lunes, 7 de abril de 2014

Mi cincuenta cláusulas 102


No habían llegado hasta ahí, para que en Julia los celos brotasen como si nada de lo hablado y demostrado entre ellas sirviese. No entendió la invitación del grupo de amigos como algo hostil hacia Julia. Sólo eran un grupo de personas pasándolo bien, totalmente inofensivos y sin aparentes muestras de coqueteo. Aceptada la invitación, cerró los ojos intentando mantenerse tranquila. Las uñas de Julia seguían clavándose en su piel y su forma de mirarla era fría como un hielo. Sin querer provocar más celos pero decidida a no consentirla y dejar ganar a esos surrealistas celos, trató de explicarse.

- Vinimos aquí, a compartir cosas que ninguna habíamos hecho antes, por supuesto a estar solas y disfrutarlo, pero también para conocer un país nuevo y por qué no, a gente nueva. Sólo vamos a tomar una copa con ellos, sino nos agradan basta con retirarnos- le dijo de corrido y terminó con cierto desánimo. Julia continuaba mirándola fría y sus uñas seguían sobre su piel- No vamos a dejar de compartir una copa, por tontos celos- remató sacando la mano de Julia de su muslo. Y lo hizo con cierto dolor. No era necesaria la copa, por supuesto que no, pero tampoco era lógico dejar de hacerlo por unos celos que carecían de fundamento. Julia no pudo más que verla incorporarse y avanzar hacia la otra mesa. Quedarse ahí sola o acompañarla, fueron sus únicas opciones y pese al infantil enfado, siguió los pasos de Minerva sin ninguna gana. Desgana que se evaporo con la mera presentación que Minerva hizo a la mesa.

- Ella es Julia, mi mujer.

Bastó una presentación marcando distancias, para que Minerva la consintiera lo justo y para que Julia se relajara con el grupo que al final, fue de lo más agradable. Unos cuantos locos aventureros que pretendían subir al monte mas famoso de la zona, dentro de dos días y grupo, que terminó ofrediéndoles la posibilidad de compartir aventura. Minerva antes de contestar busco la mirada de Julia, quien aprobaba los nuevos planes. Durante las copas con ellos, ninguna dejó de comportarse como eran y fueron sinceras mostrando sus afectos. Distinto fue, cuando a solas regresaban a su parcela. Las uñas de Julia en su muslo seguían presentes y no pensaba correr un tupido velo cubriendo el hecho por mucho que Julia se mostrase ahora muy cariñosa. Dejándose abrazar, espero todo el camino a pie una disculpa o al menos un "algo" que le indicase que Julia comprendía su error. Pero no se dio, la magnate se limitó a abrazarla entre múltiples besos por cualquier lado como si nada hubiese ocurrido.

- ¿Que te apetece? ¿Baño o cama?- ajena a la rigidez de Minerva, preguntó deseando la segunda opción.

- Lo que quieras- contestó con desidia Minerva. Sus conjeturas de hacían realidad. Julia elegía ignorar su ataque desmedido de celos hacia ella.

- Bien...se ve que ahora vamos a elegir por separado- se quejó Julia no ajena del todo al estado de Minerva. Sólo quería continuar su increíble luna de miel, sin que su estúpido e infantil comportamiento lo jodiera. Pero Minerva ya estaba jodida y que Julia se pusiera a la defensiva, la ofendió más.

- ¿Por separado?- detuvo los pasos de ambas y no se cortó en retirar el brazo sobre sus hombros de Julia- Era una copa de parte un grupo de chicas y chicos, y tu...tu- titubeo no queriendo hacer sangre.

- Yo- prosiguió por ella Julia- te he dejado ir- trago saliva al ser consciente de su error y Minerva lo aprovechó.

- ¿Que me has dejado ir?- el enfado de Minerva ahora si, fue total- ¿Que soy un perro para que me dejes ir o no?

- No quise decir algo así- corrió a decir Julia queriendo retomar el contacto físico entre ambas. Pero Minerva no la dejó acercarse a ella- Sólo...yo sólo- lo intento. Intento explicarse pero las palabras nos brotaban tan fácil como ella quería.

- Tu sólo me dejas un morado porque unos chicos nos invitaban a una copa en un complejo como éste. Sólo eso, claro- no titubeo ahora Minerva y tampoco detuvo su intención de llegar a su tienda y meterse en la cama, sin querer saber mas. No creía ni en lo más remoto podía hacerlo, en que Julia realmente fuese consciente de lo que hacia al apretar su muslo. Si sabía que no había ninguna intención por parte de Julia de dañarla, y que sólo era un intento por calmar sus celos. Pero también sabía, que no debía consentirlo por mucho que le costase dejarla sola en mitad de la nada.

Y la nada se hizo inmensa para Julia. Parada en mitad del camino y sin reacción. La vergüenza que su gesto hacia Minerva le hacía sentir, la dejó sin saber que hacer y así quedó largo rato. Avergonzada era incapaz de volver a la tienda y la llamada por teléfono de su madre, fue todo un alivio.

- Si, dime- contestó sin esforzarse en camuflar su pesimista estado y Araceli enseguida lo adivinó.

- ¿Que has hecho ya?- directa y al grano. Con su hija no valían de nada los absurdos rodeos y por su voz, estaba claro que ella era la culpable de lo que hubiese pasado.

- Estábamos cenando solas, absolutamente a gusto y unos chicos- comenzó a explicarse Julia, necesitándolo de veras.

- Os invitaron, como si lo viera- la interrumpió Araceli anticipándose y demostrando lo mucho que conocía a su hija- Y tu no quisiste o directamente le montaste una escena, dime que fue.

- Te juro que trate de entenderlo y...pero, pero...- titubeo Julia recordando la fuerza con la que había tomado el muslo de Minerva y sus posibles consecuencias.

- Ay madre mía...¿esta enfadada?- de vuelta al grano. Araceli no podía escuchar a su hija así y no necesitaba los detalles, prefería resolver la situación.

- Obvio, metí la pata en la primera oportunidad que tuve- contestó Julia soplando agobiada.

- Bien, pues nada cariño, arreglalo- tan fácil para Araceli y tan difícil para ella- Ay dios mío, Julia. Ve y hazle ver que no quisiste, que puedes ser una celosa compulsiva pero que sabes y quieres controlar esa tontería que te entra por pura inseguridad, bastara con eso cielo.

- Le hice daño en el muslo- dijo Julia deseando soltarlo y cerró los ojos esperando una bofetada verbal de su madre.

- Bueno, anda que no me hiciste a mi pocos morados, me saliste un poco retorcida pero con un corazón enorme, así que nada de victimismos, ve y habla con ella...a mi me están esperando y tengo que dejarte.

- ¿Que? ¿Quien te espera?- salió de su propio estado Julia.

- Un amigo

- ¿Que amigo?- preguntó necesitando su iPad para saber de "ese" amigo de su madre.

- Uno...que hice en tu boda. Ay por favor, ve y habla con Minerva y cuando la tengas contenta le dices que me llame, no se que vestido ponerme y ella sabe mucho de estas cosas.

- ¿De que cosas? ¿Y que sabe Minerva?- regresaban los celos y la magnate estaba al punto, de perder los papeles. No le bastaba soportar las miradas sobre Minerva y las simpatías hacia su persona, que ahora también debía sufrir celos por su madre.

- ¿Ves? Te llamo y estas apenada por tu comportamiento y ahora mismo lo estas repitiendo conmigo- la corrigió Araceli, no tan indignada como quería aparentar.

- Es que me estás diciendo que te quieres poner un vestido para un amigo- se explicó Julia y ahora además del IPad comenzaba a necesitar a Minerva.

- Con el que voy a cenar y puede que después vayamos al cine, si...¿que pasa? - atacó Araceli disfrutando de los celos de su hija para con ella y desató una secuencia de contestaciones entre ambas.

- Madre

- Hija

- Dame su nombre.

- Ja

- A casa sola con el no vayas.

- Jaja

- Mucho menos a la suya.

- Jajaja ¿sigo? ¿Quieres que siga riéndome o vas a contentar a tu mujer?

- Joder

- Palabrotas ni media, que tu siempre has sido muy bien hablada. Dale un beso a tu madre y ve a por tu mujer, cenutria.

Obediente como la que más, se despidió de su madre sin poder dejar de pensar en esa cita. Fue así como llegó a la tienda, donde Minerva en la cama, fingió estar dormida.

- Tiene una cita, mi madre tiene una cita- dijo entrando al baño y provocó que Minerva abriese los ojos de golpe.

- ¿Con quien?- se interesó olvidándose que fingía dormir y se sentó en la cama ávida de noticias.

- No me lo ha querido decir- se encogió de hombros Julia regresando al dormitorio. Ni idea podía tener ella, pero quizás si Minerva- ¿Lo sabes tu?- le preguntó sin atreverse a mirarla mientras se desvestía tratando de pensar en quien podía ser el caballero- Dijo, un amigo que conocí en vuestra boda y tampoco se, donde cenaran.

- Pues menos mal- se cruzó de brazos Minerva haciendo que Julia la mirase con cierto temor- Porque tengo clarísimo que la espiarías y eso no, ni lo pienses vamos. No lo pienso consentir.

- Oh- abrió los brazos Julia alzando la voz como la propia Minerva- ¿Me consientes o no? ¿Acaso soy tu perro?

- Eso- la señaló Minerva enfadándose por la genial vuelta se tortilla dada por Julia- eso ha sido muy bajo.

- ¿Y lo que vosotras hacéis conmigo que es?- preguntó tirando su ropa al suelo. Necesitaba tirarse a la cama y abrazarse a Minerva como nunca

- Dios mío, Julia. Sólo va a salir a cenar, seguro que con el primo de mi padre y yo sólo quería conocer a alguien contigo. Todas nuestras amistades han sido antes de conocernos nosotras, sólo eso...que crimen, madre mía- protestó recibiéndola entre sus brazos y piernas.

- Pues yo sólo quería estar contigo- prosiguió Julia adaptándose a su cuerpo. Increíblemente caliente como tanto le gustaba.

- ¿Pero es que no lo hemos estado?- debatió Minerva besandole el cabello.

- Pues si- contestó Julia felizmente abrazada.

- Pues ya está- sin darse cuenta, las últimas contestaciones se las habían hecho abrazadas sobre la cama. Donde Julia busco el muslo objeto de sus bajas pasiones para acariciarlo- No me has hecho ningún daño, exagere cabreada como estaba.

- ¿Ya no lo estás?- preguntó Julia saliendo de su cuello.

- Un poquito si- la agachó de nuevo Minerva.

- Ah...¿y ahora que?- preguntó disfrutando del placentero calor de Min.

- A dormir, mañana nos espera un día intenso, ni pienses que voy a dejarte hacerme el amor.

Era demasiado pedirle a Julia dormir tranquila sin saber donde y como estaba su madre. No sin disfrutar de verla dormir, espero que Minerva se relajara por completo. Así sería más fácil buscar su móvil e investigar que estaba pasando con su madre. Lo que no sabía Julia, es que Minerva sabía de sobra como iba a actuar y ahora si, fingió como excelente actriz estar dormida.

No fue hasta que Julia trato de incorporarse que rodó sobre ella sin abrir los ojos inmovilizándola bajo su cuerpo. El suspiro dado por Julia estuvo a punto de hacerla reír, sus esfuerzos para salir de debajo suya sin despertarla, acabaron provocándole risa.

- Jajaja, eres tan previsible a veces cariño- río encima de ella y la magnate rodó los ojos en falsa molestia.

- Sólo quiero comprobar que está bien- pidió usando su mejor cara de buena persona y amante hija, y estuvo a punto de conseguirlo.

- Dios...esta bien- se sentó sobre ella Minerva y tiro de sus brazos quedando ambas sentadas- Es Faustino, primo segundo mío por parte de mi padre.

- ¿Como sabes que es él?- interrogó sin poder retener las ganas de besar el pecho desnudo de Minerva.

- Porque me lo ha dicho tu madre- contestó sonriendo por las muestras afectivas.

- ¿Mi madre? ¿Cuando?- insistía Julia y ella debía parar el interrogatorio como fuese y lo hizo atrapando la boca de Julia entre sonrisas- Nada de hacer el amor, dijiste.

- Jajaja, mientras estabas fuera- contestó a la primera de sus preguntas- Eso dije, si- contestaba a la segunda con esfuerzo. Las caricias recibidas en su pecho subían de tono y así era difícil mantenerse firme.

- Cuando yo estaba fuera estaba hablando con mi madre...- al igual que Minerva contestaba por partes- ¿Y lo mantienes?- preguntó hundiendo su boca entre el pecho de Minerva mientras con sus manos lo sujetaba a la altura de su boca. Tan atrevido, tan ansioso, que a Minerva le fue imposible no morderse los labios cediendo al deseo.

- Y en tanto, me mandaba a mi correos....bueno, depende- volvió a la respuesta por tiempos sin evitar mover su pelvis sobre la magnate. Julia le comía los pechos tan, pero tan, hambrienta de ellos, que quería concentrarse sólo en eso, olvidándose de la pobre Araceli y su vestido.

- Después me cuentas todo lo que sepas- dijo Julia tratando de atrapar todo su seno con la boca y poco más, pudo hacer Minerva más que disfrutarlo.

- Después...uhm...si.
 
 
 
 

2 comentarios:

  1. aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii gemito vc é meu genito kkkkkkkk
    brigoninha

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  2. ......CELOS....CELOS QUE SE CLABAN COMO ALFILERES EN EL ALMA...EN ESA QUE AÚN SABIENDO QUE TE LA ENTREGARON ...SALEN..Y ARRASAN...Y CONDENAN SIN PREGUNTAR...Y NOS CONVIERTEN EN FIERAS DIFICILES DE CONTROLAR....CELOS...A VECES MALDITOS QUE DAÑAN...OTROS QUE NOS PROVOCAN ...QUE DUELEN...CELOS...JULIA LOS SIENTE...Y ELLA QUE TODO LO CONTROLA...QUE LO HACE CON IMPERIOS...QUE TODO LO PUEDE...ANTE ELLOS..SE VENCE...ESOS CELOS QUE NO SIEMPRE SON INSEGURIDADES...SI NO GANAS DE UNA POSESIÓN QUE DAÑA..CELOS...EL AMOR PUEDE TENERLOS A SU LADO...PERO SABERLOS LLEVAR PARA NO HACERSE PRISIONEROS DE ELLOS Y ASÍ AL FINAL INVITAR AL SUFRIMIENTO GRATUITO...NO SON BUENOS...PERO A VECES NO SE PUEDEN EVITAR..SON RECLAMOS QUIZÁS CALLADOS...Y POR SUERTE PERDONADOS...ESO SIEMPRE QUE NO NOS VUELVAN CIEGOS...Y SEPAMOS AL MIRAR A QUIEN AMAMOS ACALLARLOS....PASAN..SIEMPRE PASAN CUANDO LAS PIELES...LAS MIRADAS...LAS PALABRAS HABLAN....MINERVA SABRA COMO HACER CON JULIA PARA TENERLA CONTROLADA..OTRA BATALLA SOBRE ELLA GANADA...PERO CON GUSTO...SIII¡¡¡¡

    .....GRACIAS....ESCRITORA....

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