Wilson S.L. 110

La llamada de Maca pidiéndole que fuese a la Casa en cuanto pudiese, le había hecho dejar a medias nuevas pruebas experimentales con su vino.

Entraba en la que ahora, era su residencia, la ganadería convertida en Wilson Paraíso, con residencia a parte del complejo para ellas y sus hijos, no pudo evitar sentir cierta curiosidad, por lo que estarían haciendo las chicas Wilson, con Martha de día libre.

Se esperaba la llegada de Montoya al complejo y no podía haber fallos. Montoya y sus hombres, debían disfrutar de unos increíbles días en Wilson Paraíso.

Hizo que Pepe, su fiel conductor, se desviara y cuando bajo del coche, las risas provenientes de las piscinas al descubierto, hicieron que Anna arrugase los labios. Las chicas debían estar bronceándose y de juegos. Avanzó tranquila hasta las piscinas, pero la voz de una de las chicas nombrando a su hija, le hicieron adelantar sus pasos, murmurando un incrédulo Adriana.

Murmuración que se transformó en gritito, cuando vio a su hija en brazos de una de las chicas de pecho más voluptuoso y a simple vista, Adriana la miraba con demasiado cariño.

An: Adriana, sal ahora mismo del agua- Anna ni siquiera espero a llegar. Lanzó la exigencia, sin escuchar como el resto de chicas murmuraban sorprendidas- Joder, la jefa- mientras ocupaban las diferentes hamacas, dispuestas a simular broncearse.

Ad: No es lo que parece, Mamá- Adriana excusándose se desprendió con pena del cuerpazo de la mujer que la sostenía y tardó segundos en salir del agua. Mamá tenía cara de castigo duro.

An: A tu habitación- señaló hacia su residencia sin dejar de sorprenderse de su propia hija. La cara dura Wilson, la llevaba en vena, pero el estilo Paredes también, y la niña lo demostró, ofreciendo educada una toalla a su conquista.

Ad: Fooh, ¿hacer deberes?- pregunto una vez, cubrió esos grandes pechos con la toalla, y suspiro al perder tan bonita visión.

An: Exacto, sin levantar la cabeza de los libros, hasta que yo vaya.

Ch: Ni tanto, señora. Sólo jugábamos- la chica, a la que Adriana miraba sonriendo sin parar, intercedió por ella y tuvo que retener la carcajada, cuando la niña a espaldas de Anna, le guiñaba un ojo.

An: Tú deja el dulce que debes adelgazar y dáselo a Lourdes, ella debe engordar- fue una petición verbal, pero lo cierto es que Anna arrebato el pequeño bollo de chocolate a una de las chicas, para mirándolo con cierto asquito, entregárselo a otra de las chicas de nombre Lourdes.

Ad: Yo la veo bien guapa, Mami.

An: Adriana.

No le hizo falta nada mas a Adriana, para salir corriendo camino a su habitación. A solas con las chicas, Anna jugo con las gafas de sol entre sus manos, mientras cada una de las chicas, miraba a cualquier sitio, tratando de no mirarla a ella. La Jefa mas temida era la que en esos instantes las miraba no con mucho cariño.

An: Uhm- murmuro revisándolas una a una, pero al recordar la llamada de Maca, decidió dejar la supervisión- Mañana tenéis el reconocimiento medico y prometisteis que no habría sorpresas, ¿puedo confiar o le fastidiamos el día libre a Martha?

Ch- Ni tanto Jefecita, estamos todas en okis.

An: ¿Okis?- como siempre que algo le sorprendía, el gallito era inevitable para Anna. Chicas de confianza, magistralmente preparadas por Martha, pero las sorpresas por sus formas y modales continuaban- Dejalo- hizo el alto con su mano- Otro día si eso.

Y se marcho, como ella es, altanera y creída, mientras las chicas quedaban murmurando entre gracietas y risas, disimuladas. Ninguna quería probar el mal genio de la mayor de las Paredes.

Anna sabia que hallaría a Maca en su despacho, custodiada por su escudero Toncho, pero le fue imposible no pasar primero por la habitación donde Jaime dormía. Minutos mas tarde, por fin entraba en el despacho y al poco de ver la cara de su mujer, supo que era mas grave de lo que parecía.

M: Te digo pronto y mira cuando llegas.

An: ¿Perdona? Una también tiene cosas que hacer, ¿eh?

El saludo de ambas, hizo sonreír a Toncho, quien estaba de cara a la impresora. Podían pasar días y días, que éste par siempre estaría igual. Sin girarse, podía imaginar, que tras las afectuosas palabras, vendría un señor beso.

M: Siempre revolucionandome.

An: Y esta era la prisa, si señor.

M: Joder

El cambio en el rostro de Maca, que la sujetara fuerte por unos segundos, que después la besara, menos hormonada y mas sentida, puso en alerta a Anna, quien es de pronto desesperarse.

An: ¿Que ocurre?- pregunto mirando a ambos. Maca se dejo caer en su butaca, girando el sello Wilson, como siempre que algo le preocupaba y Toncho, miraba un fax con mala cara- ¿Que?

M: Dani esta en España.

An: Da....¿Que Dani?

To: Joder, al tipo le han dejado la cara echa un Cristo, la mitad es pura cicatriz.

No hacia falta mas información. Anna conocía que el ex de Martha, andaba libre y buscándola, pero creía imposible, que se le escapase a Montoya.

An: ¿No?

M: Si, aviso Montoya. El hijo puta ha conseguido llegar a España, y Montoya da por hecho, que viene a por Martha.

An: Pues....pues...pues- la impresión, no le daba para pensar con agilidad y la imagen de Estefa, centraba su lento pensamiento- Ella lo da por muerto.

To: Y de aspecto, lo esta. No hay quien lo mire.

An: ¿Maca?

M: No se que hacer, joder.

An: ¿Como que no sabes? Ese tipo es un cerdo, por culpa de el Martha paso todo lo que paso, ¿que dudas puedes tener?

M: Joder, yo estuve como el. Si Montero hubiese sido Montoya, a mi me habrían encerrado en cualquier agujero para los restos y a saber, donde hubieses acabado tu. ¿Crees que si hubiese logrado escaparme como hizo Dani no te hubiese buscado? Hasta el mismo infierno iría, Anna. Eso mismo, esta haciendo ese hombre. Pudo ser un imbécil y arriesgar, pero la quería y ella a él.

An: ¿Y mi hermana?

To: Nos olvidamos de Martha. ¿Qué ganas le pueden quedar?

An: Yo digo que...uff...¿que digo?

To: Podríamos hablar con Estefa.

An: No, mi hermana queda fuera de esto. No va a cargar con este muerto. Porque Maca, ese cerdo está muerto.