Por debajo de la mesa 4

¿Para que va ella a consentir mis deseos? Deseo sus labios acariciando los míos, deseo probar el sabor de su boca, poseerla en una dulce caricia lengua a lengua y deseo, proclamar la entrega de mi boca a la suya. Ja, tonta que es la rubia, vamos ya con los topicazos.

Pero naah, los besazo de fin sólo ocurren en la pantalla del cine. Mi bichito boquita de pecado y tres Ave Marías exculpadores, se limita a mirarme como enfadada. Y aquí la única que puede estar enfada soy yo y tengo varios motivos para estarlo. Primero; un tío mas feo  que sacarse un moco y jugar con él, me ha dicho que me iba a meter un viaje, vamos ya con el picha corta y segundo; ella en vez de rescatarme y consolarme según mandan los grandes cánones en amor, véase cualquier película de Jean Claude Van Damme, lo único que hace es mirarme cabreada y agüita que pasa por el río, como me mira.

Oscura en lo mas profundo es su mirada y como me gustaría a mi, ver esos ojos dilataitos por placer. Uff, la rubia esta cachonda y la morena ningún caso le hace, ¿pero que pena de película es esta? ¿Acaso somos Zipi y Zape? ¿A que le pego un chillao de los míos que le quite toda la tontería que tiene?

- ¿Que?- le pregunto hartita de esperar que algo diga y me mira aun mas enfadada, vale que soy un poco de gesticular, ¿pero que habré hecho? Mover mi melenon, abrir los brazos mostrando la interrogación de mi pregunta, después seguro morderme los labios y esta hermosa jijiji secuencia de actos habrá tenido su lógica culminación en una sonrisa de: niña deja la tontería y bésame sin necesidad de espatarrarte  entre dos sillas como Van Damme. Stop a mis pensamientos, parece que va a hablar.

- ¿No podías haberte puesto un abrigo para salir aquí fuera?

Ayyyyyyyyyyyyyy, que es una cuqui. Me acabo de enamorar, ¿y a quien se lo cuento? Ay dio mio que suerte, si es una cuqui podremos ir juntas de tiendas y aguantara genial mi media de dos horas por probador. Joder que emoción, me veo, me estoy viendo en El Corte Ingles con ella sujetando las diez prendas que me probare y que premiazo por la paciencia le daré. No se baja lo cachondo, esto debe ser amor del bueno, del de toda la vida como mis padres. Snif cuanto te he esperado...eh...como sea que te llames, Mari. Mari en España no falla. Ay mi Mari, pero guapa es. Un momento, creo que espera alguna contestación de mi parte.

- Que no hace frío, aun- informo a mi Mari, se ve que esta en los detalles y claro frío no quiere que yo pase. Cuqui, pero cuqui de cuqui, es mi Mari.

- Ya, y porque tu no tengas frío tengo yo que romperme los nudillos con un payaso.

- A ver, que me parece a mi, que me estas viendo guapísima y rubia y te estas confundiendo, que los tópicos muchas veces fallan, Mari.

- ¿Mari?

Oh,oh...por la cara de desconcierto que me está poniendo, Mari no se llama. Pena, que yo ya me está viendo, debajito de su musculado cuerpo, susurrando entre locos gemidos, sigue Mari, sigue. Ufff, no baja la calentura ni viendo al pedazo feo levantándose del suelo.

Ay madre mía, que la coge otra vez. Debo dejar de pensar y agarrarla de la chupa hacia mi. Lo hago y diosito santo en su cruz sufriendo el pobrecillo, que bonito ha sido el choque entre nuestros cuerpos, esto es química y no el H2O.

A ver quien nos separa ahora que la he amarrado contra mi. Y aquí he de decir, que si juré que su mano en mi cadera había nacido para acariciarme y volverme muy loca, juro en este momento que sus dos manos en mi cadera, han nacido para ponerme mirando a donde ella quiera, mismamente Cuenca.

Poniéndonos en el caso, de estar mirando al norte, ¿Cuenca para donde quedará?

- Entra dentro, voy acabar con el payaso este.

Ay mi madre en casita poniendo a remojo garbanzos para el puchero de mañana, mi Mari se ha creído ser el Van Damme. Pues no me da la gana, para dentro que me la llevo. Eso si, bien pegaita a mi.

Tonta que es la rubia, ja.