Trecientos
kilómetros en la furgoneta, largos paseos a pie e innumerables
fotografías tomadas durante todo el día. Tumbada en la enorme cama,
Minerva a pesar del natural cansancio, no podía dejar de mirar a la
magnate hablando por teléfono. Como cualquier pareja de luna de
miel, los besos robados, los provocados, los enredados, no habían
faltado a lo largo del día, manteniendo el deseo vivo entre las dos.
Verla hablar distendida en su habitual postura de mano en el bolsillo
de su pantalón de alta cintura, manejando sus finanzas desde un
teléfono, le provoco nuevas ganas de fotografiarla como en su día
hiciera para Vanity.
Sin
que Julia se percatase gateo, en sólo camiseta de tirantes y
cullotes por la cama en busca de su cámara y cuando la tuvo entre
sus manos y enfocó a Julia, los ojos de ésta tropezaron con el
objetivo. Tan naturalmente sensual, que Min se mordió los labios
dejándose seducir por el rol que ella misma había iniciado. La
poderosa Julia Arango, dispuesta a ser su improvisada modelo.
-
No te muerdas los labios- susurró a Julia intentado que sólo ella
la escuchase. La leve sonrisa de ésta, le dio el empujoncito para
continuar. Conocía la excitación de fotografiar aquello que te
parece perfecto, aquello que crees poder inmortalizar naturalmente,
ahora además, sentía una excitación extra. La conversación que
Julia mantenía no podía ser cortada sin más y eso le daba ventaja.
La ventaja de fotografiarla a sus anchas desde la cama. Ventaja que
comenzó a excitarla cuando Julia cara a ella, mojo sus labios. Todo
el día esperando un encuentro intimo y húmedo entre ambas, todo el
día arrastrando su deseo por Julia y ahora ésta, tenía que
solucionar un problema sin poder demorarlo.
Excitada
como estaba, fue inconsciente del movimiento de sus piernas en la
cama, de sus suspiros encendidos y del enrojecimiento de su rostro.
Toda ella gritaba excitación y Julia así lo sintió. Los juegos con
Minerva eran altamente adictivos y sin dejar de prestar atención a
su llamada, cogió una silla para sentarse justo en frente de su
fruto más apetitoso. Sus ojos mirándola invitaron a Minerva y ésta
se olvidó de fotografiar al momento.
-
No- negó Minerva intuyendo el juego iniciado por ella misma. Podría
dejarse llevar si Julia no estuviese hablando pero haciéndolo, se
cortaba. Corte que duró poco, lo que Julia tardó en tomar su pie y
tirar de él arrastrándola- Dios Julia- se cubrió el rostro. En el
fondo lo deseaba y necesitaba. Altamente excitada y a las órdenes de
esa mirada gris, haría lo que fuese. La suave lamida de Julia en su
dedo gordo del pie, fue el inicio de su atrevido encuentro. A Julia
no le hacía falta ni hablar, le bastó recorrer con su mirada la
pierna que sostenía y continuar hasta el centro de una muy
excitada Min- No me lo puedo creer- murmuró Min sacándose la
camiseta. Una mirada, sólo una mirada de Julia mojaba sus cullotes y
desataba el latir en su sexo. Conociéndola, sabiendo sus gustos, se
movió sobre la cama mostrando su total excitación y entrega. Los
ojos de Julia se detenían ahora en uno de sus senos y la mano le
voló obediente hasta ella- Ahm...- gimio sintiendo su propio pezón
erecto pero Julia quería más.
-
Quiero verlo, Minerva- pidió tapando el micrófono del teléfono y
tuvo que aclarar su garganta. No podía existir algo más bello que
Minerva excitada y no podía dejar que nada, la privase del
ofrecimiento de Minerva. Por eso, mientras Minerva terminaba de
desnudarse terminó su llamada y cruzó la silla, dispuesta a
disfrutar de su entrega sin tocarla.
-
Julia- desnuda y en su frente. Lo que antes le suponía cierto corte
ahora la excitaba. En la mirada de Julia había lujuria, pero también
un halo de admiración que la estremeció- Es para ti, sólo para ti-
dijo dibujando en caricias su propio cuerpo y le ardió su sexo,
cuando se abrió de piernas para Julia. Verla así, fue tan bestial
para Julia que olvidó lo que en un principio quería y natural en
ella, se inclinó queriendo que el sexo de Minerva le llenase la
boca, pero Minerva freno su avance poniéndole el pie en la frente-
No...no vas a tocarme- advirtió dejando el pie como barrera entre
ambas y las dos vinieron, cuando la mano de Minerva llegó a su
mojadisimo e hinchado sexo- Mira lo que haces conmigo.... mira como
me pones.
-
Minerva- el suspiro preferido para Min, brotó quebrado como lo
hicieron los siguientes. Minerva se acariciaba para ella, y cada
gemido y movimiento de ésta nublaron a la magnate, que necesito
castigar el pie-barrera de Minerva, mientras está gozaba de sus
caricias y de la mirada prendada en ella de Julia.
-
Si...si...es tuyo...tuyo- minutos de propio pero compartido disfrute
que acabaron en un sonoro orgasmo que enloqueció a la magnate. No
espero ni a que su respiración se normalizarse, ni siquiera a su
sonrisa más bonita, Julia tiro la silla y hambrienta por lo visto
fue directa a enterrarse entre las piernas de Minerva, bebiéndose el
mejor sorbo de ésta, el de su entrega, el que contenía su aroma y
su esencia. El ímpetu con que se la comía, subió el cuerpo de una
Minerva que rozaba el limbo y de su cabello tuvo que agarrarse, para
tratar de respirar. Ahí, justo ahí, Julia era más suya que nunca-
Desnudate- pidió pletórica y tiro de su cabello queriendo que
saliese de su empapado sexo. Al ver de nuevo sus ojos y su boca
mojada en ella, le brotó de las entrañas un te quiero apenas sonoro
que noqueo a la magnate lo necesario para que Minerva siguiese
tirando de su pelo, deseando ser ella, la que ahora bebiese del sexo
de la magnate. Julia no necesito de mucho más, para desprenderse
rápido de su ropa y quedar desnuda. Sincronizadas como las amantes
sedientas que son, Minerva bajo deslizándose por la cama y Julia
quedó arrodillada sobre su dulce rostro- Yo también lo quiero- dijo
antes de volver a dejarse llevar por el deseo infinito que a ambas
enreda.
Noche
era, cuando la pareja desnudas y sudorosas, se acariciaban en
silencio hasta que Minerva rompía a reír.
-
Jajaja, no te lo creerás pero estaba muerta, incluso te iba a pedir
que cenásemos aquí.
No
lo hicieron, a pesar del cansancio, decidieron salir a cenar a uno de
los magníficos restaurantes con los que contaba el complejo. En
teoría para cenar algo rápido y entonces si, marcharse a descansar.
Pero,
al llevar varios días en ese complejo, varios de los comensales ya
las conocían y pronto entablaron conversación con ellas y otros,
quisieron hacerlo, provocando el regreso de los celos más posesivos
de Julia. De nuevo sus uñas marcando el muslo de Minerva, ante la
incomprensión de ésta. Acababa de entregarse totalmente a ella,
llevaban días compartidos sólo entre ellas y bastaba sólo un grupo
de jóvenes, siendo simpáticos y agradables, para que Julia se
cerrase cargándose de celos. No dispuesta a consentirla, Minerva
aceptó la invitación de una copa del grupo de chicos, rompiendo la
nube sobre la que viajaban.
a nãooooooooooooooo gemito não deixa nada atrapalhar elas por favor, a união e conexão delas é perfeita, não estrague por bobeira
ResponderEliminarbrigoninha
Demasiado bien iba todo.. bueno esto da un poco de vida a la historia.. y a ellas.. jajaja (que no quiero que termine la historia.. :P) a ver como acaba la noche.. xq lo de Juia es demasiado.. me gusta que Minerva no ceda..
ResponderEliminarSiempre con ganas de leer mas! thankss
Cris
também não quero que termine mais também não quero que o melhor delas acabe, que é estar bem e felizes e se amando com certa briguinhas bem pequenas mas com a reconciliação de primeira
ResponderEliminarbrigoninha
ayyyyyyyy QUÉ SUBIDÓNNNNNNNNNNN!!!!!!
ResponderEliminaréste par y tu cerebro..para fliparlo!!!!!!!!!
GRACIASSSS ARTISSTAZAAAAAAAAAAAAAA