A
la mañana siguiente, como pocas mañanas ocurriese, fue Julia quien
despertó sola en la cama, con la única compañía de una orquídea
fresca. Supuso que Minerva tras recibirla, como cada mañana, la
habría dejado ahí antes de irse a donde fuera que hubiese ido. La
hermosa flor, consiguió una sonrisa de la magnate, no podrían estar
las cosas muy mal entre ellas, si la flor estaba ahí como testigo de
ambas.
-
Buenos días, Elisa- saludo a su ordenador, esperando que este le
mostrase la agenda diaria y cubriéndose el rostro, trato de
desperezarse. Esa mañana le estaba costando despertar y sin Minerva
ahí, sacándole unas buenas sonrisas, se hacia mas pesado.
-
Buenos días, señora. Hace un excelente día, totalmente despejado.
La sugerencia para hoy, es vestido primaveral con sandalia de alto
tacón- le contesto Elisa como cada mañana, facilitando su
despertar.
-
Uhm...- murmuro sin muchas ganas de salir de la cama, hasta que todo
estuviese listo para ella- Mira con que cara amanecí, Elisa, que no
sea nada florido.
-
Un Balenciaga en ese caso, vestido roto en blanco y negro, femenino,
refinado y europeo. Colección primavera-verano dos mil catorce,
pertenece a la segunda colección de Alexander Wang para
Balenciaga...Permitame, usted siempre esta hermosa.
El
halago final de su ordenador, la hizo revolverse en la cama, al mas
puro estilo Minerva, le falto solo su clásico- Es la leche- su
ordenador la entendía y mimaba como nadie, permitiéndole guardar su
toque mas vanidoso.
-
Perfecto entonces, pide que vengan a ocuparse de mi cabello, quiero
ver a Julia Arango cuando me mire en el espejo- solicito necesitando
recuperar cierta auto-estima y para eso, no había nada mejor que la
imagen mas dura de Julia Arango.
Apenas
un par de horas mas tarde, llegaba al edificio principal de su
multinacional, paseando esa imagen. Con vestido y cabello recogido,
Julia Arango imponía aun mas. Su salvaje y dura belleza, sus
exquisitos modos y gestos, la reflejaban como ella quería. La mujer,
que pese a todo, había conquistado los mas altos poderes.
Caminando
hacia su despacho, disfruto girando el gran anillo situado en su dedo
corazón de la mano izquierda, hasta esa mínima tontería había
extrañado. Los empleados con los que se cruzo y su forma de mirarla,
le confirmaron que no se había equivocado con su imagen y orgullosa,
por ello entro en su despacho, sin esperarse encontrar en él a
Guillermo degustando un café.
-
Joder Julia, llevo esperándote media hora- saludo así Guillermo
girándose hacia ella al escuchar la puerta. Julia se veía
extremadamente hermosa- Eh- titubeo no esperándola llegar así-
Buenos días.
-
Buenos días- contesto sonriendo y dejo su bolso en su habitual
lugar. Que Guillermo se hubiese quedado claramente parado, no subía
su ego, no de momento.
-
Estas muy guapa hoy. Al Cesar lo que es del Cesar- la halago
Guillermo taza de café en mano y Julia, sonrió levemente- Por
favor, que tu lo estas siempre...¿verdad?- se molesto en el habitual
pique entre ambos. De hecho, ya era incluso adictivo y familiar.
-
Al Cesar lo que es del Cesar, Guillermo- contrarresto Julia,
divirtiéndose con él y su mala imitación, de como ella misma
rodaba los ojos.
-
Lo que sea, venia a recordarte nuestro reto- le dijo Guillermo
dejando la taza sobre el escritorio. Ser empleado al final incluso le
estaba pareciendo divertido y se le veía de lo mas emocionado.
-
Oh Dios- murmuro Julia, sentándose en su butaca. Al final el reto
iba en serio y mucho no es que le apeteciera- Guillermo, pensemoslo
un minuto- le pidió apoyando ambos codos en su escritorio- Mis
empleados me odian, los tuyos estarán mas o menos igual, y...¿de
veras quieres trabajar el hormigón?- le preguntó no creyendo que
Guillermo, por como había demostrado ser de esnob, finalmente
accediera. Pero se equivocaba y la sonrisa con la que Guillermo la
miraba, le daba la confirmación.
Mientras
tanto, Minerva caminaba hacia su coche en compañía de Fatima. Habia
salido tan temprano de casa, por una quedada para desayunar de las
cuatro amigas, a petición de Fatima y una noticia muy importante que
debía darles. mentiría, sino reconociese que al leer el mensaje y
el motivo de la quedada, tuvo cierto temor. Pero fue un pensamiento
tan loco y claramente inducido por los celos, que lo descarto al
momento. Entonces, sin celos de por medio, comenzó atar cabos y
antes de conocer la noticia, aventuro que en algo había ayudado
Julia, de ahí que ambas conversaran la noche anterior.
Ahora
que caminaba con ella, sin las otras chicas, y con la noticia de que
Fatima y Caye estaban intentando ser padre e iban a necesitar de
ayuda, no entendía nada en absoluto. Sino era ningún negocio de
Cayetano, ¿en que había ayudado Julia? No por casualidad, Fatima
había rechazado regresar con Marga y Manu como había llegado, lo
había hecho a propósito para explicarle a Minerva y justo ahora,
era el momento idóneo.
-
Siento habértela robado anoche...pero fuimos al baño, le comente
que me daba cosa decir lo de Caye, por las bromas que todos hacemos y
habíamos hecho con ella misma, y entonces- detuvo su explicación a
petición de Minerva, quien se estaba perdiendo aun mas.
-
Eh..a ver, ¿anoche hablabais de hijos?- pregunto tratando de
encontrar una rápida explicación y detener la aceleración de su
ritmo cardíaco. El tema niños desde Isaac se había convertido en
un tema tabú entre ambas, y ahora venia a enterarse, que Julia iba
por ahí hablando de hijos.
-
Si no me has dejado explicarte- le pidió calma Fatima, extrañada
por su actitud- Le dije que probablemente necesitaríamos ayuda para
tenerlos y fue una suerte, Min...Julia esta al tanto de todo- hizo
una pausa esperando ver a una Minerva emocionada o ilusionada, pero
Minerva apretaba los labios nerviosa y diría, no muy contenta- Me
pareció super tierno, incluso sigue un blog de una pareja de chicas
que lo hicieron y están esperando gemelos- prosiguió buscando una
positiva reacción en Minerva, pero esta se estaba quedando blanca,
ante tanta información desconocida hasta ahora de Julia- Nena, ¿que
ocurre?
-
Pues que...-intento explicarse pero las palabras se le trataban ante
el descubrimiento- No se, si prefería el tonteo entre vosotras- dijo
rascándose la frente, intentando navegar en un maremoto.
-
Jajaja, ¿pero que dices cariño? ¿Yo con Julia?
La
incredulidad de Fatima, estaba mas que justificada, los estúpidos
celos suelen tener dosis de absurdidad que todo lo confunde. Pero
descubrir, el interés de Julia por la maternidad, sin haberlo hecho
por ella misma, dolía y quebrantaba su confianza en ella. Dispuesta
a aclararlo, condujo hasta las oficinas de Julia Arango.
gemito coloca mais um por favor desde desde sexta sem noticia merecemos verdade e foi tão aburrido sabado e domingo sem vc e julia e minerva, por favorrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr
ResponderEliminarbrigoninha
Good!!!
ResponderEliminarARTISSSSTAZAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!! continúa porfaaaAAAAAAAAAAAAAA
ResponderEliminarainss que ansia y angustia más grande
GRACIAS