Apenas
dos días después, el grupo de amigos de despedida de solteros en
las Bahamas regresa a Madrid. Vuelo que dura alrededor de ocho o
nueve horas y que a medio recorrido, mantiene a la mayor parte del
grupo durmiendo. Muchos días de sol, fiesta y playa, los tiene
cansados y felices.
No
mintió Fatima, hijos o no de papa, lo cierto es que viajan en
primera clase con todas las comodidades que ello implica.
Una
gran butaca, sin nadie pegado que moleste con roce de brazos o
piernas y niños educados que no alteran el descanso o divertimento
de los pasajeros. Por eso, Minerva con dos horas de sueño, se basta
y se sobra.
Recién
despertada, mira a sus amigos y confirma que continúan durmiendo.
¿Qué hacer? Fácil, su entretenimiento preferido, la fotografía.
Con cuidado y a su estilo, sin pretender llamar la atención busca su
cámara y tiene que hacer un gesto a la azafata de a bordo, de que no
la necesita para tal cosa.
Con
ella en las manos, se pasea por el ancho pasillo, cogiendo tomas de
las extrañas posturas en la que muchos de sus amigos duermen. Cuando
llega a los enamorados, que en días serán matrimonio, se moja el
labio, mientras los fotografía.
Fatima
ha dejado su butaca y la ha sustituido, por el enorme cuerpo de
Cayetano. Ella pelirroja de pies a cabeza, muy blanquita de piel, con
miles y miles de pecas y él moreno, no solo de cabello. Típico
señorito andaluz, que solo desentona con ese estereotipo, por sus
cien kilos de peso y su metro casi noventa de altura. Curioso
contraste el de ambos cuerpos abrazados y acoplados. Pero que bien
lucen juntos.
“Ays”-
suspira Minerva dejándolos de enfocar y se muerde la yema del dedo
índice, sonriendo quinceañera. Que ganas de encontrar ese acople,
esa conexión y ese fuego constante del que ambos gozan.
Con
Susana hubo acople y fuego, al principio, como en todas las
relaciones, después el trabajo de una y otra, no ayudo a la real
conexión, o quizás nunca se hubiese dado entre ambas.
“Mi
reina jajaja”- se ríe ahora para si, retornando a su asiento. Pasa
de los veinte, se supone madura y su sueño, de princesa en caballo
blanco que acuda a su torreón a rescatarla, continua intacto.
“Caballo
blanco y una morena de ojos verdes subida a él”- puestos a soñar,
Minerva no escatima.
Sentada
nuevamente, dispone la bandeja escritorio con un solo botón
accionado y sobre ella, coloca su iPap encendiéndolo. Y mientras
este prende, se mira en el reflejo de la pantalla.
“Cara
de niñata tengo”- piensa observándose en él y es cierto. Su
rostro es dulce, de piel tersa y blanca, ahora bañada por horas de
sol. Ojos de un cambiante gris y pómulos medios. Por mucho que
ponga caras a su iPad, imprimiendo seriedad, su carita sigue siendo
juvenil, dulce en consecuencia y su cabello castaño con reflejos mas
claritos, ayudan a exagerar esa dulzura.
“Ay......mi
pelo me encanta y.....madre mía, veras que me salen manchitas por
tanto sol”- piensa y desconoce que lo hace en alto. Aunque, con lo
dormidos que van todos, solo alerta a la azafata que rápido se
acerca a ella.
-
¿Necesita algo?
-
Solo mi neceser, pero ya lo cojo yo- explica Minerva haciendo el
intento de levantarse, pero la azafata la detiene, abriendo ya el
baúl.
-
No se preocupe, estamos para eso. ¿En su bolso?
-
Si, por esto, siempre sois mas mujeres que hombres, ¿verdad?
- Jajaja, en mi bolso llevo de todo- ofrece el bolso a Minerva y se queda junto a ella, esperando para volver a guardarlo.
- Y cuando busca algo no lo encuentra rápido, justamente porque hay de todo- informa rebuscando en su gran bolso, hasta que saca de él un coqueto neceser.
- Así es.
- ¿Puedo hacerle una pregunta?- pregunta, sin entregarle el bolso de vuelta. Todos sus amigos duermen, no hay nadie solicitando los servicios de la azafata y la amabilidad de ésta le resulta amistosa. ¿Cuantas veces se ha llevado regañinas por algo así? Es una conversadora incansable, la azafata le resulta amable y desde que viese esa mañana a un efe dieciocho sumamente espectacular gestionar un vuelo privado, ha querido preguntarlo.
- Por supuesto- responde sonriente, la joven es amable, simpática y de fácil conversación.
- En vuelo privado, ¿cuanto duraría el mismo trayecto?- pregunta mientras usa la pantalla de su iPad ya encendido para ponerse crema por el rostro.
- Un par de horas menos, mas o menos, no tendrían que hacer escala en Miami.
- Uhm- murmura dejando la crema para ahora, usar el protector labial. Su princesa de cuento, vuela en jet privado, eso no ocurría en los cuentos infantiles que le hacían y hacen soñar- ¿Soñabas con príncipes?
- Jajaja, si. En verdad lo hacia.
- Perdona, es que cuando tengo algo en la cabeza, por muy tontería que sea yo...¿En caballo o en jet privado?
- En caballo
- Blanco
- Jajaja si. Pero apareció en una moto horrorosa que hacia un ruido infernal y te dejaba la ropa apestando a tubo de escape. Los sueños sueños son, ¿no le parece?
- Pues- hace una pausa haciendo rebotar los labios al soltar aire exageradamente- Yo es que....primero que si era un caballero con su armadura y todo, después era una mujer, no se era así tipo sultana y ahora....pero oye, siempre, siempre el caballo blanco.
- ¿Insinúa marginación?
- Jejeje- Minerva ríe encogiéndose de hombros y arruga la nariz chistosa- el negro es como de muy malotes.
- Malote o malota, también tienen su aquel.
- No digo yo que no, ¿pero en Jet?
- Jajaja, fui niña de barrio, cuando yo soñaba con príncipes ni sabia que era un avión privado...caballero con armadura, mujer sultana y ahora ¿persona en Jet?
- Uhm......- nuevo mohin que realiza y aprovecha para leer el nombre de la azafata- Cristina, ahora es una malota de ojos verde con avión privado. Mejor dejo soñar.
- ¿Por que? Los ojos verdes en hombre y en mujer, son únicos.
- Los de ella sin duda, ¿los quieres ver? Perdón, te tutee sin mas.
- Nada, ni te preocupes, yo hago igual contigo y listo. No tengo nada que hacer mejor ahora, muéstrame a tu malota.
- No tiene pinta de querer dueña.
- Que ira de dura
- No la veré mas
- Es un sueño. Claro que podrás verla.
...''Es un sueño''...claro que podras verla...eso es..Minerva...mujer soñadora...cada vez que cierres los ojos...la veras..y esos ojos verdes....o del color que quieras...siempre te acompañaran...Porque con los sueños puedes hacer de todo...''los sueños...sueños son''...Y hasta puedes convertirlos en realidad con un poco de suerte...y no por ello dejaran de ser '''ese sueño que siempre perseguiras'''....
ResponderEliminarY mejor lo dejo ya¡¡...porque si no Escritora te robare a Minerva para que siga soñando...jejeje..
GRACIAS.....
Celeste-Negro.
Los sueños, sueños son....lo mejor de ellos es como dice la azafata, todo se puede. Me gusta mucho esta historia, es diferente y eso me gusta. Besos, Jayssel.
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