarSENSUALIDAD DERROCHADA POR ESAS MADURAS QUE QUIEREN JUGAR A QUEMARSE...Y VAN CAMINO DE ELLO...LOCURA TAMBIÉN...
TODO....LO PONES TODO...ESCRITORA...SIN FALTARTE NADA..ENVUELVES CON ESA MISMA LOCURA CON CADA LETRA..CON CADA HILO ...PARA SEGUIR ENVOLVIENDO...SACANDO A CADA PERSONAJE....DA IGUAL YA CUAL DE ELLOS SEA...PARA SACAR DIGO ...HASTA LA ULTIMA GOTA ...EL ULTIMO GEMIDO...LA CARICIA QUE ESPERA PARA CALMAR ESOS CORAZONES QUE SABES DESBOCAR...PARA APACIGUAR LOS FUEGOS CON QUE LAS HACES CONSUMIRSE...TODO...LO PONES TODO...ES IMPOSIBLE ENTONCES...IMPOSIBLE..NO REPETIRSE CONTIGO...LO ES...Y DE NUEVO DECIRTE ¡¡ÚNICA¡¡¡....PORQUE EN VERDAD LO ERES...LO DEMUESTRAS EN CADA TROZO....TODAS TUS HISTORIAS LLEVAN ESA ''PIZCA'' DE LOCURA QUE TU SABES DARLE...EN ESTA...LA DISTE A ''PUÑAOS'''...LA DERROCHAS...INCREIBLE ESA MANERA TUYA DE HACER QUE LEERTE SEA UN PLACER...DANDO SIEMPRE ESE TORBELLINO DE SENSACIONES...ESE QUE HACE QUE SIEMPRE SE QUIERA MÁS...TE ENTREGAS EN CADA LETRA..EN CADA MOMENTO...Y ESO...ESO...SOLO LO CONSIGUEN HACERLO...LOS GRANDES...TÚ...LO ESTAS SIENDO....Y APASIONARSE CON TODO AQUELLO QUE HACES...ES FÁCIL...MUY FÁCIL....
GRACIAS....POR ¡¡TANTO¡¡¡
No va a quedar una hetero ni por casualidad ,je,je
ResponderEliminarBuenísima la historia