Wilson S.L. 68

Quemaba, su lengua sobre la suya moviéndose tan rico quemaba o ardía directamente. Su abultado pecho presionando el suyo, no ayuda a extinguir el fuego que su lengua y toda su boca, se empeñaban en avivar y avivar.

El deseo empezaba a consumirla, las ganas de unirse al baile de placer iniciado por la otra eran infinitas. Tuvo que cerrar los puños o sus manos volarían al culo del cuerpo que la arrinconaba contra el escritorio.

Quiso gritar, cuando se escucho gemir por el impacto que al final sucedió, estaba jadeando y cada jadeo era como un puñal de hielo en su corazón. Se odiaba, el calor que infringía el otro cuerpo al suyo, tan deseado por ella, le hacia odiarse, no quería responder a ese deseo, así no. Este no era el plan.

Y volvió a querer gritar, pero la boca que continuaba comiéndola, no le daba tregua, las manos sujetando su cara, no le daba escapatoria y el deseo infinito por esa mujer, le hacia cerrar los ojos y soñar, que todo lo que estaba sucediendo entre ambas, era solo un mal sueño. Húmedo, caliente, deseado durante todas las noches desde que la vio por primera vez, pero en definitiva es un mal sueño. Porque en cada uno de sus sueños, este encuentro no se dio como se estaba dando.

A no muchos kilómetros, alguien no es que halla cumplido un sueño, solo ha cumplido con lo que quería, jaque mate.

Fr: Perro que es de mi hija jajaja- ríe Francisco divertido, viendo como su hija aguanta estoica los saludos y bienaventuranzas de los invitados sin soltar a Anna. Y ríe más, al ver los funestos intentos de ésta de soltarse de la mano de su hija.

Pero es un viejo zorro, espectáculos gratuitos no quiere y sabe que como es capaz de reaccionar su hija. Si no esperaba el embarazo de Anna, debe estar haciéndose mil conjeturas diferentes, quizás haya que intervenir, solo un poquito. Porque el perro, debe de saber quien manda y quien manda es su hija.

La misma que se mantiene firme recibiendo los saludos de unos y otros, pero a la que la nariz empieza a traicionarla. “Coca”, su cuerpo le grita la necesidad de coca, como muchas otras veces, una hostia de la vida una rallita ¿o era un gramo? “Alcohol”, lo que sea que ayude a digerir que Anna esta embarazada y no tiene ni idea de quien pueda ser. ¿El hijo puta de Madrid? ¿Es una nueva treta? ¿Por que cojones siempre tiene que joderla?

Tres, Anna le cuenta tres copas en apenas dos minutos e incontables son las veces que le ha visto sorber por la nariz. ¿Cómo será mas fácil drogada o serena? Como sea, no era el plan no quería irse dejándola así, otra vez no.

An: Maca no es lo que estas pensando- intenta hacerse oír, pero Maca mantiene la vista perdida en nueva copa.

Hasta que da un fuerte silbido, que hace que todos los presentes las miren curiosos.

Fr: Jajaja, desde pequeña usó el silbido. No os preocupéis, solo es que la señora debe marcharse- informa caminando tranquilo hasta ellas. Mientras los chicos de Maca, entran rápido en el salón y se frenan al ver que nada ocurre.

Toncho es el que avanza hacia Maca y a pocos pasos, descubre como los ojos de su jefa parecen inyectados en rabia.

M: Llevárosla al coche- le exige acabando la nueva copa y alza su mano y con ella la de Anna.

To: Maca eh...- Toncho la conoce lo suficiente como para adivinar que lo visto en los ojos de Maca, no es mas que el reflejo de la mierda que empieza a consumirla por dentro.

An: Maca por favor- suplica viéndose tratada como un despojo, pero no pierde la postura.

M: He dicho que al puto coche.

Fr: Obedece Anna.

A esas alturas y conociendo al viejo zorro, nadie los mira. Se quieren demasiado como para afrentar al Señor Wilson.

Obedecer o ser sacada a la fuerza, Anna sabe que solo esas dos posibilidades tiene. Y obedece, prefiere salir caminando como si nada ocurriese, seguida de Toncho. Quien no entiende, que ha pasado en ese salón, para que tenga que salir escoltando a la mujer de su jefa.

Fr: Tu conmigo- agarra del brazo a su hija y sonriendo como la calaña que es, la acompaña hasta fuera de los salones.

En la calle, comprueba que Anna se introduce en el coche y entonces, deja de agarrar el brazo de su hija, para agarrarle fuerte la barbilla y hacer que deje de mirar a la nada, para mirarlo a él.

Fr: Escúchame bien, hasta que no sepamos de quien es ese hijo

M: Suélteme Padre

Fr: Sush.....- pide calma, todo el cuerpo de su hija esta en tensión, pero no quiere provocarla mas, la familia se cuida y el sabe, que Anna espera un Wilson- No es mas que una puta, ¿cuantas veces te lo dije? Pero no pasa nada, estoy en ello y hasta que no averigüemos de quien es ese hijo, te quiero tranquila.

M: No puedo estar tranquila porque se la pasa jodiéndome- grita soltándose y su vista ahora no mira a la nada, directamente fulmina a Anna.

An: Maca- murmura al verla así y se desliza en el asiento, derrotándose.

Todos los que fuera miran a Maca, ven a una mujer descontrolada, Anna ve a la pobre niña desamparada a la que nunca consuelan con mimos y dulces palabras. La consuelan como siempre, alimentando sus vicios como arma para controlarla. No escapa para Anna, como el viejo zorro deja en las manos de su hijo una papelina, no escapa la sonrisa triunfante que el viejo le regala a ella misma y no escapa como el viejo continúa hablando con su hija. No le regala mimos ni palabras dulces, seguro que se dedica alimentar el monstruo que el quiere sea su hija. Y no puede evitar al verla así, sentirse culpable, es ella la que nuevamente la empuja a los brazos del monstruo en busca de consuelo.

Y consuelo también busca quien a pocos kilómetros, continúa la lucha contra su propio deseo.

La boca que la bebe, no cesa en su empeño, pero el dolor por lo que está sucediendo termina por darle fuerza, cargándose de adrenalina.

Es: Basta Martha, por favor para.

Mr: ¿No querías esto? ¿Uhm? ¿No era esto el culpable de todo? Quieres como ellos sólo mi cuerpo, pues ya lo tienes.

Es: Te quiero a ti, Martha....a ti, a todo lo que eres y quien eres...a ti

Mr: Estefanía