Parada frente al estanque, la Niña los Picos, miraba totalmente quieta, el camino de polvo por donde se marchase su Madrina.
No
había un día, que no se quedase descuajaita al ver a tan poderosa
mujer. Era tanto el parecido con su serrana, que comenzaba a tener
mala sangre contra esa mujer, y la única testigo de sus malos
pensamientos, era su madre como guardiana de sus secretos. Así en
sus cartas, se lo relataba la niña:
"Yo
preguntó aquí y allí madre, y todo el mundo de este Cortijo, me
dice que mi serrana, lleva años sin querer salir de su habitación.
Las lenguas vivas y sin nada mejor que hacer, dicen que se volvió
loca por un querer y que María Eugenia, mi madrina, la tiene
encerrada en su habitación.
¿Se
da cuenta madre de lo que le estoy escribiendo? Tengo que sacar a mi
serrana de este Cortijo, llevarla lejos de su hermana, sus tierras y
su dinero.
Que
mi serrana merece ver el sol desde su orto hasta su ocaso, ver la
manzanilla crecer y los geranios aguantar los cambios de estación.
Me la llevaré con usted madre, y le haré construir un Cortijo donde
el agua corra como en la misma Alhambra. Que a mi serrana le gusta el
agua y la vida que ese agua trae.
Me
doy tres lunas, para conseguir mi alternativa como novillera con
picador y entonces, María Eugenia sabrá que su hermana no está
sola, y que estoy yo aquí para defenderla. Que echando dos
lagrimillas mientras le escribo madre y siempre bajo la guarda de mi
Virgen de las Angustias, le digo como lo siento, que para tres cosas
vine yo a este mundo, la primera para quererla a usted sobre todas
las cosas, segunda para hacer sonreír a mi serrana y tercera, para
bailar al toro bravo cualquier tarde de mayo.
Juraito
queda, que para esas tres causas vivo y que esa mujer, con nombre de
reina, no será para mi un obstáculo".
Así
escribía a su madre y quieta seguía, cuando las mozas del Cortijo
pasaron por su vera, caminito a los viejos Olmos, que en el Sur se
vive del Sol y bajo él se almuerza entre cantes y soleas.
Viéndola
parada, la moza de nombre Carmela y dueña de muchos hablares por sus
tientas con el capataz, la llamaba haciéndola reaccionar.
-
¡Niña! ¿Nada nos cantas hoy?- le preguntó Carmela, adornando su
figura con las manos puestas en su cintura.
Candela
se giró hacia las mozas y una sonrisa les regaló. Culpita ninguna
tienen las mozas del Cortijo y ella también nació para piropear.
-
Envidia os tienen las rosas, que ellas su belleza no pueden pasear-
improvisaba el piropo y pronto las mozas la invitaban almorzar.
-
Vamos Candela, acompáñanos hoy que viene la vieja Caridad. Esa mujer
lee en los ojos y alguna pista de tu futuro, seguro te da.
Inquieta
como estaba, acepto el almuerzo. No desmintió a las mozas, quienes
creían que Candela por sólo toros preguntaría a tan misteriosa
mujer.
Vestida
de luto andaluz, con delantal sobre su falda y una carita arrugada de
mucho sufrio y pasado en la vida. Así era Caridad y así le hablo a
Candela, nada más verla.
-
Una tarde muy lejana, te encerraras con seis toros y lo harás
vestida de negro. Muchas almas se emocionaran viéndote torear y
cuando al toro le cantes, lloraras la pena que arrastraras hasta el
día, que la muerte venga a buscarte. Ay pena de torera, que en la
arena a la muerte no hallarás, aunque te pases toda la vida
provocando su llegar.
-
Ningún torero viste de negro, señora Caridad y si así visto, será
por los ojos negros, a los que tanto estoy queriendo.
-
El querer es pasión, niña. Y la pasión no siempre es buena.
Guárdate de las malas lenguas y hazle caso a quien bien te quiere.
Asustada
por las palabras de la anciana mujer, Candela no halló respuesta
para las profecías de esa mujer y a pesar de las advertencias, busco
ver a la dueña de los ojos morunos que invitan a la locura.
Con
cautela camino hacia el Cortijo principal, necesitando calmarse en
brazos de su serrana. Atrás quedó su promesa de no buscarla en esa
casona y en esa casona se coló.
Lo
que la niña no sabía, es que la dueña de esos ojos y del Cortijo,
le había visto marchar con las mozas, despertándose en ella una de
las pasiones que lleva ataito el amor, los celos.
Encelada
por la moza que descarada se colgaba del brazo de su Candela, decidió
darse un baño y tranquilizarse. Desnudándose estaba, cuando escucho
unas botas que la hicieron mirar a hurtadillas. La niña de sus ojos
era, la que avanzaba directa a la habitación de su hermana.
Con
genio salió de su alcoba y con genio encaró a la niña.
-
Candela, ¿que haces aquí?- le preguntó con brío, pero los ojos de
Candela parecían asustados y guardando alguna pena- Ven aquí,
canalla- con el mismo genio tiro de la niña, metiéndose con ella en
una habitación cualquiera. Y la niña se dejo arrastrar, miedosa
aún, por la profecía escuchada.
Pérdida
en los ojos de su serrana, Candela no miró los altos techos del
Cortijo, ni sus blancas paredes, ni sus ostentosos muebles, perdía
en sus ojos, sólo la amarró a ella, queriendo esconderse en sus
brazos.
Y
en ellos busco cobijo y en su olor encontró consuelo. Pero Maria
Eugenia de Pavillas, es mujer del sur. Carácter cuajado al sor y
orgullo de belleza racial.
-
¿Qué hacías con esa moza?- preguntó soltándola de su abrazo- ¿No
tienes bastante mujer conmigo?
Con
la misma sangre brava que tienen sus toros, la dueña del Cortijo
clavo sus negros ojos en ella, pero Candela. Ay su Candela. La miro
de tal forma, que ninguna palabra salida de su boca, habría sido más
bálsamo del que esa mirada había sido para ella.
-
Ahora mismo no se, si darte un guanta o comerte a besos, Candela de
mis madrugás.
-
Comame a besos, que esta noche tengo cita con el toro y mañana puede
que ya no pueda besar, más que mi helada cara.
-
Júrame que le darás muerte, Candela- le pidió agarrando su carita,
como quisiera poder agarrar si vida, guardándola de todo mal.
-
Y a sus brazos volveré- continuo Candela la promesa- Pero debe usted
prometerme algo. Cuando ésta noche bajo la luna baile al toro, baile
usted bajo esa misma luna.
Promesas
de locas amantes, que se funden en la pasión de amarse olvidando
dónde están. Que no hay forma mejor para el amante escondido que
beberse a besos y a caricias que quedan grabadas en la piel, como
grabado queda el hierro a la piel del toro.
Pero
no están solas y no sólo la dueña siente celos, hay un capataz que
vaga por ese cortijo, queriendo saber y en esa tarea está, cuando
Candela sale a escondidas de la gran casona.
-
Niña, ¿que hacías tú dentro del Cortijo?
Y
de lejos Manolo presenciándolo todo, testigo callado de un amor, que
debe ser guardado.
-
Por su hijo nuestro Señor padeciendo en la Cruz, cuídeme a la niña
Candela, Virgen. Que un mal presentimiento me está quemando por
dentro.
Se masca la tragedia...ese toro ''encelao'' con cuerpo de hombre
ResponderEliminarque es ese capataz..es el que va a ''cornear'' a nuestra torera
''enamora'' hasta la locura de su ''Madrina''..sin saberlo..
No se como pero la herida va a ser al corazon y mortal para la niña torera
¿Que hara la Madrina ?..lograra parar esa ''corna'' sera ella la que la reciba...?
¿ Y Candela se enterara y arriesgara la vida destrozada al saber el
engaño de su locura con forma de mujer ?...
Solo dire que me muerdo las uñas por saber escritora..
Esperando Gemo..
Divina-Wilson
Y ese toror enamorado de la Luna...que abandona por las noches la manada despintado de amapola y aceituna y le puso campanero el mayoral!!!
EliminarSigo la historia atraves de tus ojos y me muero tambien por saber!!!
......Candela de mis madrugás''.....le dice esa Madrina que los celos ya le muerden...encuentros entre paredes blancas....pasión escondida o no ¡¡¡tanto¡¡ como quisieran...encuentros con la luna como testigo.....que ya huele a tragedia...arena ensangrenta...que no se sabe si sera el toro...o quien salio de una cama que aún desea...noches de LOCURA....que dan luego paso a amaneceres donde la VIDA sigue....Y donde esa '''Niña de los Picos''' que es para comérsela ya¡¡¡...escribe con lagrimas a su madre....queriendo sacar del cautiverio a quien cree la dueña de su corazón...¡¡¡ que momento ¡¡¡¡
ResponderEliminarEse cortijo tiene tal encanto....tanto encierra dentro...tanta bravura se respira...tantas cosas ''guardadas''....que ..que...que...es para quedarse en el....cerrar la puerta quedándose dentro y tirar la llave....para nunca poder salir..'''...si¡¡¡¡
Escritora esa forma tuya de hilar las palabras...esa forma de querer decir en verso...todo lo que hay que decir....es sencillamente brutal...
GRACIAS.............................