Todo
el relax y desconexión conseguidos en horas junto a Esther, parecía
esfumarse al ver el coche de Natalia aparcado en su casa. Con
desánimo y sin ninguna gana de una nueva batalla con la dueña del
coche, se hundió en su asiento. Pero la mano de Esther acariciándole
el muslo, le hizo ladear el cuello para mirarla.
-
Si fuese grave nos hubiesen avisado- dijo Esther animándola,
ladeando el cuello como ella. Una sonrisa, leve, prácticamente
invisible, que fue imitada por Maca.
-
Te dije había que detener el reloj- prosiguió Maca, posando la mano
sobre la de Esther. No había más en ese coche, que un par de ojos
verdes serenos, capaces de provocar la misma locura que paz.
-
Eres tú la agente- la incitó Esther, aproximándose lo justo, para
que los alientos de ambas, comiencen a regenerar ganas, para una
futura escapada.
-
Y tú la legisladora.
-
Jajaja, ¿división de poderes?
-
Eso es democracia, ¿no?
-
Bésame
Las
ganas provocadas y la conquista conseguida. Pero no están en su
escondite, están a la parcela de la casa y una adolescente en plena
combustión hormonal, se acerca al coche con andares García y genio
propio.
-
Mamá por fin llegas. Esto ha sido- gesticulaba Sara medio
histriónica y más lo hizo, al encontrarlas besándose- Por favor,
¿podéis parar de hacer eso y atenderme?- preguntó abriendo la
puerta y fue la Inspectora la que sufrió en forma de muerdo de
Esther, la interrupción de la joven.
-
Jajaja, lo bonito que es llegar al hogar- decía contras los labios
que a milímetros de su boca, ignoraban a Sara para volver a besarla.
-
¡Mamá!- se impacientaba Sara, hasta que su madre dejaba de besar a
Maca, para mirarla a ella, salir del coche y seguir mirándola- Que?
-
¿Son formas?- preguntó Esther y ahora sus ojos ni provocaban locura
ni paz, más bien corrección.
-
Pero es...pues...ay Mami es que
-
Dame un beso- la interrumpía Esther, pero era Maca la que se
adelantaba atrapando a Sara.
-
¿Que me has traído?- se colgaba de Maca y era ella, quien recibía
los primeros besos caprichosos de Sara.
-
Jajaja, ¿una piña seca?
-
Venga ya, Maca. Algo le has regalado seguro y si es así- dejaba caer
Sara acostumbrada a regalos dobles.
-
¿Pasó algo con Pedro?- las interrumpió Esther, haciéndolas
caminar hacia la puerta.
-
Ups, varicela. Vino tu ex y su pareja. Esto es- hizo una pausa Sara
dándole misterio- ¿un poco comprometido?- los ojos verdes de su
madre sobre ella, le hicieron soltarse de Maca y adentrarse en la
casa, tras dejar un beso en la mejilla de su madre.
Sin
Sara cerca, Maca suspiró fuerte antes de entrar a la casa y Esther,
mantuvo la tranquilidad, tomándola de la mano. Volvía la paz, a
través de unos ojos.
-
Sea lo que sea, tranquila. ¿Uhm?
Armándose
de paciencia, ambas entraron finalmente a la casa, pensando
encontrarse a una Natalia molesta por la enfermedad de Pedro y la
ausencia de Maca, pero Natalia las recibió sonriente,
descolocandolas.
-
Buenos días, casi tardes- saludo Natalia adelantándose a ambas.
El
saludo fue muy cordial con Maca y con Esther fue simple cortesía.
Ninguna pretendía mantener una relación más que la necesaria por
Pedro y Esther, prefirió marcharse y dejarlas solas.
Preocupada
por Pedro, fue hacia su habitación, pero se encontró con su hijo
Fernando y tras abrazo mimoson con el, de su brazo salió al jardín
posterior. En el Pedro estaba claramente mimado por Jessica y Raquel,
a los que se sumaba Sara y ella misma.
Saludos
de todos los presentes a la recién llegada y con arte y modales
naturales en ella, en poco más se quedó sola con Pedro. Las pocas
horas dormidas, lo calentito que estaba Pedro, su aroma a hogar,
sumado al infinito cariño, propiciaron que la Presidenta se olvidase
de la presencia de Natalia en esa casa y se tumbase junto a él.
Medio dormidito Pedro, enseguida busco su abrazo y en minutos, ambos
dormían abrazados.
Así
los encontró Erika, quien dejó la pelota de basket y sus
intenciones de jugar con ella, para sentarse cerca de ellos en
completo silencio.
Nuevos
minutos de silencio contados por el universal reloj que marca vidas y
la Presidenta abre los ojos topando con los de Erika sobre ella.
Sonrisas compartidas y el silencio que se quiebra.
-
Dijo Gala, una casa es el lugar donde uno es esperado- lo rompía
Erika, con la vista perdida en los intensos ojos verdes de Esther.
-
¿Me esperabas?- preguntaba Esther, manteniéndole la mirada.
-
¿Deseabas que lo hiciera?
amooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooesta historia
ResponderEliminarartissstaza
ResponderEliminarésto no es ni medio normal, lo tuyo, digo
GRACIASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
......... Te dije que había que detener el reloj'''.....eso dijo si...perooo no se puede...y ahora el mundo real las espera...si no queda otra....
ResponderEliminarEscritora...que me pierdo....Erika es amiga de la Presidenta ...no?...es que me quede algo ..pues no se...serán imaginaciones mías...es que será la forma de hablar que tienen ..no?
GRACIAS,,,,,,,,,,