Encarni
subida al coche de Inés, después de leer a la borde, para ella de
la doctora, le empezó a parecer mala idea haberla pedido llevarla.
Inés nerviosa era un auténtico polvorín, falto de salidas de
seguridad.
-
Por mi, esta Doctora tiene dos trabajos, cabrearse y descabrearse. Ni
caso le hagas- trató de alentarla, sin olvidar agarrarse al pomo de
la puerta. En buena noche había decidido marcharse al pueblo con
Inés.
-
Pero es que...- enredada en el correo, que casi ni comprendía, Inés
trataba de calmarse, y mirar el asunto con perspectiva, pero la veía
tan negra como la misma noche- ¿Que me ha dicho del todo?
-
Jajajaja- a Encarni le dio por reír. Tampoco entendía lo escrito
por Marina- Ni idea cariño...que si no es absoluto o yo que se
churro migado..se le notan los estudios, ¿no?
-
Pues claro...es una listilla que se la pasa estudiando, se ve que
para liarme más con sus respuesta. Yo lo siento, Encarni...pero
callada no me quedo. Vamos que no. Contestar correo- indicó al
ordenador de a bordo ante la mirada curiosa de Encarni- Pues fíjese
que no, no vamos a empezar con mi conciencia, que está muy limpia,
por cierto. Gracias a esta ególatra que soy, hoy un hombre de solo
32 años esta a salvo y sus dos pequeños hijos felices. Ah...el
equipo de rescate, también. ¿Ahora que?- realizó la pausa
necesaria, para que el ordenador redactara sus palabras y dio la
siguiente orden- Enviar correo con dos ovarios.
-
Y un ole- la secundo Encarni, cada vez más entusiasmada con la
extraña pareja que formaban Inés y la Doctora- Jajaja, a ver por
donde sale ahora pero ay madre mía, Inés. Que es Jefa.
Lo
era, pero en esos momentos, no era más que una mujer tratando de
controlar el ataque voraz de curiosidad. A Marina no le sirvió de
mucho el beso que al girarse entre los brazos de Xavier, le dio a
este, enloqueciéndolo. La culpa no la tuvo el delicioso gemido de
Xavier estrechándola contra el, ni su lengua carnosa y de agradable
sabor, puede que la tuviera la infinita curiosidad por un baile entre
dos mujeres. Claro que ella prefirió echarle la culpa, a la barba
rasposa de Xavier, demasiado parecida a la de Manu. Como fuese,
manejo el beso como quiso y manejando a Xavier, planeo regresar a la
mesa escudándose en el correo enviado, que en teoría, era de
trabajo. Al separarse de Xavier, una mano en su espalda, detuvo su
paso hacia atrás.
-
Perdona- sintió como una voz femenina se excusaba y sin consciencia
se giró rápido. Eran las mismas chicas, caminando de la mano supuso
que hacia su mesa. No siguió sus pasos, siguió las manos de ambas
entrelazadas.
-
¿Estas bien?- se interesó Xavier al notarla ida.
-
Si, disculpa- reaccionó Marina sonriéndole. Removida no pudo saber
que le estaba ocurriendo. Sería su pésimo día o sería la mala
leche que se había instalado en ella, pero no era capaz de centrarse
en él. Por suerte, Xavier resultó además de atractivo y animado
conversador, cariñoso. Y él fue quien terminó por guiarla hasta la
mesa, sin acorralarla por el beso entre ambos. Y en la mesa, la
esperaba su móvil con lucecita roja parpadeando.
-
No te preocupes, haz lo que debas- siempre amable Xavier le animo a
cogerlo y Marina cerró los ojos. La luz roja era correo y si era
correo a esas horas, no podía ser más que Inés.
Con
el móvil entre sus manos, se sentó aparentando normalidad. Como no
hacerlo, con la sonrisa de Xavier sobre ella. Nada más activar la
pantalla, la mala leche empezó a hervirle y fue más cuando lo leyó.
Xavier la miró contrariado, el rostro de Marina cambiaba por
segundos mirando el móvil.
-
¿Todo bien?- se interesó sin poder remediarlo. No quedaba una sola
mota de dulzura en Marina.
-
Genial- le contestó en un murmuro Marina, antes de apretar los
labios. Una listilla sabelotodo y contestona, estaba resultando Inés
y como ésta, no se quedó callada y contestó al correo escribiendo:
¿Ahora que?.. Ahora nada, pero si tu afán de protagonismo hubiese
fallado, ahora mismo podríamos estar hablando de varias vidas
pérdidas para salvar una. ¿Vale tanto tu ego?- nada más escribirlo
lo envío y soltó el móvil en la mesa con genio. Xavier no trago
saliva, pero si subió las cejas. No quedaría dulzura, pero en
Marina estaba brotando un fuerte temperamento que aumentaba sin duda
su atractivo.
El
correo no tardó mucho en llegar al móvil de Inés y de ahí, al
ordenador de a bordo de su coche.
-
Jajaja- estalló en risas nerviosas Encarni, nada más leerlo. Menudo
carácter el de la Doctora.
-
¿Pero por que me ha cogido manía?- se preguntó Inés restregándose
la cara más allá de nerviosa y no le ayudó el descojone de
Encarni, espectadora de lujo- Que no ha follado, eso es- soltó cómo
le vino y le llegó sin verlo una buena colleja de Encarni- Auch
-
Machista- no le bastó a Encarni con la colleja soltaba y lo remató
regañándola. Pero para Inés, el todo del que hablaba Marina, se
había reducido a la propia Marina.
-
Se va enterar...contestar correo- volvió a ordenar, y Encarni
comenzó a desear que el pueblo de ambas estuviese más lejos de lo
que estaba- Piloto del 112 Emergencias, ¿que se supone debía hacer?
¿Esconderme y mirar para otro lado? Y mi ego esta muy bien, gracias
por preguntar....enviar correo. Me va a poner nerviosa al final,
verás- terminó resoplando o más bien bufando. La única que se lo
estaba pasando pipa era Encarni. Divertidísimo el intercambio de
correos, aunque no dejaba de estar atenta a Inés y estar al quite,
por si al final la tontería del tu más, se les iba de las manos.
-
Volviendo a lo nuestro, mañana os preparo yo la comida en mi casa y
vamos a almorzar con vosoras- le dijo Encarni regresando a la
conversación interrumpida por el correo de Marina, y a Inés no le
dio tiempo a contestarle. El ordenador avisaba de un nuevo correo e
Inés, freno el coche en seco.
-
La madre que la parió- exclamó con la vena de la frente
bombeandole enfado- Mostrar correo- ordenó y a Encarni le faltó
tiempo para ponerse las gafas y leer junto a Inés- Que le de mi
teléfono, dice ahora- resumió deseando contestar de nuevo- Se
va a cagar- encendida Inés ni pensaba, directamente actuaba-
Responder....Si le doy mi teléfono me quedo sin él. Chula...Enviar
correo.
-
Jajaja... Ay madre mía, Inés...se lía, se va a liar- sacudió
ambas manos Encarni, apoderándose de ella una risa nerviosa
incontrolable. Paradas en la nacional, las dos se miraban
intermitentemente, esperando una respuesta.
Mientras
Marina, sentada al lado de un Xavier que empezaba a no saber que
hacer, leyó el correo y con verdadera acidez pensó- Y ahora en plan
payasa. Lo tiene todo la niña- para teclear otra rápida respuesta-
Dame el número quería decir, graciosa- escribió, envío y Xavier
cerró los ojos esperando que de nuevo estrellase el móvil contra la
mesa. A kilómetros, Marina y Encarni abrían los ojos al máximo,
llegaba otro correo de Marina.
-
Mostrar correo- ordenó Inés faltándole muy poco para cambiar de
sentido y conducir hasta Pedraza. Pero se quedó inmóvil, mirando la
exacta orden de Marina. Darle el número de su móvil. Tan inmóvil
que a Encarni se le volvió a escapar una colleja.
-
Que se lo des membrilla, ay dios mio...de ésta te expedientan- la
removió pero nada, con su risa nerviosa que seguía- Jajaja, esto lo
cuentas y no se lo cree nadie...pero que se lo digas ya- insistió e
Inés terminó por responderle enviándolo su número de contacto y
otra vez, las dos se quedaron calladas y mirándose
intermitentemente. Ambas, como si algo sobrenatural estuviese por
pasar, tanto así que Inés cogió la mano de Encarni, mientras
seguían paradas en la nacional. Solo les faltaba un antiguo reloj de
cuerdas marcando un tic tac, tan constante como desesperante. Por
suerte para los nervios de ambas, Inés recibió o más bien, su
móvil recibió una llamada de un número no registrado en su agenda,
haciéndola apretar con fuerza la mano de Encarni.
-
Ayyyy, Inés no aprietes- se quejó la mujer, dudando en darle otra
buena colleja. Cada cual, aliviaba la ansiedad como bien podía e
incluso Inés, la espero.
No
podía ser otra más que Marina, quien llamaba a esas horas y el
bluetooh del móvil conectado al ordenador de a bordo, cumplió cómo
llevaba haciéndolo todo el tiempo y en el monitor, las dos vieron el
número desconocido que disparo el latido del corazón de ambas. Tan
calladas y nerviosas, que ninguna contestó y a los cinco tonos, la
llamada se cortó.
Ahora
si a Encarni de puros nervios se le soltó la mano y le arreo a Inés,
una señora colleja que por poco le hace comer volante a la
paralizada piloto.
-
Auch....¿pero por que me pegas?- se quejaba Inés por el tercer
pezcozon recibido que ya empezaba a picarle y conseguido, al menos
reaccionaba.
-
Yo que se...me viene de dentro y lo dejo salir- contagiada por los
nervios y ansiedad de Inés, Encarni se mecía entre querer sacudirla
y reír- Jajaja, ahora solo falta que en verdad sea cualquier
vendedor de cualquier cosa- volvía a descojonarse al tiempo que a
Inés le volvía una parálisis extrema, solo rota por el latido
salvaje de su corazón. Fuera de collejas, nervios y bronca por
correo, Marina la estaba llamando. La canción del Correcaminos,
había sonado en su móvil por ella. Era tan bonito y tan especial,
que Inés comenzó a emocionarse y si ella se emocionaba, Encarni se
contagiaba de su emoción.
-
Ven aquí- en pleno ataque emotivo Encarni la atrapaba entre sus
brazos- Con lo que yo te quiero, madre- se la comía a besos y por
supuesto, Inés los disfrutaba a placer y entre abrazos, besos y
declaraciones afectivas, escuchaban: Si estando en la carretera oyes
un bip bip, ten la seguridad que se trata de mi y si intentas
seguirme se va a anochecer. ¡Pues ni el feroz coyote me puede
comer!.- Cógelo, corre- le exigió Encarni, el número desconocido
volvía a llamar. Inés reaccionó, secándose las lágrimas que
tímidas caían por su rostro, acepto la llamada y cogiendo aire, no
espero a que Marina, dijese nada.
-
Estaba todo controlado, el equipo de rescate guardaba la distancia de
seguridad y la única que estaba en riesgo era yo y mi helicóptero
claro. Me encanta mi profesión y mi ego no es tan alto como para
arriesgar más vidas que la mía propia- se excusó totalmente
sincera y sin saber como continuar guardo silencio esperando que
Marina dijese algo. El algo de Marina fue un Inés, prácticamente
susurrado que rebotó en el corazón de la piloto, con auténtica
fuerza. Ambas callaron y Encarni miró a Inés, sin atreverse a
hablar. Hasta se le habían pasado las ganas de meterle collejas. El
susurro de Marina, llevaba algo sobrecogedor. Sin collejas que dar,
se agarro al pomo de la puerta, mientras Inés intentaba salir del
coche sin retirarse el cinturón de seguridad.
La
voz de Marina, llamaba a la intimidad más absoluta y aunque Encarni
fuese otra madre para ella, le apetecía guardarse esa primera
posible conversación con Marina por teléfono para ella sola. Sujeta
por el cinturón como prisionera de sus propios nervios, tardó en
conseguir salir del coche y cuando lo hizo y pudo, llevar el móvil a
su oreja, un trailer pasando a centímetros de ella, tocando la
bocina con vehemencia, le congeló la sangre. La parálisis extrema
sufrida con anterioridad se quedó en nada, cuando el trailer le dejo
el cabello con liso asiático para toda la vida. Así, de su boca
solo salieron titubeos al borde una parada cardíaca, mientras en el
coche Encarni, estaba a punto de sufrir otra del tremendo susto.
-
Ma...Ma...Marina- logró pronunciar Inés, incapaz de caer en el
silencio protagonizado por Marina. Hasta que ésta lo rompió.
-
Inés- hablo Marina en un nuevo susurro inexplicable.
-
Marina- volvió a pronunciar Inés, en una secuencia totalmente
ilógica de susurros entre ambas.
-
Puf...- escuchó resoplar a Marina, sin todavía poder gobernar su
cuerpo y con él sus reacciones- Será mejor que te deje...lo siento,
mañana hablamos, ¿si?
-
Mañana si- contestó a la despedida de Marina, completamente
autómata Inés.
-
Bien...hasta mañana entonces, Inés- se despidió Marina y a Inés,
solo le quedo un "pi" constante al otro lado del teléfono.
Encarni
tuvo que ser, la que frenara la entrada en parada de ella misma y de
Inés. Con todas las precauciones del mundo salió a por la estatua
en que se había convertido Inés, con mimo la introdujo en el coche
y con necesidad, busco en el maletero del coche su cesto de mimbre,
cargado de dulces caseros. Con él volvió a su asiento y
disponiéndolo entre sus piernas, se quedó como la misma Inés,
mirando al frente.
-
¿Que te ha dicho?- preguntó sin sangre circulándole por las venas
sin dejar de mirar la carretera solo iluminada por los faros del
coche.
-
Inés- respondió la piloto, tan congelada como Encarni, pero con
excelente liso en su cabello.
-
Ah- murmuró Encarni sin la suficiente sangre como para pensar en
algo más.
-
¿Tienes rosquillas?- le preguntó Inés, realizando el mínimo
movimiento necesario con su boca para realizar la pregunta.
-
Todas las del mundo para ti.
Les
llevó un buen rato recuperar la normalidad y ya habría tiempo para
Inés, de revivir la escueta conversación y el río de
contestaciones por correo entre una y otra.
Distinto
fue para Marina, quien aún miraba estática la imagen que le había
dejado muda.
Estas dos son un caso, y Marina otro de estudio, mira que casi se la traga el camión por no mirar antes de salir del coche, una de las primeras reglas que nos enseñan dentro de la seguridad vial. Me mola, y la forma en la que piensa Marina de los hombres que todos raspan por la barba, jajaja como escusa es muy válida. En cuanto pruebe a Inés ya no la suelta.
ResponderEliminarGracias.
A.
En lo personal me fascinan las mujeres heterosexuales como Marina que en un dos por tres logran ponen el mundo patas para arriba. Pelean y discuten por todo sin razones concretas poniendo de manifiesto la impotencia y la angustia q sienten ante una inminente realidad alterna… Esa realidad que cuesta reconocer y aceptar y desde luego afecta a muchos… Pero quien realmente la sufre y la vive es la otra parte. Si aquella otra parte que delinque sus pensamientos causando sus desasosiegos y su inestabilidad emocional de la esencia de sus deseos.
ResponderEliminarY también en lo personal me enternecen y me agradan las mujeres como Inés que no se dejan imponer, ni dominar tan fácilmente, que dan pelea sin tregua y que mediante su aparente fachada de inmadurez y desfachatez de nada me afecta, nada me duele, todo lo puedo y todo lo tengo hace circo, maroma y teatro alrededor de la mujer que le gusta, que le provoca, que le fascina y que sin proponérselo le ha robado el corazón sin darse cuenta con la única finalidad de agradarle, de hacerla sentir cómoda pero sobre todo por verla Feliz.
Y aunque paresa tonto el amor muchas veces suele ser tan complejo, tan caprichoso, tan sublime, tan palpable que expone libremente la vulnerabilidad emocional cegándonos y haciéndonos sufrir pero al mismo tiempo nos desborda de felicidad con un simple susurro.
Sublime gemo que un simple gracias no basta.
Cari
Ambas están sintiéndose poco a poco más atraídas...me encanta ese juego de susurros cargados de muchas palabras no pronunciadas. No me gustaría que Marina cayera en algo con el tal Xavier, quizá porque a un parte de mi le gusté idealizar las cosas.
ResponderEliminarMuchas gracias por el trozo.
Esperando con muchas ganas el siguiente!
L.a.c.e.r
........ ATRAPADAS...SIN REMEDIO ATRAPADAS....ASÍ ESTAN LAS DOS...CONECTADAS POR EL TIC TAC DE UN RELOJ LLAMADO TIEMPO...EL MISMO QUE LO MIDE..EL MISMO QUE SE HACE INSOPORTABLEMENTE ETERNO SI ES PARA ESPERAR ESE CORREO QUE LES HAGA SABER QUE ESTA PRESENTE UNA PARA LA OTRA....Y QUE SE DESEA PASE RAPIDO PARA ESA CONTESTACIÓN QUE LES TRAERA UN CACHITO MÁS DE LA OTRA....
ResponderEliminar.......ATRAPADAS....CORTANDO LA MISMISIMA RESPIRACION QUE YA QUEDO DAÑADA CUANDO CON UN SUSURRO QUE RECORRE CADA FIBRA DE SU CUERPO...ESCUCHAN COMO SUENA SU NOMBRE EN BOCA DE LA OTRA...SUSURROS QUE SE REPITEN QUERIENDO QUEBRANTAR ESA RESISTENCIA QUE BUCAN PARA NO CEDER A LO QUE YA SABEN.....PERO QUE CALLAN....USANDO CAMINOS QUE ESTRECHEN CADENAS DESEADAS....QUE LAS LLEVEN A ENCONTRARSE...A BUSCARSE...USANDO TODOS AQUELLOS QUE PUEDAN TENER A SU ALCANCE...LETRAS QUE LAS ENREDEN EN ESOS CORREOS QUE CON EXCUSAS YA SURCAN LOS AIRES....Y PALABRAS QUE QUERRAN QUE SEAN SUSURRADAS MÁS ALLÁ DE SUS NOMBRES...SUBLIME ...GRANDIOSO EL PODER TENER EL PLACER DE ESCUCHARSE...A SOLAS....EN LA INTIMIDAD..DONDE NADIE LAS OYE...SIENDO DISTINTO A CUANDO POR RADIO SE SABEN ESCUCHADAS...DISTINTO....MUY DISTINTO.
ATRAPADAS.....EN ESA FORMA TAN DISTINTA DE EXTERIORIZAR LO QUE EMPIEZAN A SENTIR....SIN EXPLICACIÓN NINGUNA SE BUSCAN A LA VEZ QUE UNA QUIERE ALEJARSE SIN PODER...Y LA OTRA TAMPOCO....TIERNA HASTA DECIR BASTA UNA...PERDIDA EN SUS PROPIAS DUDAS QUE NI VE...LA OTRA....DISTINTAS PERO DESTINADAS A ENCONTRARSE MÁS ALLÁ DE LO QUE IMAGINAN SIQUIERA....LAS GANAS YA APARECEN...EL SENTIRLAS CON FUERZA..YA ES CUESTION DE NADA....
ESCRITORA ....CADA LETRA TUYA HACE DE LA HISTORIA ....LO QUE CARI TE HA DICHO Y DONDE YO NO QUITARÍA NI UNA SOLO PUNTO...SUBLIME...ABSOLUTAMENTE MAGISTRAL....
GRACIAS......
P.D...SEÑORA DE LAS LETRAS..DIRE AQUELLO QUE DIGO CON NUESTRA DAMA CONTINUAMENTE Y QUE ME SIGUE ENCANTANDO...ESTOY DE ACUERDO CON TODAS Y CADA UNA DE LAS COSAS QUE DIJO...SI....
CELESTE-NEGRO