Wilson S.L. 84

Consciente de las alta horas que son, se promete detener la llamada realizada a Anna al segundo tono sin contestar, deseando en el primero que Anna no conteste. Si lo hace, estallara en llanto al momento.

Columpio retirado y esta sola en ese jardín. Verde, cuidado y hermoso, pero que a ella se le antoja desolado, frío y hasta sus rosas presumen de un fúnebre color negro.. Al segundo suspira, sus deseos van a ser atendidos y Anna, no parece vaya a contestar, primeras lagrimas que caen por su rostro en consecuencia.

M: Anna

Un nombre suspirado, y el llanto amenaza con ser desgarrador, necesita escucharla, un simple si basta, para sentirse arropada por ella. Tercero y la soledad golpea mas fuerte. El llanto ya no puede ser ahogado y silencioso. Cuarto y tras él, una bocanada de esperanza, Anna contesta asustada llamándola por su nombre.

M: Anna

An: Maca, ¿estas bien?

M: No

An ¿Dónde estas?

M: En la casa

An: Me estas asustando, dime que pasa.

Segundos interminables para Anna sin obtener respuesta hablada, lo que obtiene es el llanto de una Maca, que ahora llora pero respira. La rosa negra, cambia de color, con solo oír la respiración de Anna.

M: Lo desmonte, ¿sabes? El puto columpio esta desmontado, pieza a pieza, esta fuera de mi vista y el hijo de puta, lo vera mañana amontonado frente a su ventana.

An: Uff, me asustaste.

M: Necesitaba oírte.

An: Aquí estoy

M: Conmigo

An: Contigo

Suspiro a la vez de ambas, profundo, sentido y acompañado. El llanto se transforma, cesa el hipo y comienza el llanto que calma, pausado y en compañía. La rosa empieza a verse roja. ¿Llegara a verla cubierta por las hermosas gotas que regala el rocío?

M: Se muere y me sigue dando el mismo asco, soy madre no debería sentir así. No quiero ser él.

An: Jamás, óyeme bien, jamás lo has sido ni lo serás.

M: No quiero que mis hijos, me lleguen a ver en una cama muriéndome y sientan ganas de

An: Ni si quiera te compares. Todo el amor que tu le das a Adri él no podría darlo ni en cien veces que  volviese a vivir. El sólo hecho, que te hayas comprometido a pesar de todo, a cuidarlo hasta su muerte, ya te hace diferente.

M: Jums

An: No llores más, por favor.

M: Lo necesitaba y ha sido acabar con el columpio, sentarme aquí...y...dios moría por oírte. Tiene gracia, ¿sabes? Los primeros días, me los pase huyendo de todo aquello que me recordase a ti, hice cambiar nuestro dormitorio, hasta que cambiasen el suavizante de la ropa y...joder, el vestidor huele a ti. María no podía creerme, pero aún huele a ti y ahora, ahora me encanta meterme en el, pararme y sólo olerte.

Sinceridad que brota aplastante y llanto que mengua calmándose. El jardín gana luz y la rosa renace ofreciendo una bella imagen. El tallo es de un verde vigoroso, terso, firme y coqueto. Los pétalos de la rosa, ahora se ven color rojo pasión y en ellos, encuentran amparo las gotas de agua que forma el rocío.

Para ambas el reloj se detiene, Anna ni siquiera es consciente del fresco que comienza a entrar por su ventana y a Maca no le importa acoger gotas de agua, como lo hace la rosa.

An: Maca

M: Dijiste que tu nombre te gusta más cuando soy yo quien lo pronuncia, pues ¿sabes?

An: Repites mucho sabes.

M: Es...me hiciste sonreír

An: Yo llevo rato haciendo lo mismo. ¿Que me ibas a decir?

M: Que a mi me encanta, cuando susurras el mío y me gusta, hasta cuando lo haces enfadada. Supe que así sería, desde la primera vez que te vi totalmente enfadada en la cueva.

An: La cueva....esta igual a cuando íbamos, estuve el otro día.

M: Lo sé, me lo dijo Adri.

An: ¿Como no lo vi?

M: Fue....no se

Pausa de Maca y otra vez la dulce sensación que tuvo escribiendo la continuación de su nota. Es una sensación extraña, que la rejuvenece, le hace sonreír y sentir un gusano inquieto en su estómago. Años que no la sentía, puede que la última vez, fuese en la cueva de la que Anna le habla.

M: Fue...pues- nueva pausa para carraspear, la estúpida sonrisa en su rostro no se borra y por un momento, siente sus mejillas contraerse desengrasadas- eh

An: Tan loco, fiero y pasional, que ni cuenta me di.

M: Bueno, un poco leona fuiste

An: Estaba muerta de celos y sólo quería marcarte, fíjate que tontería.

M: Martha

An: Me cae mal

M: Jajaja

Hora de reír, la voz empleada por Anna, le hacen reír a sus anchas y se culmina la transformación del jardín. Ahora es una maravilla e imagen perfecta, para la conversación que ambas mantienen.

An: Pero he de reconocer que es una buena mujer y que donde yo debí estar, lo estuvo ella. De mayor, se encorvara, es demasiado alta.

M: Y demasiado rubia

An: Guapa

M: Y enigmática

An: ¿Demasiado rubia?

M: Ujum

An: Salvo yo, todas han sido

M: Justo por eso, lo contrario a ti.

La una interrumpe a la otra, se completan frases y la sonrisa constante más el gusano inquieto, terminan por sonrojar a Maca. Están tonteando y si no fuera, porque  para nada quiere dejar de conversar con ella, saltaría de pura emoción.

An: Nos pisamos hablando

M: Porque hay mucho por decir

An: Uhms, al final no te dije. Las mamis que han planeado el cumpleaños de Consu, han hecho más planes. Quieren que a la noche, cenemos los padres. ¿Vienes con nosotras?

M: ¿Nosotros?

An: El niño. ¿Tenemos nombre?

M: Jaime

An: Me gusta

"Tú a mi, más....mucho más"