Wilson S.L.58

Los días comenzaron a transcurrir rápido. Maca volcada en organizar la que quería fuese su última entrega y Anna prácticamente encerrada en las bodegas, con la excusa de ser época de vendimia.

Con todo organizado, Macarena debía hablar con sus más allegados para ponerlos al tanto de sus inmediatos planes. Roberto y su padre, no debían estar al tanto, hasta más adelante.

Aprovechando la llegada del buen tiempo, decidió recibirlos en la ganadería comprada para su hija.

Los hermanos Troncho y Faus, Risto y Estefa. A nadie más se veía en la necesidad de informar y era en ellos en quien más confiaba.

Llegó temprano, monto a caballo y cuando lo guardaba en su cuadra, se sorprendió al ver llegar a Martha.

Pocas veces se veían fuera del Satanás o de la casa de Martha, era extraño verla llegar y era bonito verla en jeans, botas, camisa y una sonrisa amplia. Se veía distinta y ¿feliz? Apoyada en la puerta de la cuadra, espera que llegue hasta ella.

Son bellezas tan diferentes, la de Martha es una belleza nórdica, de grandes ojos claros, piel blanca, rubio marcado y altura insultante. La de Anna es racial y completamente diferente, piel morena, facciones marcadas, grandes ojos oscuros y altura mediana.

Mr: ¿Me estás escaneando?- pregunta llegando hasta ella y mueve coqueta su flequillo.

M: Jajaja...un poquito, te ves...no se...muy guapa...que siempre lo has sido...pero es algo diferente.

Mr: ¿La edad o tu fetiche sobre la belleza femenina?

M: Mas simple, será la influencia de mi puta diosa.

Mr: No la llames así

M: Vuelve a huir de mi. Esta escondida en las bodegas.

Mr: Uhm....y ya veo que tu haces lo de siempre.

M: Estoy....estoy acojonada, Martha. No te imaginas como temo compartir un momento con ella y volver a lo de siempre. Ella actúa igual, pasamos unos días buenos y huye.

Mr: No la dejes hacerlo.

M: No puedo provocar ahora una pelea, en días nos iremos de aquí.

Mr: Hecho que ella desconoce aún. ¿No crees que tiene algo que decir?

M: No, no puedo dejarla aquí. Todos deben creer que no me retiro que sólo me tomo un tiempo con mi hija y mujer, nada más. Si ella se queda, les daría una pieza clave para chantajearme.

Mr: ¿A la fuerza?

M: Como sea necesario, pero no pienso exponerla. ¿Y tú?- pregunta sonriendo y alzando una ceja.

Mr: ¿Yo?- contesta preguntando por igual y provoca una carcajada en ambas- Sabía que los habías citado aquí y me apeteció conocer esto. Enséñamelo y deja se sonreír como pava sabelotodo.

M: ¿Sabelotodo? Si no me cuentas nada.

Mr: Porque no hay nada que contar.

Conversando entre amigas, Macarena le muestra la finca, las reformas y le cuenta los sueños que tanto ella como su hija desean realizar en esa finca.

Una hora más tarde los chicos llegan a la finca y en una de las terrazas, se reúnen tomando un aperitivo.

Martha sabe de que van a hablar y dado el paseo, decide dejarlos solos.

Aunque, no sólo ha acudido para conocer la finca y hablar con Maca, sonriendo reconoce para sí, otra de sus intenciones al acudir a esa finca.

Y su otra intención, que no es otra que Estefa, aún de pie la observa despedirse de Maca y mueve la cabeza regañándose. Cuando esa mujer está presente, sus ojos rozan la rebeldía.

Desobedientes, recorren las largas piernas de Martha enfundadas en unos jeans donde no cabe un gramo más de Martha, la camisa azul clarito ajustada, moldeando un pecho muy generoso, con varios botones abiertos que muestran el ascenso de un cuello largo que continúa en una barbilla redonda ideal para morder. Continuando el ascenso, sus ojos hasta pueden besar su fina y larga nariz y por fin llegar a...a los ojos que la miran divertidos.

Es: Joder- protesta espabilándose por la pillada en toda regla.

Fa: Jajaja, un poquito de por favor- murmura Faus riéndose, ha presenciado de lleno la pillada.

Es: Oh venga cállate.

Mr: Jajaja- Martha ríe al ver también como Faus aprovecha para meterse con Estafa.

M: ¿Jajaja que?

Mr: Jajaja, nada. Dame un beso a la noche nos vemos.

A unos pasos de la mesa se despide de Maca, quien mira a unos y otros sin entender nada, y camina hasta la mesa, alguna que otra frase a los chicos, y procura pasar por el lado en el que Estefa continúa de pie.

Es: Eh...

Mr: Ih...jajajaja- vuelve a reír y dios, como cambia el día con sólo verla.

Es: Oh vamos

Mr: Vendría el uh- susurra parada a su lado y deja que la mano vuele y se pose en el estómago de Estefa- te veo a la noche- continúa en susurros y no espera contestación, marchándose tras dejar una caricia en ese vientre.

To: Cierra la boca y siéntate, Maca espera.

Fa: Jajaja espabila

Ri: ¿No podéis dejarla?

M: ¿Qué demonios os pasa?