No
habían llegado hasta ahí, para que en Julia los celos brotasen como
si nada de lo hablado y demostrado entre ellas sirviese. No entendió
la invitación del grupo de amigos como algo hostil hacia Julia. Sólo
eran un grupo de personas pasándolo bien, totalmente inofensivos y
sin aparentes muestras de coqueteo. Aceptada la invitación, cerró
los ojos intentando mantenerse tranquila. Las uñas de Julia seguían
clavándose en su piel y su forma de mirarla era fría como un hielo.
Sin querer provocar más celos pero decidida a no consentirla y dejar
ganar a esos surrealistas celos, trató de explicarse.
-
Vinimos aquí, a compartir cosas que ninguna habíamos hecho antes,
por supuesto a estar solas y disfrutarlo, pero también para conocer
un país nuevo y por qué no, a gente nueva. Sólo vamos a tomar una
copa con ellos, sino nos agradan basta con retirarnos- le dijo de
corrido y terminó con cierto desánimo. Julia continuaba mirándola
fría y sus uñas seguían sobre su piel- No vamos a dejar de
compartir una copa, por tontos celos- remató sacando la mano de
Julia de su muslo. Y lo hizo con cierto dolor. No era necesaria la
copa, por supuesto que no, pero tampoco era lógico dejar de hacerlo
por unos celos que carecían de fundamento. Julia no pudo más que
verla incorporarse y avanzar hacia la otra mesa. Quedarse ahí sola o
acompañarla, fueron sus únicas opciones y pese al infantil enfado,
siguió los pasos de Minerva sin ninguna gana. Desgana que se evaporo
con la mera presentación que Minerva hizo a la mesa.
-
Ella es Julia, mi mujer.
Bastó
una presentación marcando distancias, para que Minerva la
consintiera lo justo y para que Julia se relajara con el grupo que al
final, fue de lo más agradable. Unos cuantos locos aventureros que
pretendían subir al monte mas famoso de la zona, dentro de dos días
y grupo, que terminó ofrediéndoles la posibilidad de compartir
aventura. Minerva antes de contestar busco la mirada de Julia, quien
aprobaba los nuevos planes. Durante las copas con ellos, ninguna dejó
de comportarse como eran y fueron sinceras mostrando sus afectos.
Distinto fue, cuando a solas regresaban a su parcela. Las uñas de
Julia en su muslo seguían presentes y no pensaba correr un tupido
velo cubriendo el hecho por mucho que Julia se mostrase ahora muy
cariñosa. Dejándose abrazar, espero todo el camino a pie una
disculpa o al menos un "algo" que le indicase que Julia
comprendía su error. Pero no se dio, la magnate se limitó a
abrazarla entre múltiples besos por cualquier lado como si nada
hubiese ocurrido.
-
¿Que te apetece? ¿Baño o cama?- ajena a la rigidez de Minerva,
preguntó deseando la segunda opción.
-
Lo que quieras- contestó con desidia Minerva. Sus conjeturas de
hacían realidad. Julia elegía ignorar su ataque desmedido de celos
hacia ella.
-
Bien...se ve que ahora vamos a elegir por separado- se quejó Julia
no ajena del todo al estado de Minerva. Sólo quería continuar su
increíble luna de miel, sin que su estúpido e infantil
comportamiento lo jodiera. Pero Minerva ya estaba jodida y que Julia
se pusiera a la defensiva, la ofendió más.
-
¿Por separado?- detuvo los pasos de ambas y no se cortó en retirar
el brazo sobre sus hombros de Julia- Era una copa de parte un grupo
de chicas y chicos, y tu...tu- titubeo no queriendo hacer sangre.
-
Yo- prosiguió por ella Julia- te he dejado ir- trago saliva al ser
consciente de su error y Minerva lo aprovechó.
-
¿Que me has dejado ir?- el enfado de Minerva ahora si, fue total-
¿Que soy un perro para que me dejes ir o no?
-
No quise decir algo así- corrió a decir Julia queriendo retomar el
contacto físico entre ambas. Pero Minerva no la dejó acercarse a
ella- Sólo...yo sólo- lo intento. Intento explicarse pero las
palabras nos brotaban tan fácil como ella quería.
-
Tu sólo me dejas un morado porque unos chicos nos invitaban a una
copa en un complejo como éste. Sólo eso, claro- no titubeo ahora
Minerva y tampoco detuvo su intención de llegar a su tienda y
meterse en la cama, sin querer saber mas. No creía ni en lo más
remoto podía hacerlo, en que Julia realmente fuese consciente de lo
que hacia al apretar su muslo. Si sabía que no había ninguna
intención por parte de Julia de dañarla, y que sólo era un intento
por calmar sus celos. Pero también sabía, que no debía consentirlo
por mucho que le costase dejarla sola en mitad de la nada.
Y
la nada se hizo inmensa para Julia. Parada en mitad del camino y sin
reacción. La vergüenza que su gesto hacia Minerva le hacía sentir,
la dejó sin saber que hacer y así quedó largo rato. Avergonzada
era incapaz de volver a la tienda y la llamada por teléfono de su
madre, fue todo un alivio.
-
Si, dime- contestó sin esforzarse en camuflar su pesimista estado y
Araceli enseguida lo adivinó.
-
¿Que has hecho ya?- directa y al grano. Con su hija no valían de
nada los absurdos rodeos y por su voz, estaba claro que ella era la
culpable de lo que hubiese pasado.
-
Estábamos cenando solas, absolutamente a gusto y unos chicos-
comenzó a explicarse Julia, necesitándolo de veras.
-
Os invitaron, como si lo viera- la interrumpió Araceli anticipándose
y demostrando lo mucho que conocía a su hija- Y tu no quisiste o
directamente le montaste una escena, dime que fue.
-
Te juro que trate de entenderlo y...pero, pero...- titubeo Julia
recordando la fuerza con la que había tomado el muslo de Minerva y
sus posibles consecuencias.
-
Ay madre mía...¿esta enfadada?- de vuelta al grano. Araceli no
podía escuchar a su hija así y no necesitaba los detalles, prefería
resolver la situación.
-
Obvio, metí la pata en la primera oportunidad que tuve- contestó
Julia soplando agobiada.
-
Bien, pues nada cariño, arreglalo- tan fácil para Araceli y tan
difícil para ella- Ay dios mío, Julia. Ve y hazle ver que no
quisiste, que puedes ser una celosa compulsiva pero que sabes y
quieres controlar esa tontería que te entra por pura inseguridad,
bastara con eso cielo.
-
Le hice daño en el muslo- dijo Julia deseando soltarlo y cerró los
ojos esperando una bofetada verbal de su madre.
-
Bueno, anda que no me hiciste a mi pocos morados, me saliste un poco
retorcida pero con un corazón enorme, así que nada de victimismos,
ve y habla con ella...a mi me están esperando y tengo que dejarte.
-
¿Que? ¿Quien te espera?- salió de su propio estado Julia.
-
Un amigo
-
¿Que amigo?- preguntó necesitando su iPad para saber de "ese"
amigo de su madre.
-
Uno...que hice en tu boda. Ay por favor, ve y habla con Minerva y
cuando la tengas contenta le dices que me llame, no se que vestido
ponerme y ella sabe mucho de estas cosas.
-
¿De que cosas? ¿Y que sabe Minerva?- regresaban los celos y la
magnate estaba al punto, de perder los papeles. No le bastaba
soportar las miradas sobre Minerva y las simpatías hacia su persona,
que ahora también debía sufrir celos por su madre.
-
¿Ves? Te llamo y estas apenada por tu comportamiento y ahora mismo
lo estas repitiendo conmigo- la corrigió Araceli, no tan indignada
como quería aparentar.
-
Es que me estás diciendo que te quieres poner un vestido para un
amigo- se explicó Julia y ahora además del IPad comenzaba a
necesitar a Minerva.
-
Con el que voy a cenar y puede que después vayamos al cine,
si...¿que pasa? - atacó Araceli disfrutando de los celos de su hija
para con ella y desató una secuencia de contestaciones entre ambas.
-
Madre
-
Hija
-
Dame su nombre.
-
Ja
-
A casa sola con el no vayas.
-
Jaja
-
Mucho menos a la suya.
-
Jajaja ¿sigo? ¿Quieres que siga riéndome o vas a contentar a tu
mujer?
-
Joder
-
Palabrotas ni media, que tu siempre has sido muy bien hablada. Dale
un beso a tu madre y ve a por tu mujer, cenutria.
Obediente
como la que más, se despidió de su madre sin poder dejar de pensar
en esa cita. Fue así como llegó a la tienda, donde Minerva en la
cama, fingió estar dormida.
-
Tiene una cita, mi madre tiene una cita- dijo entrando al baño y
provocó que Minerva abriese los ojos de golpe.
-
¿Con quien?- se interesó olvidándose que fingía dormir y se sentó
en la cama ávida de noticias.
-
No me lo ha querido decir- se encogió de hombros Julia regresando al
dormitorio. Ni idea podía tener ella, pero quizás si Minerva- ¿Lo
sabes tu?- le preguntó sin atreverse a mirarla mientras se desvestía
tratando de pensar en quien podía ser el caballero- Dijo, un amigo
que conocí en vuestra boda y tampoco se, donde cenaran.
-
Pues menos mal- se cruzó de brazos Minerva haciendo que Julia la
mirase con cierto temor- Porque tengo clarísimo que la espiarías y
eso no, ni lo pienses vamos. No lo pienso consentir.
-
Oh- abrió los brazos Julia alzando la voz como la propia Minerva-
¿Me consientes o no? ¿Acaso soy tu perro?
-
Eso- la señaló Minerva enfadándose por la genial vuelta se
tortilla dada por Julia- eso ha sido muy bajo.
-
¿Y lo que vosotras hacéis conmigo que es?- preguntó tirando su
ropa al suelo. Necesitaba tirarse a la cama y abrazarse a Minerva
como nunca
-
Dios mío, Julia. Sólo va a salir a cenar, seguro que con el primo
de mi padre y yo sólo quería conocer a alguien contigo. Todas
nuestras amistades han sido antes de conocernos nosotras, sólo
eso...que crimen, madre mía- protestó recibiéndola entre sus
brazos y piernas.
-
Pues yo sólo quería estar contigo- prosiguió Julia adaptándose a
su cuerpo. Increíblemente caliente como tanto le gustaba.
-
¿Pero es que no lo hemos estado?- debatió Minerva besandole el
cabello.
-
Pues si- contestó Julia felizmente abrazada.
-
Pues ya está- sin darse cuenta, las últimas contestaciones se las
habían hecho abrazadas sobre la cama. Donde Julia busco el muslo
objeto de sus bajas pasiones para acariciarlo- No me has hecho ningún
daño, exagere cabreada como estaba.
-
¿Ya no lo estás?- preguntó Julia saliendo de su cuello.
-
Un poquito si- la agachó de nuevo Minerva.
-
Ah...¿y ahora que?- preguntó disfrutando del placentero calor de
Min.
-
A dormir, mañana nos espera un día intenso, ni pienses que voy a
dejarte hacerme el amor.
Era
demasiado pedirle a Julia dormir tranquila sin saber donde y como
estaba su madre. No sin disfrutar de verla dormir, espero que Minerva
se relajara por completo. Así sería más fácil buscar su móvil e
investigar que estaba pasando con su madre. Lo que no sabía Julia,
es que Minerva sabía de sobra como iba a actuar y ahora si, fingió
como excelente actriz estar dormida.
No
fue hasta que Julia trato de incorporarse que rodó sobre ella sin
abrir los ojos inmovilizándola bajo su cuerpo. El suspiro dado por
Julia estuvo a punto de hacerla reír, sus esfuerzos para salir de
debajo suya sin despertarla, acabaron provocándole risa.
-
Jajaja, eres tan previsible a veces cariño- río encima de ella y la
magnate rodó los ojos en falsa molestia.
-
Sólo quiero comprobar que está bien- pidió usando su mejor cara de
buena persona y amante hija, y estuvo a punto de conseguirlo.
-
Dios...esta bien- se sentó sobre ella Minerva y tiro de sus brazos
quedando ambas sentadas- Es Faustino, primo segundo mío por parte de
mi padre.
-
¿Como sabes que es él?- interrogó sin poder retener las ganas de
besar el pecho desnudo de Minerva.
-
Porque me lo ha dicho tu madre- contestó sonriendo por las muestras
afectivas.
-
¿Mi madre? ¿Cuando?- insistía Julia y ella debía parar el
interrogatorio como fuese y lo hizo atrapando la boca de Julia entre
sonrisas- Nada de hacer el amor, dijiste.
-
Jajaja, mientras estabas fuera- contestó a la primera de sus
preguntas- Eso dije, si- contestaba a la segunda con esfuerzo. Las
caricias recibidas en su pecho subían de tono y así era difícil
mantenerse firme.
-
Cuando yo estaba fuera estaba hablando con mi madre...- al igual que
Minerva contestaba por partes- ¿Y lo mantienes?- preguntó hundiendo
su boca entre el pecho de Minerva mientras con sus manos lo sujetaba
a la altura de su boca. Tan atrevido, tan ansioso, que a Minerva le
fue imposible no morderse los labios cediendo al deseo.
-
Y en tanto, me mandaba a mi correos....bueno, depende- volvió a la
respuesta por tiempos sin evitar mover su pelvis sobre la magnate.
Julia le comía los pechos tan, pero tan, hambrienta de ellos, que
quería concentrarse sólo en eso, olvidándose de la pobre Araceli y
su vestido.
-
Después me cuentas todo lo que sepas- dijo Julia tratando de atrapar
todo su seno con la boca y poco más, pudo hacer Minerva más que
disfrutarlo.
-
Después...uhm...si.
aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii gemito vc é meu genito kkkkkkkk
ResponderEliminarbrigoninha
......CELOS....CELOS QUE SE CLABAN COMO ALFILERES EN EL ALMA...EN ESA QUE AÚN SABIENDO QUE TE LA ENTREGARON ...SALEN..Y ARRASAN...Y CONDENAN SIN PREGUNTAR...Y NOS CONVIERTEN EN FIERAS DIFICILES DE CONTROLAR....CELOS...A VECES MALDITOS QUE DAÑAN...OTROS QUE NOS PROVOCAN ...QUE DUELEN...CELOS...JULIA LOS SIENTE...Y ELLA QUE TODO LO CONTROLA...QUE LO HACE CON IMPERIOS...QUE TODO LO PUEDE...ANTE ELLOS..SE VENCE...ESOS CELOS QUE NO SIEMPRE SON INSEGURIDADES...SI NO GANAS DE UNA POSESIÓN QUE DAÑA..CELOS...EL AMOR PUEDE TENERLOS A SU LADO...PERO SABERLOS LLEVAR PARA NO HACERSE PRISIONEROS DE ELLOS Y ASÍ AL FINAL INVITAR AL SUFRIMIENTO GRATUITO...NO SON BUENOS...PERO A VECES NO SE PUEDEN EVITAR..SON RECLAMOS QUIZÁS CALLADOS...Y POR SUERTE PERDONADOS...ESO SIEMPRE QUE NO NOS VUELVAN CIEGOS...Y SEPAMOS AL MIRAR A QUIEN AMAMOS ACALLARLOS....PASAN..SIEMPRE PASAN CUANDO LAS PIELES...LAS MIRADAS...LAS PALABRAS HABLAN....MINERVA SABRA COMO HACER CON JULIA PARA TENERLA CONTROLADA..OTRA BATALLA SOBRE ELLA GANADA...PERO CON GUSTO...SIII¡¡¡¡
ResponderEliminar.....GRACIAS....ESCRITORA....